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¡Los abuelos, al salón!

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Laura Sofía Ubaque

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Los adultos mayores quieren aprender cómo usar la tecnología y lo están haciendo mediante programas ofrecidos por el MinTic, alcaldías, universidades e incluso instituciones privadas.

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Laura Sofía Ubaque

Tobías Pedroza, un campesino boyacense de 81 años, oriundo del municipio de Ciénega, se levanta a las 5 de la mañana y se toma la aromática que su esposa, doña Dioselina Leguizamón, le preparó con las yerbas de la huerta. No hay tiempo que perder. Sale a ver su ganado. Sus hijas madrugan también para ayudarle con sus quehaceres del campo.  Es sábado y hay menos tiempo del normal, debe apurarse porque hoy tiene clase de informática en la escuela. Se siente como el niño que fue hace 72 años, corriendo para dejar las vacas listas y llegar a tiempo a clase en la nocturna. La diferencia es que hoy la sabiduría que ese hombre de metro sesenta y cinco carga en la espalda no lo deja correr tan rápido como antes. A pesar de todo, llega a tiempo y se sienta en primera fila, listo para recibir la lección del día.


Don Tobías es uno de los 110 alumnos cieneganos de Palabras Mayores, un modelo de educación flexible para jóvenes y adultos, de la Secretaría de Educación de Boyacá en convenio con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).  Dentro de los contenidos del programa están lecto-escritura, matemáticas, ciencias naturales e informática. “Como yo no aprendí muy bien en la escuela, ahorita estoy corrigiendo y también recordando lo que uno ya no se acuerda muy bien”, dice Don Tobías para explicar por qué le gusta ir a las clases.


Sumado a esto, él y 8 compañeros más asisten a los cursos de alfabetización digital cada viernes de 3 a 5 de la tarde, un programa que ofrecen desde la alcaldía de Ciénega hace 3 meses, entre la Biblioteca Municipal y el punto Vive Digital. El objetivo de estos cursos, según dicen las docentes del programa, Fidelia Costa y Milena Silva, es acercar a los adultos mayores a las nuevas tecnologías mediante la enseñanza personalizada, debido a que los abuelos ya no poseen la misma agilidad.


Manejo básico del computador, de internet, Word, Excel y Power Point, son los contenidos previstos para el programa. “Estos programas se hacen con el fin de que toda la comunidad cienegana, sin importar la edad, tenga acceso a las nuevas tecnologías”, dice Costa. Este programa no tiene costo y para acceder a él únicamente es necesario presentarse con el documento de identidad en los Puntos Vive Digital del país.


No contento, Don Tobías también asiste a clases de deporte en el Ancianato San José. La Fundación Activa Territorio es la que dirige las clases.  Dentro de los servicios que el centro presta, está el uso de herramientas tecnológicas, mediante talleres de computación en los que los adultos mayores “realizan un acercamiento a nuevas tecnologías, conocen y se benefician de servicios como el Internet”, afirma Yeimy Salinas, psicóloga de la fundación. “Los profesionales desarrollan talleres de sensibilización y educación que pretenden que los adultos mayores conozcan y realicen un primer acercamiento a estas tecnologías, eliminando estereotipos y miedos”.


El Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), desde el Viceministerio de Economía Digital, está ofreciendo 33 cursos en 12 ejes temáticos, dentro de los que está la Alfabetización digital, dirigida a personas que deseen obtener conocimientos básicos acerca del manejo de las TIC. Según el Viceministerio: “Los contenidos están orientados a identificar cómo la tecnología puede resolver necesidades y los principios básicos de un ecosistema digital”. Estos cursos son gratuitos, tanto en la modalidad virtual como presecial. Para acceder a ellos hay que ingresar a http://www.ciudadaniadigital.gov.co/ y hacer la respectiva inscripción.


Se sienten aislados


El salón es grande y hay libros alrededor. Hay unas 20 personas sentadas en frente de los computadores que el gobierno ha dado a escuelas, bibliotecas públicas y colegios oficiales mediante el programa Computadores para Educar, pero solo hay 3 contemporáneos con Don Tobías.


