Resultados de búsqueda
Se encontraron 1872 resultados sin ingresar un término de búsqueda
- Su revolución solo dejó tristeza y humo: viaje de un desplazado
Ser despojados del calor de un hogar no es algo normal, pero el veneno de la indiferencia nos ha carcomido el sentimiento y la empatía. Su revolución solo dejó tristeza y humo: viaje de un desplazado Nicolás Mateo Vivas Cruz Ser despojados del calor de un hogar no es algo normal, pero el veneno de la indiferencia nos ha carcomido el sentimiento y la empatía. Disponible en Pulzo Nicolás Mateo Vivas Cruz Vivimos en un país con una diversidad inconmensurable, con tantas regiones, costumbres y tradiciones que, a veces, esto parece causar el olvido de nuestros hermanos compatriotas. Ser despojados del calor de un hogar no es algo normal, pero el veneno de la indiferencia nos ha carcomido el sentimiento y la empatía. Eran las seis y media de la mañana, el sol se colaba con brusquedad por las rendijas de las ventanas del cuarto donde dormía doña Marina, una mujer robusta, de cabellos rizados y cortos, que alcanzaban a cubrir algo de su cara quemada por el sol, a causa de trabajar en los cultivos. Era domingo, por lo que esta madre podía descansar sus manos tullidas de recoger granos de café. Como siempre, esperaba con ansias este día para acudir al esperado encuentro con Dios, acompañada de sus cinco hijos. Esta fue la última vez que la familia Villarreal despertó en su casa, ese día fue un adiós sin saberlo, un hasta nunca a las veredas de Alpujarra, Tolima. Al llegar a la ceremonia, la santidad de la ocasión se veía totalmente desvanecida, y en su lugar solo se escuchaban gritos de desesperación. “¡Se nos metieron, se nos metieron!”, gritaban los labriegos mientras arrastraban a sus hijos a toda velocidad. La guerra había tocado las puertas del pueblo sin avisar, sin motivo, pero no era la primera vez que la guerrilla venía a hacer su voluntad, arrasando, saqueando, y autoproclamándose como promotores de una causa justa. Fueron dos horas de disparos, clamor, y terror, que terminaron con todo habitante del pueblo en la plaza central, reunidos como un rebaño asustado de ovejas. Doña Marina abrazaba a sus cinco tesoros con los ojos cerrados, sumida en el mayor temor que puede tener una madre. “Encomiéndese al señor”, susurra entre dientes para no llamar la atención. Durante 20 minutos hubo un silencio fúnebre, los pasos de los partisanos y el sonido de sus armas tambaleándose eran las únicas señales de vida en todo el poblado. De pronto, ese mutismo colectivo se transformó en histeria. “¡No, por favor, no se lo lleven!”, gritaban los padres mientras eran despojados de sus amores, quién sabe hasta cuándo, sabiendo que estos serían las nuevas piezas de un conflicto armado incesante y nefasto. En esta toma guerrillera se llevaron a Henry, el primogénito de la familia Villarreal. Ese día, Marina perdió a su hijo, sus tierras, tal y como había perdido al hombre que amaba hace varios años. Pasó a ser presa en las calles donde creció por más de dos días, alimentándose de los sacos de papas y mangos que sus vecinos llevaban encima. Al tercer día, las furgonetas de los perpetradores se encendieron, preparando su retirada, llenas de comida, agua y niños, dejando en su lugar un sentimiento de ira y tristeza infinita en el corazón de los lugareños. El siguiente martes en la mañana esta campesina decidió huir del tormento, subió a sus tres niñas y al varón restante a un pequeño autocamión comerciante, dejando su futuro en manos de su inflexible fe. El estrecho vehículo se bamboleaba estrellando las cargas de café contra sus maltrechos cuerpos, mientras este bajaba el espiral de una montaña, la cual comunicaba a Dolores con la capital del Huila. Durante seis horas de viaje, no se presentaron