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- Está en tu interior
Una reflexión en torno a la relación entre el autoestima y la aceptación de otros en redes sociales. Está en tu interior Marianna Ramirez y Laura Lara, estudiantes de Comunicación Audiovisual y Multimedios. Una reflexión en torno a la relación entre el autoestima y la aceptación de otros en redes sociales. Compartir
- Periodismo bajo amenaza
Periodismo bajo amenaza Valeria Estefanía Torres Pacheco Fecha: Acoso judicial, censura, ciberacoso y amenazas son formas comunes de amedrentar a los periodistas en Colombia. Tristemente, hacer periodismo en el país es como vivir en la crónica de una muerte anunciada. Lea también: Por el periodismo veraz Compartir Foto: Envato Elements El pasado 6 de febrero, Luis Villa, streamer colombiano conocido como Westcol, quien en Twitch ha logrado acumular más de 1.4 millones de seguidores, amenazó a un periodista a través de una transmisión en vivo: "Conmigo las cosas no son así. ¿Usted sí sabe de dónde vengo yo? Va a saberlo, si no elimina ese titular”. Después, se dirigió una ola de acoso digital contra el periodista, que tuvo que cerrar todas sus cuentas de redes sociales y cambiar su número de teléfono. Además, otras dos periodistas, en consecuencia de lo afirmado por Westcol, fueron amenazadas de muerte. La violencia ejercida por él y sus seguidores constituye una grave violación del derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, este ambiente violento se ha naturalizado evitando que se dimensione la gravedad del asunto. Tan normalizado ha sido que Westcol, tras un fallo en su contra por parte de la Corte Constitucional por sus mensajes discriminatorios y de odio contra la población LGBTIQ+, atacó por redes a dos periodistas de la Revista Semana, quienes informaron que recibieron más de 100 mensajes que incluyeron amenazas de muerte y de violencia sexual, de acuerdo con la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP). A pesar del contexto, muchos usuarios manifestaban que se trataba de solo “memes” y “de periodistas ardidos”, pero esto no es un chiste. Esto corresponde a un tipo de violencia inaceptable. El ciberacoso contra la prensa es una problemática en aumento a nivel mundial. De hecho, el 26 de mayo de 2022, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca reconoció la existencia de la violencia en línea contra periodistas y el efecto diferenciado que tiene en las mujeres. Posteriormente, la Corte Constitucional, el 28 de marzo de 2023, confirmó la decisión de este tribunal. Además, la FLIP registró 82 agresiones de violencia en línea a periodistas en el año 2019; 117 en 2020; 114 en 2021 y 122 en julio de 2022. Debido a esto, se ha generado jurisprudencia que regula el suceso. En la Sentencia T-087 de 2023, la Corte Constitucional puso en evidencia que el derecho de la libertad de expresión se debe proteger en todos los ámbitos, incluido el digital. Esta precisó: “Si bien las redes sociales implican un mayor riesgo de vulnerabilidad de derechos como el buen nombre, la intimidad o la imagen, ello no quiere decir que el uso de las plataformas implique una cesión de tales garantías. Dado que, como se ha venido reiterando, la protección y límites de la libertad de expresión por medios de alto impacto también aplican a medios virtuales”. Pero esto es tan solo una muestra de la violencia que fractura al oficio. A lo largo y ancho del territorio, el Estado, particulares y grupos armados han amenazado a diversos periodistas. La FLIP documentó 460 casos de ataques contra la prensa que dejaron como víctimas a 505 periodistas en 2023. También es alarmante conocer que en muchos casos la censura y la amenaza provienen de aquellos que supuestamente velan por el bien común. De acuerdo con la fundación, los mayores agresores fueron los funcionarios públicos, los cuales se hallaron responsables del 27% de los casos. Por otro lado, en 20 de los 32 departamentos se registraron agresiones por parte de grupos armados contra los reporteros. Para 2024 ya un periodista fue asesinado. Fue Mardonio Mejía, director de la emisora comunitaria Sonora Estéreo, de San Pedro en Sucre. Como él, muchos han sido silenciados. Por eso, se necesitan medidas más eficientes que permitan ejercer el periodismo sin miedo. Ser periodista no debería ser una decisión de valientes, ni ejercer la libertad de prensa tendría que ser un peligro. Julio Scherer, periodista mexicano, decía: “El periodismo no es blando, como no es tersa la política”. El periodismo incomoda, grita, revela, descubre… El periodismo es poderoso. Así que su naturaleza no puede esfumarse, debilitarse o apagarse a través del miedo infundido por aquellos a los que la verdad les perturba. ¡Ya es hora de que en Colombia informar no nos cueste la vida!
