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Haciendo historia en la cuerda floja: la relación bilateral entre Colombia y Venezuela

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Isabella Jiménez M.

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Tras décadas de conflicto y desacuerdos diplomáticos, estos países decidieron edificar una nueva etapa de diálogos y acuerdos. ¿Cuáles son los retos? ¿Qué deben aprender del pasado? ¿Cómo pueden construir una agenda mucho más integral?

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Colombia y Venezuela (Images in Freepik)

En primera instancia, es fundamental reconocer que las relaciones entre los dos países han sido históricamente volátiles. Por lo tanto, al hacer una recapitulación cronológica desde los últimos 20 años sobre las divergencias entre los países fronterizos, se comprenderán los cambios que llevaron a la reconstrucción actual de dicho acuerdo bilateral.


Los puntos clave iniciaron en 1999, cuando el presidente Hugo Chávez se declaró "neutral" ante el conflicto interno de Colombia, lo que generó un gran descontento en el presidente Andrés Pastrana, quien suspendió una cumbre bilateral prevista para ese año. Luego, en 2005, Hugo Chávez ordenó suspender las relaciones comerciales con Colombia tras la captura de Rodrigo Granda, portavoz internacional de las FARC. En 2010, Venezuela rompió las relaciones diplomáticas con Colombia, luego de que el gobierno de Álvaro Uribe lo acusara, durante una reunión de la OEA, de dar refugio a miembros de las FARC y del ELN, algo que Chávez negó. Ese mismo año, en noviembre, tras la posesión del presidente Juan Manuel Santos, el mandatario colombiano llamó a Chávez “su mejor amigo”, relanzando la relación bilateral.


Mas adelante, en 2015, Nicolás Maduro, el sucesor de Chávez, cerró el principal cruce fronterizo con Colombia como parte de una campaña en contra del contrabando, generando una crisis diplomática entre ambos países. Posteriormente, la situación empeoró. En 2019 se generó un rompimiento desmesurado de las relaciones colombo venezolanas cuando el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, reconoció a Juan Guaidó como mandatario legítimo de Venezuela, afirmando que la reelección de Maduro en 2018 había sido fraudulenta. Finalmente, el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, tras su posesión presidencial en 2022, decidió que se establecerían las relaciones con Venezuela y se daría reapertura a la frontera. Ahora, sobrellevar los retos para retomar dicha unión serán fundamentales para darle estabilidad a la relación fronteriza que se encuentra en la cuerda floja.


Esta unión bilateral ha sido estudiada por décadas por el Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario en alianza con la Fundación Konrad Adenauer (KAS), quienes presentaron el informe: “Edificando una nueva relación bilateral. Recomendaciones a las problemáticas de la relación bilateral y de frontera entre Colombia y Venezuela en un contexto de reactivación y reconocimiento mutuo”. Ronal Rodríguez y Daniella Monroy*, sus autores, expusieron las recomendaciones a las problemáticas de la relación bilateral en la frontera entre Colombia y Venezuela, en un contexto de reactivación y reconocimiento mutuo.


Para el informe se analizó la relación entre los dos países para proponer 11 recomendaciones y rutas de acción vitales que puedan contribuir a la hoja de ruta del gobierno de Petro; esto con la intensión de partir desde los gobiernos locales del área fronteriza, hasta las considerables necesidades e intereses de ambos gobiernos. Estas son las cuatro claves del informe:

  1. Reinstitucionalización de la relación bilateral y una agenda decenal para la relación colombo venezolana:

El Estado colombiano prioriza establecer una relación bilateral sólida con Venezuela. Para lograrlo, se propone crear una estructura institucional permanente que involucre a diferentes componentes del Estado, al Gobierno nacional y a las autoridades fronterizas. Se buscará también la participación de actores gremiales y organizaciones de la sociedad civil. Además, se plantea la creación de una nueva instancia de negociación y solución de controversias basada en el Tratado de 1939, adaptado a las necesidades actuales.


Como lo afirmó la Vicedecana del Observatorio de Venezuela, Francesca Ramos: “Esta no es una narrativa, es una realidad para gestionar. La falta de diálogo era insostenible y los costos fueron altos para ambos gobiernos”. Por lo que ambos países trabajarán juntos para desarrollar una agenda bilateral a diez años, estableciendo bases, metas y un proceso de verificación del cumplimiento. Se enfocarán en consensos internos y binacionales, incluyendo la realización de un censo de residentes y ciudadanos dobles a lo largo de la década.

