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Interconectando a la Comunidad Andina

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María Paula Valdés Nieto

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Brigitte Gámez, de la empresa Revolution Soft, busca sacar adelante un programa que simplifique el intercambio de información comercial entre los países latinos.

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Foto:
Alexander Alexandrovich Lukatskiy

En la encrucijada dinámica entre la arquitectura, la innovación y el comercio exterior, emerge un protagonista singular: el proyecto Intercom. Este trascendental plan, administrado por la gerente Brigitte Gámez Meneses, y respaldado por la empresa Revolution Soft, trasciende la narrativa individual para sumergirse en un relato colectivo que promete redefinir las reglas del juego en el comercio de la Comunidad Andina.


El Proyecto Intercom tiene como misión fundamental implementar unos módulos base para el intercambio de documentos aduaneros, con el objetivo de simplificar y agilizar los trámites entre las entidades nacionales de los países miembros. Detrás de esta iniciativa se encuentra la promesa de reducir los lapsos y costos en los procesos de comercio exterior, al tiempo que se facilita el control de documentos en la región de destino. Una revolución que, sin duda, aportará una nueva dimensión de competitividad a los operadores comerciales de la región.


En este contexto, la arquitecta Brigitte Gámez habla acerca de los procesos, retos, responsabilidades, objetivos y demás elementos fundamentales que se adquirieron a la hora de trabajar con cerca de 15 entidades, con la finalidad de establecer una plataforma interoperable para el beneficio de los territorios que conforman esta comunidad.


Como empresa, ¿cuál fue la necesidad que identificaron para llevar adelante este proyecto?


El proyecto con la Comunidad Andina surgió de una necesidad identificada por su Secretaría. Se enfrentaban a desafíos andinos, principalmente procesos ineficientes y costosos en el intercambio de documentos aduaneros y comercio exterior entre los países. Previo a nuestro involucramiento, realizaron estudios de prefactibilidad para evaluar la viabilidad de este plan.


Por ende, creemos que es esencial la transición hacia la interoperabilidad, especialmente para una entidad que administra simultáneamente cuatro países. La gestión tradicional, caracterizada por la autonomía en los procesos de cada organización, ha quedado obsoleta en la actualidad. En cambio, se considera que la gestión inteligente y la integración son elementos cruciales, no solo para mejorar la eficiencia, sino para proporcionar un servicio de mayor calidad y generar ahorros económicos dentro de un marco de desarrollo sostenible.


Al ser un proyecto cuyo objetivo es avanzar en aspectos económicos, sociales, tecnológicos y la distribución de información que beneficien a los ciudadanos andinos, ¿de qué tratará la primera fase de este esbozo?


En la primera fase del proyecto, nuestro objetivo principal es lograr el interfuncionamiento de documentos relacionados con el comercio exterior. Esto implica la interoperabilización del Documento Único Aduanero (DUA), la Declaración Andina de Valor (DAV), la Notificación Sanitaria Obligatoria (NSO), y el Certificado Fitosanitario de Exportación (CFITO).


¿Cuándo estará en operación el proyecto?


A partir de febrero, iniciaremos la 'marcha blanca', que es un período de siete meses. Esto significa que, para agosto del año 2024, esperamos tener a Intercom completamente implementado en los programas tecnológicos de cada uno de los países.


¿Qué dificultades han encontrado en su implementación?


El proyecto de interoperabilidad que estamos llevando a cabo implica un proceso complejo, ya que involucra a más de 15 entidades, algunas de las cuales son bastante grandes, como la DIAN en Colombia, el SENAI en Ecuador y la Aduana Nacional en Bolivia, por mencionar algunas. La coordinación entre estas entidades, con sus propias operaciones y procedimientos, representa un desafío significativo.


De por sí, el proceso ha pasado por varios hitos, y la primera fase implicó conocer a fondo las plataformas de cada institución. Este método de conocimiento se llevó a cabo a través de diferentes formas de comunicación, como cuestionarios, reuniones y exposiciones realizadas por cada entidad. Una vez completado este proceso, nos enfrentamos al reto de armonizar los diferentes formatos de documentos de comercio exterior utilizados por cada nación.