- El hijo del tiempo
El hijo del tiempo Bryan Styven Pérez Estupiñán, Shara Catalina García Ortiz & Alejandro Ballestas Tristancho, Comunicación Social y Periodismo Podría ser un rockstar de cualquier banda latinoamericana y tal vez lo es, pero de la poesía. Esta es la historia de Jorge Valbuena, un poeta y músico de Facatativá. Ver también: Escritor de historias de terror Compartir
- "Mi negocio se cae a pedazos"
Este año ha sido un reto inmenso para los empresarios en Colombia; muchos de ellos han visto sus negocios desmoronarse y se han llenado de ansiedad. "Mi negocio se cae a pedazos" Daniel Felipe Sáenz Riaño Este año ha sido un reto inmenso para los empresarios en Colombia; muchos de ellos han visto sus negocios desmoronarse y se han llenado de ansiedad. Disponible en Pulzo Daniel Felipe Sáenz Riaño Irma Cáceres, una mujer de 61 años, con aspecto amable, se prepara junto con su hija Mónica, de 40 años, para otro día de trabajo. Son las 11 de la mañana y ambas dan vueltas por la cocina alistando todos los preparativos para los almuerzos. Son propietarias del restaurante Irka, cuya especialidad son los menús ejecutivos y se encuentra ubicado en el centro de Bogotá desde hace 16 años. Como cualquier mañana, lavan las papas, preparan el jugo y adoban la carne entre el olor a comida casera, aunque recientemente una nueva labor ha tomado parte de las rutinas de estas dos capitalinas: revisar las deudas acumuladas. Este restaurante solo es uno de los miles de negocios afectados por la pandemia del COVID-19, que ha llevado a que casi el 37% de las empresas, según la Cámara de Comercio de Bogotá hayan cesado sus actividades, trayendo consigo todo tipo de dificultades para los empresarios y pequeños emprendedores que intentan subsistir con los ahorros con los que contaban antes de la llegada de este virus. Pero hay un enemigo más silencioso que las deudas o que la falta de ingresos, la salud mental. Los empresarios que han pasado por situaciones de estrés, de incertidumbre o de crisis financieras, según Karen Carvajalino, columnista de Forbes y cofundadora de The Biz Nation, pueden llegar a caer en trastornos de ansiedad, de sueño, digestivos o hasta llegar a ser afectados permanentemente en el sistema nervioso, si no tienen un buen manejo de estas adversidades. Perseverancia como estrategia clave El restaurante Irka ya venía de una situación complicada. Hace 3 años tuvo una caída económica muy fuerte de la que solo se pudieron recuperar hasta finales de 2019 y cuando comenzaron a ver alguna mejora en su situación, inició el confinamiento, lo cual las precipitó a otra crisis económica de la que aún no ven la salida. Antes del confinamiento, llegaban a vender entre 80 y 100 almuerzos diarios, lo cual les daba la estabilidad que ellas necesitaban, pero conforme se fueron agotando los recursos tuvieron que ir recortando el personal. “El grupo era de unas 7 u 8 personas que trabajaban con nosotros, o sea que eran 8 hogares que se mantenían de este restaurante, y ahorita son solo 2 hogares porque no pudimos sustentar a más personas”, explica Mónica, también mencionando algunas de las obligaciones como el arriendo o los servicios, que las llevaron a tomar esta decisión. La noticia del aislamiento fue confusa para madre e hija, al inicio confiadas de que solo serían unos días, pensaron en la cuarentena como una oportunidad de descanso, pero conforme la medida fue extendida vieron cómo sus recursos se agotaban cada segundo. “Siempre esperábamos ese plazo de 15 días para poder abrir, ya cuando fueron pasando como 2 meses comenzamos a darnos cuenta de lo grave que era”, afirma Mónica. Según el psicólogo Carlos Bravo, en este caso es destacable la persistencia en ellas, después de la crisis que afrontaron hace unos años, el salir adelante y soportar los primeros impactos de la situación económica actual demuestran su tolerancia a la frustración. Ellas mismas lo aseguran, mencionando que es con la frente en alto y con ganas de salir adelante, que situaciones como estas se pueden superar. Esta acumulación de deudas, obligaciones e incertidumbres tienden a afectar a muchas personas, y ellas no son la excepción, Irma afirma que los momentos de tristeza y depresión por los que suele pasar son múltiples, ver como las deudas se acumulan, la plata disminuye y su salud se deteriora la ha afectado y solo encuentra consuelo dejando el restaurante unos días y cambiando de panorama al ir al Rosal, donde reside su familia. Mónica también comenta este tema, al mencionar cómo ellas siempre han sido personas muy trabajadoras, las afecta mucho ver cómo los ahorros lentamente se van acabando y tienen que comenzar a contar monedas para cualquier compra. “Yo lo hablo por el caso de mi mamá, ella se deprimió mucho”, explica Mónica. Carlos Bravo también menciona la importancia del tiempo que ellas dos invierten en sus familias, en sus pasatiempos o en su espiritualidad para poder mantener un equilibrio necesario y afrontar las dificultades. Este equilibrio está ausente en este caso, ambas han tenido que dejar a sus familias un tiempo, solo las logran ver los fines de semana cuando suelen estar agotadas y por falta de recursos, han dejado a un lado la recreación o las actividades de ocio. Esta sobre explotación es uno de los cambios más representativos. Según Karen Carvajalino, por el confinamiento han desaparecido los límites de tiempo, todo se ha convertido en un trabajo constante y permanente en el que pareciera que no hay fin, afectando la salud mental y agotando a los emprendedores. Es por la incertidumbre que esto sucede, y Mónica e Irma han pasado mucho de su tiempo buscando qué pueden hacer o en qué negocio experimentar para poder aliviar un poco esta crisis económica. No perder el esfuerzo de muchos años Ellas dos no son las únicas que están pasando por esta situación. En un centro comercial del norte de Bogotá, Jairo Mideros y Marta Alfonso tienen su propia pizzería, que pasaba por sus mejores momentos antes de la pandemia, pero con la llegada de la cuarentena iniciaron también sus intentos de mitigar la crisis económica. Ampliación de domicilios, cambios en estrategias de venta o el uso de recursos almacenados, fueron algunas de las estrategias que implementaron, las cuales Jairo considera como fundamentales para haber subsistido en los primeros impactos de la pandemia. Todas estas medidas han sido realizadas evitando al máximo tener que cerrar y entregar su local, porque eso era lo que más les preocupaba. “Le daba a uno más tristeza ver cómo lo que se había hecho en varios años de un momento a otro se estaba cayendo”, afirma Jairo, agrupando todos los sentimientos de inseguridad y preocupación por los que ha pasado en este periodo. Carlos Bravo explica que en este caso es fundamental que la claridad de los objetivos que tenían estos emprendedores en sus cabezas y la manera en la que se esforzaron para seguir a flote, les ayudó a salir adelante. También el apoyo familiar presente en este caso es fundamental, ya que al ser un negocio manejado por ellos, lograron en el trabajo encontrar un momento para compartir y darse apoyo unos a otros. El mayor reto de estos dos empresarios fue batallar contra el miedo y la angustia de la situación, el cambio de sus itinerarios también ha representado una nueva rutina para ellos, en la que suelen trabajar algunos horarios extendidos. Con todo esto solo buscan reinventarse y no dejar que su negocio cierre, ya que la mayor preocupación es perder el esfuerzo de tantos años. Seguir adelante Karen Carvajalino afirma que el desarrollo de una inteligencia emocional fuerte y la habilidad de poder adoptar un modelo práctico ligado con la tecnología en los negocios son clave para soportar esta pandemia, sin dejar de lado la perseverancia. Desde el Gobierno se han implementado todo tipo de ayudas para estas problemáticas que afrontan los empresarios. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo ha puesto en marcha herramientas de financiación para aliviar las dificultades de liquidez en las empresas, mediadas por las entidades bancarias, lo que muchas veces dificulta el acceso a créditos por parte de los pequeños empresarios. Por otro lado, el tema de la salud mental sigue siendo un tabú en nuestra sociedad. Según un artículo publicado por la Clínica Universidad de La Sabana, se tiene la idea de que las enfermedades mentales están asociadas con agresividad, con menos inteligencia o con la necesidad de ser aislados, por lo que casi el 90% de las personas que sufren una de estas afecciones no acceden a ayuda psicológica, por el miedo a ser juzgados o segregados por la sociedad. También es clave mencionar que las llamadas a las líneas dispuestas por el Ministerio de Salud para brindar apoyo y orientación han aumentado en un 30% debido a la pandemia por la que estamos atravesando. Aunque hasta mayo solo se habían realizado 1.635 intervenciones, dato que al comparar con el número de habitantes en nuestro país muestra claramente el rechazo de los colombianos a acceder a ayuda psicológica. Hoy, Irma ve con optimismo el futuro, ella cree que este año ya terminará con estas dificultades, pero ve con ansias lo que el 2021 le podrá traer con respecto a nuevas oportunidades de negocio. Mientras tanto, Mónica sigue alistando todos los preparativos para los almuerzos del día, ella tal vez no tan optimista como su madre, ve con tristeza una última disminución en las ventas. “Desde que comenzaron a abrir sectores de la economía siento que todo ha empeorado, las pocas personas que había en la zona han preferido irse a otras partes del país”, dice Mónica. Hoy estas dos empresarias seguirán esforzándose en no caer, porque como lo creen firmemente, en esta pandemia está cada uno luchando por sus propios intereses, luchando por sí mismo y por sus familias.
