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Un líder al servicio de su municipio

Yojaved Orozco 

Sep 1, 2019

Fecha:

Con 34 años, 16 de ellos en  la política, el ex secretario de Educación de Chía y líder comunitario del barrio Mercedes de Calahorra espera poder contribuir a su comunidad en un nuevo rol a partir del próximo 27 de octubre.

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Foto:
Luis Carlos Segura - Tomada del Periodico El Cundimarqués

Llegar a Chía puede ser toda una travesía si no se conoce el pueblo. A esto se añade el hecho de tener un sistema poco confiable de nomenclatura, en donde la calle quinta puede saltar a la novena y nadie está muy seguro del por qué. Me habían indicado que la cita con el señor Luis Carlos Segura, candidato a la alcaldía de este municipio, se daría en el parque Santander. Al llegar a éste, y dar un par de vueltas, escucho una canción emanar de un local cercano: “una Chía cultural y segura, vota por Luis Carlos Segura”. Sé que he llegado a mi destino.

 

Me recibe Carolina, quien luego se presentaría como su sobrina, y me comenta que Luis Carlos está retrasado y puede tardar una hora en llegar, así que me dispongo a esperar a que el reloj dé las 11:00 a. m. y poder hablar con este ocupado personaje. Me siento y veo entrar persona tras persona a preguntar cuándo pueden hablar con el candidato. Algunos lo esperan y otros prometen volver más tarde, pero todos parecen entender lo intricada que puede ser su agenda y lo complicado que puede ser encontrarlo en su sede de campaña.

 

Después de dos horas, tengo nuevos mensajes en WhatsApp. “Mil disculpas, pero me fue imposible. No me gusta que estas cosas pasen”, dice en su texto. Acordamos encontrarnos en media hora en una ubicación cercana a su casa. Después de una larga caminata, me llama y por medio de señas logro distinguir un borrón azul a lo lejos que levanta la mano y me indica nuestro punto de encuentro.

 

Primeras impresiones

 

Me saluda con un abrazo y puedo percibir un fuerte olor a perfume mezclado con la esencia a una gran cantidad de gel que no deja que ninguno que sus cabellos color negro azabache esté fuera de lugar. Mide un metro setenta aproximadamente, camina con seguridad y su porte no se ve afectado por las rocas por las que pasamos de camino a la portería del conjunto donde vive con su esposa y sus 5 hijos.

 

Con su celular en mano en todo momento, responde mensajes, agenda citas y está pendiente de cualquier evento que pueda surgir. “Esto es un camello todo el tiempo”, me dice después de colgar una llamada en la que acordaba encontrarse con su interlocutor a las 4 de la tarde. Caminamos por una calle sin salida y dos perros nos acompañan, como si se alegraran de ver a Luis Carlos después de una muy ocupada mañana. A pesar de ser una calle vacía y sin un alma a la vista, se pueden vislumbrar arbustos con flores naranjas en ambos costados y otros 2 perros acostados a la sombra de estos.

Los arbustos acaban en una brillante reja color plata que indica la llegada a nuestro destino. Se alzan unos edificios de ladrillo desnudo con detalles amarillo quemado y entramos a uno de ellos. Nos sentamos en una banca color caoba con la luz del sol golpeando nuestros ojos. Las ondulaciones en su cabello permanecen intactas a pesar de la fuerte corriente de aire. Su estilo de vestir monocromático con una camisa azul índigo casi perfectamente abotonada y un pantalón de un tono más oscuro, indican una preferencia por este color, confirmada media hora después al notar su carro color azul rey luminoso.

 

Apasionado por la educación y la seguridad

 

“El poder es para poder. Poder ayudar, colaborar, hacer cosas distintas”, dice Luis Carlos Segura con un brillo en sus ojos marrones al referirse a las formas en las que quiere ayudar a construir una Chía educada, cultural y segura, como dice su lema de campaña a la alcaldía.

 

Con respecto a la educación, recuerda su época en España cuando hizo su máster en psicopedagogía y plantea soluciones a problemas claves en el municipio. “Necesitamos que los padres asuman con mayor responsabilidad su papel en el sistema educativo para evitar la deserción escolar y otras dificultades de los estudiantes”, dice el candidato. Agrega que hay que educar para formar excelentes ciudadanos. “La ciudad no la hace un alcalde, la hace la gente y esa es la huella que quiero dejar en caso de ser elegido”, añade Luis Carlos.

