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- Unisabana Medios | Audios
Fuera de la cancha David Suárez, estudiante de Comunicación Social y Periodismo En este podcast, nos conectamos con las personas que están detrás de los reflectores que acaparan a los deportistas para hablar de su salud mental. Ver también: ¿Quiénes hacen de Bogotá una ciudad artística? Compartir
- Flor Bárcenas
Montería, Colombia | Poeta trans afrocaribeña Flor Bárcenas Por Mateo Bonilla Moreno, Katherin Rincón Pulido, Ana Sofía Ñustes Heredia y Santiago Velásquez. Montería, Colombia | Poeta trans afrocaribeña Lea también: Jennifer Ávila Compartir Fotografía por Francy Velasco. Es licenciada en Literatura y poeta trans afrocaribeña, autora del poemario “Bramidos de agua dulce”. Ganadora del concurso juvenil Jorge García Usta del Festival Internacional PoeMaRío en 2018. Incluida en la antología “Como la Flor” Voces de la poesía cuir colombiana contemporánea. Sus poemas circulan en revistas nacionales e internacionales. Es activista VIH positiva y becaria de la especialización en Escritura Creativa con enfoque afrodiásporico de la universidad ICESI. Nos contó: Sobre la narrativa no hegemónica… · Es muy importante que las personas que habitamos la alteridad, los lugares que hemos habitado históricamente, podamos tomar el control de las narrativas y de las interpretaciones que se han hecho de nuestras corporalidades y nuestras experiencias. · Justamente la literatura, el cine, el arte en general, posibilita que nosotras podamos contarnos a partir de nuestras propias experiencias de vida, porque lo que queremos es justamente que dejen de interpretar, de imaginar nuestras realidades y nosotras podamos hacerlo de nuestra propia carne, de nuestra propia experiencia de vida. · Para mí la poesía ha sido una alternativa para posicionar mi historia de vida, para posicionar la geografía que habito, para posicionar mi drama humano. Sin la poesía no hubiera podido expandir un horizonte para llegar a otras personas. Fotografía por Francy Velasco. Sobre la ética y el privilegio al narrar historias... · Yo creo que escribir sobre cualquier persona que se ubica en la alteridad es un proceso que tiene que pasar siempre por un filtro ético. No es que las personas blancas, por ejemplo, no escriban de las personas negras, ni que los hombres no escriban de las mujeres, sino que también deben tener en cuenta los lugares desde los que escriben. Una persona blanca va a escribir desde el privilegio de ser una persona blanca, una persona cisgénero va a escribir desde el privilegio de ser una persona cisgénero; eso también tiene que pasar por el filtro ético en el momento en que están posicionando sus historias. · Es muy difícil porque nosotras también reconocemos que hay una tradición que nos antecede: el canon literario, que ha sido históricamente escrito por hombres blancos y heterosexuales. Pero hay un poder que yo creo que es indescifrable, ni siquiera yo podría responderlo, y es lo que significa ser una travesti, una persona trans. Sobre la identidad en las narrativas... · En ese sentido creo que es vital ir a nuestras historias, porque esas historias vienen desde nuestras entrañas y nunca han sido escuchadas. Yo creo que es toda una hazaña también que las personas trans escribamos y estemos en espacios literarios, porque también nos han ubicado y situado históricamente en lugares de opresión. · Eso también se hace posicionando otras experiencias de vida, como que también puedo ser trans y puedo ser escritora, que puedo ser trans y puedo ser profesora, que puedo hacer todas las cosas como una persona normal. Cuenteros de Iberoamérica
- El tercer ojo en pandemia
El tercer ojo en pandemia Verónica Bahamón, Valentina José Linares, Santiago Cadena, Lucía Rufini, María Claudia Gómez, de Comunicación Audiovisual y Multimedios Con este magacín, toma nota de actividades que te ayudarán a mejorar tu salud mental y física, sobre todo en estos tiempos de pandemia. Ver también: Tenga pa' que se entretenga Compartir
- Juan Manuel Escobar Villegas