quejas, preguntas o riñas, solo lágrimas silenciosas, acompañadas de un aroma de desdén e incertidumbre. Olvido y despojo El año 2000 fue un año nefasto para los desplazados, aumentando la cifra de expulsados de sus tierras por más de tres mil, siendo el número oficial de 607.563 damnificados según la Red Nacional de Información. En palabras de la profesora Marcela González, historiadora egresada de la Universidad de Los Andes, la época más álgida de secuestros en Colombia fue a finales de la década de los años 90, cuando el país llegó a registrar más de 3.500 casos. El año 2000 se alcanzó el pico máximo de damnificados, ya que en esta época había convergencia de varios grupos armados, como guerrilla y paramilitares en zonas norteñas del país, a causa de que estaban en plena guerra contra el Estado. “Si mi hermana no se hubiera mudado a Bogotá unos años antes, no sé qué habría hecho; aunque quieras venir a la capital, esta no es amable contigo si no sudas la gota gorda”. Ha pasado un año, Doña Marina se ha sabido mantener vendiendo tamales de arroz como los que hacía su madre, consiguió un cupo en el colegio público de ‘La Estela’, en Fontibón, localidad de la capital colombiana, para matricular al menor de sus hijos, mientras las tres hermanas la ayudaban a atender el negocio, ya que al principio no tenía dinero para que todos estudiaran a la vez. “No se preocupe mamá, cuando vayamos al colegio le trabajamos en la tarde, y cuando terminemos los estudios nos conseguimos una casa bonita para todos”, le decía su hija mayor, con la esperanza de que las mandara al colegio más rápido. Al año siguiente consiguió unos cuadernos de Coca-Cola, que daban por promociones de tapitas, y compró unos uniformes usados que le vendió una vecina. La felicidad de las niñas por estudiar era incontenible, por primera vez en tres años volvía a dibujarse una sonrisa en su rostro. Consiguió un puesto en arriendo en el centro de Fontibón, un pequeño espacio en el primer piso de una residencia esquinera, con una fachada que apenas tenía una pequeña puerta de entrada, enmarcada con el nombre del anterior negocio, donde abrió un restaurante de comida casera. Este pequeño puesto fue la fuente de sustento de los Villarreal por más de cinco años. Según el Sistema de Control Interno del Ministerio del Trabajo, en 2000 el 87,4 % de los desplazados no recibieron ningún tipo de ayuda gubernamental, la mayoría ni siquiera la solicitó. Andrés Ribero, profesor sociólogo de la Universidad Nacional asegura que en ese tiempo los desplazados no contaban con ningún tipo de información la cual les permitiera acceder a auxilios de alguna índole, y los que accedían a ellos recibían su subsidio mucho tiempo después. “Venir a Bogotá desde un lugar tan diferente es agobiante al principio, hace demasiado frío todo el tiempo, todo queda muy lejos, y por la noche los carros que pasan hacen que dormir sea una tarea difícil”. Superación, evolución, pero nunca olvido Cuando tuve la entrevista con la señora Marina me recibió muy arreglada, con un atuendo formal y una tasa de ‘tinto’ sobre un pequeño plato con adornos florales. Las paredes de concreto expuesto de su casa estaban adornadas por fotos de sus nietos e imágenes religiosas juntos a dos altares, uno en la sala y otro en su habitación. Actualmente vive en compañía de su hija mayor, en la misma localidad a la que llegaron. Parecía estar ansiosa por contar su historia, intentando hablar de una manera muy formal, la cual, fue desapareciendo a medida que iba avanzando en su relato. Aún se le escapan gotas de tristeza al recordar a su hijo mayor, puesto que no tiene noticias de él hasta el sol de hoy. —Sueño con él seguido, sueño con mi casita y el cafetal, no me imagino cómo estará todo por allá, pero la verdad no quiero verlo, me