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El reto del nuevo Ministerio del deporte

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Yuri Johana Montaño Pulido, Comunicación Social y Periodismo

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Los deportistas colombianos se ganan las medallas con las “uñas”, y el Estado las ostenta y se apropia de triunfos que no ha patrocinado.

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El reto del nuevo Ministerio del deporte
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Foto: Yuri Johana Montaño

Hace más de un año, Nairo Quintana, nuestro apreciado escarabajo del ciclismo colombiano, denunció a la Federación Colombiana de Ciclismo y a sus ligas departamentales por no llevar a los jóvenes ciclistas a los torneos internacionales, aun cuando habían ganado los cupos para participar.


En el ciclismo y en la mayoría de los deportes, exceptuando el fútbol (masculino), el Estado es un padre que aparece solo cuando sus deportistas están en lo alto del podio: ausente en las “duras” y vanaglorioso en las “maduras”.


La evidencia más clara es la gran Caterine Ibargüen, quien, siendo campeona nacional de atletismo, comía pescado y plátano con aguapanela porque su familia no tenía para más. Su entrenador para ese entonces, Wílder Yein, dijo que si la joven atleta estuviera en otro país, viviría como una reina. “Por falta de apoyo se está perdiendo el éxito”, aseveró.


En el 2008, Caterine migró a Puerto Rico gracias al cubano Ubaldo Duany, quien le ofreció una beca de estudios en la Universidad Metropolitana; allí despegó su carrera en el salto triple, ¡no en Colombia!

En el 2011, entrenando en un país ajeno al suyo, Ibargüen consiguió mejores resultados; obtuvo el tercer puesto en el Diamond League de Estocolmo, igualó la marca mundial en el Prix de Bogotá y ganó la Medalla de Oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.


Después de los nuevos logros de la atleta, Ernesto Lucena, director de Coldeportes y quien será el nuevo ministro del Deporte, dijo a la opinión pública: “Es un orgullo para Coldeportes, que ha sido forjador de su proceso desde la Liga de Antioquia”.


Lucena no solo evidencia el claro desconocimiento de las instituciones sobre la historia de nuestros deportistas, sino la tendencia del Estado a adjudicarse los logros de quienes representan al país con el corazón, a veces, sin un peso en los bolsillos.


Este año, el equipo de Rugby Subacuático hizo una vaca colectiva para asistir al mundial en Austria; los jóvenes de la Selección Nacional de Taekwondo pidieron limosnas en los semáforos para ir a los Juegos Sudamericanos, y los nadadores vendieron manillas con la frase “Yo apoyo al deporte”, para presentarse al Máster de Natación en Argentina.


A pesar de la creación del nuevo Ministerio, el gobierno sigue eligiendo no apoyar el deporte; redujo el presupuesto en un 12% para el 2020.


Nuestros deportistas son amparados solo por su talento.

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