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- Unisabana Medios | Periodismo y salud mental
Las afectaciones mentales son problemas reales de los cuales también son víctimas los periodistas, por cuenta de su exposición a situaciones de riesgo y el estrés que les puede causar el ejercicio de su labor. Este especial propone algunas herramientas para proteger la salud mental de estos profesionales en los medios Claves para una buena cobertura periodística en salud mental y trauma Las enfermedades mentales y el trauma no solo afectan a millones de personas en América Latina sino que representan un reto doble para los periodistas de la región. Por un lado, los periodistas deben aprender cómo cubrir estas enfermedades y heridas sin revictimizar y estigmatizar a las víctimas, de modo que aumenten la compresión científica de estos problemas y contribuyan al cambio de política sociales. Por otro lado, los periodistas, al estar expuestos a constante estrés, situaciones de riesgo e historias de trauma, deben aprender a cuidar de su propia salud mental con mecanismos y técnicas de protección. Este especial de Unisabana Medios, con el auspicio de la Beca Rosalynn Carter para Periodismo en Salud Mental de Latinoamérica y las facultades de Comunicación y Medicina de la Universidad de La Sabana, ofrece a los periodistas y medios de América Latina una serie de herramientas y claves muy valiosas que guiarán la reportería científica de las enfermedades mentales, el trauma y el suicidio y, al mismo tiempo, ayuda con recursos para cuidar la salud mental de los reporteros frente a los retos impuestos por la profesión. El especial incluye animaciones y recursos audiovisuales que hacen muy fácil la comprensión y el entrenamiento. El impacto de las enfermedades mentales en la sociedad ¿Qué datos son relevantes para entender el impacto de las enfermedades mentales en la sociedad? Recomendaciones de reportería para hablar de la prevención y el tratamiento de condiciones de salud mental. Recomendaciones para reportear tragedias y hechos violentos. Recomendaciones de reportería para hablar sobre suicidio. ¿Cómo los periodistas deben cuidar de su salud mental cuando cubren hechos violentos o trauma? ¿Qué presiones y retos pueden sufrir los periodistas en su salud mental? Con el cubrimiento de hechos violentos o traumáticos, puede verse afectada la salud mental de los periodistas al sentirse identificados con quienes están viviendo esa situación. ¿Cuáles son los síntomas que se pueden presentar cuando la salud mental de un periodista se está viendo comprometida? La alteración del sueño y del apetito, la sensación de cansancio permanente y el surgimiento de pensamientos de minusvalía o desmotivación son algunas de las señales de que la persona puede ver comprometida su salud mental. ¿Qué técnicas pueden utilizar los periodistas para proteger su salud mental? Tener hábitos de vida saludable y saber pedir ayuda son elementos fundamentales para que el periodista se libere ante situaciones de estrés y cuide su salud mental. ¿Cuál es la mejor manera de abordar las entrevistas con personas que han experimentado violencia? La empatía, la disposición de escucha y el respeto son relevantes a la hora de entrevistar a una persona que está atravesando una etapa de sufrimiento o está intentando superarla. En este video podrás tener herramientas para abordar conversaciones con quienes se encuentren en esta situación. ¿Qué elementos deberían tener en cuenta los medios a la hora de tratar las dificultades mentales de sus reporteros? Los periodistas, en su condición de persona, pueden verse afectados mentalmente en medio del ejercicio de sus funciones. Por eso, en este video se presentan algunas herramientas para que los medios de comunicación implementen estrategias de prevención, de detección de señales, apoyo y reintegración. Los problemas de depresión son cada vez más comunes en la población joven. ¿Cómo se están atendiendo estos casos en Colombia? ¿Cómo puedes ayudar a alguien en estas circunstancias? Volver a vivir Revive este especial: Los videos y animaciones están basados en estudios de trauma realizados por: Conoce la Beca Carter para Periodismo en Salud Mental aquí:
- Un viaje al pasado
Un viaje al pasado Juanita Realphe Luque Cuando los amados parten, los buscamos mirando al cielo, en especial cuando este era su verdadero hábitat. Da clic en las imágenes para la vista completa. Lea también: Miguel necesita un respiro Un Viaje al Pasado 1.jpg Un Viaje al Pasado 2.jpg Un Viaje al Pasado 9.jpg Un Viaje al Pasado 1.jpg 1/9
- Germán Navas: ''El pueblo colombiano tiene los gobiernos que se merece''
Este político, que está a punto de retirarse del Congreso, cuenta las experiencias de su vida, lo que le ha enseñado la política y sus planes para el futuro. Germán Navas: ''El pueblo colombiano tiene los gobiernos que se merece'' Valentina Ramírez Arias Este político, que está a punto de retirarse del Congreso, cuenta las experiencias de su vida, lo que le ha enseñado la política y sus planes para el futuro. Disponible en Pulzo Valentina Ramírez Arias Eran las 5 de la tarde y se apreciaba una amplia vista de Bogotá desde el apartamento, ubicado en el decimosexto piso, y el sol entraba libremente por el ventanal de la sala principal, iluminando todo el lugar donde me senté a hablar con el congresista Germán Navas. La decoración del apartamento se constituía de recuerdos de viajes, muebles de varios colores y cuadros en las paredes, bastante humilde, considerando el sueldo de los