  1. Regreso de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones y espacios multilaterales:

Colombia debe impulsar que Venezuela obtenga la condición de País Miembro Asociado en la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para regular su participación en los órganos y relaciones con los países miembros. La CAN debe ser vista como un mecanismo para acordar normas comerciales con Venezuela. Colombia debe promover un Programa de Liberación de Bienes que incluya productos de interés mutuo, eliminando aranceles y fomentando el libre comercio. Además, Colombia debe trabajar en el regreso de Venezuela a la CAN, abordando temas políticos, migratorios y derechos humanos de manera integral junto con el Acuerdo de Alcance Parcial.


Fundamentando lo anterior, el pasado 30 de mayo, en el conversatorio sobre la retoma de relaciones entre Colombia y Venezuela, el director de Integración económica del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Germán Prieto, afirmó que “la recuperación económica lleva a la institucionalidad, el acuerdo de alcance parcial 28 demuestra que el comercio entre Colombia y Venezuela nunca se suspendió, este se redujo parcialmente y, ahora, con el restablecimiento de las relaciones, se fortalece el contacto permanente con las autoridades para el monitoreo de flujo en los puentes para brindar seguridad y garantías a los comerciantes que transitan por allí”.

  1. Movilidad humana en la zona de frontera:

La Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) será reconocida como documento de identidad válido en Colombia y Venezuela, respaldada por una plataforma tecnológica para registro automático de portadores y movimientos fronterizos.


Proporcionar acceso a la población con TMF al sistema de salud contributivo y subsidiado reduce los costos y evita la corrupción. La atención de emergencia de los venezolanos residentes en Venezuela en Colombia afecta a las instituciones de salud en la frontera. Sin embargo, con la inclusión en el sistema se garantizará la sostenibilidad y un registro preciso.


La TMF se convertirá en documento para acceder a servicios financieros y registro tributario, permitiendo a los beneficiarios abrir cuentas de ahorro y utilizar servicios bancarios. Los impuestos recaudados por la población pendular se destinarán a modernizar la frontera y mejorar los instrumentos de control y seguridad. Además, parte de los fondos se utilizará para proporcionar un seguro básico de salud en casos de emergencia.

  1. Programa binacional de educación en la zona de frontera:

Crear programas para formación ciudadana dirigidos a población adulta proveniente de Venezuela, tanto migrantes como retornados, para fortalecer su interacción con las autoridades e instituciones colombianas, tener conocimiento de sus deberes y las rutas existentes para reclamar sus derechos.

En departamentos fronterizos con migrantes en edad escolar se deben adaptar currículos para incluir la historia y geografía de Venezuela respecto a la frontera, fortalecer competencias ciudadanas y sociales, preparando a estudiantes para vivir en dualidad política y económica, teniendo como prioridad la convivencia en sistemas políticos diferentes.


En la presentación del informe, personajes como Francisco Coy, viceministro de Relaciones Exteriores, generaron cuestionamientos respecto a los retos que conllevarán dichas propuestas planteadas por el Observatorio de Venezuela como: “¿Se tendrá la capacidad de llegar a datos institucionalizados? ¿Será posible plantear un censo formal y veraz respecto a quienes se encuentran en la frontera?”. Lo cierto es que, con estas condiciones, el restablecimiento de las relaciones será un proceso que tomará tiempo y habrá que disponerse de diplomacia y buena estructuración para mejorar la gestión fronteriza, entendiendo este como un proceso progresivo.

Si bien se acercan las elecciones presidenciales de Venezuela, la incertidumbre respecto a la fortaleza del reciente restablecimiento de las relaciones con Colombia también toca a la puerta.


En exclusiva, se le planteó a Ronal Rodríguez, vocero del observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario y coautor del informe, cómo podría verse afectada la reconstrucción de “la nueva relación bilateral” con la posible llegada de un gobierno distinto a Venezuela en el 2024. A lo que el internacionalista respondió: “Por el momento todo parece indicar que habrá una continuidad del régimen venezolano, lo cual es malo a largo plazo para Colombia porque si Venezuela no está en democracia, nosotros tenemos una afección directa. Cualquier proceso de construcción de paz en nuestro país se va a ver truncado por la presencia de actores armados, la relación que tienen ellos con el régimen y, en ese orden de ideas, habrá que trabajar en construir espacios en los cuales poco a poco institucionalicemos la relación. De esta manera, independientemente de quién esté en el gobierno en Venezuela o en Colombia, podamos apostarle a una lógica entre Estados y no entre gobiernos”.


*Investigadores del Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario.

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