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- Radiografía de un déficit de prevención en la salud
Radiografía de un déficit de prevención en la salud https://tg716259.wixsite.com/salud https://tg716259.wixsite.com/salud En Colombia los niños mueren más por enfermedades prevenibles en el embarazo que por hambre, según un análisis de datos realizado por Unisabana Medios. Haz clic para acceder al contenido Ver también: Salud mental y familia Compartir
- Exquisito amor
b2828e64-2799-4613-8b9e-13d0829bb473 Exquisito amor Sofía Dueñas Jiménez, estudiante de Comunicación Social y Periodismo La historia de dos enamorados y una fecha de aniversario. Sofía Dueñas Jiménez, estudiante de Comunicación Social y Periodismo Ancla 1 Compartir Ver también: Lo que ocultan las miradas
- Reclusas en Bucaramanga tejiendo la primera oportunidad que nunca han tenido
Para el 58,6% de las mujeres privadas de la libertad la motivación más frecuente para cometer un delito relacionado con drogas es garantizar el sustento de sus hogares, según información de las Naciones Unidas, en Colombia. Reclusas en Bucaramanga tejiendo la primera oportunidad que nunca han tenido María José Montoya Echeverry Para el 58,6% de las mujeres privadas de la libertad la motivación más frecuente para cometer un delito relacionado con drogas es garantizar el sustento de sus hogares, según información de las Naciones Unidas, en Colombia. Disponible en Infobae Cortesía de Alejandra García, diseñadora de moda, fundadora de ANHCO “Es como un cementerio de vivos, es un lugar en donde nadie se acuerda de usted, nadie”, afirma Nelly Liseth Sierra Chona, una mujer de 34 años. Sus ojos son oscuros, es de estatura media, cabello rubio y acento santandereano, que se caracteriza por su fuerte entonación. Es madre de Jesús Javier Martínez Sierra y Daniel Esteban Martínez Sierra, de 13 y 12 años respectivamente. Una familia pequeñita, pero llena de mucho amor, que reside en la ciudad de Bucaramanga, en el barrio San Miguel. Nelly Liseth buscaba la forma de sacar a sus hijos adelante; trabajaba en la central de abastos empacando alimentos, pero el no tener una profesión, o algún aprendizaje adquirido que le facilitara obtener un sustento económico, era su gran obstáculo. Era el 27 de noviembre del 2017, el día en que la vida de Nelly Liseth cambiaría por completo, tras una decisión mal tomada y que la llevó a terminar presa. Un lugar oscuro y húmedo, gracias al calor del ambiente, con un olor sofocante y apestoso, del cual no se puede escapar por las cuatro paredes que lo encierran. En ese lugar es donde toda persona visitante degusta lo insípido y amargo de la vida, de la soledad y el olvido. Además, de ser el sitio donde la voz de estas mujeres es silenciada, por cuenta de no haber tenido la oportunidad de un buen trabajo. “Yo estaba durmiendo con mis hijos, cuando escuché que tocaron la puerta. Uno de mis hijos abrió, de inmediato entraron policías de la DIJIN y me apuntaron con el arma. Me dijeron que tenían orden de allanamiento y me detendrían por tráfico de estupefacientes”, recuerda Nelly Liseth por medio de una videollamada de zoom. Cuando se entra al patio de la cárcel el ruido y los gritos aturden, siendo esta la cordial bienvenida a la nueva integrante. La incomodidad, la rabia, la tristeza y el miedo hacen presencia de inmediato. Al día siguiente Nelly Liseth se despertó asustada, por culpa del fuerte estruendo de la alarma. En ese momento recordó que no estaba en su hogar, estaba en una celda fría, los gritos constantemente se oían y la soledad se hacía notar cada vez más. Con la falta de compañía de sus hijos y el constante encierro que la rodeaba, empezaba a ser víctima de su propio silencio, ese mismo silencio que atrapaba a más mujeres como Nelly Liseth. El 75% de las mujeres en centros de reclusión por delitos relacionados con drogas habita en barrios de estrato uno y dos, y un 8% adicional vive en barrios de invasión no regularizados o es habitante de calle. La motivación más frecuente para cometer un delito relacionado con drogas, es el no tener cómo solventar las necesidades del hogar para el 58,6% de las mujeres privadas de la libertad. Un 13,3% lo hace porque quiere obtener dinero y el restante por otras motivaciones, según cifras de las Naciones Unidas, en Colombia. La cárcel El Buen Pastor de Bucaramanga tiene diferentes espacios. Cuenta con biblioteca, casino y panadería, además de las divisiones que separan a las diferentes reclusas. El patio A es el lugar donde se encuentran las reclusas que han sido condenadas, que fue a donde pasó Nelly Liseth luego de esperar 2 años para poder tener claridad del tiempo de condena que debía cumplir. También está el patio B, donde se encuentran todas las mujeres embarazadas, madres lactantes y funcionarias públicas. Por último, está el patio C donde se encuentran las mujeres sindicadas, pero aunque cuenta con diferentes espacios la cárcel a la fecha del 7 de octubre del 2020 cuenta con 286 reclusas, cifra que sobrepasa la capacidad que ésta tiene de 247 mujeres recluidas, por esta razón hay mucho hacinamiento. Miles de vidas que se encuentran en un mismo lugar, que tienen en común un mismo objetivo: estar en libertad, dejar a un lado la soledad y abandono que se vive día a día. Nelly Liseth estuvo 2 años y medio en el centro de reclusión. Los primeros días, muy a las 5 de la mañana el fuerte estruendo de la alarma la despertó. En una celda con 45 personas a su alrededor, un lugar frío que hacía las horas eternas de cada día. Con poca ropa, una hora después debía ser llevada al patio con todas las demás reclusas. Nelly Liseth sufrió encarcelada fuertes dolores en los riñones a lo largo de tres meses, por causa de cálculos, que debían ser retirados en una cirugía. Esta nunca se llevó a cabo porque la autoridades la capturaron. Pasaba el tiempo y no recibía solución para sus constantes dolores. Pedía que la trasladaran al médico pero no recibía respuesta. Gracias a esto, tuvo que tomar medidas drásticas