Sentado en primera fila de la clase, con una camisa azul cielo, una chaqueta beige y sombrero blanco, Don Tobías saca del estuche unas gafas de brazos negros que le ayudan a ver más claro. A veces se desmotiva porque no escucha bien a la profesora, pero claro, los oídos a los 81 también deben estar algo desgastados. Esto es a lo que se refiere Patricia Espinosa, su profesora en Palabras Mayores, cuando dice: “la mayor dificultad es la deserción de los abuelitos por desmotivación debido a la disminución de sus sentidos”.


La profesora les dice que deben entrar a YouTube y ver el video de la historia de los medios de comunicación. Don Tobías, un hombre moreno, escribe a su ritmo y con sus manos grandes el título, cuando por fin termina, el video se reproduce, pero casi no escucha. La última vez que estuvo en las aulas escribía con tizas en pizarras de metal, pero en 74 años el computador, el internet y las redes sociales le tomaron ventaja. Ahora tiene que oprimir las teclas de computador, mover el mouse, dar clic. Momentos como estos son los que hacen que, a veces, no quiera seguir.


Según el gerontólogo Camilo Guerrero, el contacto de los abuelos con la tecnología muchas veces suele ser frustrante. “La tecnología puede aislar a una persona mayor a nivel social e incluso causar sentimientos de frustración e incompetencia frente al mundo de hoy, también generan temor por parte de los ancianos, ya que saben el costo económico que estas tienen y muchos prefieren alejarse de las tecnologías por miedo a dañarlas”. Mercedes Parra, estudiante del programa de alfabetización digital, y quien tiene 65 años, dice mientras mueve el mouse para reproducir el video: “a mí me daba miedo que no más de tocarlo se dañara”.


Más programas


Sonya Pacheco, Licenciada en informática y tecnología de la UPTC y Magister en proyectos educativos mediados por las TIC, trabajó para su tesis de maestría en la rehabilitación de abuelos privados de la libertad mediante la enseñanza del manejo del computador y sus programas básicos para mejorar su la calidad de vida. El trabajo se realizó entre la Universidad de La Sabana, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (IMPEC). Según la experiencia de Pacheco, el contacto de los abuelos con la tecnología “mejora los procesos cognitivos, permite desarrollar una ocupación y fortalece la interacción con la familia”.


La fundación 2020 Colombia ofrece en Cachipai, Cundinamarca un curso de Alfabetización Digital para adultos mayores, población rural e indígena, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los usuarios en las áreas emocionales y académicas.


La Universidad Cooperativa de Colombia desde el 2010 ofrece el programa de alfabetización digital "Encuentro con la tecnología para la edad dorada" dirigido a adultos mayores. Busca integrar al adulto mayor en las telecomunicaciones mediante la transferencia de las tecnologías de la información.


Perseverancia


Don Tobías pide ayuda porque no escucha lo que el video dice, el sonido de los computadores de sus compañeros tapa el del suyo.  La profesora Milena lo cambia de computador. Ahora sí escucha. Pero, olvidó tomar apuntes de las fechas de aparición de los medios de comunicación masiva. Ahora debe volver la otra semana para ver el video nuevamente y tomar nota de cada fecha,  porque en el examen se lo van a preguntar.


Rosa María, una compañera de clases de 71 años, dice: “es una frustración no haber podido estudiar y ahora que se presenta la oportunidad hay que aprovechar”. Y añade algo que puede sonar cruel: “Yo quiero tener el cartón de bachiller, aunque sea para que me lo echen al ataúd”.


Consuelo Agudelo, de 66, piensa que ya no está para esos trotes. “Hoy en día se manejan computadores y teléfonos de alta gama y es muy difícil aprender a usarlos a esta edad”, dice.


Don Tobías se quita las gafas. Apaga el computador, ya sabe cómo. guarda el cuaderno, se levanta y se despide de sus compañeras y las profesoras. Atraviesa el pueblo hasta llegar a su casa en la vereda donde doña Dioselina lo espera con el almuerzo recién hecho.


Sus amigos, vecinos y hasta hijos les dicen que ya están muy viejos para estudiar. Pero ellos no se dejan afectar. Les dieron la oportunidad de aprender y no dudaron en tomarla. Al fin y al cabo, como dijo doña Rosita “cada quien es libre de ser bruto”.

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