Resultados de búsqueda
Se encontraron 1872 resultados sin ingresar un término de búsqueda
- ¿Cómo preparar plátano aborrajado?
Este es un plato inspirado en el pescado. Se utilizan técnicas de aborrajados de valle del Cauca colombiano, fusionando con toda la influencia de la cocina del pacifico colombiano. ¿Cómo preparar plátano aborrajado? Este es un plato inspirado en el pescado. Se utilizan técnicas de aborrajados de valle del Cauca colombiano, fusionando con toda la influencia de la cocina del pacifico colombiano. Este es un plato inspirado en el pescado. Se utilizan técnicas de aborrajados de Valle del Cauca colombiano, fusionando con toda la influencia de la cocina del Pacífico. Para prepararlo, necesitarás los siguientes ingredientes: 1 cda. de Achote 4 cdas. de aceite de girasol o manteca de cerdo derretida: 4 cdas. 2 dientes de ajo picados 1 tallo de cebolla larga picado 1/2 cebolla roja picada Comino, a gusto 1 ají dulce picado 3 cucharadas grandes de tomate rallado 1 cda. de albahaca morada 1 cda. de cilantro cimarrón 1 cdita. de poleo 1 lata de 400 ml de leche de coco 200 g de filete de sierra 1 plátano 1 litro de aceite 100 g de harina de trigo 50 g de fécula de maíz 2 g de color5 g de sal 1 huevo 150 ml de agua 40 g de bocadillo 50 g de queso doble crema Compartir
- Unisabana Ágora con María Andrea Vargas
Unisabana Ágora con María Andrea Vargas, gerente general de Natura La gerente general de Natura cuenta cómo esa empresa inspira sus proyectos de sostenibilidad en su propósito. Compartir Ver también:
- Todavía falta mucho
Sí, suerte. Así lo considera el fotógrafo Filiberto Pinzón Acosta pese al éxito que ha tenido por su trabajo. Ha recorrido todo el país y ya publicó 6 libros. Todavía falta mucho Carlos Díaz Montes Sí, suerte. Así lo considera el fotógrafo Filiberto Pinzón Acosta pese al éxito que ha tenido por su trabajo. Ha recorrido todo el país y ya publicó 6 libros. Disponible en Pulzo Instagram @elrollodefili “Va a llegar muy lejos, siga que le falta mucho”. Esta frase que su hermana le repite todos los días es una de sus principales motivaciones. Filiberto Pinzón es una persona que a pesar de haber conseguido mucho, sigue convencido de que todavía tiene cosas por aprender, característica propia de los trabajadores ejemplares. Sin duda es un apasionado de la fotografía. Siempre lo había visto por televisión, esperaba con ansias verlo en persona. Y ahí estaba: un tipo de 1,70 aproximadamente, vestía ropa casual combinando un jean café y un suéter amarillo, y portaba unas gafas cuadradas de un fino marco dorado. Su forma de caminar me mostró que era una persona descomplicada, lo cual comprobé una vez hablé con él. Al verme me saludó con un “¿cómo vamos, mi hermano?”, me apretó la mano de manera amigable y me invitó a sentarme en su estudio. Paso seguido, tomó uno de los libros que tenía un su escritorio, lo abrió y empezó a pasar las hojas a medida que la conversación iba avanzando. En su ser siempre hay actitud positiva, incluso después de un mal día. Si bien considera que el 50 % de su cabeza está ocupada por la fotografía, esta labor no influye en sus temas personales. Y es que, para él, cuando se entra a un lugar todo lo que no corresponda a éste se debe quedar afuera. Sabe muy bien separar las emociones de las situaciones. Filiberto trabajó en El Siglo desde 1974 hasta 1980, donde hacía fotograbados y aquí es donde empezó a estudiar a fondo la fotografía. El 5 de agosto de 1980 llegó a El Tiempo, bajo el cargo de fotomecánico, y en 1998 le dieron el puesto de fotógrafo digital, labor que hoy en día sigue desempeñando. Junto con Rafael Espinosa, gran amigo suyo, montaron un estudio de fotografía digital. En este lugar él se adentró en un mundo nuevo, pero lleno de maravillosas experiencias, cuyos frutos sigue recogiendo hoy en día. Con el paso de los años, realizó todo tipo de fotografías, desde platos de restaurantes hasta los principales paisajes del país. “Cada foto es una historia llena de recuerdos”, me dijo. Y es que ha viajado a lugares donde pocos llegan, como la Sierra Nevada del Güicán, ubicada en el parque Nacional Natural del Cocuy. Ésta la recorrió durante 7 días, tomando fotos espectaculares. También tuvo otros trabajos destacables como el de Caño Cristales, el cual fue expuesto por YouTtube el 12 de noviembre del 2014 en su programa El rollo de Fili, canal en el que ya tiene 102 capítulos, cada uno con un toque especial que lo hace diferente al resto. El canal mencionado anteriormente es una de las joyas de su corona, ya que fue nominado a los Premios India Catalina en 2015. En este expone todos sus trabajos de manera audiovisual para que sean más llamativos. Sin embargo, no se preocupa por los likes. “Si no tiene no pasa nada, y si tiene me alegra”, expresa. Para él, lo realmente importante es el cariño de la gente de los pueblos a los que va. Sus fotografías también están plasmadas en varios de sus libros: ‘Libro de pueblos patrimonios’, ‘Experiencias Únicas’, ‘Así es Cota’, ‘Escapados por Colombia’, ‘Colombia al natural’. Cada libro suyo representa la esencia de Colombia y de sus pueblos. La buena relación que ha construido con las personas a lo largo de los años es lo que le permite viajar y tomar fotos por todo Colombia. El programa no cuenta con presupuesto, razón por la cual va a los lugares cuando amigos suyos lo invitan o va a dar charlas. Él mismo dice que “no importa quién eres, sino como eres”. Al hablar con amigos o estudiantes de ‘Filito’, como le dicen los más cercanos, se encuentran puntos en común como el gran aprecio y la profunda admiración que le tienen no solo como fotógrafo, sino como persona. Rafael Espinosa, gran amigo suyo, siempre sonríe al hablar de él. “Es un bacán”, dice. Y es que esta corta, pero profunda frase lo dice todo, expone la alegría y la energía que este fotógrafo le inyecta a todo mundo. Hablando un poco más sobre esto con su amigo se refirió a Filiberto como alguien “espontáneo y alegre”. Recuerda que su compañero siempre le ponía apodos a la gente, pero sin ánimo de ofender a nadie. A un muchacho que era muy creído le decía la Miss Universo, y a otro que comía demasiado le decía “Buche de tula”. “Cada vez que los decía era imposible no reírse”, concluye. Su otra pasión: la enseñanza Otra de sus pasiones es enseñar. Por esto en 2014 fundó ‘Los párvulos de Fili’, un taller de fotografía para aquellos que no tenían conocimiento alguno sobre este tema. No le gusta dictar clase de manera tradicional sino rompiendo los esquemas de estudiante y profesor. El fotógrafo, de 61 años, se convirtió en un amigo, un consejero y hasta sacerdote de sus estudiantes; y siente nostalgia porque el curso cerró en 2018. Entre risas, chistes y anécdotas va transmitiendo su conocimiento a cada uno de sus pupilos. “Yo mamo gallo, pero lo hago en serio”, me dijo. Pues a pesar de parecer un hombre muy relajado, no negocia la disciplina ni las ganas de aprender. Recuerda una anécdota sobre cuando expulsó a un alumno de Los Párvulos, pues éste pensaba que como su maestro era una persona “recochera” no lo iba a sacar si faltaba a dos clases, algo que