congresistas en Colombia. Más tarde entendería que la humildad de la casa de Navas es un reflejo de su personalidad. Su cálido saludo fue la primera sorpresa que me llevé cuando me abrió la puerta de su casa. Estaba vestido con un saco color crema, unos pantalones cafés de algodón y el tapabocas que cubría la mitad de su cara, de donde se sostenían sus lentes. La segunda fue cuando me preguntó amistosamente para qué traía tanto equipo, refiriéndose a la cámara que tenía conmigo para grabarlo, aun cuando yo en realidad me sentía frustrada por no haber podido llevar elementos de mejor calidad y más completos para la ocasión, como micrófono y luces. ‘‘Tengo 79 años y en la política solo llevo 22’’, me dice con una sonrisa cuando le pido que se introduzca. Mientras conversamos, me doy cuenta de que está lleno de conocimientos y se ha enfrentado a muchas cosas, sobre todo actualmente, por ser del Polo Democrático Alternativo, un partido de izquierda en un gobierno tan derechista. Su aura intelectual se debe a que su padre fue periodista. En la casa en la que Navas pasó sus primeros años de vida no se hablaba de fútbol, él creció conversando de historia y literatura con su familia. Gracias a los conocimientos que su padre les proporcionó a él y a sus hermanos, Germán entendió desde que era pequeño que su vocación era el derecho. Siempre estuvo rodeado de abogados a pesar de que su papá fuera periodista y esto lo influenció, sin embargo, él llegó a ejercer también el periodismo en la radio, y gracias a los amigos que hizo durante esta época fue que llegó al mundo de la política. Navas y la política ‘‘Oiga, a usted la gente lo quiere mucho donde quiera que vaya, ¿por qué no se lanza a la política?’’ fueron las palabras de Jorge Afanador y Luis Eduardo Leiva, amigos de Navas, quienes le dieron el empujón para empezar su carrera política. Navas fue escogido, y la gente se acostumbró a él y lo han elegido 6 veces. ‘‘Lo que menos me ha gustado de la política es que el colombiano nunca vota por ideas, el pueblo vota por un chispazo del momento o porque le compran el voto’’, admitió Navas con amargura, confesando que le han llegado propuestas tales como ‘‘Tengo tantos votos, ¿usted que me da?’’. Navas reflexionó al respecto y dijo que el político es corrupto porque el elector lo es, según él, el pueblo colombiano tiene los gobiernos que se merece. Navas es una persona muy firme en su posición política y manera de pensar, y por esto ha recibido amenazas. ‘‘Quedémonos amenazados, pero trabajemos’’, pensó. Navas no le dio trascendencia al asunto, ya que siempre ha tenido escoltas y prefiere no callar lo que piensa a pesar de que siente la presión. Durante toda la entrevista Navas tuvo una actitud animada, y me llevé otra sorpresa cuando con esa misma actitud me confesó que ya estaba cansado de la política y que prefiere retirarse. Su retiro Sus planes después de retirarse del Congreso serán seguir siendo profesor de derecho y considerará proyectos de periodismo. Sobre sus sueños para el futuro solo se echó a reír: ‘‘Sueños no, yo me la paso durmiendo’’, pero me comentó que planea viajar. Su rostro se iluminó al contarme que ha estado en 110 países y que quiere conocer algunos que le faltan. ‘‘Compartimos muchos intereses comunes y nos encanta viajar’’, afirmó su nieto Pablo Ceballos cuando conversé con él. Su próximo viaje probablemente sea al Monte Kilimanjaro, en Tanzania, y de ahí pueden continuar viajando juntos, ya que contarían con el tiempo para hacerlo. Navas no resiente su carrera política, ya que gracias a esta ha logrado ayudar a las personas, ya sea exponiendo a Álvaro Uribe con su compra de votos en su reelección o siendo pionero en que la Bogotá de ahora se llame así y no Santafé de Bogotá. Pero lo que más pareció enorgullecer a Navas fue el Consultorio Político Popular, un espacio donde brindaba asesoría jurídica gratuita a personas sin recursos, en el cual trabajó 27 años. Mientras me cuenta de estas experiencias su voz tiene una emoción evidente de una persona que le ha dedicado todo su esfuerzo a sus proyectos, y es normal que se enorgullezca de los frutos que han dado. ‘‘De Navas he aprendido que si uno no está de acuerdo con algo hay que decirlo, y que hay que buscar la forma de ayudar a las personas a través de amar con locura y con pasión la profesión’’. Es la visión de Andrea Ramírez, amiga íntima de Navas, quien ha presenciado situaciones críticas de su carrera política. En algunos momentos de nuestra conversación se nota su preocupación por la salud de Navas, pero esta intranquilidad parece disiparse al hablar de las virtudes de Navas en su trabajo. El servicio que Navas le brindó a todas estas personas me hizo cuestionarle como quisiera que lo recordaran y me respondió concisamente ‘‘Como un hombre honrado que cumplió con su deber’’ y me compartió que sus nietos se enorgullecen de que su abuelo sea un político honrado, lo cual confirmé al hablar con Pablo y sentir su admiración por su abuelo. Cuando terminé la entrevista frente a la cámara, Navas se paró de su asiento y colocó música. Yo me dispuse a guardar mi poco equipo y a calmar mis nervios de la conversación que acababa de tener. Más tarde, cuando estábamos comiendo y hablando informalmente pude admirar toda la personalidad de Germán Navas, la cual se podría resumir así: es un intelectual y un político honesto, que se siente genuino porque es humilde, y a pesar de que sus palabras son intensas y directas, su corazón es amable, ya que lo dominan sus conocimientos y su familia.