Unisabana Ágora con Juan Manuel Escobar Villegas El socio de Aroa Studio y co-fundador de la Asociación XRCOL, habla acerca de narrativas inmersivas: 360 nuevas maneras de contar historias (vr, ar/xr). Compartir Ver también: Jonathan Whittaker: The Role of The Director
- Neurociencias: necesarias para los vínculos familiares
¿Beneficia el estudio de las neurociencias a nuestros vínculos familiares? Neurociencias: necesarias para los vínculos familiares ¿Beneficia el estudio de las neurociencias a nuestros vínculos familiares? Compartir
- Ginna Morelo
Córdoba, Colombia | Directora de la Maestría de Periodismo Científico de la Universidad Javeriana Ginna Morelo Por Ana Sofía Ñustes Heredia, Ana María Gómez y Mateo Bonilla Moreno. Córdoba, Colombia | Directora de la Maestría de Periodismo Científico de la Universidad Javeriana Lea también: Kendry Serrano Compartir Fotografía por Santiago Velásquez en entrevista para Unisabana Medios. Es comunicadora social y periodista de la Universidad Autónoma del Caribe y magíster en Comunicación de la Universidad del Norte. A lo largo de su carrera, ha sido galardona con múltiples premios de excelencia periodística de los cuales se destacan el Premio Iberoamericano de Periodismo ‘Sociedad para Todos’, el Premio Anway de Periodismo Ambiental y el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar a la periodista del año en 2018. Asimismo, fue mención de honor y finalista del Premio de Periodismo de Investigación del Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) y becaria de la FNPI. Frente a su cubrimiento profesional, Morelo se ha destacado por abogar frente a un periodismo consciente y ético en temas como la migración venezolana; de la misma forma, es reconocida por su habilidad al momento de generar investigaciones multimediales desde su papel de editora, reportera, maestra y productora. Actualmente, es la directora de la Maestría de Periodismo Científico de la Universidad Javeriana. Nos contó: Sobre a la importancia que se le brinda al periodismo científico desde la academia… • Si revisamos todo el escenario que se viene generando de forma mediática solo en América Latina desde la pandemia por Covid, vemos una explosión de periodistas y medios con un interés legítimo de seguir apropiando metodologías para la divulgación de la ciencia. Estamos en un momento tremendamente valioso, pero no menos desafiante porque lo que se necesita justamente es generar mayores sinergias entre periodistas, editores y medios; entre estudiantes y profesores, para que esto adquiera una dimensión todavía mucho más potente. • Creo que el ejercicio periodístico supone la práctica de la verificación de la información, no porque el fact-checking esté de moda ahorita, sino porque ha sido necesario siempre. Entonces, hoy más que nunca necesitamos que se potencie ese espacio de verificación que hacemos entre varios y no quede solo sobre un periodista enfrentado a su propia pieza. Portada de La voz de los lápices, libro de Ginna Morelo sobre las consecuencias que generó el asesinato de profesores, intelectuales y estudiantes en el departamento de Córdoba por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Sobre la comunicación en un ambiente de desinformación… • Ahí tenemos que valernos de todos los distintos canales Informativos de redes para tejer y para construir una cercanía o una proximidad mucho más permanente y que no nos cansemos a la mitad del camino. • Es difícil combatir las cadenas de WhatsApp y hemos visto cómo ha venido creciendo la industria de la mentira, pero también es muy cierto que hay más atención por una salud mediática, en el sentido de que mucho más medios y muchos más colegas se encuentran interesados en un trabajo sostenible y muy riguroso. Sobre el cubrimiento ético de las migraciones y la concientización de la audiencia… • Definitivamente, construyendo una agenda periodística sostenible se logrará. Las coberturas de las migraciones no pueden ser explosivas, no pueden llegar solamente cuando hay crisis para que titulemos: Éxodo; tienen que quedarse después de esas movilizaciones que son abruptas, aceleradas, crecientes; tienen que permanecer. Ese es el ejercicio