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Con casi 8.000 contagios, Panamá es el país que más registra personas con Covid-19 en América Central.
A pesar de la elevada cifra de infectados por el virus, a los panameños les preocupa más morir de hambre, que del nuevo coronavirus.
Con manifestaciones y cacerolazos, los sectores más vulnerables han salido a las calles, violando la cuarentena, para exigirle al gobierno reabrir el comercio y así poder tener el sustento diario.
Ante esto, el viceministro de Salud, Luis Francisco Sucre, dijo que se tendrá que postergar la apertura de algunos sectores económicos, ya que no se están logrando los objetivos del gobierno, frente a la disminución de casos.
Sin embargo, Laurentino Cortizo, presidente de Panamá, aseguró que en los próximos días se espera la llegada del pico de contagios en dicho país, y se tiene pensado también, empezar el levantamiento de la cuarentena y la reactivación de la economía.
Por lo pronto, según el Ministerio de Salud panameño, desde el mes de marzo, más de 90.000 trabajadores se han visto afectados por la suspensión de los contratos, siendo los microempresarios los más desprotegidos.
Pero, por otro lado, las personas que trabajan en la producción y distribución de alimentos de primera necesidad son las que se han visto beneficiadas por la pandemia, pues los locales comerciales que venden productos de la canasta básica, en ningún momento han tenido que cerrar sus puertas.
Este es el caso de Laura Torres, una joven colombiana de 23 años quien trabaja en una panadería, ubicada en la ciudad de Chitré. Escuche aquí la entrevista completa.
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