y empezó a cortarse los brazos para que así la tuvieran que llevar al hospital. Luego de varias oportunidades y algunas heridas ocasionadas intencionalmente logró su objetivo y estuvo 15 días hospitalizada, la estaba matando una infección que de no ser por su ingenio estaría en el centro de reclusión con la indicación médica que le recetaba tomar acetaminofén. Cuando se está recién llegado a la cárcel se debe permanecer diariamente en el patio por 3 meses. Al cumplir este tiempo, se da la posibilidad de empezar a estudiar; gracias a esto, Nelly Liseth hizo cuarto y quinto grado. Luego de haber estudiado por 1 año, ya tenía la posibilidad de empezar a trabajar en los talleres. Para poder hacer parte de estos, primero se hace el conteo de las reclusas que quieren participar, se les pregunta qué quieren hacer, y seguido de esto empiezan trabajando 8 a 10 mujeres, dependiendo del taller elegido. Pero al final terminan quedando solo 2 o 3, porque no les gusta. Aunque es una gran oportunidad de no solo mantenerse ocupada y despejar un poco la mente del encierro, la culpa y la desesperación que se vive, algunas mujeres prefieren quedarse sin trabajar y pasar los días en el patio, lo único que llega a ser una motivación es la recompensa que pueden tener, gracias a las labores que desempeñan. Uno de los beneficios que obtienen las reclusas al trabajar en los talleres y estudiar es la redención de la condena que se les impuso, dependiendo de las horas que trabajen y qye hayan tenido una conducta buena y limpia. El taller de manualidades fue el elegido por Nelly Liseth, este es dirigido por la Fundación ANHCO, creada por Alejandra García, diseñadora colombiana de modas y su hija Valentina Prieto, quien estudió Fashion Marketing y Comunicación. Ellas toda su vida han trabajado haciendo labor social. Se hizo la unión de las dos cosas que más aman, la moda y la labor social. Fue así como nació ANHCO. Alejandra es quien le enseña a las reclusas a diseñar, a hacer moda de lujo por medio del arte manual. En este espacio las reclusas aprenden a hacer manillas, mochilas, sombreros, diademas, como también estampación, bordado y pintura en tela. Las reclusas pueden escoger el tema que les apasione y a partir de esto recibir una entrada económica dentro de la penitenciaría. El proceso de diseño de las mochilas empieza con la compra de estas a las indígenas Wayuú, es decir ya vienen prefabricadas. Luego son trasladadas a Bucaramanga donde pasan por el proceso de creación y capacitación que desempeñan las reclusas. Se hace el bordado en canutillo que dura 25 días y finalmente van hacia la parte de comercialización en Colombia. Todas quieren entrar a trabajar para poder pasar al taller de fantasías, en donde hay que pulir con acero, para obtener como resultado llaveros, adornos, prendedores o hebillas para las correas. La razón por la que las reclusas quieren trabajar en ese lugar, es porque ganan mucho dinero a pesar de estar privadas de la libertad, llegan a ganar 500 mil pesos colombianos. Por eso, en los talleres antes de pasar a fantasías no se ve mucho entusiasmo, ni ganas de aprender, solo se trabaja por el pago. Cuando a Nelly Liseth le dieron la posibilidad de pasar al taller de fantasías ella decidió quedarse en el taller de manualidades, lugar donde permaneció hasta que salió en libertad. En ese taller ocurría toda la magia, se hacía el diseño de las diademas, que se demoran 2 días en terminar, como también, manillas de mostacilla y miyuki. Estas son pequeñas piedras, de múltiples colores, que se caracterizan por el gran acabado que dan gracias a su simetría. Además, a ella le encantaba pintar en tela, de esta forma obtenía pago en la cárcel por medio de las tarjetas de minuto, 3 tarjetas de 5 mil, o 7 de 5 mil eran algunos de los precios en que vendía sus obras de arte en tela y así podía comunicarse con sus hijos. “A mí, el taller de fantasías, la verdad, no me gustaba. Yo quería aprender un arte, aprender a hacer algo”, expresa Nelly Liseth. Su amor por el arte de las manualidades empezó gracias a los conocimientos que adquirió, convirtiéndose en un gusto tan fuerte, que nada le parecía difícil. La conducta de Nelly Liseth no era la más ejemplar, por esa razón no recibía redención en su condena gracias a su participación en el taller, cosa a la que le daba muy poca importancia, gracias a sus ganas de aprender. “Las mujeres que están privadas de la libertad, una vez entran al centro de reclusión pierden la esperanza, la fe, se pierden los sueños y la visión de un mejor futuro. Por falta de empleo, educación, por no encontrar otra salida, por tener una mente cerrada, una mentalidad acorde a las vivencias que han tenido en el transcurso de su vida”, menciona Alejandra García, fundadora de la Fundación ANHCO. El día a día de Nelly Liseth cambió por completo. Con mucho entusiasmo y motivación empieza sus días con el diseño de las manillas en mano dibujados en un cuaderno. Prende su tablet y le sube el volumen a la música. Preferiblemente de género urbano, empieza a tejer los 11 hilos que hacen las manillas y pasando con mucho cuidado la mostacilla o el miyuki se pasa por medio de estos la aguja, que es la que ayuda a mantener firme y a darle forma a las hermosas manillas que diseña. “Me enseñó a superarme, yo era una persona con otra mentalidad. Hay personas que se dañan la vida por no tener una oportunidad o algo así”, afirma Nelly Liseth, quien ahora se encuentra en libertad, con el gran privilegio de poder trabajar gracias al diseño manual, luego de salir de la penitenciaría Liseth continúa trabajando con ANHCO, la fundación le ayuda con el envío de los materiales, para que de esta manera siga con su labor y pueda obtener un sustento económico para ayudar a su familia. Esta no es solo la historia de Nelly Liseth, quizá es la historia de miles de mujeres que piensan que no tienen oportunidad de una vida mejor, porque realmente nunca la han tenido. Esta es una de las voces mudas de las reclusas que están en Colombia.
