Las bibliotecas son esenciales en el aprendizaje de los niños
María Juanita Rivero Camelo
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Estos espacios son enriquecedores para la pedagogía infantil, debido a que fomentan la interacción con el entorno y promueven la lectura, lo cual brinda una formación integral para el desarrollo de los infantes en sus primeras etapas.
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Niñas de la primera infancia en la zona de ludoteca del Centro Cultural y de Convenciones Cajicá Foto: tomada por María Juanita Rivero Camelo
La lectura y los espacios físicos como las bibliotecas siguen siendo la fuente de aprendizaje más importante para la pedagogía infantil, pues, según los expertos, en una era digital donde la mayoría de los procesos están automatizados, incluyendo la lectura, estos espacios son fundamentales en la formación integral durante las primeras etapas.
Los espacios bibliotecarios son el encuentro del conocimiento. De acuerdo con International Federation of Library Associations and Institutions, un entorno rico en material impreso es el escalón para la lectura y para el siguiente paso: la escritura. Además, una experiencia temprana creará un interés positivo y será una oportunidad para que se desarrollen buenas habilidades para leer y escribir.
En Bogotá existen espacios de aprendizaje como La Asociación Colombiana de Bibliotecología, Bibliotecarios y Bibliotecas (Ascolbi), en la cual se educan tanto a las instituciones bibliotecarias, profesionales y estudiantes de Ciencia de la Información en Colombia y, también, se fomenta el desarrollo de aprendizajes para niños de todas las edades.
Nathalia Méndez Sanabria, subdirectora de comunicaciones de Ascolbi, cuenta que esta entidad asume el rol de enseñanza para las bibliotecas escolares del país. “Nosotros como Ascolbi vemos todas esas bibliotecas escolares y les damos todas las herramientas para el mejoramiento de calidad en la educación infantil, que es la primordial -menciona la subdirectora- Porque muchos llegan a las universidades y ni siquiera saben para qué sirve una biblioteca; cómo se usa, qué es una base de datos, cómo se busca información o cómo se pide un libro. Así que les enseñamos a manejar herramientas, les orientamos y explicamos que Bogotá tiene, por ejemplo, una red de bibliotecas públicas, donde hay bases de datos gratuitas que pueden ser usadas en los colegios para disposición de los niños”.
Actualmente, Ascolbi está dictando el curso “Bibliotecas que dejan huella”, liderado por uno de los becarios en bibliotecología, Iván Triana. Según lo destaca Méndez, el becario Triana es el creador de la Biblioteca de la Creatividad. Es un concepto muy fuerte establecido para dejar huella en cada niño que llega a la biblioteca. Cuando el niño busca un libro específico, por ejemplo, uno de postres, Iván Triana le ayuda en la búsqueda de varios contenidos que tengan que ver con este método culinario y se disponen a cocinar alguno de los postres. Así es como los niños pueden desarrollar sus emprendimientos por medio de los libros que encuentra en la biblioteca.
Deisy Camelo, psicóloga con entrenamiento clínico egresada de la Universidad de La Sabana y directiva docente del magisterio con experiencia de trabajo en diferentes colegios de Colombia, afirma que estos procesos donde se involucra la lectura y la experiencia creativa del niño ayudan a fortalecer el cerebro. “Primero, en la lectura, el movimiento ocular de izquierda a derecha facilita el proceso neuropsicológico y estimula áreas del cerebro que fortalecen la inteligencia. Además, los libros en físico son mucho más eficaces, porque ciertos estímulos que ofrecen los aparatos electrónicos, como el brillo de las pantallas, entre otros, dificultan que el niño centre la atención, pero el proceso como tal de lectura desarrolla en el niño la capacidad de análisis, síntesis y abstracción, lo cual estimula el hemisferio izquierdo del cerebro. Segundo, cuando se incentiva la creatividad y la imaginación, se trabaja el hemisferio derecho del cerebro, haciendo que se active la memoria a largo plazo. Quiere decir que es un aprendizaje integral”, dice la psicóloga.
El principal reto que tienen tanto los educandos como los coordinadores de bibliotecas o colegios es armonizar el proceso pedagógico con la tecnología, pues tanto la lectura en físico como los apoyos visuales o ayudas de las TIC, pueden reforzar el desarrollo cognitivo. Asimismo, se debe tener en cuenta la generación de niños que hay actualmente para comprender cómo será la técnica adecuada de enseñanza. “De lo contrario, el estudiante estaría recibiendo contenidos muy buenos, pero con metodologías de antaño”, afirma Camelo.
Como el contexto de cada niño es distinto e individual, María Fernanda Hernández Beltrán, directora de la Licenciatura en Educación Infantil y el Programa de Integración de la Universidad de La Sabana, manifiesta que “se debe contextualizar la educación, debido a que es necesario adaptar los contenidos educativos a su realidad cultural, biológica y ecológica y, además, esta enseñanza debe ser adaptada según las necesidades. Esta educación desde diferentes contextos permite que los niños se desarrollen en un ámbito creativo, innovador y de compromiso por el bien común”.
Estos procesos educativos con los niños implican emoción; según Hernández, el niño debe estar conectado con el aprendizaje. En ese sentido, la principal herramienta pedagógica para que los niños reciban información es que la formación sea significativa, la cual se basa en el descubrimiento. La educación y los procesos de enseñanza se dan de una mejor manera cuando los niños se encuentran en espacios físicos, pues la educación es relacional y, en esa medida, es indispensable también la interacción real entre personas.
María Fernanda Hernández destaca que “se deberían privilegiar los espacios físicos, pero las herramientas didácticas también deben ser adaptadas a los contextos y a las necesidades en los momentos de desarrollo de cada uno de ellos, bien sea desde la virtualidad o desde lo físico. Las propuestas pedagógicas deben ser innovadoras, las plataformas de trabajo deben ser intuitivas, invitando a los niños a explorar aún más el espacio”.
Teniendo en cuenta que los procesos de formación y los hábitos se adquieren desde el hogar, según Astrid Bustos, madre de familia, el hecho de haber inculcado el hábito de la lectura en sus tres hijas, desde que eran muy pequeñas, hizo que desarrollaran mejor sus habilidades, pues fueron mucho más activas en su aprendizaje y forjaron su carácter.
“Yo intenté que asumieran estos espacios como un proceso diferente de vida, en donde pudieran divertirse y aprender al mismo tiempo. Recuerdo que en la Biblioteca Virgilio Barco tenían talleres y actividades muy interesantes que estimulaban sus destrezas. Por ejemplo, algunas veces había talleres donde dramatizaban un cuento corto y las niñas podían ponerse el vestuario y hacer parte de esa recreación que ofrecía la biblioteca. Fueron niñas muy muy felices. Incluso, hoy en día, cada una tiene su propia biblioteca de los libros y, en su tiempo de ocio, las he visto leyendo”, dice Bustos.