Fotografía por Francy Velasco
Es periodista independiente, escritora, consultora y conferencista con amplia trayectoria en prensa, televisión y radio. 37 años en el oficio de periodismo, es egresada de la Universidad Externado de Colombia y galardonada en cuatro oportunidades con el premio Simón Bolívar.
Fue la primera mujer en llegar al cargo de directora de servicios informativos y de noticias en las dos cadenas de radio más importantes de Colombia: Caracol y RCN. Se hizo célebre la entrevista que le hizo a Pablo Escobar, documento que fue censurado en su momento y se publicó 20 años después. Hoy es reconocida como referente en las reflexiones sobre ética en el periodismo en tiempos de posverdad y redes sociales.
Nos contó:
Sobre el periodismo de opinión...
· Todo el mundo puede dar una opinión. Hay una cosa que se llama libertad de expresión, que es uno de los valores fundamentales en cualquier democracia, lo que significa que toda persona puede expresar libremente sus opiniones.
· Cuando hablamos ya del trabajo periodístico, que es un trabajo profesional de la información y de la opinión, los estándares éticos sobre la manera como se opina son mucho más altos.
· El periodista que hace periodismo de opinión tiene que opinar sobre hechos reales, verificables y tiene que argumentar muy bien. Dijéramos que todas las personas pueden opinar, pero, cuando se hace un trabajo profesional en términos de información o de opinión, el rigor debe ser muchísimo mayor.
· Los líderes de opinión tienen que ofrecer una visión sobre hechos verificables. Es decir, tú no puedes decir calumnias, por ejemplo. Debes dar argumentos claros, argumentos contundentes, puntos de análisis originales, que eso tampoco pasa con frecuencia. Su misión es ayudar a entender lo que está pasando.
Fotografía por Francy Velasco.
Sobre la pluralidad de discursos...
· Creo que la democracia es disenso por naturaleza. Pero debe hacerse, la democracia, sin necesidad de tratar de eliminar al otro, que no tiene derecho a existir, algo que nosotros hemos heredado de cuenta de este conflicto armado en Colombia que lleva tantos años.
· Celebro las narrativas diversas, la confrontación de opiniones, siempre basada en la confrontación de opiniones sobre la base de argumentación y no sobre la base de la descalificación. Por ejemplo, algunas veces, cuando escribo, me descalifican porque tengo canas o porque estoy muy vieja o porque estoy muy fea. Lo ideal sería que dieran su argumento y discutiéramos sobre él, en un verdadero disenso.
· Defiendo el derecho al insulto, que me parece parte de la libertad de expresión. Pero entendamos que discrepar no significa hacer una guerra. Cuando lleguemos a ese punto encontraremos una mejor manera de relacionarnos los unos con los otros: ahí están las narrativas diversas. Y como ciudadanos debemos exigir que dichas narrativas existan.