al que invito, no solamente a periodistas, sino también a comunicadores y divulgadores, a que se queden para que podamos generar una socialización permanente y que las audiencias puedan comenzar a entender que entre la diferencia es posible construir colectivos. Sobre el trato de la narrativa migrante a escala nacional... • Están pasando cosas maravillosas de esfuerzos mediáticos periodísticos, y de periodistas como tal, pero creo que es necesario que también superemos la narrativa solo del dolor y de las movilidades, pasemos a las narrativas de la esperanza y la oportunidad, a la narrativa de la recepción y de la acogida. Eso permite construir una agenda mucho más potente. • No es nada fácil, porque, por lo general, nos gusta más lo mediático; lo que genera una suerte de espectacularidad cuando vemos cientos de migrantes atravesando una vía. Sin embargo, quedarnos ya en Colombia o caminar las calles de Bogotá desde la cotidianidad para entender cómo se han insertado y cómo merecen todavía una acogida, una proximidad mucho más sostenible, es clave para las piezas periodísticas. Creo que ahí la narrativa tiene una tarea por hacer. Cuenteros de Iberoamérica
- Rodrigo García
Bogotá, Colombia | Director y guionista de cine. Miembro de la Junta Directiva de la Fundación Gabo Rodrigo García Por Ana María Gómez, Juan Esteban Medina Caicedo, Nayhara Esthefania Contreras Rojas y Francy Dayana Velasco Católico. Bogotá, Colombia | Director y guionista de cine. Miembro de la Junta Directiva de la Fundación Gabo Lea también: Gumersindo Lafuente Compartir Fotografía por Francy Velasco Es director y guionista de cine y televisión. Estudió Historia Medieval en la Universidad de Harvard y obtuvo el título de Cinematografía en el American Film Institute en Los Angeles. Inició su carrera como director de comerciales y películas independientes, entre las que se cuentan Things You Can Tell Just by Looking at Her (2000), Ten Tiny Love Stories (2002), Nine Lives (2005), Mother and Child (2009) y Albert Nobbs (2011). En televisión ha participado en diversos proyectos para HBO, entre los que se incluye la dirección de episodios en las series The Sopranos y Six Feet Under, así como el piloto de la serie Carnivàle, y un episodio de Big Love por el que recibió una nominación al Emmy. Para la misma cadena fue productor ejecutivo de In Treatment, serie en la que sirvió como guionista y director de múltiples episodios. Desde 2019 forma parte de la Junta Directiva de la Fundación Gabo. Nos contó: Sobre la forma en la que los latinoamericanos podemos narrarnos mejor a nosotros mismos... · De entrada hay que quererlo, hay que desear contar las historias propias. Hay que empezar por ahí. Y luego, los retos de cualquier historia, abordarlas con la mayor honestidad y tratando de reflejar la realidad en la que uno vive y no una realidad fantasiosa o sin raíces. · Es muy importante buscar esa cosa genuina del lugar del mundo, donde uno vive y tratar de traducir esto. Y hay que desarrollar las técnicas narrativa para que la historia fluya sin problemas, obstáculos. Sobre la representación colombiana... · Las películas Monos, Pájaros de Verano y Los reyes del mundo son tres grandes ejemplos que tratan ambientes muy diferentes, problemáticas muy diferentes, pero todas, a mi juicio, muy locales. Entonces, a juzgar por esas, yo creo que hay buenos representantes dentro de la industria cinematográfica. Sobre las adaptaciones de novelas que marcan a los países de Iberoamérica... · El caso de Noticia de un secuestro tuvo impacto por el hecho de que se trata de un libro de Gabriel García Márquez, un libro periodístico, que cuenta hechos muy controvertidos, muy fuertes, muy violentos de la época en que Pablo Escobar secuestró a varios periodistas. Yo creo que una de las razones por las que me pareció que sería interesante hacerlo es porque ahora con las plataformas se logran hacer grandes producciones. Al adaptar ficción escrita con diálogos y actores hay que tomarse libertades, pero yo creo que sobre todo gracias al muy buen trabajo de Andrés Wood y de los guionistas, la esencia de la historia