- Pepe Cerezo
Unisabana Ágora con Pepe Cerezo El director de Evoca Media habla de cuál será el futuro de los medios de comunicación después de la pandemia. Compartir Ver también: Unisabana Ágora con Jonathan Whittaker
- Héctor Feliciano
Filadelfia, EE.UU. | Periodista y escritor Héctor Feliciano Por Maria Mercedes Rojas, Isabella Jiménez Morón, Alejandra Leal Malagón y Gabriela Bautista. Filadelfia, EE.UU. | Periodista y escritor Lea también: Olga Lucía Lozano Compartir Fotografía por Laura Ochoa. Es licenciado en Historia por la Universidad de Brandeis, cuenta con una maestría de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y un diplomado doctoral en Literatura de la Universidad de París. La investigación de Feliciano frente a las obras de arte saqueadas por los nazis durante el Tercer Reich en París culminó en la publicación de El Museo desaparecido, libro que le otorgó la beca National Arts Journalism Fellowship Program por parte de la Universidad de Columbia, donde organizó el primer simposio sobre la propiedad cultural y el patrimonio en 1999. Fue miembro del Comité de expertos de la Comisión Presidencial de Bienes del Holocausto en los Estados Unidos. Nos contó: Sobre Iberoamérica... · Pienso que es una realidad muy importante, una que merece que la que la narremos y, además, porque narrándola nos narramos a nosotros. Es decir, cuando uno va narrando y habla de algo, en realidad estamos hablando de nosotros y uno necesita un relato para vivir. · Uno requiere una historia para existir, para saber que vivo hasta mañana o que quiero vivir hasta mañana. Se tiene que saber que tengo un relato, qué es lo que va a pasar en mi relato mañana. Sobre la influencia de la lectura, la escritura y la literatura en la vida... · Sus efectos se notan muchísimo, porque accedemos a ellas todos los días y es lo que probablemente, a mí, me estructura más de lo que es la realidad. A mí me estructura la lectura o la escritura del mismo modo que me estructura mirarme por las mañanas y lavarme los dientes y la cara. · Realmente, es como algo que uno necesita después de cierto tiempo que lo vas haciendo todos los días. Porque es narrarse a sí mismo. Es como si fuera un boomerang que se tira y vuelve. Héctor Feliciano en diálogo con la cronista Leila Guerriero. Fotografía por Laura Ochoa. Sobre la relevancia del libro... · Es un refugio, porque realmente es una especie de gruta personal. Es lo que existía antes del Internet. Lo que pasa es que la diferencia es que lo que ahora tú ves en el Internet antes lo veías en tu mente y lo hacías tú mismo en tu mente. Era hacia adentro. Es un lugar de protección, de refugio, de abrigo donde vienes a descansar y donde vienes a imaginarte cosas. · De pequeñito, a mí me gustaba que me contaran historias. Pero también la razón por la que leo probablemente surge de una necesidad de saber: saber que tengo un relato, que tengo algo que es un antes y un después. Cuenteros de Iberoamérica
- ¿Cómo reportar en medio de una guerra? Unisabana Ágora - Herbert Villarraga
Unisabana Ágora con Herbert Villarraga Herbert Villarraga es un fotoperiodista colombiano de en la agencia Reuters que recientemente ha trabajado en la zona de combate de Ucrania Compartir Ver también: Unisabana Ágora con Alejandro Gaviria
- Juez transicional, una decisión de vida
Unisabana Agora con Roberto Carlos Vidal López El magistrado Roberto Carlos Vidal López, presidente de la JEP, rige los destinos del tribunal, creado para la reparación de las víctimas y establecer la verdad sobre el conflicto armado. Compartir Ver también: Platillos y palabras: sabores que hablan - Unisabana Agora con Wilber Jiménez
- Desafíos de la familia en la cuarta revolución industrial
La persona aprovecha la tecnología para su desarrollo personal, psicológico y cognitivo. Desafíos de la familia en la cuarta revolución industrial La persona aprovecha la tecnología para su desarrollo personal, psicológico y cognitivo. Compartir
- Cabadías: moda, conflicto armado y superación
