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El periodismo como lección de vida

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María Fernanda Pantano Garzón

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Por su amplia trayectoria, Héctor Urrego ha sido catalogado como una eminencia en el ámbito del periodismo deportivo, específicamente en el ciclismo.

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Nació en Bogotá el 5 de febrero de 1945, actualmente tiene 76 años y, sin importar su edad, refleja vitalidad. Tiene una sonrisa discreta y permanente que refleja su amabilidad y la alegría con la que vive el día a día. Su cabello ondulado de color grisáceo demuestra el correr de los años y la experiencia adquirida de ellos. Lleva una camisa azul clara que resalta el color de su piel, luce impecable y bien organizado, su figura hace contraste con el lugar en donde se encuentra: una pequeña biblioteca.


Héctor Urrego luce paciente, concentrado y tiene una sonrisa en el rostro. Se define como “buen hijo, buen papá y buen profesional”. Tiene algunos referentes en el medio que lo inspiran a ser el periodista que es. El argentino Julio Arrastía, conocido como la biblia del ciclismo, es uno de ellos. Fue entrenador, comentarista e hizo parte del grupo de trabajo de RCN Radio hasta 1984. Luego, fue miembro de Caracol hasta 1989, año en el que se retiró. Héctor lo resalta como “el papá del comentario ciclístico, quien inventó la profesión de ser comentarista de un deporte tan lindo como el ciclismo”.


Y ese es su tema de conversación favorito, aun cuando no puede decir quién es su deportista preferido: “no soy capaz de escoger a un solo ciclista a lo largo de toda la historia del ciclismo”, que suma 70 años de vida en el país. Sin embargo, Urrego destaca a la leyenda que representa Martín Emilio “Cochise” Rodríguez, a quien describe como “el mejor corredor del siglo pasado, el mejor deportista de ese siglo”, y concluye: “hay que esperar a que pasen todos estos años para saber si Nairo Quintana, Egan Bernal o cualquiera de esta nueva generación puede ser el ciclista de la época moderna”.


Para hacerlo recordar algunos momentos gratos en el oficio, nos centramos en el momento más memorable que ha vivido alguna vez en el periodismo. Se ofrece a hacer un podio. En el tercer lugar ubica la victoria que más recuerda: “es el Dauphiné Liberé de 1984 en la que resultó victorioso Martín Ramírez”, prosigue con el segundo lugar que fue “la victoria de Lucho Herrera en la Vuelta España”, y finaliza con su medalla de oro, como él dijo: “la más grande, El Tour de Francia”.


En cuanto a su oficio periodístico, dice que “el periodismo te enseña, como la vida, a tener grandes satisfacciones y tristezas”. Y es que, a lo largo de su labor, Urrego recibió enseñanzas y valores que no se le borrarán fácilmente, pues el periodismo “te ayuda a distinguir entre lo bueno, lo malo, lo feo; no solo de la profesión sino del ser humano como tal”.


Héctor inició su experiencia en el periodismo trabajando en el diario El Tiempo “que ha sido y sigue siendo el periódico deportivo más importante del país”, según el periodista. Para él ese fue un momento importante, porque no contaba con experiencia alguna en el oficio, dado que se había graduado como docente de Educación Física en la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá en el año 67 y, gracias a la apertura de ese diario, terminó siendo “periodista por accidente” escribiendo prensa. Dentro de las instalaciones, compartió y aprendió de grandes periodistas como Humberto Jaimes, quien nació en Mompox, Bolívar. Fue el director de las páginas deportivas de El Tiempo durante 20 años. Era conocedor de todos los deportes y durante sus años de vida se destacó por su disciplina y exigencia a sus redactores. Quienes lo conocieron y fueron sus pupilos le decían 'maestro' por su amplio conocimiento en el campo. De igual forma, Urrego se codeó con periodistas como Hernán Peláez, Guillermo Fulleda y Andrés Alzate.


El 'profe', luego de escribir en las páginas de El Tiempo, se decidió por la radio, en donde lleva 44 años de experiencia. Su primera transmisión la hizo en Caracol en 1971 y sobre ello relata: “de manera accidental, resulté transmitiendo un campeonato mundial de ciclismo en Italia”. Luego de su cubrimiento fue llamado a seguir colaborando con la cadena, en donde, por 4 años, fue freelance y en sus palabras, “fue allí que me enamoré definitivamente de la radio”. Posteriormente, Radio Cadena Nacional le ofreció un puesto en 1976, y hasta el día de hoy sigue trabajando allí. Lo que más le gusta de transmitir en el medio radiofónico es el trabajo al aire libre cuando debe cubrir un campeonato. Disfruta, de ello, “estar en contacto con los deportistas aquí o en el exterior, estar en el frío, la lluvia, el calor”.


Como parte de la carrera de Urrego, ha asistido a más de 25 mundiales de ciclismo, entre ellos el Tour de Francia, la Vuelta a España y el Giro de Italia. También ha reporteado los Juegos Olímpicos y estuvo involucrado en uno de los más grandes cubrimientos del automovilismo en Colombia: el momento en que Juan Pablo Montoya empezó a incursionar en la Fórmula 1. Caracol y RCN, las máximas empresas radiales del país, se unieron para informar sobre este acontecimiento y lo escogieron a él como coordinador de transmisiones, lo que “fue un mundo nuevo y ha sido muy importante a nivel internacional”, según dice.


Héctor Urrego Caballero, es una figura importante en el periodismo del ciclismo, por no decir la más importante. Es un gran profesional pero, más allá de eso, es un gran ser humano que irradia humildad y serenidad a donde quiera que vaya.

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