sobrevivió y se le hizo justicia a la injusticia y al sufrimiento de los afectados. Creo que no se abarató la historia. Una de las ambiciones era que los muertos pesaran, que no fuera como en las series o películas de narco pornografía donde los muertos son desechables porque son tantos que no importan. · Muchos libros no caben en 2 horas. Sus adaptaciones deberían hacerse con el número de horas y con los escenarios que sean necesarios, habladas en el idioma original en vez de una visión hollywoodense. En este caso (Noticia de un secuestro) fueron seis horas filmando en el país de origen y en castellano. Fotografía por Francy Velasco. Sobre el sentido de narrar... · Si uno quiere contar historias, tiene que hacerlo contra viento y marea. Antes, cuando se filmaba en cine la infraestructura era muy complicada, había que tener una Cámara, comprar película, revelarla, editar en maquinaria complicada, cara de comprar o de alquilar. He visto películas de muy buena calidad, filmadas con un celular y editadas en una computadora. Si uno es un joven o una joven aspirante a ser cineasta, lo importante es no parar, o sea, empezar a contar historias. · Siempre siento en los rodajes que tengo que volver a aprender cosas que ya sabía que se me olvidaban. Pero de todas maneras es innegable que habiendo filmado muchos, si se va adquiriendo una experiencia. El trabajo del guión mismo siempre es difícil, nunca es más fácil que antes. Esa labor que va de la página en blanco al guión, o sea, el primer paso, es fundamental, es el ADN de la película. Sobre la sanación de Colombia narrar para poder sanar los años de conflicto... ·No será nunca una sola cosa, por supuesto, será todo el trabajo político, de activismo, electoral, de gobierno y también, por supuesto, de periodismo y de las artes. No va a ser una película la que salve una situación, la que salve un país. Pero se tiene que participar desde todas las áreas de la sociedad civil y el cine puede participar contando las historias. Cuenteros de Iberoamérica
- El registro de un caminante
Federico Ríos, fotoperiodista que ha cubierto la violencia en Latinoamérica durante 12 años, relata los retos y obstáculos de registrar historias poco contadas. El registro de un caminante Valentina Gutierrez Pulido Federico Ríos, fotoperiodista que ha cubierto la violencia en Latinoamérica durante 12 años, relata los retos y obstáculos de registrar historias poco contadas. Disponible en Pulzo Valentina Gutierrez Pulido Ante la pandemia que vivimos hoy, nos vimos obligados a hacer una videollamada por Zoom. Desafortunadamente, las frecuentes fallas de conexión a Internet le impidieron a Federico Ríos encender su cámara. Su acento paisa me hacía sentir cierta cercanía, la frescura al hablar reflejaba su seguridad y, sin embargo, el tiempo que tomaba para responder algunas preguntas me hizo cuestionar si no me daba a entender o si le incomodaba lo que le preguntaba. “Tengo un muro gigante de autocensura, y así como la gente no sabe, a mí no me interesa que sepan cuáles son mis hobbies, que sepan si tengo familia o si estoy casado, o si me divorcié, o si tengo hijos, o cual es mi orientación sexual. Sobre todo, es un tema de seguridad, entenderás que a mí me ha amenazado el gobierno, me sigue el ejército, me persiguen y me joden la vida”. Y entonces, entendí que estaba hablando con un héroe que no se quita su máscara por temor a que no lo dejen seguir luchando por la humanidad. Federico nació y creció en Manizales, una ciudad rica en cultura y café, conocida como ‘La ciudad de las puertas abiertas’, por recibir a personas locales y extranjeras con la mejor energía. Con el fin de buscar más oportunidades, decidió dejar la ciudad que huele a café para marcharse a la capital del país. Bogotá, la nevera para muchos, fue el primer destino que marcaría una vida de mudanzas. “Podría decir que me veo como un caminante”, me dice. Luego de trabajar un tiempo en la capital, se mudó a Medellín, volvió a Bogotá y se fue para Brasil. Tiene muy presente un viaje que hizo al Amazonas cuando era muy niño, asegura que regresó a su casa con fotos de un lugar que