En sus más de 30 años en la industria de la moda, Cléiner Cabadías plasma en sus diseños las historias y vivencias de pueblos afrocolombianos e indígenas. Cabadías: moda, conflicto armado y superación Jorge Arroyo y Kelly Medina En sus más de 30 años en la industria de la moda, Cléiner Cabadías plasma en sus diseños las historias y vivencias de pueblos afrocolombianos e indígenas. Disponible en Pulzo Fabio Piva - Universidad de la Sabana La historia de esta mujer puede parecer tan fuerte como cualquier otra víctima del conflicto armado, pero que, gracias a su madre, pudo transformar el dolor en inspiración. Hoy, sus diseños gritan cultura y libertad. Reflejan la esencia de la mujer indígena y afro en Colombia y exponen la elegancia que la caracteriza. A la edad de 12 años, Cléiner Cabadías tuvo que salir desplazada por la violencia del corregimiento de Mesopotamia en Bojayá, municipio del Chocó. Abandonó aquel lugar en el que había pasado parte de su infancia junto con sus padres y sus siete hermanos, dejando atrás vivencias, amigos y familiares. Al llegar a Quibdó, la vida de todos en su hogar cambió. Su padre, don José de Las Mercedes, ya no era la cabeza de una de las tantas familias que se vieron afectadas tras la ola de violencia en el Pacífico de finales de los años 80. Ahora, era su madre, doña Teresa, quien con una máquina de coser pudo solventar la situación de su hogar. Aquella máquina era la que años más tarde ayudaría a reconstruir la vida de la familia Cabadías Rivas y a cultivar en Cléiner, quien ayudaba en el proceso de diseño y costura de su madre, un don que se convertiría en una vocación innata. A la par de ayudar a sacar a sus hermanos menores adelante, Cléiner adquirió los conocimientos de doña Teresa, los cuales la han llevado hoy a ser reconocida en la capital chocoana y a tener espacios en medios de comunicación como Caracol y El Espectador, además de participar en escenarios como el Bogotá Fashion Week y la Pasarela Somos Color, organizada por Henkel y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Entre risas, Cabadías recuerda que muchos clientes, que en su mayoría eran señoras de la capital chocoana, se sorprendían de ver que quien les confeccionaba y diseñaba lo que se pondrían era una chica de unos 15 años. De manera despectiva, pero con un sentido jocoso, le pedían que no le fueran a dañar la tela. A esta misma edad nunca pensó que tal actividad de costura la catalogaba dentro de esta industria. “Es ahora cuando vengo a ver todo este proceso como moda”. Nunca pensó en etiquetas cuando, a través de la creatividad, creaba piezas que no solo fueran ‘bonitas’, sino que reflejaran la comodidad en la persona que la compraba y la recomendaba con otras. Cléiner solo veía a este proceso que sacaba a su familia adelante como un simple ‘emprendimiento’, en el que solo pretendía, como lo sostiene ella misma, “hacer que cada cliente que saliera de su tienda saliera con una sonrisa y que se sintiera feliz y bonito cuando se pusiera el vestido”; esto es lo que busca con sus colecciones actuales. Resiliencia Al estar en el Bogotá Fashion Week del 2016, su sueño por llevar sus diseños inspirados en la magia de la población afrocolombiana e indígena a nivel internacional creció, ya que, según cuenta la diseñadora chocoana, “los clientes miraban esa diferencia en las prendas que llevamos; se animaban por un tema diferente, uno autóctono de nuestro pueblo”. Fue ese mismo empuje que le otorgó el privilegio de ser invitada al Milan Fashion Week 2018, sueño que, debido a recursos y al gran esfuerzo económico, no pudo cumplir, pero que anhela con poder realizar en los próximos años. Resalta que, gracias al descubrimiento de no solo su comunidad afro, sino de otras inherentes en el territorio chocoano, en una de sus más grandes colecciones pudo plasmar todas esas vivencias de los indígenas: el cómo viven, su forma de trabajar, de convivir entre ellos y entre la comunidad negra en Colombia. “Muchas veces cuando uno no conoce la cultura de un pueblo, de una etnia, dice muchas cosas”, lo cuenta al mencionar que su visión frente a la comunidad indígena era diferente hasta que fue hasta ella y evidenció los rasgos que los diferencian y los volvieron su inspiración: dice que, por ejemplo, “ellos se distinguen al reflejar y vestir de manera impecable y representativa prendas de sus comunidades”, eso es algo que ella desconocía y que pretendía marcar en la colección que plasmó la esencia de esta comunidad. Los pilares que siempre tiene presente en cada una de sus creaciones son la diversidad que se relaciona a la fauna y a la flora y la diversidad que distingue a la población afro, lo que la inspira a sacar productos que la gente quiera y necesite. Se describe a sí misma como una persona ‘rara’ y ‘diferente’, que proyecta un lema que, aparte de querer llevar una voz por las comunidades afrocolombianas e indígenas del Chocó a través de lo étnico y lo creativo, resalta como otro de sus propósitos, el diseñar con el menor impacto al medio ambiente, como lo dice la misma Cabadías: “aquí no se pierde nada” porque de todas las telas y retazos que quedan, se clasifican según sus texturas para crear otras prendas. “Cuando uno está en este medio de la moda y de