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Resistiendo con 'Rocka' en Colombia

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Juan Pablo Narváez Aguirre, estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de La Sabana

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El Rock, género musical que nació sobre 1950 en Estados Unidos e Inglaterra, encarna como ‘personaje’ en esta historia y, de la mano de Jorge Holguín, recorre Colombia y acumula 40 conciertos en medio de la pandemia.

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Jorge Holguín revisa sus equipos antes de ponerse a trabajar. (Crédito: Juan Pablo Narváez)

El silencio es sepulcral. Han pasado más de 14 minutos desde el último sonido emitido. Nadie levanta la voz, solo el brazo izquierdo para ver la hora en el reloj. Los pasillos están abarrotados de gente, que espera, mirando pacientemente sus celulares, el anuncio de los vuelos. El silencio también tiene su respuesta; esta vez va acompañado del sonido de las llantas del bus que transporta a la gente al avión. Tras abordar a las 6:53 a.m., detrás de una larga fila, suenan los pasos encharcados y el frío “buenos días” de las azafatas. Un saludo protocolario del piloto, el cual carece de emoción, recibe a sus tripulantes con destino a Armenia, Quindío. El sistema de entretenimiento del avión ya no incluye ningún clásico, por lo cual se debe escoger una canción entre el género urbano, el pop o el vallenato. ¿Dónde está aquel género conocido como rock?


Aproximadamente a las 8:11 a.m. del martes 21 de septiembre de 2021, inicia este viaje con Rocka, un movimiento musical, un pasajero más de este trayecto, un estilo de vida, el cual vive a diario Jorge Holguín, reconocido productor musical, guitarrista de Kraken y Darath, que usa el seudónimo de ‘Pyngwi’. Jorge es un hombre de baja estatura, de abundante barba y grandes tatuajes. Después de un caluroso saludo, Jorge retira del asiento de copiloto un periódico con la portada de J Balvin, uno de sus más grandes ídolos. Jorge cuenta que siempre se viste de negro, procede a mostrar fotos de su celular en varios recitales y nunca cambia su camiseta negra, chaqueta de cuero, sombrero negro y tenis blancos. Luego, enciende la direccional del vehículo, el cual está a punto de parar en Maderos San Juan, negocio familiar. Aquel recinto tiene una gran historia, ahí, él y su abuelo, quien fabricaba instrumentos, tuvieron un encuentro memorable hace varios años.


Maderos San Juan inició como un garaje. En aquel lugar, su abuelo descubrió el buen oído que tenía Jorge hacia la música, por lo cual le regaló una guitarra. Años después, el papá de Jorge, Raúl Holguín, escuchó aquella melodía que su hijo tocaba y procedió a grabar lo que se convertiría en el primer éxito local de Jorge, "Fuego Del Olvido", un sencillo que sonó en las emisoras de Armenia, cuando Jorge tenía solo 13 años. ‘Rocka’, que no siempre contó con el mayor apoyo en Colombia, fue grabado en aquel garaje por Raúl Holguín de una forma casera y, posteriormente, envió la canción a un medio radial de su ciudad sin que Jorge lo supiera.


Camilo ‘Shak’ García y Jorge Holguín son amigos cercanos de ‘Rocka’. Entre los tres vivieron en un apartamento en Bogotá durante sus inicios en la música. Pasaron hambre, pues compartían a veces la misma lata de atún para subsistir en un inicio que no fue sencillo. ‘Shak’ es el vocalista y compositor de ComeHere, una banda formada en 2016, y se encuentra grabando su primer disco. Es un chico de pelo largo, delgado y ojos claros; ha acompañado las mutaciones continuas del rock. ‘Shak’ relata su primera experiencia en televisión hace unos meses, medio al cual fue llamado por su apariencia roquera. Camilo se ríe y cuenta que la experiencia fue increíble, a pesar de haber tocado algo muy diferente a la música que él suele hacer.


A las 2:04 p.m. del martes, ‘Shak’ baja las escaleras de la casa de ‘Pyngwi’, ubicada en Circasia, Quindío, extiende su brazo derecho, en el cual tiene tatuado el logo de Nirvana, saluda y dice:


—¿Qué más? Mucho gusto, Camilo ‘Shak’.