- Al ritmo de los colores
Al ritmo de los colores Luis Ángel Gonzalez Medina, Valeria Suárez Quijano, Laura Marcela Tussó Pérez, Nicolás Sebastián Villamizar Velandia, estudiantes de Comunicación Social y Periodismo Ricardo Vásquez, mejor conocido como "Yurika", es un grafitero que se sale de los estereotipos: es un apasionado por la cumbia. Ver también: La carranga, una manera de vivir Compartir
- Soy débil e insegura en la vida cotidiana:La Pulla
Intrépida, arriesgada y con los pantalones bien puestos, María Paulina Baena ha echado por tierra el mito de que las mujeres son seres frágiles y sin coraje. Soy débil e insegura en la vida cotidiana:La Pulla Ashley Vanessa Portilla Ardila Intrépida, arriesgada y con los pantalones bien puestos, María Paulina Baena ha echado por tierra el mito de que las mujeres son seres frágiles y sin coraje. Disponible en Pulzo Ashley Vanessa Portilla Ardila María Paulina, toda una experta en poner las cartas sobre el asunto y defender los cimientos de El Espectador en nuevos formatos, es la piedra en el zapato de algunas de las figuras públicas que se han aprovechado de la sociedad colombiana por décadas. Ella ha sido la cara de una videocolumna de opinión nacida en 2016 que subyace en la indignación, construyendo así un espacio innovador, con un toque de picardía envolvente, que expone una verdad oculta envuelta en cólera y zozobra, pero con el poder de transformar la conciencia colombiana. Agotada, despeinada y con su traje de ‘La Pulla’, María Paulina sonreía irradiando tranquilidad al llegar a la cafetería de El Espectador. Con un saludo muy ameno, se disculpó por la tardanza, consecuencia de la grabación de un nuevo capítulo del videoblog, y con una sonrisa implacable, me dio la luz verde para comenzar la conversación. “¿Cómo es la relación del equipo de La Pulla con los periodistas de la vieja guardia?”, le pregunté en relación con los comentarios de los tradicionalistas que han debatido sobre la pertinencia de este espacio de opinión en el debate político. “Yo creo que nuestra relación es frecuente y fluida, seguimos nuestras propias reglas porque queremos conservar ese lenguaje joven y millennial irreverente que nosotros creamos con ‘La Pulla’, lo queremos seguir haciendo así, y creo que los periodistas de la vieja guardia se pueden escandalizar con eso, pero la respuesta ha sido positiva (…) Siempre estamos llamando y consultando a esta gente que nos puede dar una mirada acertada y estamos pendientes de las críticas que pueden ser positivas para perfeccionar ‘La Pulla’. Siguiendo nuestra intuición, estamos creando todo el tiempo, así eso implique que nos cacheteen los de la vieja guardia”. Frente a la propuesta de revolucionar lo tradicional con las nuevas tecnologías, ‘La Pulla’, con investigación y rigor, ha comenzado el debate de muchas problemáticas en Colombia. No obstante, todo tiene sus desventajas y María Paulina, al ser la cara de la videocolumna, se ha enfrentado a millones de críticas que se trasladan del mundo virtual al real, por esto, decidí preguntarle: “¿Cuál ha sido el mayor reto de ser figura pública?” y con un mirada que demostraba un conflicto de ideas respondió: “Yo creo que un reto es que yo nunca quise ser esto, yo no quería ser famosa desde que nací, yo no quería convertirme de buenas a primeras como en esta figura pop: que me hicieran entrevistas, que me reconocieran en la calle, que se tomaran fotos conmigo o me lanzaran un hijueputazo cuando voy caminando en el mercado, entonces fue un sacudón”. La periodista, sin embargo, mencionó que sabe manejarlo. “No me creo mucho esa fama, este es mi trabajo, esto es lo que hago y quiero mejorar cada día, que reconozcan el trabajo porque es bueno y no porque me reconocen a mí, debido a que detrás de esto hay un equipo de seis personas que estamos pensando nuevas formas de hacer contenidos”. Mientras María Paulina tomaba un descanso de hablar y bebía de su botella de H20, pude notar melancolía en su rostro, algo no muy propio del personaje fuerte de La Pulla. Por tal motivo, me surgió una duda “¿me puedes decir dos cosas que compartes con ‘La Pulla’ y dos que no? Silencio. Me dijo que había sido una buena pregunta y se tomó su tiempo para responder: “Comparto con el personaje su ironía, su sarcasmo y su terquedad, pero no comparto su fuerza constante: yo soy muy débil e insegura en mi vida cotidiana. Tampoco comparto que le dice verdades en la cara a todo el mundo ya que en la vida real soy más miedosa”. “¿Alguna vez te has sentido impotente porque muchas personas no ven el objetivo que tienes con el personaje?”, le pregunté repentinamente tratando de conocer más su lado humano. “Eso me pasaba mucho al principio porque yo veía que las discusiones se estaban encaminando por otro lado, el lado del machismo que por qué hablo así, que por qué no hablo como mujer, pero ¿por qué la discusión se está centrando en eso si yo estoy hablando de otra cosa?”. “Pero después de pensarlo pensé que de pronto la forma es parte del fondo de ‘La Pulla’, luciendo como luzco, siendo fiel a lo que soy. De pronto eso dice cosas que termina siento el corazón de nosotros. Se debe entender que la gente necesita que más mujeres hablen duro y tengas espacios de poder y tengan espacios de diálogo y que no las vivan cayendo o infantilizando y que no las traten con más condescendencia. No importa, que sigan hablando de esto y empezar a demostrar que esto tiene una razón de ser” añadió. Los conflictos para la videocolumna también han sido internos. Algo que ha pasado desapercibido es que el equipo vive en una lucha constante de búsqueda de financiación que, a pesar del éxito, siempre está allí. “Somos periodistas pero fungimos como administradores, como recolectores de recursos, a nosotros no nos enseñaron a gerenciar nada, yo me descuadro pagando un recibo, no ha sido fácil para ninguno de