 

Cuando habla de sus mayores logros, menciona el premio que le fue entregado por el expresidente Juan Manuel Santos en 2018 por lograr ser el mejor secretario de educación en los resultados del ISCE (Índice Sintético de Calidad Educativa).  “El premio no era solamente para mí, sino también para los profesores, directivos, padres de familia y los estudiantes en reconocimiento por su labor”, dice el homenajeado.

 

Otro de los pilares fundamentales de su campaña es la seguridad. Quiere que los ciudadanos se sientan tranquilos y los delincuentes, vigilados. Propone unificar a la población con los grupos de WhatsApp con participación del alcalde y cámaras con audio integrado con las que los policías puedan entablar una conversación con los afectados. Además, quiere aumentar el número de policías de 59 a 570 (considera que puede lograrse a largo plazo). “Hay que superar la indiferencia y que cada uno de los ciudadanos se convierta en el primer aliado de la seguridad”, me dice con una mirada de determinación y profunda seriedad.

 

Su equipo es su familia

 

A pesar de su ocupada agenda, indica la importancia que tiene para él su familia. En el periodo entre 2016 y 2018, cuando ejerció como secretario de Educación, ocupaba gran parte de su semana en actividades de la alcaldía. Sin embargo, invertía sábados y domingos exclusivamente en pasar tiempo con su esposa y sus hijos. Considera que el tiempo con su familia se mide en calidad y no, en cantidad.

 

Creció en el barrio de invasión Mercedes de Calahorra. Allí, estudió en el colegio José Joaquín Casas, donde fue capitán del equipo de fútbol y personero estudiantil. Posteriormente se convirtió en el concejero municipal más joven de la historia de Chía con tan solo 18 años.

 

Gracias al trabajo comunal y a las fuertes amistades que ha creado en su carrera política, su equipo de campaña se conforma por familiares cercanos y amigos incondicionales que no lo han abandonado en ningún momento. “El apoyo de mi familia ha sido total, creo que ellos son la base general de cada uno de los equipos de la campaña, son mi soporte. Creo que es el sacrificio de la familia, por una familia más grande que es la de Chía”, dice el candidato.

 

Ha tenido fuertes momentos de alegría a lo largo de su vida. Entre estos, el nacimiento de sus 5 hijos, el premio al mejor secretario de Educación y cuando le dieron el aval para inscribirse a la alcaldía. Por el contrario, recuerda lo difícil que fue superar la muerte de su hermano, el cual era su mejor amigo y principal soporte en su carrera política, a quien actualmente le dedica sus logros y lucha por sus sueños en su nombre.

 

Uno de los miembros de su equipo de campaña, Andrés Peña, comenta el carácter generoso del candidato al brindarle su apoyo en diversos proyectos estudiantiles en su periodo como secretario de Educación. Andrés recuerda cómo un par de semanas atrás una chica entró en la sede y le pidió ayuda a Luis Carlos para poder ingresar al SENA (Servicio Nacional de aprendizaje) y él le prometió hablar con sus contactos y ayudarla en todo el proceso.

 

Su sobrino, Diego Velandia Segura, afirma tener una fuerte relación con su tío, quien le patrocinó su primer semestre de Administración de Empresas. Por otro lado, destaca su sentido del humor en reuniones familiares. Una de sus anécdotas favoritas fue cuando Luis Carlos no paraba de imitar la molestia de Diego por haber perdido su vuelo a Santa Marta en unas vacaciones, para hacerlo reír después de una situación tan estresante.

 

Al despedirme de su sobrino, le pregunto si saben cómo van en las encuestas. Él me dice que no está seguro pero que todo el equipo se siente muy confiado y creen que Luis Carlos estará liderándolas tan pronto salgan. “Como dice mi tío: las encuestas son como las morcillas, son muy ricas, pero nadie sabe cómo las hacen”, dice Diego al acordarse de las bromas de su tío, con una sonrisa en su rostro.

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