desde el comienzo se les había advertido y, por lo tanto, el estudiante perdió el cupo. En la actualidad… Durante 30 años estuvo junto a su compañera de vida, Sandra Ruiz, con quien tuvo dos hijos: Andrés y Carolina, quienes tienen 34 y 31 años, respectivamente. Hace 2 años tomó la decisión de dar un paso al costado y empezar un nuevo modo de vida en solitario. Actualmente vive en un pequeño apartamento que queda a cinco minutos de su trabajo. Todos los días va de su casa al periódico y viceversa; atraviesa el barrio, luego el puente peatonal de la estación El Tiempo, ubicado sobre la avenida 26. La decoración de su apartamento es muy de su estilo, pues no tiene muchas cosas y es ordenada. En su sala no hay nada fuera de lo normal. Un pequeño comedor de madera, acompañado de unas sillas con tapicería color crema. A la izquierda hay un sofá negro y una pequeña mesa de centro, en esta tenía algunos de sus libros de fotografía. Me llamó la atención un cuadro ubicado en la pared norte de la casa. Era de un rojo vivo, muy llamativo y por lo cual era imposible no mirarlo; la figura era extraña, era la mezcla de unas personas y unos cuadros, me pareció muy curioso. Sin duda no es fácil cambiar algo a lo que se está acostumbrado desde hace tanto tiempo, pero la vida da muchas vueltas y hay que estar preparado. Filiberto asumió esto con mucha madurez y se le ve bien, a gusto con sus cosas. A falta de 2 años para pensionarse Filiberto se ve tomando fotos hasta sus últimos días: “La edad no es un impedimento para hacer lo que me gusta y que aún tengo muchos proyectos en mente”. Este bogotano tiene entre ceja y ceja seguir trabajando en su programa ‘El rollo de Fili’ y sacar más libros que retraten la belleza de Colombia, país al que ama profundamente. Es un trabajador incansable, ni siquiera el éxito logra acabar con sus deseos de seguir escalando y dejar en alto la fotografía y el nombre de su país. “Todavía tengo mucho que ofrecer, se acordará de mi”.
- Hábitos que consumen la salud de los adolescentes en Colombia
También enfrentan el consumo irresponsable de bebidas y alimentos, todo entre el estrés por cumplir con sus metas y el tiempo que les queda libre. Hábitos que consumen la salud de los adolescentes en Colombia Sergio Briceño Redondo También enfrentan el consumo irresponsable de bebidas y alimentos, todo entre el estrés por cumplir con sus metas y el tiempo que les queda libre. Disponible en Pulzo Sergio Briceño Redondo Ninguna persona está exenta de desarrollar estas prácticas, ni siquiera los estudiantes más aplicados, como fue el caso de un ingeniero eléctrico y electrónico, que hoy es docente universitario. Nacido en Neiva, llegó a estudiar a Bogotá gracias a un programa de la empresa Ecopetrol, más conocido como Beca Ecopetrol, que premia a 3 bachilleres con el mayor puntaje en la prueba Saber Pro, de diferentes colegios por cada departamento de Colombia. Empezó a vivir solo en la ciudad. Todo iba bien hasta que llegó a cuarto semestre, uno de los más pesados de la carrera por los contenidos densos de las materias. Organizadamente, el ingeniero empezó a definir prioridades, teniendo en cuenta que para no perder la beca no podía atrasarse más de medio semestre, por lo que retirar o desaprobar las materias no era una opción. Su familia no tenía el dinero para seguir costeando sus estudios si él llegaba a perder esta beca. Así que el problema con los becados es que no tienen derecho a rajarse. Para los exámenes del primer corte, este profesional tuvo la mala suerte de que se presentaron diferentes obstáculos que le hicieron pasar un mal rato en su primera prueba. Generalmente llegaba una hora antes, pero decidió dormir más ese día para estar descansado, con el contratiempo de que el Transmilenio en el que iba se varó y llegó casi 40 minutos tarde. El resultado fue el esperado: un 2.5 que pegó fuerte en su autoestima. Jamás había perdido un examen. Los trabajos de laboratorio no salían bien y la exigencia crecía cada vez más, lo cual lo llevó a estudiar excesivamente, cosa que no le ayudó a apropiarse de los conceptos y procesos necesarios. Así, llegó a dormir solo dos horas. Con la preocupación de que fracasara en un tercer examen, la ansiedad y el estrés se apoderaron de él. De acuerdo con Leonardo Aja, psicólogo y miembro de la corporación Buscando Ánimo, los estudiantes universitarios desarrollan pésimos hábitos de estudio por algunas razones como presión social, mal manejo del tiempo libre e incluso costumbres ajenas al estudio, que adquirieron en años anteriores o a partir de la crianza de sus padres. Sostiene que la falta de sueño hace sufrir al cerebro, le produce mucho daño y lo sumerge en un estado psicótico. “Precisamente por eso, lo que más enfada a los neurólogos de sus pacientes es la falta de sueño, pues entorpece cualquier proceso de recuperación”, afirmó Aja. La Encuesta Nacional de Tabaquismo de 2018 demostró que, en su mayoría, la edad en la cual se prueba por primera vez el tabaco es entre los 12 y 13 años. Y además se halló que uno de cada 4 escolares fumó cigarrillos en los últimos 30 días. Aja afirma que los estudiantes arrastran los hábitos buenos y malos que aprendieron desde su casa, pero en esta etapa universitaria y viviendo sin compañía tienen menos control, por lo que toman decisiones menos razonables al sentir que nadie los está observando. Por otro lado, según una investigación sobre la calidad del sueño en estudiantes de la Universidad Santiago de Cali, existe una causalidad entre el consumo de alcohol y los problemas de sueño. Los estudiantes manejan ciertos grados de ansiedad y depresión que conducen a alteraciones psicológicas que afectan su calidad de sueño y estancia universitaria en particular. A partir de diferentes experimentaciones científicas hechas en la Facultad de Salud de la universidad, hallaron que la mitad de la población estudiada dentro de la facultad tiene una prevalencia de mala calidad de sueño. “Llegué a tener una crisis interna y me quedé las tres horas siguientes al examen mirando el escritorio, preguntándole a Dios qué carajos debía hacer”, admitió Andrés. Esto no le permitió concentrarse y seguir estudiando. Su cuerpo ya no daba más y en ese momento descubrió que la siguiente prueba era peor. Según Aja, “los seres humanos somos unos perfectos saboteadores con nosotros mismos, cuando el cerebro no está en el modo adecuado de aprender, la gente se estresa y bloquea el proceso de memoria y aprendizaje”. Sin dudarlo, el ingeniero recurrió a la misma táctica: tratar de repasar sus apuntes, dormir poco e hizo lo que no estaba acostumbrado a hacer: ingerir energizantes. Según recuerda, tomaba uno cada dos horas, sabía los efectos secundarios, pero creía que era una exageración, que todo era pura publicidad. Cuando se sentó en su mesa para presentar el examen de Teoría y Fundamentos de Electrónica, acompañado de otra botella de energizante, observó que había 27 preguntas cerradas, a la vez que miraba sus manos temblar como si fueran las de un paciente diagnosticado con Parkinson. Bajo la presión del tiempo, contestó las primeras 6 preguntas de 23, mientras