los emprendimientos y que está en el contacto con la gente, uno va analizando y comprendiendo qué es lo que quiere el cliente. Así mismo, nosotros, como creadores, vamos resolviendo todo lo que el cliente quiere y necesita”. Con este pilar se ajustó a la actual crisis que enfrenta Colombia y el mundo y que la obligaron no sólo a detener sus procesos de creación, sino a prescindir de parte de su equipo de trabajo conformado inicialmente por 10 personas, en el que hombres y mujeres, algunos cabeza de hogar, dejaron de trabajar debido a la poca solicitud y venta de prendas. Cléiner no vio esta primera fase de contingencia social para la industria de la moda como una desventaja, sino como la oportunidad y necesidad de llevar su marca a otro nivel; a reinventarse y digitalizarse a través de una página que se creó durante los meses más álgidos de la pandemia y que la llevan a tener hoy un alcance más allá del Chocó. Menciona que se hizo una colección de tapabocas que fueran acorde con el vestuario, porque era una obligación tanto de la marca, como social, en estos momentos de emergencia social, que nos permite acoplarnos a lo que estamos viviendo; al vestuario que usamos durante la pandemia que, a pesar de ser más sencillo por estar en casa, debe reflejar esa esencia de Cléiner: “estar radiante, cómodo y bonito”. Un legado La diseñadora chocoana agradece la oportunidad que le han brindado los medios de contar su historia y de crear en ella una esperanza por ser un mayor referente en temas de moda. Estos espacios mediáticos no solo la obligaron a acelerar los procesos de su marca, sino que le permitieron valorizar más su trabajo y de tener ventajas financieras a la hora de, por ejemplo, solicitar un crédito bancario: “Cuando nos dieron la oportunidad de salir 15 minutos en televisión, los que me compraban salían a ponerse la ropa que diseñaba y los bancos ya no me negaban un crédito, me dieron la credibilidad que necesitaba”. Con fervor, sostiene que “en unos años, me veo en escenarios que visibilicen más lo que hacemos”, en escenarios en los que hubiera una representación colombiana; y más que colombiana, chocoana; “y más que chocoana, de ese terruño de allá de bojayá, ese que ya no existe por la violencia”. Toda esa riqueza cultural y ancestral que tienen los pueblos negros e indígenas, “porque eso es lo que nosotros plasmamos en nuestros diseños”. Su legado lo ha ido consolidando alrededor de los últimos cuatro años, aunque, de manera reflexiva afirma que “nunca pensé que lo que íbamos a lograr con todo ese reconocimiento se fuera a dar tan pronto, que fuéramos a ser tan visibles”, pero así mismo asegura que mucho más adelante se pueda seguir con lo que ha venido construyendo. “Si no lo consigo yo, lo conseguirán mis hermanas, mis hijos o mis sobrinos”. Por eso hoy se concibe como una gran revelación de la moda en el Pacífico, un pacífico olvidado, pero con exponentes en diferentes ámbitos que reflejan lo que realmente hay en la región, más que la violencia impregnada en su historia. Eso es lo que quiere ser y seguir siendo Cléiner, el ejemplo que le permita a otros inspirarse y enseñarles que nada es imposible, ya que siempre habrá apoyo de, al menos, una persona a la que le guste lo que estás haciendo. Apoyo a la moda del Pacífico Cabadías resalta que tanto en el Chocó como en otras partes del Pacífico hay unos emprendimientos que solo necesitan visibilización, “necesitan lo que me dieron a mí los medios que tienen esa magia”, resaltando que las personas, al ver este tipo de respaldo, empiezan a conocer las marcas que, al final, permiten apoyar lo nuestro. Resalta que la visibilidad es el factor fundamental para que los diseñadores como ella y las marcas de moda en el Pacífico sean conocidas en todo el país. La diseñadora del Chocó admira mucho a otras como Silvia Tcherassi y Judy Hazbún, con quienes no pierde la ilusión de colaborar en algún proyecto en conjunto, ya que se identifica con ellas. Concluye Cléiner, quien es el más claro ejemplo de que para alcanzar metas en una industria no tan conocida ni tan apoyada en la región pacífica colombiana se necesita de perseverancia, humildad, apoyo mutuo, el apoyo a lo nuestro y el apoyo a nuestra cultura, “porque eso es lo que nos hace diferentes”. Ahora, sigue trabajando por llevar el legado del Pacífico colombiano a Milán o a otros escenarios internacionales y, mientras rodea el taller de costura en el que trabajan unos cuantos colaboradores, sigue reflejando el legado que su madre, quien ya no la acompaña terrenalmente, le dejó al ser la voz del diseño de las comunidades del Pacífico colombiano.