En junio del presente año, Camilo apareció junto a Riccardo Frascari la canción “Nadie como yo”, del programa Club 57 de Nickelodeon.


—La historia comienza con un post de un productor que necesitaba gente conlook roquero para una serie de televisión. Ahí me empezaron a etiquetar en la publicación; yo no sabía que era para Nickelodeon, pero me incluyeron de una en el casting. Solo tuve que mandar las fotos y medidas. Al cabo de unos días, me llamaron, me pusieron las pintas (vestimenta) para el episodio y me tomaron unas fotos para tener una referencia. Fueron 3o 4 días de rodaje. Básicamente era hacer playback de los éxitos de la serie. Club 57 está dirigida al público infantil y adolescente, como toda buena serie de Nickelodeon, tiene bastantes seguidores en todo Latinoamérica. Los protagonistas son Evaluna y Riccardo Frascari.


Aquellos programas juveniles siguen siendo la esperanza de ‘Rocka’ de rejuvenecer, varias cadenas televisivas como Disney Channel y Nickelodeon han estrenado series con esta temática, tales como Estoy en La Banda, Club 57, Peter Punk, Camp Rock, con el fin de presentar a ‘Rocka’ a los más chicos.


Posicionarlo en televisión no ha sido sencillo. Tanto Peter Punk, Estoy en la Banda y Escuela De Rock, producción de Disney Channel, no han logrado pasar la tercera temporada de emisión. En Colombia, las biografías de músicos colombianos como Joe Arroyo, Martín Elías, entre otros, dominan el mercado televisivo-musical, obteniendo distinciones como los Premios India Catalina y TVyNovelas.


En la noche de aquel 21 de septiembre, a las 9:03 p.m., al otro lado del portón de un conjunto residencial en Armenia, se encontraba Juan Carlos Ángel, conocido musicalmente como ‘Ángelo’, integrante de Darath, el cual ocupó el tercer puesto en el Factor X del 2006. Procedió a contar su vida musical. Juan Carlos comprobó que el rock ya no era demandado, tras recibir la petición del productor José Gaviria de que cantara baladas en vez de su música.


—Deseé y soñé dedicarme a la música desde muy chiquito; pero, cuando llegó el momento, me faltó valor. Llevaba 4 meses en Ingeniería Civil y Darath me encontrócantando en un paseo de una amiga en común y, una semana después, me invitaron a ser parte de la banda. Fue una lucha contra mi familia; no estaban de acuerdo en que dejara la carrera. En el año 2004, ‘Pyngwi’ vino a tocar con Kraken en Armenia y me subió a cantar con Elkin Ramírez. Se me encendió otra vez esa llama musical; quedé como eléctrico.


La supervivencia del rock tiene su precio. Normalmente, una producción musical dirigida por Jorge Holguín cuesta entre 15 y 35 millones de pesos colombianos. Varios artistas, como Sin Ánimo De Lucro, Telebit y El Sie7e, pasan por Art & Co, estudio de grabación de Holguín, a materializar sus producciones.


‘Rocka’, con un estilo un poco más sofisticado, se acuesta aproximadamente a las 3 p.m. para reposar el almuerzo; dubitativo, saca su teléfono para revisar la última actualización del listado Billboard. Revisa cómo están sus primeros amigos, U2 y los Rolling Stones, los cuales actualmente viven en las casillas 77 y 82 de los artistas más destacados de la década. A pesar de consagrarse como el género que más ganancias ha tenido en 2020 por los conciertos de U2, sorprendida, sube a buscar quiénes están en los penthousede la música, habitados por Drake, Taylor Swift y Bruno Mars, los artistas más influyentes en la década según Billboard. Detrás de bambalinas quedó Slash con su guitarra eléctrica, los cánticos de protesta de Los Prisioneros, la melancolía romántica de Steven Tyler, mientras presencian en el escenario los nuevos ritmos que aluden al desamor y al dinero. Posteriormente, recibe una notificación de que un evento, llamado “El rock, ¿se rompió algo?”, está próximo a comenzar.

