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Lactancia, al ojo de la esfera pública 

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Manuela Salcedo Velásquez, Comunicación Social y Periodismo

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La lactancia materna en público se ha convertido en tema de discusión e, incluso, de rechazo por parte de la sociedad machista, que ignora los beneficios de amamantar a los niños. 

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Desde el 2016, el proyecto de ley que busca resguardar el libre ejercicio del derecho a amamantar en público está en un compás de espera -como todo en nuestro país-. Durante los últimos cinco años, se ha presentado un preocupante rechazo de esta sociedad machista frente a la alimentación de bebés en público. Estas personas que discriminan, catalogan dicho acto como obsceno y vulgar… acto que no repudian cuando ven los senos expuestos en revistas o películas.


Expresiones como ¡cúbrase sus pechos!, ¡que vulgaridad!, ¿por qué no lo hace en un sitio privado? son algunas de las frases que se escuchan en los sitios públicos y que han sido una de las diversas causas para que sólo uno de cada tres niños menores de seis meses en Colombia reciba lactancia materna exclusiva, ya que a raíz del rechazo, algunas mujeres dejan de lactarlos. (De Cero a Siempre, marzo 2013, 17 p).


El pasado 04 de agosto tres mil mujeres lactaron a sus hijos en el Parque de los Novios con el fin de realizar una campaña que consistió en promover la lactancia materna como un derecho a la alimentación infantil; y, además, a modo de protesta frente a todos aquellos que rechazan este acto. Esta iniciativa no debería surgir únicamente por parte de las madres, y si no, ¿por qué aún no se ve reflejado el apoyo del Estado para tomar una decisión definitiva frente al proyecto de ley?


Lo que seguramente pocos congresistas han tenido en cuenta es que cada día que tardan en expedir una ley al respecto puede ser crucial para el futuro de nuestros niños y, por ende, para las futuras sociedades que proliferarán en nuestro mundo, ya que, según un estudio publicado por la revista médica británica The Lancet, con la lactancia materna se podrían evitar al año 823.000 muertes de niños menores de 5 años y 20.000 más de mujeres por cáncer de seno.


La lactancia es una actividad totalmente inherente al ser humano, tal como lo afirmó el Sumo Pontífice: “Denles pecho a sus niños si lloran porque tienen hambre, no se preocupen”. Y con esto no estoy diciendo que este tema únicamente se trata de la típica compasión propia de la moral religiosa, sino que, además, es un tema que concierne a muchos, incluso a aquellos machistas que consideran que con una crítica le están haciendo un bien a la humanidad.


Por otra parte, luchar contra una cultura machista, en un contexto de injusticia anclada en esta sociedad, no es tarea fácil. Aunque es tiempo de darse cuenta de que esta sociedad, una vez más, es la causante de establecer ciertos estigmas sobre los que se rige la misma, ¿acaso no son los hombres los que cosifican los senos de la mujer volviéndolos objeto sexual? Pues de hecho, esta es una de las razones para que muchos suelan rechazar los senos al verlos como la fuente de alimentación natural y no como un objeto de satisfacción personal.


Lastimosamente, muchas madres inmersas en esta sociedad machista se dejan afectar por los cuchicheos que abundan en zonas públicas y, por querer satisfacer los caprichos de muchos, caen en la ideología que las personas machistas quieren implantar. Muchas deciden no amantar a sus bebés y correr los miles de riesgos que esto trae consigo, ya que la lactancia materna no sólo es la fuente primaria de alimentación de los bebés, sino que, además, según la Organización Mundial de la Salud, evita la desnutrición, disminuye el número de infecciones, previene el sobrepeso y la diabetes, entre otros beneficios.


De esta manera, por querer callar las avalanchas de protestas que estallan a raíz de esta problemática, se han sumado diferentes campañas publicitarias como When Nurture Calls, Breast Friends y Mom2Mom Breastfeeding, las cuales se han realizado en Estados Unidos con el fin de dar a conocer mecanismos de participación que promueven el derecho a la lactancia. Es por esto y por muchas más aristas que la lactancia materna en público ya es incluso un tema estatal.


Es hora de que el Estado manifieste un apoyo a todas estas mujeres para que se les respete no solo el derecho a amantar en público, sino, además, el de tener un tiempo de recuperación apropiado para estar con sus hijos. Y no es que el Estado no tenga cartas en este asunto, por el contrario, la Constitución Política de Colombia, en sus artículos 43 y 44, salvaguarda la vida, la seguridad social, la salud y la integridad física de los niños; al igual que la de su madre que se encuentra en estado de embarazo o laborando, ¿pero acaso son suficientes estas leyes para apoyar a las madres?


En su momento, Clara Rojas propuso un proyecto de ley que buscaba situar dentro de entidades públicas y privadas lugares destinados para la extracción y conservación en forma segura de la leche materna, pero su intervención no fue suficiente porque el proyecto llegó solo hasta un segundo debate en la plenaria de la Cámara de Representantes.


Definitivamente, la carga social creada no reposa sólo sobre la sociedad machista, sino, además, sobre los que verdaderamente tienen el poder y la obligación de crear una ley que respalde a cada una de las madres. Pero como todo en este país, veremos qué termina de pasar y si algún día alguna la madre pone el grito en el cielo para despertar a los congresistas que reposan y hacen la siesta sobre sus escritorios.

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