- “Soy la cargaladrillos, la persona que no conoce nadie, pero que hace que el medio exista”
Olga Lucía Morales, es una periodista ecléctica, versátil, sencilla y humilde, con un recorrido profesional más nutrido de lo que cualquiera pueda imaginar. “Soy la cargaladrillos, la persona que no conoce nadie, pero que hace que el medio exista” María Paula Hoyos Olga Lucía Morales, es una periodista ecléctica, versátil, sencilla y humilde, con un recorrido profesional más nutrido de lo que cualquiera pueda imaginar. Disponible en Pulzo María Paula Hoyos Después de una larga semana, dividida entre su rol de entrevistadora, escritora, investigadora, esposa, hija y mamá de cuatro hijos, la periodista nos recibió amablemente en el seno de su casa; un cálido apartamento ubicado en el barrio Niza, el lugar que la vio crecer. A pesar del cansancio detrás de sus ojeras, y de habernos acogido con el estómago vacío cuando caía la tarde, esta periodista mantuvo su disposición y gentileza hasta el final. Descomplicada como el atuendo con el que nos recibió; sensible como las caricias y los amorosos jugueteos con sus hijas; tenaz como la firmeza con que fijaba el orden en su hogar y espiritual como la atmósfera católica que habita en su casa, así es Olga Morales, “la mujer que relata milagros”. Una periodista, mil historias por contar Lejos de querer dedicarse al periodismo, esta mujer soñaba con estudiar literatura y filosofía, pero sus padres, viendo esta opción como algo que no le iba a dar de comer, le impusieron la carrera. Lo que al principio fue una imposición, es hoy, para esta mujer, la mayor de sus pasiones, el elemento que amplió su cosmovisión, el oficio que la hace más humana. ¿A.B.C del bebé, o A.B.C, su bebé? Con un tinte agridulce en el tono de su voz, Olga relata que la vida siempre la ha puesto en donde no quiere estar. Cuando recibió la propuesta para armar lo que sería el primer formato multimedia de El Tiempo, tenía otros proyectos en mente. En ese momento de debacle, y “por cosas de la vida”, llegó a ella la propuesta que se convertiría en su hijo profesional: el A.B.C del bebé. La idea nació en Casa Editorial El Tiempo, luego de un estudio de mercadeo que reveló la necesidad de la industria de productos para bebés, de tener plataformas acordes con sus productos para poder pautar. Un programa de televisión, una revista de alto formato, un portal en Internet, una sección en ADN y una sección en El Tiempo son solo algunos de los retos creativos y prácticos que involucraba aventurarse en el proyecto; pero, como ella misma dice: “Siempre he sido una vieja muy creativa, y una mujer de retos: No sabía en qué me metía, porque me dieron tres meses para 120 artículos y para crear todo el contenido que puede requerir una mamá primeriza. Pero yo ya tenía un hijo, y de alguna manera me sentía muy ‘canchera’ en temas de maternidad”. Morales no eligió el producto, el producto la eligió a ella, pero lo que no sabía es que terminaría convirtiéndose en una parte de sí. “Aún me duele haber dejado botado a este hijo”, declara con nostalgia. Pero, ¿por qué ya no está involucrada en lo que alguna vez fue el eje de su carrera y su vida? El periodismo es uno de los medios más competitivos. Muchas veces, se trata de obtener la primicia antes que la competencia, de demostrar más disposición y capacidades que el de al lado, y, justamente por lo demandante, a veces hace querer ganar más. Esta es una de las razones que, según la periodista, la separaron del A.B.C, su bebé. “No pudimos llegar a un acuerdo con mi sueldo. Yo vendía 1.700 millones de pesos al año. Me llegó por accidente la nómina de El Tiempo, y cuando me di cuenta cuánto le pagaban a los directores de otros medios, que no vendían ni la tercera parte de lo que yo vendía, me envenené”. Lo anterior, sumado al hecho de que el medio pasó de ser propiedad de los Santos a estar en manos de una casa editorial española, que desestimó su visión y solo pensaba en los ingresos, la llevó a renunciar. Le tomó un tiempo darse cuenta que alimentar el cuerpo es importante, pero que alimentar el alma lo es aún más; y que no solo de pan vive el hombre, según cuenta. Una profesional de carne y hueso “Yo soy la típica cargaladrillos, la persona que no conoce nadie, pero que hace posible que el medio exista; tengo una pasión que me mueve, no soy de los que si les pagan poco, hacen poco, yo doy el 100%.”, es lo primero que dice Olga al responder por su recorrido profesional. Y es que ahora, después de perder mucho en ego, y ganar mucho en crecimiento personal, como narra, ha entendido que el norte de su trabajo reposa en una dualidad: dejar huella y