imagino que todo está muy distinto y quiero recordarlo todo cuando era bonito— comenta doña Marina mientras baja la cabeza y toma un largo respiro para no llorar. Al terminar la entrevista, la serenidad con la que fui recibido vuelve a ella. Toma un sorbo largo de café, y cruza la pierna. “Aún tengo fe; si mi hijo aparece será un regalo del Señor, solo puedo esperar cosas buenas”, dice. Al despedirse, se nota el desdén en sus ojos, unos ojos que expresan el sentir de lo que la violencia les ha quitado. *Algunos nombres y locaciones fueron modificados por seguridad de los implicados*
- Unisabana Medios | Audios
Probando ando Ana Di Martino, Valentina Flores, María Alejandra Palacio, Federico Monje y Diana Lacouture, Comunicación Social y Periodismo En este programa se reúne lo mejor y más exótico de la gastronomía nacional e internacional. Ver también: “Colombia a la mesa”, La oferta gastronómica de la FILBo 2023 Compartir
- María José Canel Crespo
Generar confianza en tiempos de posverdad. Oportunidades y desafíos de la Agenda 2030. Doctora en Comunicación de la Universidad de Navarra y ganadora de Victory Awards por ser una de las 12 mujeres más influyentes en comunicación política, en 2016. Compartir Ver también: Santiago Crespo: El poder de la data para la innovación
- Carolina Ocampo Maya
Unisabana Ágora con Carolina Ocampo Maya La Gerente de Responsabilidad Social Corporativa de Ecopetrol celebrará en Unisabana Ágora el Mes del Comunicador Corporativa, con su charla "El aporte de la sostenibilidad a la innovación empresarial, caso Ecopetrol". Compartir Ver también: Nelson Enrique Molano: La comunicación en tiempos de la digitalización: ideas para comunicar desde lo público.
- Millenials, ¿atrapados en el molde?
Millenials, ¿atrapados en el molde? María José Muñoz, Comunicación Social y Periodismo 'Fuera del molde' es un formato audiovisual que intenta resaltar, mediante la investigación y el experimento social, las características de las generaciones como la de los millennials, con el fin de mostrar que no todos los que a ellas pertenecen encajan dentro del estigma social. Ver también: 10 razones para decir sí al matrimonio Compartir
- El hombre detrás del lente
Desde pequeño, su creatividad y curiosidad lo distinguieron; aprendió empíricamente todo lo que sabe sobre tecnología. Hoy en día, con su personalidad arrolladora captura todo tipo de fotografías en la industria del entretenimiento. El hombre detrás del lente Ivanna Abella Arcila Desde pequeño, su creatividad y curiosidad lo distinguieron; aprendió empíricamente todo lo que sabe sobre tecnología. Hoy en día, con su personalidad arrolladora captura todo tipo de fotografías en la industria del entretenimiento. Disponible en Pulzo Ivanna Abella Arcila Desde pequeño, su creatividad y curiosidad lo distinguieron; aprendió empíricamente todo lo que sabe sobre tecnología. Hoy en día, con su personalidad arrolladora captura todo tipo de fotografías en la industria del entretenimiento. El primer día en el que sostuve una conversación con Mauricio González fue el 12 de agosto de 2021. Demostró humildad e interés por la conversación que íbamos a tener. En un principio, cuando pensé que él sería el personaje del que escribiría, me causó curiosidad saber qué había detrás de sus retratos, qué buscaba transmitir por medio de su trabajo, pero sobre todo, cómo lograba tener suficiente paz mental al fotografiar. Y a partir de los primeros instantes en que intercambiamos mensajes, su energía positiva se transmitió, incluso a través de las pantallas de nuestros teléfonos celulares. *** Desde el momento en que abrió la puerta del pequeño, pero particular apartamento donde vive en la ciudad de Bogotá; pude ver a un hombre de estatura promedio de 1.70 m, con cabello rizado y oscuro que