que de las otras no tenía ni idea y solo le alcanzaba el tiempo justo para responder las últimas cuatro. Caracterizado por su espíritu calculador, su mente estaba preparada. Como si de ese examen dependiera su vida, y con el último esfuerzo, logró identificar un patrón, hizo una regla de tres con el número de respuestas verdaderas que había podido probar y bajo ese cálculo respondió las demás. Este profesional era consciente de que estaba sufriendo un bajonazo de azúcar. Estaba tan agotado, que no respondía a nada. Posteriormente se dirigió al salón en donde se dictaría una nueva clase de la asignatura en la cual había reprobado el primer examen, topándose con la sorpresa de que la profesora haría una segunda evaluación, con la intención de darles la oportunidad a sus estudiantes de mejorar su calificación, puesto que la mayoría había reprobado. Bajo una intensa lluvia, la docente mandó a llevar unas 40 tazas de café para sus estudiantes, bebida que tomó el ingeniero, con el desánimo de no haber estudiado para la prueba. Su semana caótica había acabado, o eso creía él. Ahora tenía que afrontar en estas condiciones su regreso a casa, un trayecto en Transmilenio de una hora y cuarenta minutos, en hora pico, bajo un aguacero. “Pocas veces he visto caer tanta agua de esa manera”, señaló Andrés. Durante las últimas 36 horas había ingerido 4 tazas de café, 7 botellas de bebidas energizantes, con 2 horas y media de sueño. La falta de oxígeno, temperatura y los efectos que actuaban en su interior le estaban haciendo perder el conocimiento. Mareado, alcanzó a llamar a su padre, que recién se mudó con él, para decirle: “No creo que llegue a la casa, puede que me desmaye”. Las calles estaban inundadas, por lo que los buses alimentadores se retrasaron y había demasiada congestión. El ingeniero decidió salir de ese tumulto. Se estaba asfixiando. “En ese momento, me recosté sobre una pared y empecé a convulsionar. No podía moverme. Lo único que veía era la Luna en el cielo negro. Estuve consciente todo ese tiempo”, afirmó. “No puedo decirle qué era lo que sentía porque en ese momento no sentía absolutamente nada. Me moví involuntariamente durante 30 segundos”. A los 5 minutos llegó su padre, lo recogió en un taxi, lo llevó a la casa y pudo dormir durante 16 horas, en las cuales tuvo el mismo sueño una y otra vez. Otro estudio realizado por el Ministerio de Salud y Protección Social, en colaboración con la Universidad del Valle, indica que el consumo de bebidas azucaradas en estudiantes en Colombia es del 74 %, es decir, 3 de cada 4 personas ingiere esos líquidos. Esto sumado al descubrimiento evidenciado de que casi la mitad de la población estudiada consume comida rápida saturada de grasa y el 86,9 % de ellos no cumple con la frecuencia el consumo de frutas y verduras recomendada por los especialistas. Por este motivo, Alejandro Gaviria, el exministro de salud de la administración de Juan Manuel Santos, impulsó la creación del impuesto plurifásico como una medida para contrarrestar el consumo de estos productos, apoyándose en diferentes estudios que señalan que esta carga tributaria desestimularía su consumo en un 30 %. Todo esto provocó que los compañeros se burlaran del ingeniero, pues el estudiante al que consideraban más juicioso había sacado 2.5 y 1.4 en sus exámenes. Eso lo motivó a competir. Apostó a que al final del semestre iba a sacar mejores notas, lo cual lo distrajo del estrés y la presión por no perder la beca. A la semana siguiente, le comunicaron el resultado de su último examen. Los cálculos funcionaron: fue tan sobresaliente que incluso superó la escala de calificación y lució un 5.4 frente a sus compañeros pues la rúbrica se acomodaba dependiendo de la media de los alumnos. Así pudo enfocarse en priorizar las otras dos materias y logró continuar con sus estudios. Sin embargo, la mayor lección que esa semana de exámenes le dejó a él no fueron los contenidos de clase, sino que la vida y la salud son más importantes que cualquier otra cosa. “Para cualquier prueba, y esto también aplica para la vida, es más importante estar fresco que ser un sabio. Por eso, no volví a tomar un energizante”, cuenta. Después de este suceso cambió radicalmente sus hábitos de estudio. Ahora es más organizado, prepara y maneja mejor su tiempo. Siempre le da prelación al sueño y se alimenta más saludable. Ahora, como profesor de Introducción a la Ingeniería Electrónica, trata de compartir esta historia con los estudiantes porque considera que es muy probable que pasen por algo similar. Tras investigar sobre el tema, el ingeniero cree que los estudiantes que no pasan por su misma situación adquieren estos hábitos por dos razones principales: el qué dirán los demás y el encontrar una ruta de escape. Bajo la premisa de que lo importante es pasar. “Los estudiantes tienden a victimizarse, dejando tirada esta realidad por ir a pasar las penas con el alcohol o fumando”, sostiene. Consecuentemente, Aja tiene un punto de vista similar: para los que no tienen esta presión académica de la beca, los estudiantes que incurren en estos hábitos no tienen inculcada la costumbre de organizarse, jamás volvieron a tocar una agenda desde el colegio y cuestiona ¿por qué los billares alrededor de las universidades se la pasan llenos a las 10 de la mañana? Tarde o temprano la disciplina sobrepasa a la inteligencia, igual que la procrastinación puede destruir cualquier proyecto. La procrastinación es uno de los peores hábitos estudiantiles, pues no solo está arraigado al estudio, sino a las acciones cotidianas que desarrollan los seres humanos. Es la acción de posponer actividades o labores sabiendo que a un largo plazo el no realizarlas será peor. Es una decisión consciente y que es afectada por el mal control de las emociones y decisiones racionales. La disciplina y el orden son factores que limitan también esta habilidad de visualización al no proponerse metas, un sentido de las cosas y una guía personal para lograrlas. El psicólogo Tim Pychyll hizo un estudio sobre el tema. Allí reveló que combatir la procrastinación es aún más difícil en estos tiempos, pues con la facilidad de acceso a los múltiples dispositivos digitales es muy fácil perder la concentración y realizar actividades que resulten más placenteras requiriendo de un menor esfuerzo y que produzcan más alegría que estudiar, como lo son jugar videojuegos, ver películas o navegar por redes sociales. El desarrollo de prácticas nocivas en los estudiantes universitarios puede causar afectaciones físicas y mentales. Es importante que la población adolescente sea concientizada acerca de los peligros que pueden acarrear y la manera en la que se pueden contrarrestar. Consecuentemente, las universidades de Colombia han empezado a implementar divisiones enfocadas en la atención a estudiantes como lo es Bienestar Universitario, área encargada de preservar y fomentar el cuidado de la salud mental y física de los estudiantes por medio de la creación de espacios deportivos, líneas de atención para el manejo de crisis y programas que benefician y promueven la formación integral de los estudiantes.