- La participación ciudadana: entre algoritmos y libertad
La participación ciudadana: entre algoritmos y libertad María José Lobo Arévalo y Sofía Garay Rubiano Fecha: Es probable que todos hayamos escuchado que los datos se han convertido en el activo más valioso de nuestros tiempos. Actores de diversas índoles se nutren de nuestra información personal para crear, a través de algoritmos, perfiles que les permiten identificar qué queremos, cuándo lo queremos, cómo lo queremos. Lea también: ¿El salvador de Colombia? Compartir Foto: (Pexels - Element5 Digital) ¿Qué sucede cuando nuestros datos son usados para manipular nuestras decisiones? ¿Qué tan libre o auténtica puede ser la participación política de un ciudadano que es constantemente objeto de esta manipulación? El ser humano se ha venido adentrando, particularmente desde finales del siglo XX, en un periodo de transformación multidireccional propiciado por el desarrollo tecnológico y la digitalización de procesos cotidianos y complejos. En el 2022, según el Informe Global Digital, existían 4,700 millones de usuarios en las redes sociales, cifra que incrementó un 5% desde el 2021. Se calcula que el 60% de la población mundial ya será usuaria de redes sociales para mitades del 2023... En definitiva, un mundo interconectado. Dentro de las múltiples aristas que se desprenden de este fenómeno, encontramos un negocio que se nutre con nuestros datos personales y con la información que no solo publicamos voluntariamente en redes sociales, por ejemplo, sino con cada transacción electrónica, cada búsqueda en internet, cada actividad nuestra que deja un rastro – por más romántico que suene el adjetivo – imborrable. ¿Y cómo aventurarnos a hablar de datos sin mencionar a un gigante digital? Para conocer a profundidad las dinámicas detrás de la manipulación, analizaremos el caso de Facebook. En el año 2004, Mark Zuckerberg creó esta plataforma con el propósito de recopilar información relacionada con los gustos e intereses de las personas pertenecientes a un círculo social. “Si alimentas un ordenador con esa información, este podría empezar a realizar algunas cosas bastante interesantes y útiles: entre otras, decirte qué estaban haciendo tus amigos, dónde estaban y qué les interesaba”, dijo Eli Pariser, activista de Internet, en su libro El filtro burbuja: cómo la web decide lo que leemos y lo que pensamos. Facebook funciona mediante un algoritmo estratégico, capaz de decidir qué contenido aparece en la página de inicio de los usuarios mediante la recopilación de información personal. Desde el 2012, Paula Sibilia, autora del libro La intimidad como espectáculo, describía que a pesar de que el proceso de creación de una cuenta sea gratuito, en realidad se está pagando un gran precio: la venta de los datos e información de los usuarios. Compañías como Cambridge Analytica fueron conscientes de esto y de la eficacia de los sistemas de predicción del comportamiento para manipular las decisiones de determinada audiencia. Una investigación reveladora es la de Karim Amer y Jehane Noujaim Amer con su aclamado documental Nada es privado . Allí expusieron cómo la organización inglesa se convirtió en “líder mundial de las comunicaciones basadas en datos” y su involucramiento en la política, que sentó un precedente para el desarrollo de las campañas electorales, puesto que, mediante la información recopilada a través de Facebook, la empresa encontró aquellos públicos sobre los cuales la estrategia podría ser implementada con eficacia. Una de las campañas en las que participó fue la del Congreso Nacional Unido (UNC), partido indígena de Trinidad y Tobago, en las elecciones del 2009. “Estos querían arrebatar el Gobierno al Movimiento Nacional Popular (PNM), que concentra el voto de los afrodescendientes tras diez años en el poder”, explicó el periodista Mariano Escribano en un artículo publicado en 2019 . Mediante el análisis del contexto y los comportamientos de los jóvenes que apoyaban el partido afrodescendiente – su público objetivo –, la empresa creó el movimiento “Do so”; este promovió la no participación en las votaciones y la resistencia contra las políticas del país a través de una variedad de contenido en las redes sociales. La estrategia fue efectiva y el partido de la UNC salió victorioso de la contienda electoral. Ahora, ¿por qué todo esto es un problema? ¿Acaso no es deseable que los algoritmos nos entreguen aquello que necesitamos en el momento en que lo necesitamos? Desde una perspectiva puramente económica es de gran utilidad que las compañías suplan con exactitud