se acomodaba con naturalidad en su frente. Su rostro tenía una sonrisa que dejaba ver unos dientes blancos y grandes, cubiertos por sus finos labios color rosa pálido, además sus ojos rasgados color marrón poseían un brillo bastante peculiar, que transmitían una curiosidad que pocas miradas tienen. Enseguida, Mauricio me saludó y me invitó a pasar a su hogar de paredes blancas, cubiertas con algunas de sus mejores fotografías. Y al fondo se podían observar unas notas de papel con escritos a mano, pegadas con bastante precisión sobre los vidrios que separaban el balcón de la habitación. Cuando tomamos asiento e hice la primera pregunta para dar inicio, Mauricio o ‘Mauro’, como me dijo que le gusta que lo llamen, inició contándome que a eso de los 19 años tenía más de un empleo, pero el más importante era trabajar como asistente de fotografía para Raúl Higuera y Mauricio Vélez, reconocidos fotógrafos en Colombia. Allí descubrió empíricamente el mundo de las imágenes, las luces y los equipos tecnológicos. Este fue un momento que marcó la vida del joven Mauricio González, ya que entendió que sus deseos de independencia y libertad podrían ser parte de su profesión, si trabajaba en el mundo de la fotografía. Seguidamente, continuó su relato moviendo bastante las manos y diciendo que, desde pequeño siempre estuvo en contra de las reglas institucionales de las universidades y que por esa misma razón tomó la decisión de no graduarse justo antes de culminar sus estudios de Diseño Gráfico, en la Universidad Los Libertadores de Bogotá. Sin miedo alguno al fracaso o a lo que pudiera opinar su familia. Sus padres, Abel González y Gloria Amparo Arbeláez, me cuentan con bastante orgullo que aunque se divorciaron 14 años atrás, siempre apoyaron a la par las decisiones que Mauricio, como hijo mayor, tomó y afirmaron que fueron las correctas, porque dicha determinación lo guio a la felicidad y al éxito que ha tenido como profesional de los retratos. —Yo me siento una persona alegre, sonriente, positiva, trabajadora, inquieta, curiosa y creativa. Eso sí, soy muy trabajador, no me gusta quedarme quieto y soy inconformista al 100%, en el buen sentido. Ese inconformismo del que tanto me habla con una voz intensa, es el que lo ha llevado tan lejos, al punto de ser uno de los mejores fotógrafos de Colombia según 2 de los modelos del programa La Agencia, de Caracol TV: Leandra García y Luis Carlos Carvajal, quienes Mauricio fotografió hace tiempo. Ellos cuentan que el carisma y alto conocimiento de Mauricio a la hora de hacer ‘clic’ con su cámara y obtener unas excelentes imágenes es gracias a la conexión que él establece con el modelo, con las luces y el propósito de la sesión. En su criterio, ello lo diferencian de los demás fotógrafos con los que estos modelos han trabajado. Mauricio ha trabajado en grandes programas de la televisión colombiana como Colombia's Next Top Model, en el año 2019 y seis temporadas de ‘El Desafío’ de Caracol TV, desde el 2015 hasta el 2021. Además, ha retratado portadas para las revistas Cromos y Vea, entre otras. También ha tenido la oportunidad de capturar con su lente a figuras reconocidas del entretenimiento colombiano como Andrea Serna, Margarita Rosa de Francisco y Daniela Álvarez, entre muchas más, a quienes este fotógrafo innato evitar “endiosar” y procura ver como personas del común y corriente. Luego, el hombre detrás del lente, Mauricio, me confiesa en medio de risas y sonrojos, que en ocasiones se siente ‘hipócrita’ por trabajar en dichas producciones, mencionadas anteriormente, que hacen parte de la industria de la moda, las cuales él describe como efímeras y demandantes. Pero continúa explicando, que la manera en la que equilibra dicha frustración es viajando alrededor del mundo para usar ese tiempo de una