También hubo complicaciones para homologar términos y expresiones utilizados en diferentes Estados, a pesar de trabajar con estándares de la Organización Mundial de Aduanas (OMA).


Considerando que es un plan destinado a conectar a los países de la Comunidad Andina de diversas maneras, ¿cuál fue la mayor dificultad para plantear los objetivos que querían alcanzar con Intercom?


Realmente los objetivos del proyecto fueron establecidos en octubre del 2019 por la misma Comunidad Andina. Por ello, nosotros solo entramos a adaptarnos a lo que necesitaban, que en este caso es simplificar el proceso comercial, incorporando los conceptos clave de simplicidad, armonización y estandarización. Además, estos elementos se orientan hacia el aumento y agilización de negocios, beneficiando tanto a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) como a las grandes empresas, contribuyendo al bienestar general de los ciudadanos andinos.


¿Cómo se adaptaron a las necesidades y "exigencias" de cada país para permitir que la información fuera distribuida de esta manera?


La primera etapa del proyecto fue un diagnóstico detallado de estas entidades para comprender sus necesidades específicas. Durante este proceso, se identificaron diferencias en las capacidades de los sistemas y en los formatos de documentos utilizados por los países miembros.


Por lo tanto, la solución, o la fase de adaptarnos a cada uno de estos países, comenzó con un proceso de armonización, donde cada entidad planteaba sus necesidades y se llegaba a acuerdos. Luego, se aprobaron especificaciones funcionales que abordaban los requisitos expresados por cada entidad. En la etapa actual de implementación de Intercom en las plataformas de cada nación, estamos adaptándonos a estas condiciones específicas.


Es decir, ¿ustedes entraron a adaptarse a lo que la Comunidad Andina tenía planteado, y con base en ello empezaron a trabajar?


Definitivamente, ha sido un proyecto que ha exigido una resiliencia absoluta. A lo largo de todo el proceso, hemos tenido que ser flexibles y adaptarnos constantemente, como si fuéramos una plastilina que necesita moldearse todos los días.


Las especificaciones funcionales ya están completas, pero en algunos casos, ciertos países han sugerido ajustes, expresando preferencias o proponiendo mejoras. Este proceso de ajuste y afinación es constante. Es decir, el mayor reto ha sido mantener la sintonía constante entre todas las necesidades, expectativas e incluso


Leí que para la creación del proyecto contaron con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina. Sin embargo, ¿qué otros organismos han aportado económicamente al proyecto?


La única entidad financiadora de este proyecto es la Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Ellos han sido la fuente de financiamiento desde el principio hasta ahora. Tienen un rubro total asignado para el proyecto y, hasta la fecha, han financiado el 100% de este. Cabe destacar que la Secretaría General también desempeña un papel crucial, ya que no solo son nuestros auditores, sino que disponen de recursos para el pago de sus propios profesionales que trabajan en este proyecto.


Al ser un proyecto dirigido hacia la transformación de lo tradicional a lo digital, ¿cuál considera que ha sido el papel de su empresa en este proyecto?


Creemos firmemente que estamos desempeñando un papel protagónico en el actual contexto global. Esta visión está respaldada porque nos direccionamos hacia la interoperabilidad, lo cual termina siendo un elemento clave que aporta beneficios desde diversos ángulos.


Al ser un proyecto que promete beneficios, como la mejora del turismo, la intercomunicación, el sector económico y la eliminación de los costos de telefonía móvil internacional para la Comunidad Andina, ¿cómo esperan que estos beneficios se vean reflejados?


Principalmente, buscamos incrementar y facilitar los trámites de comercio exterior, lo que conllevará a una reducción considerable de los costos de transacción. Este esfuerzo no solo tiene como fin optimizar estos procesos, sino impactar en el bienestar de los ciudadanos de la Comunidad Andina.


La clave para lograr estos resultados reside en la implementación de una gestión inteligente. Este enfoque implica mayor transparencia y simplicidad en los procesos. A través de la armonización y estandarización, buscamos alcanzar el desarrollo sostenible y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente con el crecimiento económico y social.

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