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Mario Mendoza, el escritor que hizo de Bogotá un personaje literario

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Mariana Serrano Pérez

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Es fácil reconocerlo por su poderoso estilo de escritura; la forma en que describe a los personajes ocultos, imperfectos, tímidos y oprimidos que nos rodean o quizás por el modo en que nos ayuda a descubrirnos. Es esa versión perdedora, triste, derrotada pero valiente a la vez.

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Portada de la novela gráfica Satanás, escrita por Mario Mendoza e ilustrada por Keco Olano.

Nació en Bogotá, la ciudad que aparece en muchos de los 30 libros que ha escrito a lo largo de sus 59 años. Durante su carrera ha vendido más de 100.000 ejemplares anuales, una cifra enorme para el mercado editorial colombiano. Mario Mendoza menciona que no tiene esposa ni hijos porque lo más importante para él es su trabajo y lo sacrificó todo.


Es un hombre paciente y fuerte, de tono de voz bajo y con poco contacto visual. No tuvo miedo de dejar su vida tranquila y estable como profesor, pues necesitaba más tiempo para trabajar en su pasión; ni siquiera se dio cuenta cuándo se convirtió en escritor de tiempo completo.


A la corta edad de 7 años, Mendoza fue hospitalizado por más de siete meses por una peritonitis gangrenosa. En una de sus entrevistas con Marlon Becerra en el año 2013 mencionó que las personas que lo visitaban en aquel entonces le obsequiaban balones, regalos pocos útiles en su condición. Sin embargo, una de sus tías le llevó el libro Cuentos de Hadas Franceses, libro que recuerda con mucha ternura. Esas páginas se convirtieron en su única realidad. Mario Mendoza salió del hospital llevando en una maleta su primera biblioteca, fruto de los regalos de los visitantes. “Yo creo que si no me hubieran llevado esos libros quizás yo no sería un escritor y quién sabe qué hubiera sido de mí. Así es que un libro es fundamental, un libro es clave”, afirmó.


Cuando era joven, nunca imaginó que se convertiría en quien es ahora. A los 18 años dejó su hogar, una familia sólida con problemas frecuentes entre sus padres, de clase media y que le proporcionó una buena educación y vivienda al norte de Bogotá. La razón de su partida fue estudiar filosofía y literatura. Así, su vida dio un giro y terminó en una pensión del barrio de La Candelaria. 


Una de las experiencias que cuenta con dolor es de la época de 1985, cuando se vivió el debilitamiento del proceso de paz adelantado por el presidente Belisario Betancur con el M-19 y las FARC. Los colombianos atravesaban una profunda crisis de valores producida por el creciente poder del narcotráfico, motivo por el cual el M-19 ingresó al Palacio de Justicia porque denunciaban que meses atrás el Ejército había incumplido el cese al fuego y se había revivido la extradición. Mendoza casualmente estaba pasando por aquel lugar en ese momento.


Luego de su aventura de supervivencia, su padre decidió pagar su licenciatura en Letras en la Universidad Pontificia Javeriana. Trabajó medio tiempo en una librería para mantenerse, pero pasara lo que pasara, no tenía suficiente dinero y encontró muchas dificultades económicas. Sin embargo, no le faltó nunca formación académica y contacto con diferentes culturas que aún influyen en su estilo literario y en su capacidad para abordar temas universales con una mirada única.


Un inicio determinante: la novela negra


Su primer libro fue La Ciudad de los Umbrales (1992), con el que adentra a sus lectores a un mundo oscuro y misterioso. El autor explora la violencia, la corrupción y la redención mediante la historia de cinco amigos, la gran mayoría universitarios, que investigan un asesinato. Una de las ventajas de este libro es su capacidad para mantener al lector interesado de principio a fin. Basado en la labor de un reportero, Mendoza creó una trama llena de complicaciones inesperadas que mantienen el caos.


Le sigue Scorpio City (1998). Se caracteriza por romper la línea tradicional que demuestra que el bien siempre triunfa sobre el mal. El libro analiza la realidad no solo de Bogotá sino la de un país sumido por la corrupción y hambre poder. Su protagonista es un detective que, en busca de hacer su mejor trabajo, se envuelve en buscar la verdad detrás de la muerte de unas prostitutas. Este caso lo lleva a investigar sobre sectas.


