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Baja la visibilidad de las revistas científicas colombianas en el mundo

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Valeria Ovalle, estudiante de Comunicación Social y Periodismo

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Aunque ha existido un aumento en el número de publicaciones, las cifras dadas por SCImago Journal Rank demuestran que las revistas indexadas en la base de datos internacional están teniendo bajo número de citas a nivel mundial y es notorio el desinterés por parte de sus lectores.

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Valeria Ovalle Chicaeme | Los investigadores colombianos y las universidades trabajan día a día para aportar nuevos conocimientos a la ciencia.

La visibilidad internacional de las revistas científicas colombianas todavía no es la más adecuada, pese a que Colombia, con un total de 123, es el segundo país en América Latina, después de Brasil, con el mayor número de revistas científicas indexadas en la base de datos internacional Scopus, según los resultados publicados por la plataforma SCImago Journal Rank.


Las revistas científicas se dedican a divulgar y difundir el nuevo conocimiento generado por los grupos de investigación y académicos de las diferentes áreas del saber. Para verificar la calidad de los hallazgos y los resultados de las investigaciones, existen unas bases de datos de gran relevancia internacional, tales como Web of Science y Scopus, que evalúan, no solo los artículos publicados, sino también las revistas. Por medio de indicadores y criterios de medición, llegan a dividirlas en cuatro categorías: Q1, Q2, Q3 y Q4, siendo el primer cuartil la “élite” de las publicaciones periódicas.


Según cifras de SCImago, en Colombia, al cierre de 2021, de las 123 revistas indexadas en Scopus, siete se categorizan en Q1, representando solo el 6% del total de las publicaciones periódicas. En cuanto a la distribución por áreas de conocimiento, en este cuartil se destaca el área de Historia, con cuatro revistas llamadas Trashumante, Revista de Estudios Sociales, Colombia Internacional e Historia Crítica. Le sigue la especialidad de Ciencias Sociales, con dos, Antípoda e Historia Crítica y, por último, Artes Visuales y Lingüística-Lenguaje, solo participan con una, denominadas Kepes y Profile, respectivamente.


En el mencionado ranking, cabe resaltar que el 57% del total de las revistas colombianas son publicadas por la Universidad de Los Andes. Sin embargo, a pesar de que la Universidad Nacional cuenta con una sola revista en Q1, Profile, que equivale a una participación del 14%, tiene el mayor puntaje en el promedio de citas ponderadas recibidas en documentos publicados en los tres años anteriores (SJR) y, además, SCImago Journal Rank la ha catalogado como la mejor publicación periódica en Colombia.


Cuando una revista alcanza el primer cuartil, significa posicionarse en el 25% de las revistas científicas más prestigiosas en el mundo, lo que conlleva a que sea considerada un canal de comunicación de confianza para una comunidad amplia. Además, la clasificación Q1 demuestra que esas publicaciones periódicas son de interés científico y pertenecen a las más citadas, aunque las personas del común no las conozcan.


El indicador SJR muestra el número de artículos de producción citados, calculado a través del algoritmo de PageRank Google, que mide la visibilidad de las revistas que hacen parte de Scopus y dependiendo de su grado de importancia, tiene más o menos reputación. Por lo tanto, las citas no indican cuál es la mejor revista científica en Scopus, sino que indican solo el reconocimiento.


“No basta con tener muchas citas, sino que se deben tener citas en las revistas de mayor nivel de reputación en el mundo. Pero que existan ciertas revistas colombianas en Q1 es el argumento más

evidente de que se está haciendo algo bien”, expresó el director e investigador asociado de SCImago, Atilio Bustos.


Sin embargo, aunque “existe una idea de siempre estar creciendo en la revista -dijo el editor en jefe de la publicación periódica Palabra Clave, Jerónimo Rivera-, ese crecimiento no es siempre posible y casi nunca es fácil, sobre todo cuando el ascenso en ese ranking no depende de nosotros”. Este difícil proceso, que han y siguen enfrentando las revistas colombianas, se ve reflejado en los datos privados de Scopus del 2021. En el área de Comunicación, la revista científica Comunicar de España (Q1) es la primera más citada a nivel mundial, en segunda posición, le sigue El Profesional de la Información, también de España, y en tercer puesto, Cyberpsychology, de la Universidad Masaryk en República Checa.


En Colombia, Palabra Clave, de la Universidad de La Sabana, es la más citada con 110 citas en los últimos 5 años, mientras que la sumatoria de las seis primeras revistas de Scopus, incluyendo las mencionadas anteriormente, alcanzan las 1300 citas. La segunda publicación periódica colombiana de Comunicación es Signo y Pensamiento de la Pontificia Universidad Javeriana, la cual se ubica en el puesto 42 del conjunto más citado, recibiendo 33 citas.


Sin embargo, en términos de artículos, las cosas son diferentes. Las revistas colombianas son las que más publican a nivel internacional. Esto demuestra que existe una problemática entre el consumo, las citas y la divulgación, porque con base a los datos de Scopus, las revistas científicas colombianas tienen pocas citas, no son de interés para el lector, pero sí se consideran útiles para publicar.


Para mejorar este fenómeno, Juan Pablo Ossa, editor de la revista Colombia Internacional, de la Universidad de Los Andes (Q1), explica que “debe existir una separación entre la revista y la universidad, ya que la revista es un vehículo científico de una comunidad académica muy amplia. Esto ayuda a que lleguen más artículos y se pueda hacer una mejor selección. Cuando se hace una mejor selección, estos artículos van a ser más citados y van a tener más lectura y divulgación. Y ese número de citas hace que la revista tenga un mejor puntaje, esto quiere decir que está publicando artículos que tienen mayor impacto”.


Con el fin de aumentar el interés de lectura y, por ende, el número de citas de las publicaciones científicas colombianas, “el marketing editorial se debe aplicar. Con ayuda de las redes sociales, como canal alternativo, se crean y se aplican estrategias para impulsar esa visibilidad que se está buscando de la revista, sus temáticas y autores. Tenemos que entender que la revista va más allá de lo académico y lo científico, es un producto más que necesita ser conocido para que sea leído y sus citas aumenten”, mencionó la jefe editorial de la Dirección de publicaciones, de la Universidad de La Sabana, Irina Florian Ortiz.

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