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Yolanda Ruiz, una periodista 'en el filo de la navaja'

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Danika Dajham Rodríguez Álvarez, Comunicación Social y Periodismo

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La directora de RCN Radio y ganadora de dos Premios Simón Bolívar expone los dilemas éticos con los que ha lidiado durante su experiencia profesional. 

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Foto: Danika Rodríguez

“RCN radio, tercer piso”, fue lo que pronunció la persona que me recibió cuando me dirigí a entrevistar a Yolanda Ruiz.


Tras pasar por múltiples controles de seguridad, subir el ascensor y atravesar algunos pasillos, ahí estaba ella, en su oficina, esperando que la abordara luego de la emisión del noticiero de RCN radio. Su oficina es amplia, llena de libros, revistas, premios y en ella se destaca una señal con las palabras ‘AL AIRE’, que simbolizan este medio. Se veía fresca, vestía de azul, junto con un collar del mismo color complementando su vestimenta y su característico cabello corto.


Después de intercambiar pocas palabras comentó que decidió estudiar periodismo porque quería ser escritora, a pesar de haber tardado en lograrlo – haciendo referencia a su libro publicado en 2019 –. Recordó que al culminar la universidad hizo prácticas en RCN radio y después empezó a trabajar en Todelar. Y ¿quién lo diría? En esos primeros pinitos que hizo en el periodismo, tuvo dudas sobre su carrera.


“Recuerdo el comienzo de mi carrera con mucho sufrimiento y estrés, porque tuve que cubrir muchas cosas violentas y difíciles, como aún me toca hoy; sentía que no estaba preparada y que la emocionalidad me ganaba mucho, por eso, recuerdo al comienzo de mi carrera tener la sensación de que me había equivocado de oficio y que no tendría el suficiente ‘cuero duro’, como se dice popularmente, para poder hacer el trabajo”, relató Ruiz, pero luego notó que ello se debía a la inexperiencia que siempre sienten los recién graduados al enfrentarse al mundo real.

Hace siete años madruga con las noticias en RCN Radio. Han sido siete años de aprendizajes, de reflexiones y de múltiples sentimientos gracias a las situaciones que ha enfrentado: desde anunciar hechos de violencia desgarradores hasta realizar correcciones al aire. Según ella, el reto principal al iniciar la dirección de RCN Radio – uno de los noticieros radiales más importantes del país – fue el replanteamiento de la programación de la cadena, pues “el mayor reto era seguir los pasos de su antecesor Juan Gossaín, “por la amplia tradición de información de noticias, porque es una de las cadenas más grandes del país; entonces el reto, diría yo, fue mantener esa tradición del buen periodismo y modernizarlo acorde a los tiempos, sabiendo que estamos en la era digital, incluirla, vincularla y seguir para delante”, dijo Yolanda.


También, al hablar sobre sus años dirigiendo RCN Radio, comentó que el principal reto ha sido esa misma era digital e, incluso, no dudó ni un momento en afirmar que ha sido un reto para todos los periodistas, reiterando que la llegada del internet siempre se debía afrontar haciendo buen periodismo. “Puedes tener las herramientas e inventarte otra red social,  puedes encontrar que la tecnología permite hacer absolutamente todo y tener presencia instantánea en cualquier lugar; pero eso toca llenarlo con buen contenido, y ese es el buen periodismo, el que confronta fuentes, confirma, respira antes de publicar y no va a los bandazos ni de lo que digan las fuentes ni los anunciantes, ni de lo que digan las audiencias ni lo que diga nadie, es decir, el periodismo es independiente, cosa que a veces es difícil”, comentó, reafirmando que el reto principal siempre será mantener el periodismo de calidad junto con la independencia.


‘En el Filo de La Navaja’ fue publicado en abril de 2019 tras tardar aproximadamente un año en terminarlo. Fue posible realizarlo gracias a los escritos que tenía sobre cómo se sintió en cubrimientos o en entrevistas que desempolvó, junto con ayuda de las memorias de múltiples amigos y colegas de otros medios como Cromos, Caracol y también RCN. Comentó que desde que empezó a redactar el libro tenía claro cuáles historias quería publicar, como la entrevista a Escobar, a Clara Rojas e incluso cuando Álvaro Uribe le colgó el teléfono y la bloqueó en Twitter, pues el único proceso al que se enfrentó fue decidir con su editor cuales historias estaban “sólidas” en cuanto a información y cuáles tenían datos por completar.


En el libro narra también las experiencias que vivió a partir de dilemas éticos a los que se enfrentó y los cuales le podrían servir a periodistas que actualmente encaran situaciones similares. “Yo he tenido toda la vida preocupación sobre reflexiones éticas en este oficio desde que empecé, tal vez por mi formación de cuna y familiar muy apegada a hacer las cosas de manera correcta. Descubrí que muchos de los episodios periodísticos que he tenido han significado retos y aprendizajes desde el punto de vista ético por error o por acierto, porque uno se equivoca y aprende; acierta y aprende, duda y aprende… entonces junté mis ganas de escribir con los apuntes que tengo de algunas cosas”, agregó Yolanda.