nosotros, tampoco ha fácil conseguir pautas porque nadie quiere pautar con La Pulla, pero increíblemente nos hemos dado cuenta que hay marcas que sí compran la sinceridad y que no están pendientes de “ay qué dijo” “no diga esto”, hay marcas que les importa nuestra imagen de rebeldía e irreverencia” (…) Nos volvemos autosostenibles aunque nos falta inventarnos más cosas para sobrevivir, nuestro modelo es raro, hacemos parte de un periódico, pero tenemos que conseguirnos nuestra propia financiación” Baena no tiene pelos en la lengua. Su rostro cambió al escucharme mencionar al presidente Iván Duque. Una cara de desagrado y rabia, mezclada con indignación, me hizo entender que su inconformismo con el actual gobierno es radical y voraz, así lo demostró cuando le pregunté: “¿Qué le falta a Duque para ser lo que realmente necesita Colombia?” y como era de esperarse, la respuesta fue certera. “¡Todo! Creerse que es presidente. En ‘La Pulla’ el lema que usamos para él fue “me dijeron que les dijera que iba a ser un candidato independiente” es un tipo manejado por una mano oscura, que ya sabemos quién es, y que no es capaz de creerse el cuento de que es presidente. No tiene la personalidad ni el carácter, Duque es un flojo, un pusilánime, es un practicante presidente, está muy despreocupado del país donde vivimos”. El rechazo que sentía la periodista era el espejo de muchos de los capítulos del canal y al referirse a esa mano oscura, no pude dejar de pensar en la polémica reciente por los trinos de Álvaro Uribe sobre “Si la autoridad, serena, firme y con criterio social implica una masacre es porque del otro lado hay violencia y terror más que protesta”. Sin rodeos, decidí preguntarle qué pensaba al respecto y con disgusto respondió: “Uribe es una vergüenza, es un atravesado, es la mejor forma de decirnos lo que siempre pensamos de él. Se está declarando, está saliendo del closet como el caudillo fascista criollo por excelencia que es. Justificar una masacre es justificar lo injustificable, es lo más perverso del mundo” Sin lugar a dudas, Baena no vacila frente a las injusticias sociales y día a día se reta a mejorar la calidad de su trabajo. Me comentó, ya en los últimos minutos de la conversación, que está satisfecha con lo que hace, disfrutando de su vida en familia, parchando con amigos, amando al cine, a sus mascotas y saliendo con su equipo de trabajo para fortalecer los lazos que se forjaron desde la profesión, pero que continúan en los diferentes ámbitos. “Me creo el cuento de que vivo un sueño y eso me permite quitarme esa vaina de que uno es profundamente insaciable, pensar eso me hace sentir tranquila”, sentenció.
- Marca de color
Marca de color Sebastian Serna, Samantha Castellanos, Valentina Escobar, Laura Valentina Gonzales, Valentina Ortegon y Valeria Alejandra Castro. Comunicación Social y Periodismo Cuando el graffiti se convierte en explosiones de color y en arte las paredes grises de nuestra ciudad. Ver también: Entre artistas y aerosol: la reconstrucción de una población Compartir
- La tala de árboles, entre el sí y el no
La tala de árboles ha generado un debate entre quienes la consideran necesaria y aquellos que por el contrario, defienden a toda costa el arbolado de la ciudad. La tala de árboles, entre el sí y el no Britney Tatiana Vásquez Caro La tala de árboles ha generado un debate entre quienes la consideran necesaria y aquellos que por el contrario, defienden a toda costa el arbolado de la ciudad. Disponible en Pulzo Britney Tatiana Vásquez Caro A la alcaldía de Enrique Peñalosa se le ha criticado bastante el manejo de la tala de árboles, pues en el último año se han cortado más de 34.000 especies en diferentes espacios de la ciudad, generando indignación por parte de la comunidad. En contra de la tala Para quienes están en contra, esta problemática no solo afecta a la naturaleza y los recursos, sino también a la comunidad. “Los árboles liberan oxigeno y absorben dióxido de carbono, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre, que son altos contaminantes, y ayudan a limpiar el aire que respiramos. Por esta razón, talar los árboles afecta la salud de las personas al respirar partículas que entran al organismo y pueden causar enfermedades pulmonares”, afirma Aylin Caro, Ingeniera Ambiental experta en el tema. Pero, ¿por qué este tema ha estado en furor en estos últimos meses? En el segundo semestre del año 2018 sobrevinieron varias polémicas por tala de árboles injustificada. El Parque Japón, por ejemplo, sufrió alta perdida de espacio verde, generando indignación entre los vecinos de la zona y, en el primer periodo del presente año, la carrera séptima y la autopista norte han sido las víctimas de este problema ambiental. Andrés Niño Neuta, estudiante y habitante de Bogotá ha sido testigo de estas afectaciones: “Vivo en Chapinero e ir al Parque Japón a hacer ejercicio es de mis actividades favoritas, sin embargo, ver cuando talaban los árboles y cerraban secciones del parque me indignó en gran medida, y más siendo una tala innecesaria”, comentó Andrés. “Y tras del hecho, soy estudiante de la Javeriana y paso por la séptima cada día. Es deprimente, es cada vez mas gris y el aire que se respira es menos puro y eso afecta a cualquiera”. Por esta razón los ciudadanos se impacientan frente a este problema. Según la página de la Secretaría Distrital de Ambiente, en el 2017 el número de árboles sembrados y establecidos en el espacio público despuntaba los 17 mil. Entre el 2018 y lo corrido del presente año, este número incrementó bastante; hoy en día tenemos un número de árboles que está por encima de los 28 mil, cifra que se considera una de las mejores de la historia, pero ¿será suficiente? Según la Organización Mundial de la Salud, el número de árboles per cápita de las ciudades debe ser de tres por ciudadano para gozar de un ambiente