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Trauma

Ancla 1

Isabella Botero Ruiz

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Foto tomada de Envato Elements

No podía dormir. Cada que cerraba los ojos revivía lo sucedido: disparos, sollozos, sangre en el piso. La oscuridad y el silencio de mi cuarto no ayudaban, hacían la noche aún más eterna. A las seis sonaría la alarma, que una vez más ignoraría. Desde el tiroteo no me atrevía a volver al colegio, y aquel no sería el día.


Mi hermana entró acompañada del sol y se lanzó sobre mi cama.


—¿Viste a tus amigos en la marcha? —preguntó con entusiasmo.


—No —dije cortante, con la cabeza pegada a la almohada.


Me mostró en su celular videos de ellos en las calles protestando por el control de armas en el país. Me pareció absurdo. No entendía de dónde sacaban el ánimo ¿Acaso era la única a quien lo que no la mató no la hizo más fuerte? Siquiera tenía las fuerzas para levantarme. Mi cuerpo era como un costal de arena: pesado y muerto por dentro.


—Si ellos pueden, tú también podrás —dijo sonriendo.


Le sonreí devuelta. Aquello encendió en mí una pequeña luz de esperanza. Pero esa luciérnaga fue aplastada por un pequeño rectángulo que apareció en la pantalla del celular.

Sentí un vacío en el pecho, el aire se hizo más espeso y mis ojos se inundaron. Disparos, sollozos, sangre en el piso. Estaba allí otra vez. La notificación de noticias BBC anunciaba la muerte de doce estudiantes por un tiroteo en otro colegio de la ciudad.

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