- En el cuadrilátero contra la comida chatarra
Angélica María Claro, especialista en Psicología Médica y de la Salud, defiende que el Estado debe apoyar políticas costo efectivas con el fin de reducir las enfermedades asociadas al consumo de bebidas y comidas ultraprocesadas. En el cuadrilátero contra la comida chatarra Ashley Valentina Duarte Monroy Angélica María Claro, especialista en Psicología Médica y de la Salud, defiende que el Estado debe apoyar políticas costo efectivas con el fin de reducir las enfermedades asociadas al consumo de bebidas y comidas ultraprocesadas. Disponible en Pulzo Ashley Valentina Duarte Monroy Según la Encuesta Nacional de Nutrición de 2015, tres de cada cuatro adultos en Colombia y uno de cada seis niños sufren obesidad y sobrepeso en Colombia. La situación es la misma en el mundo; por lo tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han promovido que los alimentos y bebidas tengan un etiquetado frontal en donde se diga claramente si contienen sodio, azúcares y carbohidratos en alta medida. Por eso, Red Papaz lanzó la campaña de bien público No Comas Más Mentiras y ha propuesto la Ley Comida Chatarra, que superó su último debate en la plenaria del Senado. Red PaPaz es una corporación sin ánimo de lucro fundada en el 2003 que tiene como propósito abogar por la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en Colombia. Angélica María Claro, psicóloga especialista en Psicología Médica y de la Salud y directora de operaciones de Red PaPaz, habló, antes de la aprobación de la Ley, sobre las iniciativas de la corporación para contribuir a la defensa del derecho a la alimentación, a la nutrición adecuada y a la salud. ¿De dónde surge la iniciativa de la Ley Comida Chatarra? Surge de la evidencia internacional, del pronunciamiento de algunas agencias internacionales (como la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y UNICEF), de los índices muy preocupantes de sobrepeso y obesidad en los niños, niñas y adolescentes, del consumo importante de bebidas y comestibles ultraprocesados (con exceso de azúcares, sodio y grasas saturadas) y de la necesidad de informar cuando los productos no son realmente saludables. ¿Cómo ha sido el proceso para exigir la Ley Comida Chatarra? No ha sido nada fácil. De hecho, en este momento estamos teniendo el tercer intento de proyecto de ley en el Congreso de la República. El primer intento fue en el 2017, en la Cámara de Representantes. Y, aunque alcanzó a tener 2 debates, fue completamente deformado, en gran parte por presión de la industria y por información equivocada que aseguraba cosas como que no estaba basado en la evidencia, que eso no iba a funcionar, que era más importante la actividad física o simplemente educar a la gente sobre cómo alimentarse bien. Tuvimos un segundo intento en el 2018. Solo alcanzó a tener una ponencia en la Cámara de Representantes y fue archivado por falta de trámite legislativo. Este tercer intento es el Proyecto de Ley 167 de 2019 que, nuevamente, se radica en Cámara. En este momento, ya tenemos dos debates positivos. Se perdieron algunas cosas importantes del proyecto, pero tenemos la esperanza de que en el Senado se recuperen. Su estrategia No Comas Más Mentiras busca que el país cuente con una política que reglamente los sellos frontales de advertencia con información clara, visible y veraz sobre los productos ultraprocesados, ¿qué impacto tienen estos sellos sobre la sociedad? Los sellos frontales de advertencia en los productos ultraprocesados son una medida costo efectiva de salud pública que cuenta con muchísima evidencia del impacto que tiene para lo mínimo: que la gente sepa qué es lo que le están vendiendo y promocionando. Es importante decir que no es cualquier sello el que nos funciona. En este momento tenemos estudios, tanto internacionales como nacionales, que nos dicen que para que estos sellos frontales de advertencia cumplan su cometido deben tener una forma, un color y un mensaje particular. En este caso, estamos hablando de octágonos negros que digan “exceso de…” o “contiene edulcorantes”. Sabemos que así la población tendrá lo mínimo que requiere para poder tomar la decisión de si compra el producto y con qué frecuencia lo puede o quiere consumir. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Salud de 2015, el 52% de los colombianos tiene sobrepeso u obesidad, ¿cómo la Ley Comida Chatarra contribuiría a resolver esta problemática de salud pública? Estaremos logrando que el país cuente con dos políticas costo efectivas que tendría que implementar si es verdad que quiere reducir condiciones como la obesidad o enfermedades como la diabetes, la hipertensión o, incluso, el cáncer asociado al consumo habitual de bebidas y comestibles ultraprocesados. La Ley Comida Chatarra tiene como corazón el etiquetado frontal de advertencia en estos productos, pero también tiene un articulado, un artículo para restringir la publicidad dirigida a niñas, niños y adolescentes cuando esos productos tengan exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas o edulcorantes. Sin embargo, en la Cámara de Representantes ese fue uno de los artículos que se perdió; estamos esperando si en las discusiones en el Senado se logra recuperar. ¿Qué recursos se han desarrollado desde Red PaPaz para informar a la ciudadanía sobre este tema? Red PaPaz lleva varios años abogando por este derecho de niñas, niños y adolescentes, así que tenemos varios materiales en la página www.nocomasmasmentiras.org . Allí está toda la evidencia de la asociación que hay entre las bebidas y comestibles con