saludable. Gustavo Segura, ingeniero forestal y miembro de la Fundación Natura, una ONG de Colombia dedicada a la conservación, uso y manejo de la biodiversidad ambiental en pro del bienestar social, afirma que “en Bogotá el número de árboles per cápita según el Observatorio Ambiental es de 0,38, y aunque es históricamente el mayor valor que reporta, es muy inferior a lo establecido por la OMS”. La tala es necesaria en ocasiones Algunas de las talas de árboles son realizadas por firmas de construcciones que buscan urbanizar la ciudad, pues Bogotá es caracterizada por crecer de manera horizontal y no vertical, como muchas ciudades del mundo. Pero aquí es donde está la otra cara de la moneda, aquellos que no están en contra, y esto no quiere decir que estén a favor, sino que defienden y consideran que la tala de árboles es necesaria y justificada en muchas ocasiones. Según el ingeniero civil Leonardo Carrascal, las constructoras toman medidas, cosa que mucha gente ignora, y por ese motivo se exasperan sin razón. “Para realizar un proyecto, las constructoras deben pedir un permiso a la autoridad ambiental competente, llenando un formulario y completando los documentos para presentar el trámite. Se envía un ingeniero forestal que determina si en el área es viable la tala o no y se le exige a la empresa la compensación de dicha tala, sea con más siembras o con el pago de IVP (Individuos plantados vegetales) para el cuidado y preservación de las especies”, afirma el experto. El Observatorio Ambiental de Bogotá también exhibe en su portal web el número de metros cuadrados de jardines urbanos, plantados y/o recuperados en Bogotá: hace un año esta cifra era de 20 mil, cuatro mil por debajo del valor de la norma. Sin embargo, hasta el día de hoy, esto aumentó positivamente para la ciudad, pues actualmente el número de jardines urbanos recuperados es de 39 mil, casi 15 mil por encima del valor de la norma. Y es con estos datos que el Estado se defiende del presente debate y de los ciudadanos ambientalistas enfurecidos por las medidas circunstanciales tomadas en el periodo de gobierno del alcalde Enrique Peñalosa, la alcaldía más criticada por el mal manejo de la preservación de los árboles, según los ciudadanos y diversos medios de comunicación. “Amo los árboles. Quiero una ciudad bien arborizada. Cuando llegué a la Alcaldía anterior, no había siquiera una entidad encargada de la arborización. Convertí al Jardín Botánico en la entidad a cargo. Hemos sembrado decenas de miles de árboles. Sembraremos decenas de miles más”, dijo Enrique Peñalosa en un artículo de la revista Semana. Además, justificó y respondió a las tantas críticas asegurando que muchos árboles son talados por seguridad ciudadana y otros, porque cumplieron su ciclo de vida. Mientras 10.000 árboles han sido talados durante el mandato de Peñalosa, su administración asegura que al menos 80.000 han sido sembrados. Como mencionó el alcalde, muchas talas de árboles no se hacen solo por capricho de urbanzación, sino que son necesarias en varias circunstancias, premisa usada por aquellos que buscan defender la tala de árboles en este debate ciudadano. El concejal Álvaro Acevedo es una de las autoridades que defiende la tala, pues ha afirmado que esta es justificable en ciertos casos. “Es necesaria la tala cuando se amenazan ruinas, cuando hay árboles enfermos. Hay situaciones en que las raíces afectan las carreteras y un árbol caído ha sido causa de muchas muertes. En esos casos es justo talar un árbol. Sin embargo, hacer esta actividad debería compensarse con siete u ocho siembras”, dijo. “Yo les diría a las personas ambientalistas que antes de hacer un juicio de valor hay que investigar por qué se quitó el árbol. No todas las talas son para agredir a los que estamos a favor del ambiente, pero hay razones que lo justifican y es lo que muchos se niegan a entender”. La tala seguirá con precauciones Este tema es una polémica que se seguirá presentando entre los bogotanos y continuará debatiéndose por años y, por lo tanto, hay algunos puntos a tener en cuenta, tanto para los que están en contra, como para los que defienden la tala. La ley exige que cuando se talan árboles se debe realizar la compensación ambiental respectiva, argumento que es un respiro para los ambientalistas; la tala no debería volverse un problema si estos requerimientos se cumplen al pie de la letra. “Vale mencionar que en algunos casos sí es necesaria la tala. Sin embargo, la ciudad es pionera en gestión de arbolado con una georeferenciacion de árboles en espacio urbano. Aún así es necesario hacer revisiones en la toma de decisiones desde lo político, pues muchos intereses personales pueden estar por encima del bienestar de la comunidad”, dice Gustavo Segura. Lo que buscan estas declaraciones es invitar al Estado a evaluar detalladamente cada tala para que pueda ser justificada bajo los parámetros de las entidades ambientales con las que cuenta la ciudad de Bogotá. No solo es una invitación al sector gubernamental, los ciudadanos necesitan tener conciencia, tanto de las políticas de talas para no crear algún juicio de valor erróneo, como sobre la importancia del arbolado para la salud ambiental y poblacional. Aylin Caro hace un llamado a estos sectores: “La legislación existe, la solución es que se aplique correctamente, no puede ser posible que una tala masiva se autorice sin identificar otras alternativas, que aunque sean más costosas o requieran más tiempo, garanticen la protección de los recursos naturales indispensables para todos”, dice la experta en ingeniería ambiental. “Es fundamental la conciencia. Si no entendemos la importancia del recurso forestal, no lo vamos a cuidar ni proteger. ¿Cuando falte el oxígeno es que la humanidad reaccionará? Hay que prevenir y no lamentar. No hay que estar en alerta roja para cuidar el medio ambiente”, añadió.