los deseos del consumidor, pero, al abordar la cuestión desde un plano más general, es posible notar que algunas de estas prácticas obstruyen el ejercicio libre, consciente y auténtico de participación ciudadana. ¿Podemos diferenciar entre las decisiones que son fruto de nuestra voluntad y aquellas que corresponden a una manipulación casi imperceptible de nuestro comportamiento? Dentro de los aspectos que influyen en esta dinámica, las burbujas de información cumplen un papel determinante. Este concepto, acuñado por primera vez por Eli Pariser, pretende explicar cómo los algoritmos nos entregan justo el contenido que se adecua a nuestra forma de ver el mundo, insertándonos en “burbujas” entre iguales, burbujas que alimentan nuestra percepción ilusoria de estar informados y de estar del “lado correcto de la historia”. “De hecho, desde dentro de la burbuja es prácticamente imposible ver lo sesgada que es”, dijo Pariser en su libro. Para comprender por qué somos individuos susceptibles de caer en los sesgos y en la manipulación orquestada por intereses de terceros, resulta necesario incluir a la “posverdad” en esta discusión. Este concepto surge en un entorno en el que las emociones, lo subjetivo, las creencias personales – entre otros estímulos – tienen mayor peso que los hechos objetivos. Cambio constante, sentimentalismo exacerbado, afluencia abismal de información, ciudadanos digitales activos, relaciones volátiles… Desarrollar una postura crítica se ha convertido en una misión heroica en “tiempos” de posverdad. Darío Villanueva, profesor de la Facultad de Filología de la Universidad de Santiago de Compostela, estableció en 2021 que la tergiversación sistemática de la realidad es un resultado de la instrumentalización económica o política de estrategias como la manipulación de la información. Si el contenido que consumimos tiene la capacidad de influir en nuestra toma de decisiones, y cada vez es más difícil distinguir lo verdadero de lo falso, lo real de lo ficticio, ¿la libertad sigue siendo una opción para el ciudadano de hoy? Debemos reconocer que ni las noticias falsas ni la manipulación son fenómenos nuevos; no obstante, la “plataformización” de las interacciones humanas, la inteligencia artificial y el auge de las redes sociales no deberían ser factores de menor relevancia al momento de estudiar los efectos que un uso irresponsable de ellos podría acarrear, en este caso, para la participación ciudadana. Teniendo en cuenta el caso de Cambridge Analytica, ¿podremos pensar en elecciones libres, justas y competitivas? ¿Dónde quedan la autenticidad y libertad en este ejercicio de participación? La sociedad civil constituye uno de los cimientos de la democracia, y por ello cada ciudadano es responsable de participar activamente en ella (sea por medio de mecanismos formales o informales de participación política). Propender por que esta participación surja de una iniciativa auténtica y libre, y no de la manipulación, es quizás uno de los dilemas más significativos que enfrenta la democracia en las sociedades contemporáneas. Hemos de reconocer que, aunque escapar completamente de la manipulación y de la gran red de la que hacemos parte probablemente no sea posible, aún podemos corresponder a la protección de la democracia por medio de una participación ciudadana ejercida desde el conocimiento, la transparencia y la responsabilidad. “La libertad y el desarrollo individual sólo pueden alcanzarse plenamente con la participación directa y continua de los ciudadanos, en la regulación de la sociedad y Estado”, afirmó Crawford Macpherson, reconocido profesor canadiense de Ciencias Sociales, en 1977. Si bien esto suena como una fórmula mágica, el pensamiento crítico y el control sobre el contenido que consumimos pueden ser aquellas herramientas que usemos para salvaguardar la pluralidad y la libertad. Estamos siendo parte de un proceso de transformación que inequívocamente ha alterado y alterará nuestras interacciones y roles como miembros de una sociedad. Hace siglos hubiera sido absurdo pensar que nuestra información personal sería monetizada. Hoy, es nuestra realidad. La posverdad, las burbujas de información, las fake news – entre otros recursos – son los ingredientes del coctel que embriaga a la participación ciudadana y extrae de ella la libertad. Reconocer que la participación está en juego, a causa de la manipulación de nuestros datos personales, es el primer paso para iniciar una batalla en la que el ciudadano lucha por tener dominio de sí en una obra donde la manipulación es el acto principal.