exceso de nutrientes críticos y la obesidad, diabetes, hipertensión, cáncer y demás. También está la evidencia a favor del etiquetado frontal de advertencia, de la restricción de la publicidad. Tenemos boletines en www.redpapaz.org : “Aprendiendo a ser PaPaz”, para ayudar a madres, padres y cuidadores que quieran aprender más. Además, en el canal de YouTube de Red PaPaz van a encontrar conferencias y videos cortos sobre este tema. Según la Encuesta Nacional de Salud Escolar del Ministerio de Salud y Protección Social de 2018, sólo 1 de cada 10 estudiantes consume frutas y verduras en las cantidades recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, ¿cómo las marcas incitan a los niños, niñas y adolescentes a consumir productos ultraprocesados? Empiezan desde el diseño del producto mismo. Después, en el caso de la comercialización, también vemos que la publicidad dice unos mensajes que hacen parecer o saludables los productos o que supuestamente ayudan al campesinado o que ayudan a crecer y a fortalecer los huesos. Así, enganchan particularmente a madres y padres que quieren lo mejor para sus hijos y que creen que le están metiendo un producto saludable en la lonchera o en la merienda. Por otro lado, está la publicidad dirigida a niñas, niños y adolescentes, en donde hay concursos, juguetes, premios, personajes animados o personajes que algunos jóvenes admiran, incluso, deportistas o cantantes. Esto hace que muchas veces el producto no se consuma porque realmente les guste, sino porque esta publicidad atrae a esta población. ¿Qué otras iniciativas está liderando Red PaPaz? En temas de centro de internet seguro, contamos con la administración de la línea de reporte virtual Te Protejo, que es anónima y confidencial para todas las situaciones de vulneraciones de derechos de niñas, niños y adolescentes, con especial énfasis en el entorno digital. En este momento estamos muy preocupados por lo que está pasando con la niñez y la adolescencia dado el Covid-19 (las crisis socioemocionales, las implicaciones de salud mental, en ampliación de brechas, en aumento de la pobreza), así que estamos apoyando la iniciativa de la educación presencial. En temas de tabaco, estamos abogando porque haya una mejor regulación de los cigarrillos electrónicos, como se les conoce popularmente. Y también estamos apoyando que se suban los impuestos al tabaco y que aumente el tamaño de las advertencias sanitarias en los cigarrillos. Además, tenemos Abramos La Lonchera, que es el proyecto con el cual abogamos por entornos escolares alimentarios saludables. Y todas las semanas tenemos materiales pedagógicos para fortalecer capacidades de madres, padres, cuidadores y educadores. ¿Quiénes pueden ser parte de Red PaPaz? Si alguien quiere estar informado de lo que hacemos todos los días en Red PaPaz y las novedades de nuestras acciones y conocer de primera mano las conferencias, pódcasts y los boletines que tenemos, los invitamos a suscribirse en el M@il PaPaz. Para suscribirse, basta con ingresar a www.redpapaz.org . Y en la parte de abajo de la página, pueden poner sus datos y quedarán inscritos. Para unirse a los más de 480 colegios públicos y privados que actualmente tenemos en diferentes departamentos del país, escríbannos al chat de la página de Red Papaz o a contactenos@redpapaz.org , y allí los podemos contactar con la gestora o gestor regional para que les cuenten un poco más de cómo se pueden vincular como institución educativa a Red PaPaz. Y muy pronto tendremos también la forma de inscribirse como persona natural, como individuo, cualquiera, madre, padre, educador o cuidador. Entonces sigan pendientes de nuestra página y de nuestras redes para que, cuando esa posibilidad esté al aire, puedan unirse. ¿Específicamente cómo se puede ser parte de la iniciativa de la Ley Comida Chatarra y No Comas Más Mentiras? En realidad, esperamos que todos los colombianos puedan sentir que abogar por la Ley Comida Chatarra es algo que es de ellos, que les compete simplemente por el hecho de ser ciudadanos. Dicho eso, hay muchísimas formas de unirse a esta abogacía: firmar en www.nocomasmasmentiras.org , usar los hashtags #LeyComidaChatara y #NoComasMasMentiras, descargar las imágenes de la página en redes sociales y compartir los stickers y GIF que pueden conseguir en Facebook, en Instagram y en WhatsApp. Esto para también hacer oír su voz y preocupación por productos que de pronto encuentren en el mercado, en televisión o en redes sociales promocionados como saludables cuando realmente no lo son. ¿Qué alternativas tienen si no se aprueba la Ley Comida Chatarra? Si llega el 20 de junio y no logramos tener los dos debates que faltan para que se vuelva una ley, no quedará de otra que volver a radicar el proyecto. Tristemente será nuestro cuarto intento y debemos esperar a que dos años más pasen. La verdad es que se estaría perdiendo tiempo muy valioso. Y quien diga que entonces se hacen campañas educativas, se pone a la gente a comer bien, pues está diciendo mentiras. La evidencia ya muestra que estas campañas educativas son supercostosas, no llegan a toda la población y no son permanentes en el tiempo. Esto no puede depender de campañas aisladas que lleguen a unos privilegiados, sino que el Estado tiene la obligación de garantizar un entorno protector de la alimentación y nutrición adecuadas que realmente proteja hasta una niña y un niño en Guaviare; una niña, un niño o un adolescente en zona rural, en San Andrés, en Amazonas, y eso solo se logra si tenemos una política pública que nos proteja a todos los colombianos por igual.