- "Decreto 552 ¿Solución o problema?"
Este documento, expedido el año pasado, ha puesto en jaque a los artistas callejeros porque lo expuesto en este afecta directamente el ejercicio de su labor. "Decreto 552 ¿Solución o problema?" Karla Andrea Figueroa Gutierrez Este documento, expedido el año pasado, ha puesto en jaque a los artistas callejeros porque lo expuesto en este afecta directamente el ejercicio de su labor. Disponible en Pulzo Getty Por las calles de la carrera séptima es natural encontrar a personas de diversas edades que se han dedicado por años al arte. Jóvenes que con aerosoles ponen en el papel hermosos atardeceres, adultos que dibujan pintorescas caricaturas e incluso, señores de una edad avanzada que bailan canciones alegres. Es así como entre pinceles, instrumentos y pasos de baile, los artistas llenan de color esta vía. Las sonrisas entre las personas que por ahí transitan no se hacen esperar. Muchos se detienen hipnotizados ante las extraordinarias muestras artísticas. Así se empieza a llenar esta calle de hombres, mujeres y niños de diferentes lugares de Bogotá, distintas regiones de Colombia e incluso otras partes del mundo. Se reúnen sin otra pretensión que la de disfrutar de aquello que ofrecen los artistas en este, su escenario de cemento. De ahí que se pueda afirmar sin titubear que ellos hacen un gran aporte a la sociedad colombiana, puesto que en cada fragmento artístico que deciden mostrar regalan algo que une a la comunidad y refuerzan la identidad cultural. Por esto resulta de suma importancia que el Estado cree estrategias que permitan el aprovechamiento del espacio público y faciliten la labor de los artistas callejeros, cosa que se ha intentado mediante el decreto 552, que se expidió el año pasado y establece que los artistas deben tramitar, cada 45 días, un permiso que les otorga el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) para poder trabajar en ese espacio. En declaraciones a El Espectador, la Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, María Claudia López, habló de la forma en que nació el decreto: “Comenzamos a ver que el arte y la cultura son, sin lugar a dudas, fundamentales. (…) Los artistas le dan calidad al espacio público, pero si se hace de forma ordenada. Si bien ellos podrían estar en cualquier sitio de la ciudad, nos parece que, en estos sitios de tanta afluencia o tráfico tiene que haber una organización especial”. En concordancia con lo anterior, el propósito del decreto es regular y organizar los sitios en los que se ve mayor concurrencia de artistas. Sin embargo, esa no es la historia que se cuenta en la calle. El decreto ha generado un gran descontento entre los artistas del sector y no temen decirlo. Esto se evidencia en la cartelera que tiene pegada el pintor Alfonso Castaño en una esquina de su lugar de trabajo. En ella llama primeramente la atención aquello que está escrito en mayúsculas y en letras rojas: “OJO – PELIGRO PARA LOS ARTISTAS COLOMBIANOS”, aunque lo más significativo está escrito en azul y es un llamado a la Coordinadora de Idartes, Eliana Salazar, donde argumenta que la medida de rotación pone en peligro su sustento porque Idartes no les da la renovación a tiempo y cierra diciendo “eso no es culpa de los artistas”. Instituciones vs artistas Carlos Roa, un caricaturista que trabaja en la carrera séptima, afirma que muchas personas le han preguntado por todo lo referente a su arte, pero muy pocos se han detenido a indagar por aquellos problemas que los aquejan. Tal vez porque si bien su arte se sale del escenario común en el cual se exhibiría, para la mayoría no deja de estar detrás de una vitrina, sólo como objeto de admiración. Probablemente, también funcione de esa forma para el Estado puesto que, según los artistas, en ningún momento se les preguntó si estaban o no de acuerdo con lo que implicaba este decreto. Entonces, fue así como se vieron envueltos en algo que, para ellos, trajo más problemas que beneficios. Ahora la policía los puede expulsar del sitio si no cuentan con el permiso o si este se encuentra vencido. De hecho, esto es muy común, los policías rondan esta vía y, de vez en cuando, con el ceño fruncido y una mirada demandante, se los piden. Así se van desplazando muchos de los artistas. En sus rostros no hay ningún rastro de sorpresa, más bien hay frustración. Su gesto es igual al de los policías, pero no en señal de fortaleza sino de impotencia, porque para ellos esto no tiene ningún sentido. En palabras de Juan Carlos Pedroza, artista de la séptima que pinta con aerosoles, la norma “es una completa tontería. Supuestamente el decreto 552 dice que el arte callejero es patrimonio cultural de la ciudad, entonces no entiendo por qué tenemos que levantarnos”. Como Juan Carlos, muchos de ellos viven solamente de eso, de su arte. De modo que cuando se llevan sus instrumentos, obras y grabadoras les están arrebatando sus sueños y con eso, aquello que les da el sustento para vivir. Aunque a decir verdad, este es un panorama amigable, al menos en comparación a las historias que entre ellos se cuentan. Historias en las que la policía hace uso de la fuerza para sacarlos del espacio público. Héctor Cruz Novoa, abogado y asesor jurídico de Staffing, explica que el uso de la fuerza está justificado siempre y cuando sea dentro de los parámetros legales: “Considerando que la labor de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley constituye un servicio social de gran importancia (…) podrán usar la fuerza sólo cuando sea estrictamente necesario y en la medida que lo requiere el desempeño de sus tareas”. Aun así, es importante que los artistas tengan en cuenta los mecanismos mediante los cuales pueden recurrir a la ley para denunciar aquellos abusos que no estén en el marco de lo legal. Beatriz Luna, abogada y magíster en Derecho Constitucional, litigante independiente y docente universitaria, explica cuál es el conducto regular para denunciar en estos casos: “En primera medida, si un artista ve que hay un abuso de autoridad, pues podría informar a Idartes, también podría acudir a la misma policía presentando una queja o un derecho de petición e incluso si ya realmente hay un abuso que implique