era misterioso para él y que, aún hoy, sigue siendo desconocido e indescifrable para muchos. Y entonces, cuando volvió a Colombia y a Medellín, entendió que las fotos podrían ser un puente para acercar a las personas a lugares a los que no tienen acceso, fue entonces cuando comenzó su pasión por la fotografía. En sus fotos se le ven los ojos llenos de historias, sus crespos definidos, su piel blanca con algunas pecas en sus mejillas y un alma de bohemio por tener un filtro en blanco y negro. Para ser más clara, su retrato representa los rostros de todas las víctimas que pasaron frente a sus ojos. A los 18 años, Federico comenzó a exponer su trabajo fotográfico. “Yo empecé a exponer fotos antes de hacer fotoperiodismo, porque hacía fotografía experimental”, aseguró. Empezó a trabajar en el Festival de Teatro de Manizales como fotógrafo. En ese momento, la directora del Festival era Adriana Villegas, ella fue la persona que lo ayudó a entrar en el mundo profesional de la fotografía. No obstante, no fue la única que lo impulsaría a mejorar día a día en su carrera. “A medida que uno va creciendo, en el camino, siempre se va encontrando con personas que son puentes, que ayudan, que conectan, que empujan”. Hacia 2003, cuando Federico estudiaba Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Manizales, conoció a Santiago Escobar Jaramillo, un estudiante de arquitectura con quien compartió su trabajo en Juan Sebastián Bar, un lugar rústico conocido como el ‘Templo del jazz y la salsa’. Entre las personas que lo han motivado a continuar está Santiago, un amigo de verdad. “Para mí, los verdaderos amigos, los verdaderos mentores, no son los que solo te dan palmaditas en la espalda sino los que te enseñan qué cosas se pueden mejorar”, me dice Federico. “Cuando dos personas como yo, llevadas de su parecer, se encuentran, a veces chocan. Pero es un choque desde la intelectualidad y desde el trabajo, más no desde la amistad”, me dice Santiago Escobar. Hoy en día, Federico presenta a Santiago como su editor, como un gran fotógrafo y como su mejor amigo. Un mundo en caos El fotógrafo de The New York Times ha sido testigo de la miseria y la injusticia en que viven muchas personas de América Latina. Federico ha estado en Haití, Brasil, Bolivia, Venezuela, Cuba, Colombia y El Salvador. Entender que somos números para el Estado mientras nos venden basura comercial es imperdonable para él. “A donde vas encuentras eso: gente jodida, atropellada, empobrecida, robada, gente a la que el Estado no les funciona como Estado sino más bien como enemigo”. Su indignación es evidente en el tono de su voz, los sonidos que emite antes de hablar capturan el dolor oculto detrás de cada palabra que sale llena de impotencia. “¡Maldita sea! ¿En qué mala hora se nos convirtió el Estado en enemigo?”, pregunta abiertamente. Cada lágrima de una víctima es una gota de indignación que rebosa el vaso que ha llevado consigo Federico durante 12 años. La humanidad se encuentra sumergida en una sociedad inhumana. La risa de un político representa el hambre de miles de niños. Mientras se piensa en las ciudades se olvidan de las periferias. Y lastimosamente, los medios de comunicación ocultan esa cara, la otra cara de Colombia. “Fotografiar la gente que sufre es horrible, siempre es una dificultad”, me asegura cuando me cuenta lo difícil que es para él registrar historias como la de los venezolanos que huyen de su país, mientras otros caminan por el nuestro para volver a él. Ver a las personas marginadas, indignadas y abandonadas buscando un mejor lugar para sobrevivir. Para ejemplificar mejor su trabajo, tomaré de referencia una foto de Federico para el periódico The New York Times. El escenario es de un grupo de mujeres que lloran la muerte de sus hijos causadas por los enfrentamientos entre manifestantes y el ejército boliviano. La escena es dolorosa, en un día soleado con un cielo azul, mujeres con banderas en sus manos no encuentran la paz en la tierra. Las tumbas frente a ellas incrementan su sufrimiento y su sentimiento de venganza, sin embargo, no hay nada que puedan hacer. Es en esos momentos