- 15/30: Mitos en torno a la vacuna contra el covid-19
15/30: Mitos en torno a la vacuna contra el covid-19 Seminario de Video, Comunicación Social y Periodismo En este segundo capítulo de la segunda temporada del Informativo 15/30, te contamos cómo el baloncesto nacional está haciendo historia, abolimos algunos mitos en torno a la vacuna contra el covid-19, te contamos los testimonios de mujeres colombianas que son sinónimo de empoderamiento y superación. Además, te damos detalles de cómo será la exhibición de Harry Potter que lanzará Warner Brothers, en alianza con Imagine Exhibitions, en 2022; y te informamos sobre cómo va la primera temporada del año, del fenómeno de la niña, en Colombia. Ver también: Compartir
- Premios Escaleta Fest | unisabanamedios
2023 Premio ficción: mejor sonido y mejor guion Sin Sentido Después del fallecimiento de su pareja, Jaime descubre que sus Polaroids pueden transportarlo a los momentos preciados que pasó con ella. María Camila Hoyos, Nicolás O. Segura, Iván Camilo Ariza, Mariana Lucena, Santiago Olaya, Gabriela Quintero, Alejandro García y Juan Gutii, Comunicación Audiovisual y Multimedios Premio documental: mejor fotografía La Porfía: Tierra Maldita Documental sobre el llano rural y una historia paranormal. Miguelangel Randazzo, Daniel Esteban Medina, Lina María Ruiz, Sofía Mosquera, Sergio Ávila y Maria Paula Rodríguez, Comunicación Audiovisual y Multimedios Premio documental: mejor sonido El Rugido del Ruiz Todos han contado la historia del Nevado del Ruiz, ahora es momento de que el Nevado cuente su historia. María Paz Sierra, Nicolás Segura, María Camila Hoyos, Natalia Arciniegas, Juan David Guevara, Ivan Ariza y Valeria Franco, Comunicación Audiovisual y Multimedios
- La Juana
La Juana Mateo Camargo, Debbie Gámez, Daniela Morales y Valentina Gutiérrez. Comunicación Social y Periodismo Amenazados por enfermedades y contaminación, este es el día a día que enfrentan los habitantes del barrio vecino al mayor botadero de basura de Bogotá. Ver también: Sumergidos en desechos Compartir
- Laura Sofía Matiz
Bogotá, Colombia | Periodista Laura Sofía Matiz Por Mateo Bonilla Moreno, Katherin Rincón Pulido, Ana Sofía Ñustes Heredia y Santiago Velásquez. Bogotá, Colombia | Periodista Lea también: Fabiana Cambricoli Compartir Fotografía por Santiago Velásquez. Es comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana. Su enfoque profesional está ligado con la lucha contra la desinformación en el campo político, la regulación de las redes sociales y la libertad de expresión. Trabaja para el medio La Silla Vacía. Su trabajo más reciente aborda la creación de campañas políticas a través de Telegram para influenciar el debate en las elecciones en Colombia de 2020; dicha investigación fue realizada en conjunto con Mala Espina, Animal Político y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP). Nos contó: Sobre la verificación y la oferta de contenidos... • Existe una dificultad al decir qué es verdad o qué es mentira. Las personas sienten un poco de recelo porque creen que los fact-checkers son los dueños de la información cuando no es así. Es un periodismo que simplemente, a través de datos, busca certificar que algo es cierto o no, pero en general ha tenido muy buena acogida y la mayoría de medios están tratando de tener secciones de fact-checking e incluso se han creado muchos medios que solo se dedican a eso. Fotografía por Santiago Velásquez. Sobre los mecanismos que pueden tener las audiencias para mitigar la desinformación… • Es clave la concientización sobre cómo consumimos la información y cómo buscamos las fuentes. Un ejemplo podría ser una simple búsqueda en Google. Si me envían algo en una cadena de WhatsApp o vi algo en redes, simplemente con buscarlo en Google y verificar si viene de fuentes confiables o medios han publicado la información, da un indicio de que puede ser real. Ser pausados en compartir la información y no creer lo primero que nos dicen o lo que nos mandan es fundamental. • Siempre tratar de ir a las fuentes fidedignas en el asunto que estamos buscando . Si estoy buscando una información política o nacional en Colombia puedo ir a El Tiempo o a El Espectador, pero si estoy buscando algo relacionado con una mentira puedo ir a un medio de fact-checking especializado que pueda tener respuestas sobre el tema en específico. Sobre estrategias mediáticas contra las mentiras... • Nosotros en La Silla Vacía tenemos una sección dedicada al fact-checking que se llama El Detector de Mentiras. Lo lanzamos en 2016 cuando hubo un auge de desinformación y posverdad. Estamos tratando de llegar a las vías donde la gente se informa, en este caso: las redes sociales, los podcasts y las cadenas. Sin embargo, somos conscientes de que mucha gente consume medios que no son del todo certeros y, en todo caso, les creen. Ahí está en nosotros la tarea de darles mejores argumentos, más contexto, más información e intentar llegar mucho más rápido para que consuman información verdadera y no otra que pueda estar parcializada o pueda ser falsa. Cuenteros de Iberoamérica
- La odisea de mantener el motor en marcha
El mundo del automovilismo colombiano sigue marchando a pesar de la pandemia. Muchos pilotos jóvenes buscan llegar a la cima y convertirse en estrellas como Juan Pablo Montoya, Juan Pablo Clopatofski, Tatiana Calderón o Nicolás Bedoya; mientras que directivos, mecánicos y patrocinadores hacen todos los esfuerzos para evitar que el motor se apague. ¿Cómo lo están haciendo? La odisea de mantener el motor en marcha Nicolás Andrés Camacho González El mundo del automovilismo colombiano sigue marchando a pesar de la pandemia. Muchos pilotos jóvenes buscan llegar a la cima y convertirse en estrellas como Juan Pablo Montoya, Juan Pablo Clopatofski, Tatiana Calderón o Nicolás Bedoya; mientras que directivos, mecánicos y patrocinadores hacen todos los esfuerzos para evitar que el motor se apague. ¿Cómo lo están haciendo? Disponible en Pulzo Nicolás Andrés Camacho González Autódromo José Carlos Pace, mejor conocido como Interlagos. Gran Premio de Brasil, año 2001. El público se encontraba expectante bajo el sol de Sao Paulo, pues ya faltaba poco para el inicio de una carrera más de la Fórmula 1. Michael Schumacher tenía la pole seguido por su hermano Ralf; en tercer lugar arrancaba el finlandés Mika Hakkinen y finalmente el colombiano Juan Pablo Montoya ocupaba la cuarta plaza y estaba listo para adelantar. En la primera vuelta de la carrera tuvo que salir el coche de seguridad pues el McLaren de Hakkinen no arrancó en la largada. Gracias a esto, Ralf Schumacher perdió su posición contra el británico David Coulthard de la escudería McLaren y contra Montoya de la Williams. El colombiano logró así el segundo lugar. Completada la primer vuelta, el coche de seguridad empezó a agrupar a los pilotos para que minutos después se diera la relanzada. Schumacher encabezó el pelotón en la recta pero Montoya se le acercó por el interior para rebasarlo. Rueda con rueda, el Ferrari del alemán tuvo que ceder ante la presión del Williams pues la línea de conducción la tenía Juan Pablo. El estallido del público no se hizo esperar pues un latino, en su segundo año en la categoría, estaba rebasando a un campeón del mundo con una maniobra maravillosa. Y para recalcar lo apoteósico de este momento, solo basta con escuchar a los comentaristas colombianos, que con la emoción e intensidad que se les distingue, le dieron una narración única a uno