Otro libro destacado y por el que más se le conoce es Satanás (2002), generador de un impacto significativo en la literatura colombiana, tanto que ganó el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral en España y ahora pertenece a los títulos míticos que se consiguen en las mejores librerías o en casi cualquier puesto callejero. La novela está basada en la vida real de Campo Elías Delgado, autor de la masacre en el restaurante Pozzetto de Bogotá.


El premio le dio el reconocimiento que necesitaba como escritor, pero en una entrevista comentó que no pudo disfrutarlo como quería, pues se encontraba en un mal momento económico y no tenía seguridad de cuál sería su futuro.


Cobro de Sangre (2004) captó las ansias de un número masivo de lectores, convirtiéndose en uno de sus éxitos más grandes publicado hasta el momento. Narra parte de la juventud de Samuel Sotomayor, quien carga una enorme deuda. Sus padres fueron brutalmente asesinados y quiere encontrar al homicida. Al lograr su venganza involucra a varios de sus amigos, quienes esperan liberar toda su furia. El autor busca exponer la degradación social de Colombia, recorriendo los rincones más oscuros de su violencia política y cotidiana. Ilustra a través del personaje hechos urbanos de esa época.


Otras obras destacadas de Mario Mendoza incluyen Relato de un asesino (2001), donde explora la mente de un asesino en serie, y Buda Blues (2009), que aborda cuestiones existenciales y espirituales a través de las vivencias de dos amigos, que recorren el bajo mundo hasta encontrarse a sí mismos.


Nuevos abordajes


Mensajero de Agartha 1- Zombies (2015) trajo una nueva apuesta narrativa de Mendzoa. Fue su primer libro de una saga de aventuras de 10 tomos. Felipe Isaza, su protagonista, recorre los lugares más misteriosos del continente americano. Bajo la dirección del Maestro Mister Ling, Felipe, junto a sus tíos, emprende una aventura por el Amazonas para encontrar El Dorado, lugar que despertó la fiebre del oro de los exploradores. Además, la lectura es acompañada por ilustraciones.


Una de las personas que más conoce el trabajo de Mario Mendoza es Andrés Grillo, su editor en Editorial Planeta.  “Él ha sido un abanderado de la lectura, los libros, las bibliotecas durante años. Es un tema que lo apasiona. Creó El mensajero de Agartha para que los niños se enganchen con las historias desde pequeños con las aventuras de Felipe en maravillosos paisajes de Latinoamérica. Creó esta saga pensando en los libros de aventuras de Salgari y Verne, y en las novelas gráficas de Tintín que estallaron su imaginación cuando era niño. Leyó las historietas con las que creció toda una generación y de ahí le vino una inspiración para hacer la serie de los cómics”, afirma Grillo.


“Su idea es que estos cómics se conviertan en material de lectura para las nuevas generaciones y poco a poco ha visto los resultados. Hace unos días en Pasto, Nariño, una profesora nos mostró una foto de sus estudiantes con las caras cubiertas por cómics. Esa pasión por la lectura es la que atraviesa toda la obra de Mario. En las firmas en las ferias aparecen profesionales que leyeron a Mario como estudiantes y ahora comparte la afición con sus hijos. Creo que Mario es el gran abanderado de la lectura en este país”, complementa Grillo.


Durante la pandemia en la que la muerte dominaba el planeta, escribió Leer es Resistir (que se publicó en 2023), una serie de relatos protagonizados por escritores y lectores en un llamado a recordar que la lectura es un poder que significa libertad, resistencia y desafío.


Mónica Montes, jefa del Departamento de Lingüística, Literatura y Filología en la Universidad de La Sabana, opina: “Mario Mendoza muestra una problemática de una ciudad fragmentaria caleidoscópica y también bipolar. De las lecturas que ha hecho, se logra detectar como a él también le obsesiona un autor brasileño de novela negra que es Rubem Fonseca, que habla de la de la ciudad criminal, Sao Paulo, donde abunda el crimen llena de suburbios. Bogotá, de hecho, se presta para esto. Creo que él nos hace conscientes de una violencia endogámica, de una violencia que está en todos y eso es un valor. Igual me parece que es un hombre de una profunda sensibilidad que está aportando claves y aportando lecturas, aportando códigos para interpretar lo que somos”.


Mario Mendoza es un autor que utiliza sus habilidades de escritura para explorar los aspectos oscuros y obvios de la vida, el caos social y político, al tiempo que presenta una perspectiva crítica y honesta. ¿Qué viene ahora con tantos cambios al mismo tiempo? Lo más seguro, un nuevo testimonio de su profunda investigación y destreza literaria.


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