peligro y riesgo para derechos fundamentales de los artistas, puede analizar si acude a la acción constitucional de la tutela, recordando que esta se debe usar cuando ya se hayan usado otros mecanismos”. También expone las implicaciones legales que tendría el policía que, en ejercicio de su cargo, abuse de su autoridad: “Puede tener implicaciones disciplinarias, que inicien procesos de investigación a los policías por su conducta o por sus omisiones (…) puede incluso ahondar o traspasar al ámbito del derecho penal si es que incluso se puede presentar algún tipo de delito, lesiones personales o demás”. Cabe aclarar que esto no es suficiente porque aunque se garantice que los artistas serán protegidos ante la ley en lo que refiere a cualquier abuso de autoridad, seguirán siendo perjudicados ya que existen otros problemas significativos en el ejercicio del decreto. Por ejemplo, la demora en el trámite del documento, que puede tardar hasta un mes, tiempo que ellos no están dispuestos a esperar porque cada día de demora significa un día sin poder trabajar libremente. Como son tan solo 45 días de permiso, el tiempo de espera no se justifica. Al contrario, empeora el panorama ya que se ven obligados a realizar este trámite una y otra vez en un lapso tan corto que interfiere en el desarrollo de su trabajo. Sin embargo, Ana Carolina Ávila, contratista de la subdirección de artes en Idartes y que apoya la coordinación del proceso de la regulación de artistas en el espacio público, justifica el tiempo de renovación en lo siguiente: “El decreto de aprovechamiento económico (…) establece cuáles son las actividades que se pueden dar en el espacio público y establece tres tipos de temporalidades de acuerdo al tipo de actividad. (…) Entonces la temporalidad que le corresponde a artistas es definido de acuerdo a lo que dice el decreto; no la determinó Idartes ni la determinó la Secretaría de Cultura”. Además, respecto del tiempo que se demora el trámite del permiso dice que el trámite de la resolución de aprovechamiento económico se demora 6 días hábiles y que, sin embargo, se puede tardar más cuando la plataforma tiene problemas de funcionamiento y no les permite ver rápidamente los códigos del día de la solicitud del artista. Ávila también agrega que “como todo proceso normativo, tiene que irse ajustando en el tiempo (…) porque requieren modificaciones de decretos y resoluciones”. Por las razones anteriores, resulta de suma importancia que las instituciones tengan en cuenta los problemas que están teniendo los artistas y que escuchen sus voces que, en la calle donde exhiben aquello que aman hacer, también se levantan en contra de este decreto.
- Cortázar tuvo la culpa: Camilo Hoyos, el creador de “Paredro”, uno de los podcasts sobre literatura más reconocidos de Colombia
Cortázar tuvo la culpa: Camilo Hoyos, el creador de “Paredro”, uno de los podcasts sobre literatura más reconocidos de Colombia Stephany Buriticá y Lina Padilla Fecha: Camilo Hoyos tiene 43 años, estudió Literatura en la Universidad de Los Andes de Bogotá y es doctor Cum Laude en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; Hoyos tiene uno de los podcasts literarios más reconocidos de Colombia, “Paredro”, derivado de su amor por los buenos autores y la gran literatura Lea también: Cirugías estéticas. ¿Por qué transformar el cuerpo? Compartir Foto: Camilo Hoyos, creador del podcast Paredro De pequeño, Camilo Hoyos quería ser veterinario. Soñaba con una vida en el campo que se pareciera a sus vacaciones en la finca familiar en Manizales, donde había caballos, marranos, perros y gallinas. Él se la pasaba con los cuidadores y trabajadores de la finca, aprendiendo las labores del campo y cuidando a los animales. Su hermano y su padre son las figuras más influyentes en su vida. Recuerda que ambos leían muchísimo, tanto en la época escolar como durante las vacaciones. Sin embargo, el hábito de la lectura nunca le fue impuesto; más bien, llegó al mundo de las letras y las historias por la pasión que le transmitió su padre, quien se inventaba cuentos para él y su hermano cuando iban por la carretera rumbo a la capital del departamento de Caldas y se encontraban cruzando La Línea. Hoyos y su hermano escuchaban con atención los relatos para evitar marearse en la carretera y, de todos, el que recuerda con mayor claridad es de tres exploradores viajando por África en una avioneta, que de repente se desviaba por una tormenta, sufrían un accidente terrible y tenían que enfrentarse a una pradera llena de leones. Imaginar y crear mundos nuevos le parecía fascinante. En sus vacaciones en la finca se la pasaba escuchando los relatos fantásticos de brujas, duendes y espantos que le contaban los trabajadores del lugar. Estas historias fueron su preparación para la lectura de grandes obras literarias, con las que comprendió la función de la literatura: abrirle al lector un nuevo mundo de situaciones donde todo puede pasar, sin que exista una explicación lógica o que tenga que ser cierto. Cuando Hoyos tenía alrededor de 17 años y estaba en Medellín pasando vacaciones con su familia, se percató de que su hermano había leído “Rayuela” de Julio Cortázar , una novela de más de 800 páginas, en solo tres días. Se preguntaba: “¿Y cómo será este libro para que mi hermano lo termine a los tres días?”