de los momentos más recordados del colombiano en la máxima categoría del automovilismo mundial. Los fanáticos del automovilismo en Colombia deben de recordar la época entre 2001 y 2006 como la mejor de la historia para el país, debido a las grandes actuaciones que dejó el bogotano en la Fórmula 1. Durante su debut, prometió que llegaría a ganar y estar entre los mejores. Esa promesa se cumplió con creces, pues Montoya se hizo de 7 victorias, 30 podios y 13 poles en sus 6 años de estadía en la categoría. Sin duda alguna, él marcó el punto de referencia para muchos pilotos, pues con sus actuaciones puso el nombre de Colombia en el panorama mundial, mostrándole a la gente que hay grandes pilotos criollos con ganas de comerse el mundo y en espera de una oportunidad. Actualmente Juan Pablo Montoya sigue activo en el automovilismo. Después de la Fórmula 1 su leyenda continuó por la NASCAR, la IndyCar, el Mundial de Resistencia y las 24 horas de Le Mans. En el camino, logró coronarse campeón de las 500 millas de Indianápolis por segunda vez en su carrera. Este 2021, Montoya sigue llevando el nombre del país en el exterior con sus participaciones en el Mundial de Resistencia, la IndyCar y las 500 millas de Indianápolis. Además de ser el principal promotor de su hijo, Sebastián Montoya, quien compite en la Fórmula 4. Muchos se preguntan hoy si la era de Montoya es una cosa del pasado, una época de gloria que no va a volver. La pandemia agudizó el problema. ¿Qué posibilidades tenemos de volver a tener un colombiano exitoso en la máxima categoría del automovilismo mundial? Una largada sin competencia A finales de 2019 el mundo se vio azotado por una pandemia que provocó el encierro de las personas en todos los continentes. Por esto, los países tuvieron que cancelar una gran variedad de eventos, entre ellos los deportivos. El 12 de marzo del año 2020, el Ministerio del Deporte de Colombia publicó un decreto ordenando suspender la organización y realización de todos los eventos deportivos en territorio nacional. Obviamente la actividad automovilística frenó en seco: los motores de muchos pilotos se apagaron, poniendo en una situación compleja a muchos de los equipos, conductores e incluso a la misma Federación Colombiana de Automovilismo (Fedeautos). Lo primero en lista fue posponer todos los eventos deportivos que estaban en calendario, pues el repentino aislamiento y el desconocimiento que se tenían del virus hizo que lo mejor fuera parar todo y mantener a las personas en sus casas. Otro punto importante, y que se mantiene hoy, es el cierre de la sede física de Fedeautos. Santiago Echavarría, presidente de la Federación, explicó que fue necesario hacer recortes en los costos para ajustarse a la nueva realidad. “Lo primero fue cerrar la sede física pues no era necesario gastar tanto en arriendo, servicios públicos, entre otras cosas. Producto de esto, comenzamos a trabajar totalmente virtual, cosa que se nos complicó un poco. Sin embargo, ya estamos conectados y funcionando”, explicó el dirigente deportivo. Los sueldos dentro de la entidad también fueron un problema pues no se estaba generando ningún ingreso. El automovilismo no es un deporte de bajo costo, así que es muy difícil mantenerlo. No obstante, Santiago afirmó que el Ministerio les fue de gran ayuda al facilitar un apoyo para mantener la nómina. Todos en neutro El automovilismo tuvo que apagar sus motores pero los pilotos siguieron buscando la manera de mantenerse en forma y listos para competir. Fedeautos, en asociación con algunos organizadores de eSports, programaron torneos en diversas categorías del automovilismo con el objetivo de mantener activos a los pilotos. Nicolás Bedoya, piloto campeón de Rally y el primer colombiano en participar en el mundial de esta categoría, explicó que “tuvimos la oportunidad de participar en algunos campeonatos de eSports para poder entrenar y no dejar de lado el deporte en el encierro. Además, pudimos lograr algunos contratos para generar ingresos, no los mismos que en una competencia física, pero algo se sacó”. Volver a prender motores Algunos meses tuvieron que pasar para que el automovilismo retornara a una relativa normalidad. No fue hasta el 16 de septiembre que la Federación recibió la aprobación por parte del Ministerio del Deporte. En el comunicado de Fedeautos se anunció la reapertura de la competición cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad establecidos por las autoridades. Retornar a una relativa normalidad fue más difícil de lo pensado: los pilotos y equipos podían correr, pero a puerta cerrada y sin público, porque así lo exigía la reglamentación. La competencia se retomó con el reto de realizar un campeonato express en 4 meses. Lo que no pudieron hacer en todo el año lo tuvieron que comprimir. Esto se logró con éxito siendo una prueba definitiva de que se puede competir y que en Colombia el deporte está listo para seguir. Con este precedente, Fedeautos organizó un calendario en el que tuvieron lugar 14 eventos entre octubre y diciembre. Inició con el Campeonato Nacional Todo Terreno y culminó con el festival Navideño de Automovilismo. Se destacó, previo a este evento, Las 6 Horas de Bogotá como la carrera culmen de un año bastante atípico. En el 2021, se planea tener una temporada regular con muchos eventos. Santiago Echavarría, presidente de Fedeautos, comentó que “iniciamos con un cumplimiento de los protocolos estricto, sin público y solo con el aforo necesario. De momento no se ha pensado en incluir asistentes a los eventos por la dificultad que está pasando nuestro país, y nosotros no podemos ser partícipes de estos espacios de transmisión del virus”. La temporada ya ha comenzado y su primer evento fue el Rally de la Ruana el 13 de marzo. Esta competencia incluyó varios municipios de Boyacá en un recorrido de 250 kilómetros que reunió tanto a profesionales como a aficionados. Con este evento y los 54 más agendados para este año dentro de los 10 campeonatos diferentes que organiza Fedeautos, el automovilismo colombiano busca mantenerse, crecer como competencia y generar esa cultura sobre un deporte que no es tan popular en el país. ¿Tendremos un nuevo Juan Pablo Montoya? Hoy muchos se preguntan si el automovilismo tiene futuro en el país. La pandemia le asestó, como a muchas otras actividades, un golpe duro a este sector. A pesar de lo que se puede pensar, convertirse en piloto profesional es una tarea ardua, pero no imposible. Montarse en un auto de competición y aprender a manejarlo no es difícil. Ni siquiera es cuestión de edad, ya que cualquiera con ganas de aprender y algo de dinero puede hacerlo. De esto se encargan las diferentes escuelas que hay en el país, pues abren las puertas a los colombianos que quieran conocer de cerca la competición y darse cuenta de que no es una experiencia imposible. Por ejemplo, Juan Pablo Clopatofski, piloto colombiano con una vasta experiencia en los vehículos de competición, ha participado en la formación de muchos pilotos: “En 2020, trabajamos con 7 escuelas full de estudiantes. Esta es una cifra que superó nuestras expectativas debido a la situación de pandemia. Sin embargo, seguimos trabajando con los protocolos de bioseguridad, limpiando los vehículos y abriendo las puertas a la gente que quiere aprender”. Incluso Fedeautos y el Autódromo de Tocancipá promueven este espacio para que la gente se acerque con su mismo vehículo personal y participe en diversas competiciones. Sin embargo, una