plasmar, en cada tarea, el sello de su entrega. No le importa ser etérea en el medio, si le deja algo provechoso a los demás. Lejos de ver el periodismo como esa piedra en el zapato, que alguna vez le causó sinsabor, Morales habla hoy del oficio como aquel vehículo que le permitió transportarse y conocer una dimensión más humana. Al preguntarle cuál ha sido esa experiencia periodística que más la ha marcado, no vacila, y con cierta pesadumbre en su tono, responde: “El cubrimiento del terremoto de Haití, porque nunca había visto tanto dolor, ni tanta miseria, en tantos kilómetros. Eso me impactó profundamente, ver que por más de que el mundo entero quiso ayudar a un país a salir adelante, el país está llevado por la pobreza y la maldad, y más allá de mostrar la realidad de ese país en ese momento tan espantoso, no había nada que yo pudiera hacer…Esa es una de las vainas más difíciles del periodismo; saberse uno tan indefenso, tan vulnerable, tan poquito”. Ha entendido, por experiencias como la anterior, que el periodismo se trata de eso, de la humanidad, de dar voz al que no la tiene, de entender el drama que implica tener la condición de persona. La hoy subdirectora del programa ‘Se dice de mí’, para el canal Caracol, relata, precisamente, que este es un cargo que le ha permitido estar de frente con un sinnúmero de personajes, anécdotas, historias y confesiones heterogéneas, sin duda, ricas en su individualidad; pero que, de lejos, la entrevista que más la ha marcado es la que le hizo a Richie Ray y Bobby Cruz. “Yo tenía mucho miedo de preguntarles por el tema de las orgías, de las drogas, de los intentos de suicidio… porque hay invitados que sencillamente se paran y se van. Pero ellos me hablaron con una sinceridad muy valiosa, se dejaron pelar capa por capa, me permitieron conocer su oscuridad y su experiencia con Dios, ambos son cristianos.”, aseguró. No resulta extraño que esta interacción la haya tocado tanto, pues, más allá de impactarla, le permitió sentirse identificada; siendo una mujer que, por la misma oscuridad, inclemente e ineludible, también se vio llamada a un encuentro con lo que es hoy uno de los pilares de su vida: la espiritualidad. La mujer detrás de la periodista Detrás de la reportera, redactora, presentadora, directora de contenidos, hay un ser humano colmado de sensibilidad y experiencias emocionales. Olga y la maternidad: una dicotomía entre tradición y progresismo Risotadas, juegos, llanto, pequeños pacitos y saltos traviesos… Esto es lo primero que se escucha al entrar en el apartamento en donde habitan Santiago, Paloma, Mateo y María José, los cuatro hijos de Olga. En medio de una sociedad que está optando por no tener hijos, así es como saltó a la vista que esta periodista, su vida y su hogar, pese a adherir a un modelo tradicional, se salen de los estándares. “No me vas a creer, pero ayer escribí un artículo para la revista MedPlus sobre el aumento de los hogares unipersonales en Colombia. ¡Es algo que me impresiona! Las familias unipersonales son un 38%, es un porcentaje altísimo”, fue lo primero que dijo al percatarse de la sorpresa que genera su numerosa familia. En épocas pasadas, se condenaba la soltería y el no tener determinada cantidad de hijos. Hoy, tener una descendencia ha llegado a ser calificado como un acto de irresponsabilidad. Siendo “modelo 71”, como se define, no es de extrañar que Morales haya decidido tener cuatro hijos, pero en medio de una sociedad marcada por un clima de juicio perenne, no ha podido escapar a los reparos de aquellos que, por una u otra razón, siempre han encontrado motivos para señalar a la mujer. A pesar de esto, nada le pesa, pues es una persona que piensa fuera del molde, y que cree, firmemente, en que tener varios hijos, lejos de condenarlos a tener menos oportunidades, les da la posibilidad invaluable de vivir y conocer cosas distintas. “La gente piensa en lo económico, pero tener varios hijos no significa que no vayan a poder estudiar, significa proveerles otras alternativas, y por qué no, home schooling. Además, estamos en una cultura en donde los niños tienen que salir del mejor colegio y aprender tres idiomas, y cuando menos pensamos, resulta que el niño quería ser bailarín”. Ella, que vivió la frustración de sus proyectos profesionales en carne propia, declara no estar dispuesta a hacerle lo mismo a sus hijos. Para Morales, ser una madre responsable no es cuestión de seguir la tradición; se trata de probar distintos enfoques y posibilidades, siempre con miras hacia sacar los hijos adelante, porque de nada sirve salir de la mejor institución, si no hubo formación ni habrá desempeño con