- La vida detrás de una pantalla
La vida detrás de una pantalla Sofia Rueda Neira Fecha: Para la psicóloga Laura Neira, las redes sociales proyectan la ilusión de una vida perfecta, que no representa la complejidad y diversidad inherentes a una real. Lea también: Ni incapacidad o debilidad: la salud mental no es un mito Compartir Foto: Kaspars Grinvalds vía Canva Education En la era digital, las redes sociales se han integrado de manera fundamental a la vida cotidiana, redefiniendo la manera en que comparten información y se relacionan con los demás. No obstante, este avance tecnológico no está exento de consecuencias para la salud mental. Desde la constante presión de la comparación hasta la exposición a información destructiva, las redes sociales han surgido como un terreno psicológico conflictivo, influyendo en la percepción de la sociedad y en el bienestar emocional. Según un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 30% de la población global experimenta algún tipo de trastorno mental, y se ha observado un aumento en la incidencia de problemas como la ansiedad y la depresión. La magnitud de esta problemática se evidencia más al considerar que, según la Encuesta Nacional de Salud de Estados Unidos, más del 70% de los jóvenes adultos utilizan activamente las redes sociales. Esta alta participación en plataformas digitales plantea preguntas críticas sobre cómo la interacción constante con las redes sociales puede afectar la salud mental a largo plazo. Laura Cristina Carrero se graduó de la Universidad Autónoma de Bucaramanga en julio de 2011 como psicóloga y actualmente se dedica a comprender los complejos procesos mentales que influyen en las personas en el contexto digital. Neira habló con Unisabana Medios sobre la urgencia de abordar estos desafíos para promover un uso saludable de las redes sociales y preservar la salud mental en un mundo cada vez más digitalizado. ¿Cómo perciben los usuarios de redes sociales los estándares de belleza promovidos en estas plataformas? La noción de belleza ha sido un estándar prolongado a lo largo de los años y diversas culturas. Siempre han existido diferentes ideales de belleza, pero el acceso a la información nos ha permitido identificar una mayor diversidad de estos estándares. La promoción de estos ideales suele vincularse con la imagen de una vida saludable y delgada. La pertenencia a un grupo social a menudo se asocia con la conformidad a estos estándares, lo que puede generar tanto comodidad como heridas emocionales. Es importante considerar quién está detrás de la pantalla al observar estos estándares. La interpretación de estos ideales depende en gran medida de la perspectiva del observador. Al mirar una pantalla, soy yo quien decide qué posición adoptar frente a estos: ya sea una perspectiva favorable, optando por una vida equilibrada y saludable, o desfavorable, exagerando ciertos elementos y cayendo en trastornos relacionados con la imagen corporal. En última instancia, la decisión recae en el individuo, quien puede elegir seguir un camino de bienestar y moderación, entendiendo que el exceso en cualquier dirección puede tener repercusiones negativas. Sin embargo, para aquellos con una autoestima menos sólida, es crucial reconocer el riesgo de exagerar estos estándares y desarrollar trastornos en el camino hacia una vida “fit”. ¿Cuáles son los efectos psicológicos de la presión social para alcanzar los estándares de belleza en las redes sociales? En primer lugar, se pueden manifestar distorsiones cognitivas, generando una percepción equivocada de la realidad, especialmente en lo que respecta al propio cuerpo, al estar constantemente expuesto a estándares idealizados. La autoestima emerge como uno de los aspectos más significativamente afectados. Este fenómeno es identificado como un problema evidente, impactando no solo la relación consigo mismo, sino repercutiendo en el relacionamiento interpersonal, la capacidad de comunicación y la resolución de dificultades. Centrándonos específicamente en la baja autoestima, ¿cuáles serían los signos y síntomas que indican que alguien está experimentando este problema? La baja autoestima se manifiesta claramente con comportamientos observables, como el aislamiento y la pérdida de interés en actividades que antes generaban placer. Otro indicador visible es el locus de control, que refleja la falta de una dirección clara o pilares motivacionales en la vida, afectando la percepción del propio rumbo y la existencia de un proyecto de vida. También se evidencia en síntomas como la depresión, aunque su manifestación puede ser variada y cambiante. La habilidad emocional, que implica una fluctuación entre sentirse bien en un momento y, al siguiente, experimentar tranquilidad, es otra faceta perceptible de la baja autoestima. Además, la desatención hacia la apariencia, expresada en el descuido en el arreglo personal y la falta de interés por mantener una imagen cuidada, también revela la presencia de baja autoestima. Este desinterés no solo se limita al autocuidado, sino que se extiende a la relación con los demás. ¿Cuáles son los elementos que pueden influir en la disminución de la autoestima de una persona? Las personas que carecen de sólidas bases de desarrollo personal, experiencias familiares positivas y un entorno no favorable son más susceptibles a la vulnerabilidad. Las circunstancias del entorno, la familia, los amigos y el círculo social en el que nos movemos desempeñan un papel crucial en la formación de nuestras decisiones y estándares de vida, lo que demuestra cómo los factores externos influyen en las elecciones y comportamientos individuales. Se observa que muchas personas recurren a las herramientas de retoque para editar sus fotos antes de publicarlas en redes sociales como Instagram, incluso llegando al punto de adelgazarse digitalmente. ¿Cómo esta práctica afecta la autoimagen de las personas y su percepción general de la belleza? La premisa fundamental es que todo en exceso resulta perjudicial. Aunque es comprensible que, en ocasiones, deseemos disimular pequeños detalles como un ligero sobrepeso o una imperfección, la problemática surge cuando esta búsqueda de perfección se convierte en una adicción. En este punto, se gesta una distorsión cognitiva que afecta la percepción de nuestra identidad. Este proceso puede llevar a evitar situaciones sociales por temor a no cumplir con los estándares del grupo al que pretendemos pertenecer. La creación de nuevas aplicaciones responde a las necesidades de una población que, al demandar más, estimula la constante innovación. Sin embargo, esta voracidad por la perfección puede llevar a extremos, en que cada detalle debe ser modificado. Es esencial reconocer que el exceso en el uso de estas aplicaciones, como en el caso de las cirugías plásticas, puede tener consecuencias nocivas. Las cirugías plásticas, al igual que las aplicaciones de retoque, buscan corregir y mejorar aspectos específicos. Aunque ambas prácticas comparten la intención de realizar correcciones, la cirugía plástica es una corrección más visible y permanente, mientras que las aplicaciones ofrecen soluciones rápidas y temporales. En última instancia, la clave reside en utilizar estas herramientas con prudencia y moderación, reconociendo que la perfección no debe convertirse en una búsqueda obsesiva. La realidad de la vida es que no todos los días son felices ni todos los días son grises. La naturaleza misma de la vida es cambiante, con sus altibajos y matices. No siempre