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La magia de un retrato sincero

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Juana Valentina Vargas Robles, estudiante de Comunicación Social y Periodismo

Fecha:

La última película de Joachim Trier, en la que Julie busca su significado en el mundo moderno, demuestra que son infinitos los caminos en la búsqueda de la felicidad.

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Foto:

Título original

The worst person in the world

Director

Joachim Trier

Reparto

Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Herbert Nordrum

Género

Drama, Romance

Duración

121 minutos

Año

2021

País

Noruega

Tráiler

https://www.youtube.com/watch?v=w_cV1q02cyE

La búsqueda de felicidad e identidad puede conducir a caminos distintos y no hay mejor ejemplo de esto que la última película de Joachim Trier, en la que Julie busca su significado en el mundo moderno.


El drama romántico es uno de los géneros más complejos y sobrevalorados del cine. Las romcoms, películas románticas ligeras que se centran únicamente en el desarrollo amoroso, se apoderaron del género y han dejado, a lo largo de los años, una imagen errónea de lo que estos filmes pueden ofrecer. Sin embargo, ‘La peor persona del mundo’, presenta un resultado glorioso que combina distintos estilos y termina ofreciendo una experiencia cinematográfica única.


La cinta sigue la vida de Julie a lo largo de 12 capítulos en los que se presenta un montaje de sus días universitarios, sus aventuras románticas, decisiones valientes y cambios inevitables. Es el retrato perfecto de una mujer que se encuentra construyendo un espectro de sus deseos internos, necesidades emocionales y sueños profundos.


En un momento de crisis existencial Julie deja todo atrás y toma la valentía e incluso el egoísmo necesario para dejarse llevar por su intuición. Ella decide acabar su relación con Aksel, su pareja estable, y embarcarse en un remolino de emociones que brotan por Eivind, un nuevo amante que la reta y la lleva a un punto distinto en su vida.


La interpretación de Renate Reinsve es un acto de pura magia actoral. De hecho, Reinsve obtuvo el Premio a Mejor Interpretación en el Festival de Cine de Cannes 2021. Es magistral cómo la actriz es capaz de conducir a su personaje a lo largo del filme y en distintas facetas sin perder la esencia que la caracteriza. Adicionalmente, construye muy bien a Julie en términos de modulaciones reveladoras como la sonrisa cuando intenta llorar o su manera de bailar.


Una cinta tan compleja y bien realizada no sería posible sin un trabajo impecable por parte del director. En este caso, el cineasta noruego Joachim Trier es capaz de crear un filme conmovedor y sofisticado dentro de una historia relativamente simple que persigue las preguntas más “banales” como ¿realmente esto es amor? ¿qué estoy haciendo con mi vida? o ¿estoy haciendo las cosas bien?

A esto hay que añadirle el indiscutible amor de Trier por Oslo. La ciudad ha sido musa de su trabajo durante años: en 2011, el director presentó Oslo, August 31st un drama sobre las adicciones a las drogas, y seis años después, en 2017, entregó Thelma, una cinta que explora el tema de la telequinesis y que tiene lugar en la soñada capital de Noruega.


Ahora bien, la construcción de escenarios sensacionales e inimaginables es una de las principales características de esta película. A lo largo de los 121 minutos que dura la cinta, los espectadores se sorprenden con las situaciones planteadas. Sin embargo, hay dos escenarios que resaltan por su impacto cinematográfico y narrativo. El primero de ellos es cuando Julie está a punto de decirle a Aksel que lo dejará y sale corriendo a buscar a Eivind mientras el mundo entero se detiene. El segundo, más alucinante aún, es cuando decide comer hongos con Eivind y se muestra una secuencia de imágenes que transmiten la sensación de ser psicoactivas.


En términos técnicos, la estructura literaria que maneja es un acierto definitivo y la figura presente del narrador ayudan a guiar el hilo conductor de la historia. La música permite un acompañamiento engañosamente alegre pero que en el fondo tiene un significado escondido dentro de las letras del musico Harry Nilsson. Por último, el guion, en manos del Joachim Trier y Eskil Vogt, es digno de una reverencia, frases como: “Me siento como una espectadora de mi propia vida” marcarán más adelante a generaciones enteras y me atrevo a decir que la calidad del guion se asemeja a la de la cinta Before sunrise.


Esta película plantea una de las historias más reales y poco ortodoxas que se han visto en el cine. Cada minuto que transcurre en la pantalla grande, los creadores son capaces de plantear un pensamiento único y complejo. Sin duda alguna, esta es una propuesta distinta, que vale la pena ver, y que, a fin de cuentas, demuestra la supremacía del cine europeo.

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