sentimiento de realización personal. De igual forma, menciona que nadie se levanta a las cinco de la mañana a prepararle el desayuno a sus hijos, ni les paga el colegio o la universidad, y que, en este sentido, nadie tiene derecho a juzgar. Del ateísmo a la fe, de la oscuridad al milagro “Me formé en un colegio laico, el Anglo Americano. Mis papás eran creyentes, pero no practicantes… Y en algún momento de mi vida me declaré atea, porque no necesitaba la espiritualidad”, así introdujo esta mujer el relato sobre su encuentro con Dios, y cómo este la rescató en sus momentos de mayor dificultad. Desempleo, bancarrota, crisis matrimonial y embarazo de mellizos, uno de ellos diagnosticado con síndrome de Down. Estos son solo algunos de los elementos que conformaban el panorama de Olga a sus 40 años, cuando, dice ella, se le vino el mundo abajo. Fue entonces cuando descubrió que se necesitaba algo más que su empeño humano para superar la situación y, como por casualidad, llegó a ella en ese instante lo que describe como una epifanía: el testimonio sobrehumano de la doctora Gloria Polo, quien narra su encuentro con Dios cuando estuvo entre la vida y la muerte. En ese momento, la periodista empezó a cuestionarse sobre la existencia de alguien superior y milagroso. Después de Santiago, su primogénito, tuvo dos pérdidas, y pensó que no iba a volver a concebir. Para su sorpresa, quedó en embarazo, y no solo de uno, sino de dos bebés. Olga es de aquellos que creen que los niños vienen con el pan bajo el brazo, y cuando descubrió su embarazo múltiple, después de los obstáculos que se habían atravesado en su proyección como madre de varios, advirtió una primera manifestación de Dios en su vida. Aunque la felicidad no duró mucho. Ella y su esposo, Andrés, pasaron por múltiples especialistas y todos lo confirmaron: María José venía intacta, Mateo, con un cromosoma de más…Pero después de la tormenta vino la calma; y una fuerza mayor se hizo volver a sentir. “Yo en mi corazón sabía que el niño venía bien, porque un colega de mucha fe pasó por lo mismo y finalmente su hijo nació perfecto, y yo pensé: si Dios pudo con ese milagro, va a poder con el mío”. Y así fue. Una ecografía posterior reveló que ambos fetos venían sin alteraciones genéticas. Olga fue el uno en un millón, y su caso es, hoy por hoy, objeto de investigación en la Clínica Colombia. Con mucho sentimiento y un sutil temblor en su voz, la que alguna vez se sintió atea, declaró que después de algo así, se hace imposible no tener fe. La figura de Dios es, para Olga Morales, sinónimo de redención; un padre a quien le debe todo lo que es hoy… De esta devoción y gratitud con Dios nació ‘No solo de pan vive el hombre’, su primera obra literaria, que además de haber sido un ejercicio catártico en donde plasma todas las dificultades que atravesó, nació de una promesa de correspondencia hacia su deidad. “Alguna vez escribí un libro de cuentos eróticos, pero no lo publiqué. Preferí publicar algo de lo que Dios se sintiera orgulloso”. Y es que, más allá de la redacción, ‘No solo de pan vive el hombre’ fue un verdadero sacrificio en nombre de Dios; lo escribió cuando los mellizos tenían cuatro meses, durante el período de lactancia y esperando ya a su cuarta hija, Paloma. Sacaba, como fuese, tiempo para escribir de tres a siete de la mañana… Según la periodista, Dios recibió el sacrificio de la mejor manera, pues de ahí en más, hizo que la tribulación se fuera desembrollando: “Le pedí a Dios que si lo merecía, y si el libro era para publicarse, alguien me lo publicara; y la editorial llegó a mí cuando alguien del medio le comentó que estaba escribiendo sobre mi encuentro con Dios. El editor lo leyó, le gustó y lo publicó”, dijo. Llama la atención que, dentro de toda esta religiosidad, su hijo Santiago estudie en el Liceo Francés, un colegio bastante liberal y prominentemente laico. Asegura que ella y su esposo escogieron este colegio por el alto nivel cultural, académico y lingüístico que veían en sus egresados, así como por ser una institución multicultural, que además promueve la integración de diferentes clases sociales. Sin embargo, reconoce que, a fin de cuentas, tomó la decisión incorrecta, porque la formación personal que imparte el colegio es contraria a su filosofía: “Lo escogí porque me equivoqué. Me ha fregado el tema de que sean tan laico. A Santi le decían que por qué se ponía el rosario, que por qué se persignaba, y de alguna manera terminó rechazando mi fe, porque cree que lo que no es ciencia no es válido… Pero sé que él, como yo, en algún momento volverá”, sentenció.
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