cuando el fotoperiodista tiene un duelo interno. “Ahí, en ese momento, me debato si levantar la cámara y apuntar a un rostro desfigurado de dolor”. “Eso te toca. ¡Esto es una mierda! ¡El mundo es una mierda! Y uno no quisiera que esas cosas pasaran”, me dice con la voz entre cortada. Hablar de un momento en especial para él, en su carrera, es absurdo, ya que para sus ojos ningún conflicto es menos desastroso que otro y ninguna víctima es menos importante que otra. Sin descanso En el año 2010, Federico comenzó su travesía con las Farc. Desde el comienzo, quiso capturar con su lente la versión no contada, ya que asegura que vivimos en un país “del que no nos hemos enterado”. Durante años, en cada reunión de amigos y familia, el hablar de guerrilleros a donde quiera que iba, habían creado en él un enigma por saber lo que había detrás de estas personas. Recuerda un día cuando iba con su padre y dos hombres los detuvieron por la carretera de los llanos. Cuando se acercaron a ellos, los jóvenes de uniforme verde dejaron sus armas a un lado y les pidieron ayuda, ya que se habían varado. Esto intrigó tanto a Federico que fue el detonante para decidir desde pequeño que algún día se adentraría en los espesos bosques y daría un salto de fe, para mostrar la parte humana de las Farc. Hoy en día, Federico trabaja junto a su gran amigo Santiago Escobar en un libro que será publicado en los próximos meses. “Estamos trabajando en un libro de los últimos días de las Farc. Ya vamos por lo menos dos años en eso”, me explicó Santiago. “Lo que más admiro es su tenacidad, su capacidad, su visión. Creo que es un líder de por sí y pocas personas son líderes”, agregó. Hasta el momento, Federico Ríos ha recolectado algunos premios. Entre ellos están, galardón Eddie Adams Taller XXVII en Nueva York (2014), el primer premio Serie de noticias POY Latam (2017), el Premio del Jurado en Days Japan (2017), Portfolio Review New York Times (2017) y el Premio Hansel-Mieth Preiss en Alemania (2019). Además, es reconocido como uno de los mejores fotógrafos en el mundo, según la revista National Geographic. Su trabajo ha sido publicado en medios como The New York Times, Stern, Parismatch, El País, Times Magazine, Folha de Sao Paulo, entre otros. El futuro del periodismo pende de un hilo. La ética profesional está en juego y son pocos los que se atreven a mantenerla. “Hay muchos caminos, hay muchas formas de hacer fotoperiodismo hoy, pero la clave es salir”, y agrega, “Pónganse las botas y vayan. No se queden esperando en un escritorio a que alguien vaya y los busque”. Es el mensaje que da Federico Ríos a los jóvenes que están formándose para ser voceros responsables. Federico ha pasado por condiciones climáticas muy variadas y por momentos donde es complicado mantener la cordura. “Me atiendo porque expongo mi cerebro, mi cabeza y mi humanidad a presiones excesivas por encima de lo que cualquier ser humano soportaría”, asegura. Es admirable ver que su pasión sigue intacta y que su horizonte es muy claro. “Para mí es fundamental considerar que mi trabajo es importante. Y continúo porque cada día encuentro una historia que contar y una audiencia con la que quiero comunicar. Y en esa dinámica, es en donde encuentro el empuje para seguir trabajando”.
- A través de los ojos del alma
A través de los ojos del alma Karen Mora, Sara Daniela Núñez, Alejandra Vásquez, Mariana Murcia y Mariana Londoño Elvia Martínez es guía turística en Boyacá. Es invidente. Es madre. Es independiente, autónoma. Ya hace varias décadas formó una familia y sigue trabajando en múltiples áreas. Su historia le ha permitido demostrar lo lejos que está Colombia para garantizar equidad y, también, los posibles caminos para incluir a personas con discapacidad a las economías locales. Ver también: Un alma viajera Compartir
- Unisabana Ágora con el Presidente Duque
Unisabana Ágora con el Presidente Duque "El camino a cero", una charla sobre los retos de Colombia para acercarse a cero emisiones de gases de efecto invernadero y a cero emisión de carbono. Compartir Ver también:
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