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Volar un helicóptero Black Hawk no distingue el género

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Diana Marcela Bejarano Ritacuba, Comunicación Social y Periodismo

Fecha:

Viviana Yesenia Forero, oficial del Ejército es la primera mujer piloto de un helicóptero Black Hawk. Es una mujer pionera en un área, hasta hace poco, reservada a varones.

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Foto:
Diana Bejarano

Esta mujer de mirada dulce, pies firmes, carácter fuerte y capaz de lograr lo que se propone es la inspiración de otras muchas jóvenes que le siguen los pasos en esta difícil carrera. Con apenas 25 años, nacida en Cajicá, ella es considerada como un referente para muchas que se abren campo en áreas en las que no tenían cabida hace muy poco tiempo.


La motivación para convertirse en militar surgió de su padre, quien tuvo contacto con la institución cuando prestó servicio militar y luego como agente de la Policía Nacional. Esta formación fue una influencia que le hizo surgir el amor profundo de servirle a la Patria y estar siempre al servicio de la población civil, según relató. El ejemplo paterno fue definitivo para saber desde muy pequeña lo que ella quería ser en el futuro: “Estoy completamente apasionada y comprometida con el servicio hacia nuestra patria”, esa es la razón principal por la que quiso pertenecer al Ejército Nacional.


Muchos pensarán que por ser mujer quizá haya afrontado episodios de machismo o discriminación. Pero su experiencia ha sido muy diferente. En su concepto, el Ejército Nacional ha venido abriendo las puertas de las diferentes especialidades, no solo a ella, sino a las demás mujeres que en los últimos tiempos se han incorporado para que sean parte activa del Ejército en todas sus especialidades.


En esta transición, las mujeres se entrenan y se capacitan igual que los hombres y realizan las mismas funciones. Por ello, Forero considera que este proceso es más una transición para saber si realmente se realiza el mismo trabajo. Pero también lo ve como una responsabilidad para las mujeres que son pioneras y que están abriendo campo en esa especialidad, porque se trata de demostrar que tienen la misma capacidad de los hombres.


Ella afirma que, en este caso en particular, volar un helicóptero Black Hawk no distingue en ningún momento el género; es demostrar que las mujeres tienen las mismas capacidades que tienen los hombres. Mientras pronuncia las palabras Black Hawk su rostro se muestra un poco más alegre y sus ojos se llenan de ilusión. Recuerda la primera vez que lo voló y sin duda refleja un cambio de humor.


El helicóptero Black Hawk es una aeronave con capacidades de hacer infiltraciones, rescates, evacuaciones aeromédicas, transporte, extinción de incendios y ataques, razón por la cual se convierte en ficha importante para el Ejército Nacional.  El helicóptero UH-60 Black Hawk, de origen estadounidense, es una de las armas que más significado tiene en Colombia, pues aparte de su utilidad táctica y logística, fue clave en la ventaja militar para reducir las amenazas contra el Estado y la sociedad durante las etapas más cruentas del conflicto, y su uso sigue teniendo vigencia.


¿Cómo hizo la joven Forero para cumplir ese sueño de volar? Cabe resaltar que llegar a la aviación del Ejército Nacional se logra por méritos. Y solo los que tengan los mayores son los llamados.

La teniente había escogido inicialmente la especialidad de inteligencia militar y allí en su unidad le iba muy bien en su trabajo. Esta aventura se inicia cuando sus comandantes vieron en ella las cualidades y capacidades que la destacan sobre muchos de sus compañeros, por lo que la enviaron como candidata para presentar las pruebas para el curso de piloto.


Todas las personas llegaron de la misma manera a la Escuela de Aviación del Ejército Nacional. El proceso de selección tardó entre dos meses y medio o tres meses, luego del que se definen las cualidades físicas, psicológicas y médicas, en las que se debe obtener una evaluación del 100% para ser elegido. Tras este proceso, el perfil de la teniente fue considerado apto para comenzar el curso de piloto.

Al transcurrir unos cuantos minutos de la entrevista con Forero, el ambiente se volvió más agradable; así que empezamos a hablar un poco de su experiencia en esta aventura. Ella tomó el curso básico de Piloto Militar de ala rotatoria, que dura nueve meses, dividido en 6 fases; una de tierra y 5 de vuelo. Inicialmente en la etapa de tierra se obtienen los conocimientos básicos que debe tener un piloto acerca de temas aeronáuticos y los conceptos básicos de la aeronave que se va a volar. En su caso, el helicóptero TH-67 Creek. Luego de aprobar los exámenes teóricos y sobre las condiciones de tierra puede pasar a lo importante: las diversas fases para lograr sentarse en el puesto del piloto.


Cada uno de los pasos va de acuerdo a un nivel de eficiencia y conocimiento que debe ir adquiriendo. En la segunda fase de vuelo se realiza una ceremonia, muy significativa para los aspirantes pilotos, que se llama “el vuelo solo”, que es el primero en el que no va el instructor sino el alumno junto con otro compañero, que también está en proceso de aprendizaje.


Ahí es cuando se ponen a prueba todos los conocimientos. Para Forero fue un vuelo muy bonito, una experiencia única, en particular porque tuvo la oportunidad de estar acompañada por gran parte de su familia. Tras el vuelo, la ceremonia continúa con una tradición que consiste en beber un trago amargo y otros rituales que quedaron guardados en el recuerdo, según relata, mientras hace un leve suspiro y deja ver su sonrisa.