cosa es competir ocasionalmente y otra totalmente distinta es dedicarse a esto de lleno. Para nadie es un secreto que el automovilismo es un deporte exclusivo pues el mantenimiento del vehículo, los neumáticos, las inscripciones y otros gastos, no son baratos. Este deporte es de patrocinadores y de talento; en gran medida, solo acceden aquellas personas que logran conseguir o tienen el dinero. Poniendo un ejemplo, cuenta Nicolás Bedoya que un año en la Indy Car cuesta entre 2 millones y 3 millones de dólares. Para Bedoya, la mezcla ideal es 30% de talento y 70% de dinero. Y recuerda la situación que vivió Juan Pablo Montoya: “Montoya tuvo que pagar su asiento en la Fórmula 3000. No fue hasta el segundo año que a raíz de sus resultados, se convirtió en un piloto de pago”. Cabe recordar que el propio piloto recuerda que su padre tuvo que hipotecar la casa para poder pagar los gastos de sus inicios en este deporte. Por su parte Juan Pablo Clopatofski destacó la dificultad que tienen los colombianos para dedicarse al automovilismo. “Juan Pablo abrió un camino. Yo he tenido la oportunidad de hablar y de correr con él. Y lo que él hace tras un volante es realmente impresionante. Por las épocas de la Indy, yo lo estaba acompañando cuando se corrían las 500 millas y justo él terminaba su turno en el coche, dejando entre los primeros lugares al equipo, para darle paso a los otros. Se baja entonces y me dice: ‘en media hora me va a estar llamando Chip Ganassi (dueño del equipo) para que vuelva a correr. Yo corro y mis compañeros manejan, pero una cosa es manejar y otra es correr’”. Es difícil encontrar otro piloto como Montoya actualmente. Sin embargo, él abrió las puertas y es labor de los siguientes pilotos aprovecharlas para alcanzar lo que él hizo hasta llegar a superarlo. Las épocas actuales y venideras exigen que los pilotos sean jóvenes, rápidos y precisos. Por ejemplo, Max Verstappen, a los 17 años ya era piloto de Fórmula 1. Ahora el promedio para llegar a categorías de alto rendimiento como la F1 es de 20 años máximo, cosa que está colocando presión en muchos pilotos jóvenes pues si la oportunidad llega y no se aprovecha, se puede dar por perdida. Actualmente Colombia cuenta con entre 14 y 16 pilotos corriendo en el exterior. Entre ellos se encuentran nombres como Sebastián Montoya (hijo de Juan Pablo) y Nicolás Baptiste en la Fórmula 4 europea; también está Lucas Medina, quien compite en la Fórmula 4 NACAM y que ya ha podido llevarse dos victorias en su debut de la categoría. Aunque es un deporte de mucho dinero, como ya se ha evidenciado, desde el país existe un respaldo a estos deportistas jóvenes por parte de Fedeautos y el Ministerio del Deporte. Santiago Echavarría, presidente de la Federación, resalta el gran apoyo que el ministro Ernesto Lucena le ha brindado tanto a la federación como al deporte en el país. Actualmente el gobierno tiene un programa en el que se apoya la carrera de estos deportistas jóvenes con el dinero que necesitan para llevar a cabo su proyecto. “Esto es un trabajo conjunto entre el Ministerio y Fedeautos pues nosotros localizamos a los pilotos según su palmarés. Ya con ellos en lista, deben enviar su hoja de vida en la que tengan muchos logros para soportar su convocatoria a estas ayudas; además deben mandar un proyecto escrito en el que muestren paso a paso qué van a hacer, dónde van a competir y cuánto dinero se requiere para lograrlo. Finalmente, el Ministerio escoge a quiénes patrocina basado en todo este filtro”, explicó Santiago. ¿Hay esperanza de ser un piloto profesional en Colombia? Ya está claro que en el país cualquiera puede acercarse al mundo de la competición incluso con su vehículo personal. Sin embargo, ¿es posible llegar a ser un piloto de renombre a nivel internacional? El camino es difícil pero la recompensa es grande, y para Clopatofski si el objetivo es llegar a lo más alto hay que dedicarse a fondo desde el primer momento. “Hay que dedicarse a esto como si fuera una carrera universitaria, tomarlo como una decisión profesional y meterse de lleno con disciplina y entrenamiento”, comenta La puerta está allí y hay colombianos que la han cruzado. Entre ellos está Montoya, quien la abrió; Tatiana Calderón, una piloto de renombre que ha sabido aprovechar cada oportunidad que se le ha dado; Nicolás Bedoya, quien fue el primer colombiano en participar en la WRC (Campeonato Mundial de Rally); y finalmente los jóvenes como Sebastián o Lucas que recién comienzan su carrera y demuestran que no es imposible. Sin embargo, hay que reconocer que las oportunidades dentro del país son algo limitadas y esto podría ser una barrera para dedicarse al automovilismo. Para Bedoya, esto es así pues a diferencia de otros países donde se promociona el karting fuertemente desde pequeños, en Colombia no es tan común esto por la cultura que se tiene alrededor del deporte. Clopatofski tiene otra perspectiva: “Nacimos con menos oportunidades de iniciar pero con más oportunidades de brillar. Es cierto que el camino es difícil, pero cuando se logra destacar, brillar, será inevitable aún donde muy pocos han logrado hacerlo”. ¿Y qué pasa con la cultura del automovilismo en Colombia? En Colombia es pan de cada día hablar de ciclismo y las victorias de Egan Bernal o Nairo Quintana. También lo común es hablar de fútbol y los goles de James Rodríguez, Falcao, o de la victoria de Santa Fe o Millonarios. ¿Por qué no se habla mucho de la victoria de Juan Pablo Clopatofski en las 6 horas de Bogotá, la victoria de Nicolás Bedoya en el Rally de la Ruana o las victorias de Lucas Medina en la Fórmula 4? Para Fedeautos la estrategia es clara: llevar el automovilismo a los más jóvenes desde los diferentes colegios y universidades en programas como ‘Federación Colombiana de Motores Universitarios’, donde se hacen diversas competiciones y se les abre la puerta a muchos estudiantes de conocer el deporte de primera mano. Junto con esto, la creación de los primeros Juegos Nacionales de Deportes a Motor es algo que motiva a la entidad para promover el automovilismo en el país creando ese mayor interés y cultura en la gente. Nicolás Bedoya tiene el diagnóstico claro y considera que “lo primero es la difusión. Que los medios de comunicación tomen un papel más activo e inviten a las personas a que vean y se interesen más por el deporte. Y para esto también que haya una mayor inversión para que los pilotos tengan una mejor preparación y el espectáculo en las carreras esté garantizado”. Juan Pablo Clopatofski concluye también que a la gente sí le hace falta la pasión por el automovilismo y una cultura por los autos. “La gente necesita involucrarse cada vez más con el automovilismo, con las marcas de carros, con la competición... Sin embargo, para esto hace falta también un mayor espectáculo en las carreras”. Colombia tiene historia con el automovilismo desde hace 80 años. Sin embargo, con una lenta progresión, muy pocos han sabido codearse entre los campeones, haciendo que en el país no haya tanta atracción respecto a este deporte. Pero esto no marca la pauta pues muchos pilotos colombianos llegan a cada carrera queriendo dar lo mejor de ellos y convertirse en campeones. Es por esto y más que Colombia no puede hacerse a un lado y botar las llaves. El país es el único que puede mantener encendido el motor para que tanto jóvenes como veteranos puedan conducirlo a través del mundo y seguir demostrando que todavía hay aceite para sacar campeones.
.png)