Además, comentó que una de las razones por las que decidió escribir el libro fue porque las personas a menudo le preguntaban acerca de la realidad en momentos que encaró como periodista “en determinado momento de mi carrera descubrí que había muchos sucesos que nosotros cubríamos y que tenían elementos en el detrás de cámaras valiosos, interesantes y curiosos”, pues afirmó que, en efecto, se dio cuenta de que los periodistas tienen acceso a escenarios a los que gente del común no, porque lo que se publica es una mínima parte de lo que realmente ellos ven y oyen en esos momentos.


Con un poco de melancolía recordó el fallecimiento de su hermano y evocó ese suceso como uno de los más difíciles a la hora de plasmar en las páginas, pues, según ella, pensarlo siempre le cuesta, porque es y será un duelo que no acabará de pasar. También comentó que justo hasta esos momentos la ecuación cambió y sintió exactamente el dolor de quienes están viviendo un duelo y deben enfrentar la presencia de los medios de comunicación, recordando lo que plasmó en el capítulo Respetar el dolor’ en su libro.


‘Siniestro en Soacha’ y ‘Muertes’ son otros dos capítulos que sin duda dejaron marca en Yolanda cuando tuvo que realizar los respectivos cubrimientos.


Más allá de ello, los periodistas y reporteros se enfrentan a sucesos impactantes en su día a día y, por eso, es difícil continuar en la labor del oficio cuando se vive inmerso en un mundo de violencia que se debe trasmitir por los medios de comunicación; por ese motivo, Yolanda afirmó que su principal motivación para continuar en lo que se dedica hace 34 años siempre fue su hija, quien significa todo para ella y por quien ha realizado todo en su vida: “Desde que ella nació fue mi motor para todo y lo sigue siendo”, afirmó.


Sin embargo, comentó que sí ha pensado en dejar el oficio durante las tres décadas que le ha dedicado, debido a la carga laboral que este le significa, y, aunque no contempla dejarlo totalmente, sí piensa en escribir columnas, dar clases u opinar en mesas de radio, si llegase a tomar la decisión.


“A mí me tocó empezar mi carrera a mediados de los años 80 cuando todas nuestras guerras y tragedias estaban en un punto alto”, es una de las frases que Yolanda plasmó en uno de los capítulos de su libro. Al plantearle sobre la “disminución” de la guerra en Colombia en comparación con los años 80 y 90 al 2019 y si a su parecer los periodistas se encuentran en ventaja o en desventaja por ello, comentó que los comunicadores aún se encuentran en desventaja por enfrentarse a sucesos actuales de esa índole.


Recalcó que a diferencia de épocas pasadas uno o dos muertos no eran noticia, ya que en esos tiempos informaban de a 5 masacres cada mes en las que fallecían 20, 30, hasta 50 personas o más. Yolanda enfatizó en que la desventaja actual se debe al recrudecimiento de la guerra que estamos viviendo. “Yo veo con preocupación un recrudecimiento en los últimos meses que no llega a ser lo que tuvimos en ese momento, pero es absolutamente preocupante. El proceso de exterminio de los indígenas es muy fuerte, cuando hablamos de 120 o 130 víctimas en cuestión de unos meses, o cuando hablamos de 15 personas muertas en menos de una semana en una región también es muy fuerte”.


Por ese motivo recalcó que a su parecer aún es difícil hacer periodismo en Colombia, pues, aunque sea apasionante, quienes están en una desventaja real son los reporteros que viajan a las distintas regiones consideradas altamente peligrosas, para informar sobre lo que se vive allí siendo conscientes de que están poniendo su vida en riesgo, e incluso comentó que justo hace poco habló con un colega que debió exiliarse tras haber sido amenazado.


En cuanto a su entrevista a Pablo Escobar, uno de los hombres que marcó la historia del narcotráfico en Colombia, dijo que recuerda haber estado muy asustada y preocupada en ese momento y hasta le dio risa comentar que incluso sintió gastritis al encararlo. Sin embargo, más de 25 años después, afirma que esa entrevista le significó una gran oportunidad profesional, así no hubiese sido publicada en el momento, porque fue censurada. Recordó que la sociedad tiende a señalar a las personas como ‘monstruos’ por las atrocidades que realizan, sin ser conscientes que ellos también son personas comunes y corrientes, tal y como lo sintió cuando el mismo Pablo Escobar le ofreció un tinto hace 30 años.


Tras hablar sobre sus experiencias como periodista y sobre su libro, reflexionó afirmando que sin ninguna duda quienes se dedican al oficio son primero seres humanos y después periodistas. “'Primero eres un ser humano que debe proteger la vida’ se lo digo a los reporteros cuando muchas veces hemos ido a terreno, pregunto cuáles son las condiciones de seguridad para ir; porque primero la vida siempre y todos somos seres humanos antes que cualquier cosa”, dijo, refiriéndose a que, que a pesar de entender la búsqueda de la ‘chiva’,