Jorge y otros invitados internacionales asistieron. Carlos Casacuberta, integrante del Peyote Asesino, extiende su mano y abre el micrófono de la computadora:


—La música del rock en Uruguay no genera ruptura en lo compositivo, no hay cosas nuevas.


Holguín procede a abrir su micrófono y dice:


—El problema está en que el principal propósito del rock era divertirse; esta fue la razón de su éxito. El rock no puede perder la actitud de no querer parecerse al resto.


El debate continúa.


Álvaro Menanteau, doctor en Musicología de la Universidad de Helsinki, abre su micrófono y dice:


—El rock más que morir o no, ha perdido vigencia, pues la vigencia debe representar lo actual.


—El rock mismo es causante de esto, se quedó haciendo tributos en vez de innovar, de arriesgarse dice Holguín.


—Lo último que queda del rock no contaminado es el heavy metal, es aquel espacio de denuncia, de enajenación— dice Álvaro Menanteau, doctor en Musicología.


Luego de llegar al Hotel Portal del Norte, sobre la cama de la habitación 302, Rocka empieza a reflexionar acerca de lo charlado en el día, estira sus manos y procede a escuchar el pódcast de Diana Uribe.


El rock se convertirá en memoria, mientras exista el deseo de rebeldía, de cambio, prevalecerá el rock —dice Uribe.


El 17 de septiembre a las 9 am, Jorge recoge a ‘Rocka’ y lo lleva a navegar en el DeLorean, como hace llamar a su estudio de grabación. Allí, acompañado de Camilo ‘Shak’, entran al templo musical, el cual tiene en sus paredes varios Discos de Oro y distinciones de bandas que Jorge y Rocka han producido. Reconocimientos a The Mills, Don Tetto, Black Cat Bone, entre otras, se encuentran colgados en aquellos muros del estudio Art&Co.


Después de una media hora de conversación, el silencio se apodera del lugar, como si algo grande estuviera por suceder. Jorge, el ‘Martin McFly' como le gusta llamarse, prende la consola del Delorean y reproduce a todo volumen el próximo álbum de Darath, el cual tiene la misma misión que el vehículo de la película conocida como 'Volver Al Futuro’, regresar al pasado a recordar las grandes épocas. Al hacer una estereoscopía del recuerdo, las vibraciones de las consolas digitales retumban en el recinto, el ecualizador transporta la música hasta niveles muy altos; Jorge cruza la pierna y entrelaza sus manos, levanta sus cejas y sonríe, mostrando señales de satisfacción hacia el momento.


Lo bueno dura poco. A las 8:15 p.m., luego de un torrencial aguacero y un gran tráfico vehicular, Holguín baja de su carro las maletas de uno de sus pasajeros, el cronista, se despide con un gran abrazo de él y lo deja en el Aeropuerto El Edén. Allí, el cronista descubre que la carencia fuera de Bogotá no solo es musical, también es estructural. Dentro de aquel recinto, yace una sola máquina dispensadora de alimentos y una cafetería, la cual estaba abarrotada de clientes en busca de un tinto para calentarse. El viaje de regreso de aquel sujeto estaba estipulado a las 9:15 p.m., último vuelo de Avianca; sin embargo, tras el mal clima, abordó al avión tan solo a las 11:00 p.m.


Después de aquel viaje musical, ‘Rocka’ y Jorge regresan a su casa y miran aquellos premios que no significan la cumbre del éxito en la vida.Ambos disfrutan de la jardinería y de ver cine en sus tiempos libres. Con respecto al Rock, como género, mientras exista el asombro hacia la música, la capacidad de ser creativos y de arriesgarse, el género, la actitud, seguirá latente, como dice Holguín.


En aquella cómoda casa en Carcasia, miran su mesa de noche a las 10:30 p.m., se acuestan a dormir no sin antes agradecer a sus familias, aquellas que les dieron la oportunidad a Jorge y a ‘Rocka’ de encontrarse mediante una organeta. Entre luces y conciertos, sueñan volver a rebobinar y recordar sus buenos tiempos, pues ese amor perdura, como en “Estereoscopía de un recuerdo” de Darath.

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