top of page

Un sinfín de ideas millonarias 

pulzo.jpg

Danna Lorena Obando Bernal, Comunicación Social y Periodismo

Fecha:

Daniela Moscarella, la joven que le apuesta al emprendimiento desde que tenía 14 años, al punto de haber sido reconocida como una de los 101 genios de negocios en Colombia. 

Lea también:
Manuela Álvarez, confección de una mujer
Un sinfín de ideas millonarias 
Foto:
​Foto: dinero.com

Daniela es una joven empresaria, una mujer elegante con una sonrisa que irradia su energía desbordante en el lugar que se encuentre. Con tan solo 20 años creó su primera empresa, We Love Nails; bar de belleza. Fue además fundadora de Mama Soaps, empresa de jabones naturales reconocidos nacional e internacionalmente. Posteriormente montó Boost Colombia, una agencia de estrategias digitales para emprendedores. Y finalmente desarrolló el proyecto de Mujeres Visionarias, con el objetivo de empoderar a su género.


Daniela Moscarella es una persona con espíritu emprendedor. Creció en un hogar de retos, adrenalina y metas por cumplir. Su abuelo era un empresario ruso-judío involucrado en la industria textil. Desde muy niña tuvo claro que no quería una vida tranquila, sabía que tenía retos grandes y quería mediante ellos contribuir a su país, Colombia. Con tan solo 14 años empezó a recolectar en una carpeta diferentes ideas de negocio que se le iban ocurriendo sobre las cuales podría trabajar en el futuro. Por eso decidió estudiar Administración de Empresas en la Escuela Superior de Estudios Administrativos, CESA, institución en la que ganó la feria de espíritu emprendedor con el premio al mejor proyecto de investigación en 2010 y nuevamente en 2013.


Una de las ideas de esa gran carpeta iba encaminada hacia las uñas. Daniela ha sido una amante de su estética. Si está brava, se las pinta de negro. Si está feliz, de colores. Se trata de un rasgo que ha marcado la personalidad de esta mujer.  Cuando iba a arreglárselas, cuenta Daniela, se quedaba dormida porque le parecía aburrido tener que esperar haciendo nada.


“Yo quería montar el primer lugar de uñas que fuera una experiencia para compartir entre mujeres”, recuerda sobre su idea inicial. Poco a poco empezó a investigar el tema y se encontró que en algunas partes del mundo existían bares especializados en el arreglo de las manos. En Asia era una tendencia muy fuerte y ella entendió el potencial que podía tener un espacio de estos en Colombia por lo que se animó a realizar un proyecto. “Si yo no hacía esto, alguien más lo iba a hacer”, aseguró.


En 2012, mientras cursaba octavo semestre en su universidad, se dio cuenta de que el sector de belleza de las uñas se estaba volviendo tendencia en Colombia. Los esmaltes craquelados, con efectos y neón, empezaron a ser parte de la moda en el país. Cuenta Daniela que sabía de la importancia de crear su empresa en ese momento.


Al no contar con los recursos suficientes, comenzó a trabajar como bartender en un bar que hoy en día se llama “El fabuloso”, y que en ese entonces se llamaba “The March”. Esa experiencia fue muy dura para Moscarella, porque además, en ese momento, la empresa familiar de textiles se había quebrado por la crisis del sector que afectó a Colombia. Sabía que no era un buen momento, pero tenía claro que podía sacar provecho de esa barra de ese bar y encontrar contactos.

Daniela conoció gente del exterior de todos los perfiles: grandes y pequeños empresarios de todos los sectores y posiciones y buscó rodearse muy bien de las personas de ese mundo.


Cuando quiso dar el paso de montar su propio negocio con las uñas empezó por los bares de sus amigos. Les propuso hacerles las uñas a los clientes los fines de semana en estos establecimientos durante las horas muertas. Daniela invitaba a mujeres a los bares, ellas iban acompañadas por hombres, todos consumían y ella se quedaba con el producto de su trabajo.


“Toqué muchas puertas, las personas me decían que estaba loca y que no iba funcionar”, recordó Daniela con nostalgia, pero con gran satisfacción de no haberse rendido y haberse convertido en lo que es hoy en día: una mujer admirada y reconocida por sus ganas de salir adelante sin importar la dificultad.  Muchos de sus amigos le cerraron las puertas. Tiempo después llegó alguien que le dio el apoyo y la impulsó con sus sueños.


Es por esto que, dice Daniela, apoya cien por ciento el emprendimiento y a todas aquellas personas que tienen una idea, un sueño y no saben cómo hacerla realidad. “El miedo te ofrece dos caminos, el que te para o el que te impulsa a hacer lo que deseas”, comentó con una gran sonrisa y certeza de que cualquier persona que tenga las ganas y la idea puede lograr su objetivo, utilizando el impulso positivo que genera esta angustia.


Así decidió, a los 21 años, emprender con lo que sería el primer bar de uñas en Latinoamérica ¨We Love Nails¨.


La empresa cuenta actualmente con casi 4 millones de seguidores en redes sociales, el principal medio por el que se dio a conocer este original bar. De ahí en adelante ha experimentado crecimiento muy rápido esta empresa que hoy es reconocida en su sector en Colombia.


En ese tiempo estaba trabajando paralelamente en una banca de inversión, en la que realizaba sus prácticas universitarias. Allí estructuró todo el sistema financiero para vender su empresa. Consiguió inversionistas que financiaron el negocio y el sueño se hizo una realidad.


Posteriormente montó su primer bar en la calle 85, de Bogotá, en un local de 60 metros. Recuerda que fue una gran experiencia empresarial. De ahí en adelante le siguieron cinco años de crecimiento hasta llegar a tener una casa de 205 metros, en donde ya no solo se hacen uñas, sino que se ofrecen todo tipo se servicios de peluquería y maquillaje.


La revista Dinero la destacó como uno de los 101 genios de los negocios en Colombia y We Love Nails estuvo nominada como la empresa más innovadora del país en los Premios Portafolio 2015.


“Para mí es muy importante sentirme feliz con lo que hago, levantarme todos los días y estar emocionada por hacer lo que amo y lo que me apasiona”, aseguró.


En 2017 llegó un momento de evolución. Ocurrió de repente, una mañana cuando se estaba parando de la cama y se dio cuenta de que ya no quería seguir más con “We love Nails”. Y no porque en ese momento la parte financiera fuera un problema.


Ese primer negocio le había abierto un panorama empresarial y mientras crecía había generado otros dos proyectos: el primero, de estrategias digitales para emprendedores y el segundo, de jabones naturales.


El primero, Boost Colombia, nació por el poder que Daniela tenía en redes sociales. Ella llegó a manejar quince cuentas simultáneamente a través de las cuales ayudaba a las personas a creer y crecer en el ámbito digital. El segundo, Mama Soaps, la empresa de jabones que fundó en sociedad con su mamá, fue una idea que surgió al verla en la cocina haciendo un jabón en forma de Cupcake.


Actualmente, Daniela hace parte de varias juntas directivas, es conferencista y panelista de temas de emprendimiento e influenciadora digital. También tiene su propio blog de emprendimiento en el que comparte todos sus conocimientos y experiencias con otros jóvenes interesados en lanzarse al ruedo de los negocios.


“Este año tuve la felicidad de estar nominada dentro de las 100 mujeres transformadoras del país por la Silla Vacía”.


Hace poco tiempo vendió “We Love Nails” para enfocarse en la consolidación de otras empresas en las cuales ha estado trabajando junto con su madre. “Un emprendedor debe saber soltar e ir detrás de nuevos y mejores sueños”, manifestó.

bottom of page