estaré en mi mejor versión, y aceptar esta verdad es fundamental. Las redes sociales, por otro lado, tienden a proyectar la ilusión de una vida perfecta, que cada momento es un viaje emocionante y todo se experimenta como un continuo placer. Sin embargo, es esencial recordar que esta representación idealizada no refleja la complejidad y diversidad de la vida real. ¿Cómo la presión para llevar una vida aparentemente perfecta es tan palpable es en la actualidad? La pertenencia a un grupo se percibe como vital para formar parte activa de la sociedad. Esta búsqueda de una vida perfecta conduce a la creación de realidades ilusorias que, en última instancia, no existen. Esta percepción distorsionada puede desencadenar problemas de inseguridad al comparar nuestra propia realidad con las supuestas vidas perfectas de los demás. La idea de una vida perfecta puede generar sentimientos de insatisfacción, llevándonos a cuestionar por qué no alcanzamos ciertos estándares. Esta inseguridad puede incluso desencadenar conductas delincuenciales en un intento por adquirir lo que percibimos como ausente en nuestras vidas. Es fundamental reconocer que la perfección no radica en la ilusión de una vida idealizada en las redes sociales. Una vida perfecta puede ser simplemente la de una persona común y corriente, que disfruta de las condiciones adecuadas para vivir y experimenta una calidad de vida notable. Es esencial separar la búsqueda de la perfección de la realidad cotidiana, valorando lo que realmente contribuye a una vida plena y satisfactoria. Pasando a otro tema, me gustaría abordar el tema de los trastornos alimenticios. ¿Cuál es la influencia específica de las redes sociales en este ámbito? Las redes sociales desempeñan un papel crucial al crear estándares de belleza. A veces, esta influencia puede conducir a la adopción de comportamientos que se consideran apropiados o aceptados por la sociedad. Como ocurrió en el pasado, la obsesión con estos estándares puede provocar trastornos, especialmente en relación con la alimentación. Algunas mujeres de épocas anteriores, por ejemplo, consumían minerales perjudiciales en su búsqueda de la perfección, llegando incluso a considerar la enfermedad como un signo de salud debido al tono amarillento de la piel y la palidez. En la actualidad, el acceso a la información nos permite ser conscientes de los posibles daños, pero, a pesar de ello, la presión social y los estándares de belleza persisten, llevando a problemas de salud como trastornos alimenticios. La anorexia y la bulimia, por ejemplo, son manifestaciones frecuentes no solo entre los adolescentes, sino entre adultos, ilustrando cómo la búsqueda obsesiva de ciertos ideales estéticos puede tener consecuencias significativas en la salud mental y física. ¿Cuáles son otros trastornos alimenticios, además de la anorexia y la bulimia, que existen? Ciertamente, existen otros trastornos mentales relacionados con la percepción del cuerpo y la alimentación. Un ejemplo es la vigorexia, un trastorno caracterizado por la adicción al ejercicio, que el individuo se obsesiona de manera enfermiza y adictiva con su estado físico. Otro trastorno es la ortorexia, que se manifiesta como una obsesión patológica e irracional por comer de manera saludable y preocuparse en exceso por la calidad de los alimentos. Estos trastornos reflejan las complejidades de la relación entre la salud mental, la imagen corporal y los comportamientos relacionados con la actividad física y la alimentación. ¿Cuáles son los riesgos y consecuencias a largo plazo de los trastornos alimenticios en la salud mental y física de los jóvenes? Desde la perspectiva física, los efectos son notables. Internamente, el desarrollo de los órganos se ve comprometido, por ejemplo, el estómago se contrae, limitando la recepción de alimentos esenciales para el funcionamiento normal del cuerpo. Este déficit nutricional hace que la persona sea más propensa a enfermedades debido a bajas defensas. Además, las conexiones neuronales se ven afectadas, impactando la concentración, la atención y el desarrollo cognitivo. En el ámbito físico, la energía se ve mermada, ya que proviene de los alimentos, azúcares y almidones. Esto se refleja en la falta de crecimiento de uñas y cabello, extrema delgadez, y consecuencias en la regulación térmica debido a la escasez de grasa corporal. En términos reproductivos, la disminución del deseo sexual y la segregación de fluidos corporales también son consecuencias evidentes. A largo plazo, se desarrolla una distorsión cognitiva, que la percepción de la propia realidad se ve afectada, especialmente en casos de trastornos alimenticios como la anorexia. En el ámbito de lo mental, las relaciones sociales sufren, influyendo en la percepción del individuo sobre su identidad y su lugar en la sociedad. Además, la anorexia y otros trastornos alimenticios pueden desencadenar problemas adicionales como la depresión, aumentando el riesgo de suicidio. ¿Cuáles son las mejores prácticas para el tratamiento de jóvenes con trastornos alimenticios y trastornos de la imagen corporal? El papel del psicólogo está estrechamente vinculado a diversas acciones, que van desde la escucha activa en entrevistas hasta el seguimiento continuo del paciente. El tratamiento implica intervenir no solo individualmente, sino abordar la dinámica de apoyo, como la familia, y entender cómo influye en la persona. La intervención se extiende a aspectos clave, como la autoestima, la exploración de pensamientos y el desarrollo cognitivo, identificando y abordando distorsiones cognitivas. Además, se busca intervenir en los canales de comunicación, ya que muchas personas que afrontan problemas emocionales pueden tener dificultades para expresarse. En este sentido, se les enseña a desarrollar una comunicación asertiva y a expresar sus emociones de manera adecuada. Este enfoque integral se centra en proporcionar a las personas las herramientas necesarias para abordar y superar sus desafíos emocionales de manera efectiva. Es evidente que el uso de las redes sociales puede contribuir al desarrollo de diversos trastornos, como la ansiedad y la depresión, por mencionar algunos. En este sentido, ¿cómo puede una persona identificar y gestionar adecuadamente el uso de las redes sociales para preservar su bienestar mental? Cuando la necesidad de revisar, mirar y buscar información se convierte en algo constante, es cuando trasciende más allá de una simple urgencia. En este punto, ya no es solo una cuestión de decir "si no lo vi, no pasó nada; mi vida continúa su curso". Para mí, se vuelve indispensable chequear y mirar diariamente, incluso si la noticia es la misma que ya he visto. Este hábito constante contribuye a la generación de una adicción, ya que la acción de revisar se convierte en una parte integral de mi rutina diaria. Es crucial considerar que, si existen medios para influir en nuestros comportamientos, también deberíamos aprovechar esos mismos canales para promover la salud mental. Los ministerios de salud podrían desempeñar un papel fundamental en este aspecto. Impulsar campañas que fortalezcan la salud mental, al igual que se hace con la publicidad de productos como zapatos, podría marcar una diferencia significativa. Un enfoque integral desde los ministerios de salud, entendiendo las necesidades y asignando recursos para difundir información beneficiosa, podría contribuir a una mayor cobertura de noticias positivas, ayudando a mitigar el impacto negativo en nuestra salud mental.