manera más valiosa, visibilizando minorías culturales poco conocidas por medio de sus fotografías. Y es que, por medio de esta profesión, Mauricio, a sus 36 años de edad, ha podido viajar y conocer más de 10 culturas alrededor del mundo. En países como India, Tokio, Tailandia, Irán y Camboya, se ha conmovido al ver que las problemáticas de esos lugares no se asemejan a las suyas. Se ha dedicado a fotografiar esas realidades para visibilizarlas a través de los canales a los que tiene acceso, como una forma de manifestar su inconformidad. Su relato continúa, y me afirma que el hombre aparentemente feliz que está hablando frente a mí, lucha de manera constante contra su propia mente, a causa de la ansiedad creativa que padece. Mauricio afirma que es tan fuerte en algunos momentos, que no puede dejar de pensar en las mil ideas nuevas que le surgen, y que desde pequeño sus padres también presenciaron dicha inquietud. Sin embargo, encontró refugio en el Design Thinking, una dinámica que se utiliza para estructurar ideas y proyectos de manera organizada y más fluida. Por esto, anota cada pensamiento que pasa por su cabeza en un papel adhesivo y lo pega en su ventana para poder sacar las cosas de su mente y encontrar la tranquilidad. Mientras lo escucho, veo su dedo índice apuntando hacia la estructura de vidrio que se encontraba a mis espaldas. Finalmente, Mauricio Gonzáles me comenta que, desde hace 8 años, ha estado emprendiendo con su aplicación FreeloApp, una App que surgió de una necesidad del mismo Mauricio: a lo largo de su carrera, tuvo inquietudes sobre cuánto dinero cobrar por los servicios creativos y de fotografía. En el año 2013, publicó un blog sobre este tema de costos, el cual se viralizó en España, México, Argentina y Chile. 250 mil retratistas leyeron la publicación y posteriormente descargaron la app, que les ha servido para cobrar por sesiones fotográficas y trabajos creativos. Con orgullo y la preponderante sonrisa que tanto lo caracteriza, Mauricio relata que hoy por hoy FreeloApp cuenta con más de 12,000 usuarios en Latinoamérica y, además de ser única, prontamente se monetizará en el mercado digital. Ello seguramente le ayudará a cumplir su sueño: conseguir la estabilidad económica suficiente como para “disfrutar de su libertad”, que entiende como el derecho de hacer fotografía solo cuando lo desee. De lograrlo, su única preocupación al despertar cada mañana será escoger qué país sigue en la lista de lugares que le faltan por conocer.
- Diamante Eléctrico
Diamante Eléctrico desde los estudios de UnisabanaRadio.tv, emisora virtual de la Universidad de la Sabana. Diamante Eléctrico Diamante Eléctrico desde los estudios de UnisabanaRadio.tv, emisora virtual de la Universidad de la Sabana. Compartir
- Respira - Juan Pablo Vega (Acústico)
Juan Pablo Vega, desde los estudios la Universidad de la Sabana, con el programa Backstage. Respira - Juan Pablo Vega (Acústico) Juan Pablo Vega, desde los estudios la Universidad de la Sabana, con el programa Backstage. Compartir
- Retos de la crianza en el actual cambio de época
Descubre qué es la parentalidad positiva y conoce cómo ejercerla en la crianza. Retos de la crianza en el actual cambio de época Descubre qué es la parentalidad positiva y conoce cómo ejercerla en la crianza. Compartir
- La pornografía: riesgos y prevención
Para Amanda Rodríguez, la pornografía naturaliza la violencia, la degradación y la cosificación del otro. ¿Cómo ayudar a una persona adicta a la pornografía? Entérate en esta Cátedra de Familia. La pornografía: riesgos y prevención Para Amanda Rodríguez, la pornografía naturaliza la violencia, la degradación y la cosificación del otro. ¿Cómo ayudar a una persona adicta a la pornografía? Entérate en esta Cátedra de Familia. Compartir
.png)