. En esa etapa de su vida, Hoyos seguía enfocado en la ganadería y se olvidó de esas inquietudes hasta que lo alcanzaron unos años después. Por una razón que Hoyos no recuerda, terminó una mañana en la librería de su colegio, Los Nogales, sacando el libro de cuentos de Cortázar, “La Colección de Jorge Luis Borges”. Lo llevó a casa, entró al cuarto de su hermano y le dijo: “Mire lo que saqué. ¿Por dónde arranco?” y su hermano le dijo que iniciara leyendo “Continuidad de los parques”, y, después, “Casa tomada”. Al finalizar esos dos cuentos, la pregunta inicial de Hoyos se había resuelto, a medias: entendió que Cortázar era un excelente escritor, y que debía seguir con Rayuela. Ese impulso de la curiosidad terminó en un interés absoluto por los libros. De hecho, unos meses después, cuando por fin leyó “Rayuela”, el libro lo llevó a estudiar Literatura y, años más tarde, sería esa misma obra el eje para escribir su tesis doctoral. En esta, Hoyos señala: “A través de las temáticas surrealistas, Rayuela se propone como una de las más certeras, complejas y novedosas novelas cuyo propósito, entre muchos otros, es el de consagrar a París como un espacio laberíntico al cual es fundamental acceder mediante otro tipo de pensamiento. Será en su atravesamiento que encontraremos, de nuevo, la gran metáfora del yo en movimiento”. La literatura se instaló en Hoyos como se instala París en quienes la recorren, y como siempre lo hacen los buenos libros con los lectores atentos. Alternando las gafas de la razón con las del asombro Por obvias razones, Hoyos asegura que “Rayuela” es su libro preferido, aunque después de leerlo innumerables veces para realizar su doctorado en Barcelona, se alejó de él por unos años. La cuestión es que le es difícil tenerlo lejos de sí. Entender a los personajes le permitió darse cuenta de que para vivir es necesario soltar. Comprendió que Horacio Oliveira, protagonista de la novela, es un tipo “hiperlógico”, quien debe saberlo todo, ponerle atención a cada cosa que ocurre en el mundo, a cada palabra que piensa, a cada emoción que siente y no es capaz de soltar nada. En esa obra también está La Maga, el gran personaje de Rayuela, una mujer sencilla y quien muestra que el conocimiento no es importante para experimentar la vida, y tiene todo lo que el Club de la Serpiente está buscando: saber insertarse en el presente. “La Maga oía hablar de inmanencia y trascendencia y abría unos ojos preciosos que le cortaban la metafísica a Gregorovius. Al final llegaba a convencerse de que había comprendido el Zen, y suspiraba fatigada. Solamente Oliveira se daba cuenta de que la Maga se asomaba a cada rato a esas grandes terrazas sin tiempo que todos ellos buscaban dialécticamente. —No aprendas datos idiotas —le aconsejaba—. Por qué te vas a poner anteojos si no los necesitas”, escribió Cortázar. En el libro, al igual que en el día a día, piensa Hoyos, todos están demasiado aferrados a un saber, a una teoría, y están dispuestos a existir a partir de ella. “Pero la Maga no la tiene”, dice Hoyos, quien usa gafas permanentes por su miopía y también lleva puestas otras gafas sobre esas: las del asombro, que procura alternar siempre con las de la razón. Para Hoyos, el mundo se ve mejor manteniendo dosis de realidad en cantidades justas. A él no le interesa la literatura para mantener conversaciones en las que pueda presumir de intelectualidad o por cumplir con una serie de deberes culturales, sino para llevar lo que cuentan los libros a las situaciones de su vida. “Quien ve desde la esquina de un salón oscuro que solo tiene una pequeña luz en la mitad, no observa lo mismo que alguien que está en el centro”, afirma. Paredro: Sentarse cerca Además de profesor y crítico de literatura, Hoyos es un promotor de lectura y cultura. La prueba de ello es Paredro, un podcast que empezó en el medio 070, de la Universidad de Los Andes, pero que después se afilió a la Fundación Gratitud, fundada por Hoyos y el cantante colombiano Juan Fernando Fonseca, que busca fomentar el acceso del arte a poblaciones vulnerables como herramientas de transformación social. El nombre Paredro sale de un libro de Julio Cortazar: 62/ Modelo para armar. En el libro, no se sabe lo que significa “paredro”. Un día es esto y al otro día es otra cosa. Decidió utilizarlo y luego se dio cuenta que significaba “sentarse cerca” en griego. Con el podcast no busca miles de likes, no tiene nada de académico y desde junio de 2020 hay episodios semanales. Cada libro que Hoyos presenta en su podcast es uno que ha leído y que ha logrado relacionar con su vida. El éxito de su programa no son los personajes entrevistados, sino la cercanía con la que Hoyos conduce sus entrevistas, contextualizando al oyente a través de citas textuales extraídas de la obra y realizando preguntas que permiten conocer a mayor profundidad al autor y sus motivaciones a la hora de escribir. Los episodios, más que entrevistas, son conversaciones fascinantes de escuchar. A futuro, Hoyos quiere que Paredro pase de ser solo un podcast a un centro de promoción de lectura y escritura, donde todos los que se acerquen tengan la posibilidad de aprender a escribir y no necesariamente como grandes novelistas, sino que puedan hacerlo para ellos, como un ejercicio personal. Considera que siempre será mejor leer un libro y saber escribir que no hacerlo. Y es por esto que otro de los objetivos con Paredro es poder apoyar otros pequeños promotores de lectura que necesiten difusión para llegar a más personas. Detalles y diez pares de zapatos A sus 43 años, Hoyos habla de la paternidad como el gran regalo de la vida. Aunque nunca pensó en ser papá, siempre supo que, de serlo, se esmeraría en estar presente. Con Juanita González, su esposa, tiene tres hijos, de 11, 9 y 5 años. Hoyos cuenta que su papá solía estar ausente por su trabajo. Él, en cambio, queriendo ser lo contrario, dice que es la vida como padre la que lo ha alejado de muchas actividades sociales y laborales. Desde el primer embarazo de su esposa, recuerda que le cantaba mucho a su panza, para que el bebé en camino se acostumbrara a su voz. Su esposa y sus tres hijos lo definen como un padre amoroso y tranquilo, “que nunca se pone bravo”. Desde su rol de profesor anima a leer lo que más se pueda. Como padre dice que no lo impone como una obligación, como tampoco lo hicieron con él. De vez en cuando les pide a sus hijos que le muestren los libros que están leyendo y un resumen de los mismos. Sin embargo, nunca les ha dicho que lean en las noches o los fines de semana. Hoyos es quien los alista para ir al colegio, les hace el desayuno, les da los medicamentos cuando están enfermos y está con ellos casi todo el tiempo. Como familia, siempre intentan viajar por carretera, así que nunca van ligeros. Cada uno debe llevar dos pares de zapatos y deben arreglarse para que quepan en el baúl. Y ahí es donde comienza a replicarse, como una adaptación amorosa del pasado, la génesis de lo que se ha vuelto el sentido de sus años: escuchar y compartir historias.
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