- Premios Corte Final 2023 | unisabanamedios
2023 Premio categoría proyecto de grado Cruzando el puente de los suspiros Investigación del desarrollo de la lepra en el sanatorio de Agua de Dios, Cundinamarca desde un marco social, médico y gubernamental. Alejandra Ramírez Valbuena, Danna Camila Muñetones Ortiz, Juan Nicolás Barahona Espinoza y Maria Valentina Chica Guaca, Comunicación Social y Periodismo. Nominación categoría audiovisual experimental Find Your Anima Fashion film. Jessica Lorena Plata, Daniel Felipe Tello, María Paz Sierra, Juan David Guevara, Valeria Franco, Iván Ariza, Sergio Perdomo, Juan Pablo Bermúdez, Mariana Lucena y Valentina Abello, Comunicación Audiovisual y Multimedios Nominación categoría audiovisual experimental Andrés SZ Under Freestyle #1: Bogotá Videoclip. Sofía Pérez Cardona, Santiago Velázquez , Esteban Fajardo, Juliana Martínez, Sofía Acero, Juan David Polania, Paula Cortés, Dylan Fuentes, Daniel Del Portillo, Valentina Díaz, Nicolás Ocampo, Juan David Guevara, María Fernanda Álvarez, Santiago Sánchez, Julián Saravia, Alejandra Rivas, David González, Camilo Castillo, Daniela Villadiego, Gloria Vélez y Sara Sánchez, Luis Miguel Rosero, Comunicación Audiovisual y Multimedios Nominación categoría escrita cuento Un amor degollado En un banco de madera, rodeado de ladrillos, se encontraban los cuatro chicos idiotas del matrimonio Mazzini-Ferraz... María Fernanda Castro Huartos, Comunicación Social y Periodismo. Nominación categoría escrita crónica/reportaje El reto de emprender después de la guerra La firma del proceso de paz marcó un precedente en la historia de Colombia. Tanto víctimas como excombatientes luchan por dejar atrás la guerra; sin embargo, emprender en el postconflicto ha sido un desafío para aquellos que le siguen apostando a la paz. Laura Camila García Díaz y María Camila Ocampo Hernández, Comunicación Social y Periodismo. Nominación categoría escrita crónica/reportaje De la cárcel a la pasarela: historia de una paisa que recibió una segunda oportunidad Catalina Salazar pasó de estar recluida en la cárcel el Pedregal a escuchar aplausos mientras desfilaba en Colombiamoda. Sofía Villa Cruz, Comunicación Social y Periodismo.
- Level Up
Level Up Laura Beatriz Fuentes León, Laura Charry Perdomo, Juliana González Amaya, Ana Rodríguez, Juliana Rodríguez Cepeda, Comunicación Audiovisual y Multimedios En este videojuego medieval de aventura, el usuario deberá vencer al rey mounstruo para poder salvar su mundo mágico. Ve aquí el tráiler. Ver también: ¿Qué hay de cierto en que los videojuegos incitan a la violencia? Compartir
- Unisabana Medios | ¿Por qué manifiestan en Neiva?
Patricia Espitia es una mujer que hace 13 años fue agredida con agentes químicos y que al poco tiempo sufrió otros dos grandes sucesos que casi acaban con su vida. ¿Por qué manifiestan en Neiva? Aunque el Gobierno retiró el proyecto de la Reforma Tributaria, el Paro continúa. Cerca de 5 mil personas se reunieron para marchar de manera pacífica en este 5 de mayo. ¿Cuáles son las motivaciones de los ciudadanos en Neiva? Escucha este cubrimiento de Café y Charlemos. Café y Charlemos Compartir Lee también: Café y Charlemos
- De joven soñador a candidato presidencial
Valentina Navarro Bermúdez < Volver De joven soñador a candidato presidencial Camera Valentina Navarro Bermúdez Gustavo Petro es el candidato de la izquierda que competirá de nuevo para la Presidencia de Colombia. Ver también: Ver también: Es economista, administrador público, Especialista en Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional, ex-alcalde de Bogotá y Senador de la República. Desde hace varios años busca ser el presidente de Colombia y pretende desde su gobierno estimular los emprendimientos individuales, la modernización de infraestructura, democratizar la tierra fértil, promover la diversidad de género y fortalecer la seguridad humana. En Ruta 45 hacemos un perfil sonoro del candidato del Pacto Histórico.
