Raúl Ospina Ospina, un escudero de la palabra
María Valentina Caro Rincón, Comunicación Social y Periodismo
Fecha:
Cerca de 15 obras publicadas y numerosos reconocimientos han permitido que sea conocido el talento de este hijo adoptivo de Chiquinquirá.
Lea también:
Foto:
Foto: Foto del archivo personal de Raúl Ospina
Cerca de 15 obras publicadas y numerosos reconocimientos han permitido que sea conocido el talento de este hijo adoptivo de Chiquinquirá.
Grande, robusto, con aspecto imponente pero con un corazón enorme y con una personalidad arrolladora. Estas y muchas otras virtudes son las que caracterizan al escritor, periodista y organizador del Encuentro Internacional de Escritores en Chiquinquirá, Raúl Ospina Ospina.
Muchas cosas lo han marcado profundamente como el hecho de tener que dejar su hogar en Ortega, Tolima, por culpa de la violencia que existía en ese momento en el país. La finca que pertenecía a él y a su familia les fue arrebatada y jamás se pudo recuperar.
Cuando dialogamos sobre el despojo de su hogar, Raúl utilizaba sus manos para expresarse mejor y también se notaba cierto tono de tristeza en su voz al recordar este hecho que marcó su vida. Asegura que con la corta edad que tenía en ese entonces, 5 años, le era difícil entender la magnitud de una tragedia tan grande. "Uno apenas se ríe, juega, sufre, a ratos, pero rápidamente supera ese sufrimiento con los juegos y las risas". Sin embargo, después de la tormenta llega la calma, Raúl creció y logró dejar atrás el dolor que le generó la pérdida de su hogar a él y a su familia.
Mientras crecía, se dio cuenta de que todas las personas tienen virtudes que las hacen únicas, “yo por ejemplo fui un pésimo pintor, un regular matemático pero muy bueno en el manejo de la palabra”. La habilidad y el gusto de comunicarse lo llevaron a estudiar radio en el Colegio Superior de Telecomunicaciones en la ciudad de Bogotá. Aunque estudió por un año en esta entidad, se destacó por ser el mejor en redacción de noticias e improvisación. Asegura que esto le hizo darse cuenta de que el manejo de la palabra era a lo que él tenía que dedicarse.
Su amor por el estudio y por adquirir conocimiento forjó en él una disciplina que le permite capacitarse por medio de libros desde que salen los primeros rayos de la luz del día. No solamente lee sobre temas referentes a su profesión, sino temas en general que le permiten tener conocimiento de todas las cosas para abarcar cualquier tema.
Raúl es distinguido en la ciudad Mariana de Colombia por su labor, lo que ha hecho que sea reconocido y ganador de diversos premios a nivel local, regional y nacional. Uno de los más importantes reconocimientos fue la condecoración por el Gobernador, Rozo Millán, en la ciudad de Tunja con la Orden del Roble, condecoración máxima de Boyacá. En el año 2011, fue declarado el periodista del año y le concedieron una condecoración llamada Enrique Medina Flores.
Así como recuerda los momentos más felices de su profesión, también trajo a colación experiencias desagradables. Muchas veces ha sido amenazado por decir la verdad. “En este país, decir la verdad es muy complicado”. Raúl tuvo que salir en diferentes ocasiones de su casa esperando como destino la muerte.
Sin embargo, asegura que nunca le ha pasado nada porque tiene un guardaespaldas fuerte y poderoso, Dios. Aunque los atentados lograban amedrentarlo, nunca permitió que su sentimiento de angustia por su vida o la de su familia fuera más grande que informar con la verdad. En una ocasión, la muerte lo acechó a la vuelta de la esquina cuando se encontraba caminado en la calle 19 con la carrera novena en la ciudad de Chiquinquirá, en el año 1982. Un hombre con un arma de fuego lo esperaba para dispararle, pero esto no fue posible gracias a que una señora que se encontraba en el lugar de los hechos gritó: “¡la policía!”, lo que hizo que el hombre, quien estaba a punto de accionar la pistola, la guardara y huyera. Aunque en realidad no era una patrulla de la policía, sino una camioneta de una lavandería, logró hacer que Raúl continuara desempeñando su función, informar objetivamente y siempre con la verdad.
Ejerciendo su trabajo como periodista, ha tenido que dar a conocer temas que lo han afectado profundamente. Jamás me imaginé ver a un hombre como Raúl Ospina sollozar, pero así lo hizo cuando recordó el día en que murió su amiga, la jueza María Eugenia Riaño, por negarse a recibir dinero para dejar en libertad a un criminal. Eso pasó en 1988, en la cafetería Delicatesen Martha. Un hombre le disparó por la espalda, apuntando a su corazón, lo que causó su muerte instantánea. Cuando Raúl se enteró de la estremecedora noticia, corrió directamente hacia la emisora Reina de Colombia, donde trabajaba en ese entonces, para contar la noticia. Se le fue la voz en cabina, en el programa quedó un bache y demoró algunos instantes en recobrar el aliento, para continuar con la información del asesinato de su amiga.
Su voz ronca y grave, que lo hace tan particular, fue protagonista de un radio periódico que duró más de 20 años al aire en la ciudad. Raúl trabajaba como director en la emisora Radio Furatena. Un día el dueño de esta emisora discutió con él cuando se encontraba en estado de embriaguez y lo despidió. Aunque fue un momento muy difícil porque necesitaba el trabajo, decidió tomar acción sobre el asunto y esa misma tarde se encontraba firmando el documento que lo hacía el fundador del radio periódico Bocunsa, lo que le permitió ser su jefe y además darles formación profesional a sus 5 hijos. El nombre surgió por las primeras iniciales de 3 departamentos del país: Boyacá, Cundinamarca y Santander. Recuerda con orgullo y alegría que el programa salió al aire el 1 de marzo de 1976.
Ospina, además de ejercer su profesión, es escritor de cuentos, poemas y novelas. Luego de la publicación de más de 15 obras literarias, surge la pregunta ¿de dónde viene la inspiración para la creación de estas? Raúl afirma casi que inmediatamente que ella siempre nos acompaña, pero aunque la inspiración siempre este ahí debe tener un complemento especial: la lectura, ejercicios y talleres de literatura. Su carrera le ha servido como un complemento para ser escritor, ya que algunas de sus historias pertenecen a lo que un día fue una noticia.
Desde muy pequeño comenzó con el mundo de la poesía. Cuando era niño, en las presentaciones de su colegio, le gustaba hacer coplas alusivas a una fecha en especial o generalmente a sus profesores y directivos. Recuerda sonrojado, pero con alegría, que un día le dedicó una copla un poco “violenta”, según él, a una docente, lo que causó que la profesora lo estuviera esperando a la salida del colegio para alegarle. Sin embargo, logró escapar del lugar sin ser visto por la docente.
Su distinción en la ciudad no solo es únicamente por su labor sino por su forma de vestir: siempre elegante, reflejando pulcritud y acompañado de una prenda particular que ya no es muy utilizada, el corbatín. Lo usa porque, cuando era pequeño, hacía presentaciones donde debía cantar y su mamá siempre lo vestía con uno de esos. Además, no le gustan las corbatas y, dice, siempre ha sido un hombre rebelde, al cual no le interesa en lo absoluto estar a la moda.
¿Cuál es el secreto para ser un buen profesional y una persona que haya dejado huella en la sociedad chiquinquireña? Para él, es que todo lo que uno haga en la vida lo debe hacer bien, procurando siempre ir por el camino correcto y ayudando a los demás y sobre todo actuar con honestidad.