Posteriormente, continúan las siguientes fases de vuelo hasta la última que se denomina “fase nocturna”, que como su nombre lo indica, se trata de volar de noche.  Los vuelos previos son de reconocimiento para ambientarse a lo que sería esta experiencia completamente diferente a hacerlo de día, ya que de noche los objetos pierden su forma, su color… Después de esos vuelos de ambientación viene a hacerlo con el lente de visión nocturna, que en la aviación del Ejército Nacional consiste en la mayor capacidad que tienen los helicópteros Black Hawk para realizar este tipo de vuelos.


Luego de este primer curso viene ahora sí el de piloto de Black Hawk, en el batallón de entrenamiento del Ejército Nacional, que dura aproximadamente 3 meses. Como el anterior, este nuevo curso tiene una fase inicial de tierra, para conocer todo lo básico de este helicóptero y empezar a entender el funcionamiento del vuelto. Luego seguirán las fases de las misiones de vuelo. Habiendo atravesado todas estas fases, finalmente, logró culminar satisfactoriamente este curso y es así como se convirtió en la primera mujer piloto de helicóptero en la unidad Black Hawk del Ejército Nacional.


En esta etapa de formación y carrera profesional como piloto, su familia ha sido un pilar muy importante. Muy emocionada, como un niño al recibir un juguete nuevo, o con el mismo entusiasmo de decir que es la primera mujer piloto del Ejército Nacional afirma: “mi familia lo ha sido todo en mi vida, sin mi familia, no estaría donde estoy”.

Desde el inicio, cuando quiso entrar el Ejército Nacional, esto se convirtió en un reto tanto personal como para su familia. Por ello, afirma que todos esos reconocimientos y títulos que ha recibido no son más que por ellos y para ellos, porque son las personas que han estado constantemente apoyándola desde el inicio.


Recuerda que se presentó dos veces a la Escuela Militar, ya que la primera vez no pudo pasar, sin embargo, considera que todo tiene un principio y un fin, así que la teniente no hallaba en su vida otra cosa que ser militar y pertenecer al “glorioso Ejército Nacional”, como ella misma lo denomina.


A lo largo de su carrera militar ha vivido todo tipo de experiencias. Una positiva, que recuerda con orgullo y pasión, es haber realizado el curso de paracaidista militar. El hecho de saltar de un avión al vacío es una cosa realmente impresionante, afirma con una voz de felicidad. “Es un curso muy bonito, una experiencia bastante emocionante, con adrenalina al 100%”, recuerda. Para ella, ese curso fue algo muy arriesgado que realizó y que volvería a hacer sin pensarlo dos veces, pues algo que caracteriza a la Teniente es el coraje y la valentía para realizar las cosas.


Por otra parte, Forero no califica algunas experiencias como negativas, sino como “de emergencia”, como cuando el helicóptero que piloteaba sufrió una baja de potencia en uno de los motores durante un vuelo en el Catatumbo. Fue una situación complicada por las condiciones del terreno, la presencia del enemigo… Entonces esa fue una situación en su momento bastante impactante”, termina mientras su voz se torna un poco perdida y su rostro, algo confundido.


A pesar de los obstáculos que ha tenido en su corta pero muy enriquecedora carrera, nunca se le ha pasado por la cabeza retirarse de la milicia. “Realmente esto es lo que me apasiona y lo que me complementa”, afirma Forero. Además, la labor que realiza en la aviación es apoyar a los soldados en el área de operaciones. Realmente es muy gratificante para ella, como mujer y militar, llegar hasta ciertos lugares a los que solamente han ido hombres, poder llevar allí el lema que tienen en la aviación del Ejército Nacional: “Ser las alas en las botas de los soldados”(…). A Forero le apasiona realizar esa labor, y lo hace con mucho amor y pasión, motivo por el cual nunca llegará a retirarse por voluntad propia.


Cabe resaltar que es difícil en ciertos momentos que la familia esté lejos, que las fechas importantes como Navidad o cumpleaños no pueda compartir con ellos, pero es algo que desde que la Teniente entró a la escuela, la familia lo sabe. Forero entró al Ejército Nacional con la única misión de servir, servir a la patria y servirle a nuestro país.


En cuanto a sus miedos, no son por su profesión, sino algo más personal, como perder a un ser querido, eso es a lo que más le teme en estos momentos de su vida, pues ella sabe que a pesar de no compartir algunas fechas importantes con su familia o no estar siempre en contacto físico, ellos significan mucho para ella.


Finalmente, los proyectos de la teniente Forero están enfocados en la aviación. Su meta será convertirse en piloto instructora de Black Hawk, pero sabe que para lograrlo primero debe ser piloto al mando. Esta aeronave cuenta con dos pilotos, y al que le corresponde el mando es el que tiene la responsabilidad y el que toma las decisiones.


Por ahora, Forero es piloto, la que ocupa la segunda silla. Así que debe cumplir con ciertos requisitos de horas y ciertas condiciones de aptitud para ser ascendida a piloto al mando y posteriormente aspirar a convertirse en piloto instructora de Black Hawk, algo en lo que también seguramente será pionera entre las mujeres.


La teniente, como se diría en Colombia, es una mujer “echada pa’ lante’”, que no le teme a las adversidades y para quien las oportunidades son un desafío, se ha convertido en ejemplo a seguir para muchas mujeres que se encuentran en el Ejército Nacional.

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