- ¡Bájenle cinco!
¡Bájenle cinco! Natalia Barrera Güezguán, Comunicación Social y Periodismo Fecha: ¿Cuándo las hembristas van a dejar de creer que todo está en contra suya? Lea también: ¿A dónde vamos a parar con la intolerancia al sexo opuesto? Compartir Foto: Unsplash No es de asombro que en un movimiento, en el que se supone que se lucha por la igualdad de derechos, exista una minoría que se vaya a los extremos. Pasó con aquellos que estaban en contra del racismo y la supremacía blanca; el feminismo no iba a ser una excepción. No quiero que se malinterprete mi posición hacia él; yo también pienso que debe haber igualdad en derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, pero, como todo movimiento con éxito y popularidad, hay personas que lo llevan al límite, ridiculizándolo. 100 años atrás, las mujeres no éramos más que creadoras de seres humanos, cocineras y sirvientas. Aunque aún este pensamiento sigue vigente entre algunas personas de la sociedad, hemos ganado espacio en el terreno de la igualdad, pero no el que quisiéramos . Fue hasta 1920 que Betsabé Espinal, una humilde campesina paisa de 24 años, logró armar la primera huelga sindicalista en la historia de Colombia; reclamando igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Y, solo hasta hace 60 años, a las mujeres se nos fue reconocido el derecho al voto. Pero la lucha debe acabar cuando hombres y mujeres tengamos los mismos derechos, posibilidades y estatus en la sociedad. Ninguno de los géneros debe entrar en una posición de superioridad, eso es la igualdad. La Real Academia de la Lengua Española define el feminismo como “Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”, todos lo tenemos claro. Por otro lado, Manuel Alvar Ezquerra, catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid, aporta la siguiente definición del término hembrismo: “Discriminación sexual, de carácter dominante, adoptada por las mujeres”. Se puede decir que aquellas que no solo buscan equidad en los derechos entre ambos sexos, sino que, además, buscan una posición de superioridad, no son feministas, si no hembristas. Todo extremo es malo y el feminismo tiene el suyo, el hembrismo. No hay ninguna duda del impulso que le han dado las redes sociales a cualquier persona con una idea. Sin embargo, esto puede ser contraproducente a la hora de revisar la veracidad de la información. Cuando estamos en internet o redes sociales, la mitad de las publicaciones o son memes sin sentido o personas que hablan de política como si de su vida misma se tratara. No sobra decir que ninguna hembrista considera que ha llegado a este extremo y sigue respaldando sus actos y pensamientos bajo la ideología feminista. Es por esto que cuando nos topamos con cosas como las siguientes, se hace necesario reflexionar: el 19 de marzo de 2017, una cuenta en twitter llamada @insumsiones twitteó que, si un hombre rechaza estar sexualmente con una mujer porque su cuerpo no cumple con los cánones estéticos es una “violación inversa”, lo preocupante acá no es solo lo fuerte de sus palabras, sino la cantidad de apoyo que recibió. El ejercicio que se hace necesario es voltear la arepa, si yo como mujer no quiero estar con un hombre gordito, ¿lo estoy violando inversamente también? Lee también: ¿A dónde vamos a parar con la intolerancia al sexo opuesto? Tenemos un ejemplo más claro y cercano. El 30 de junio de 2009, el Concejo de Bogotá aprobó el Acuerdo número 381 en el que se promovía el “uso del lenguaje incluyente”; este obligaba a todas las entidades distritales a utilizarlo en los documentos y actos públicos oficiales, refiriéndose a utilizar términos como bogotanos y bogotanas. En este orden de ideas, el lema de gobierno del actual alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, debía cambiar de “Bogotá para todos” a “Bogotá para todos y todas”. Los comentarios y las discusiones no dieron espera. Tal fue la polémica que La Real Academia de la Lengua intervino mediante un tuit en el que respondía que está totalmente correcto utilizar el término “todos” y allí ya venía implícita la inclusión de ambos sexos; ¿cuándo las hembristas van a dejar de creer que todo está en contra suya? No fue sino hasta la semana pasada cuando El Tribunal de Cundinamarca tumbó el fallo que ordenaba el cambio del slogan, ¿cuánto tiempo se requiere para darse cuenta de que la expresión “todos” representa a los diferentes sectores y que con todo este espectáculo solo se le están cumpliendo los caprichos a las hembristas? La posición de inferioridad y de debilidad que tenemos las mujeres nos la debemos en parte a nosotras mismas, y el término feminicidio es un claro ejemplo. Y es que hacemos marchas, ponemos el país de cabeza y creamos nuevas leyes como la 1761 (Ley Rosa Elvira Cely) cuando una mujer es asesinada violentamente por su pareja sentimental, pero no hacemos pancartas diciendo “NO MÁS MASCULINICIDIOS” por los 69 hombres que murieron violentamente y los 13.213 que resultaron heridos a mano de sus compañeras sentimentales en 2017. En parte lo atribuyo a los estereotipos tan marcados que tenemos: la mujer es débil y el hombre es fuerte; él no debe llorar porque una mujer le pega o se convierte en una niñita, porque de paso es un insulto. Lo que intento explicar es que no son necesarios ni necesarias los extremos ni las extremas, indignémonos e indignémonas cuando cualquier ser humano y humana mata violentamente a otro o a otra, cuando se discrimina a alguno o alguna y cuando no se nos respetan los derechos o las derechas. Todos y todas somos iguales… ¿No?
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