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- Ni sombreros, ni gabardinas
Ni sombreros, ni gabardinas María Camila Rozo Cortazár, Comunicación Social y Periodismo Fecha: La vida detrás de la invisibilidad de un investigador. Lea también: El encargado de seguridad de La Catedral, la cárcel de la que huyó Escobar Compartir Foto: Foto de: María Camila Rozo Cortázar *Los nombres de los protagonistas fueron cambiados para proteger su privacidad. “Cuando la gente piensa en nosotros, muchas veces piensa en esa persona de gabardina de cuello alto, sombrero al estilo Sherlock Holmes, pipa y lupa. Esa es la imagen que nos han vendido en caricaturas, pero en realidad no somos así”, dijo Andrés Felipe Delgado Ruiz un investigador privado de Colombia. Al recordar cómo fueron sus principios y cuál fue el suceso que lo llevó hacer su primera investigación, muchas carcajadas salen de su boca, de labios delgados. Andres Felipe tiene 28 años y comenzó en el mundo de los investigadores privados cuando tenía 23. “Tenía una novia que se llama *Ana, llevábamos un año y medio de relación, estaba muy enamorado y hasta ese momento, salvo las situaciones normales de discusión que se presentan en una relación, todo iba muy bien. Un día estábamos viendo películas en su casa y cuando *Ana se levantó al baño, su celular comenzó a vibrar. Siempre respeté mucho su privacidad, nunca fui de revisarle sus cosas, pero ante la insistencia del vibrato, fue inevitable mirar si era algo urgente” . El momento en el que recuerda lo que vio en el celular de su ex pareja, es el único, en el que la gran sonrisa que siempre lleva un su rostro desaparece. Al levantar el celular encontró varios mensajes, pero el que llamó su atención, fue el último que salía en su pantalla de BBM (Blackberry Messanger), de un contacto cuyo nombre era *Ernesto, en que decía “bebé no puedo creer que no me contestes, solo porque estás con él”. Eran varios los mensajes anteriores a ese último que había leído Andrés Felipe. Como eran tantos, Delgado no se acuerda de todos, pero lo que sí recuerda es el primero, “amor nos vamos a ver hoy” y último que fue el causante de que Delgado violara la regla de no revisarse los objetos personales, que tenía con su novia, “No me importó y lo abrí, sabía que hacerlo me podía traer problemas” . En la actualidad Delgado no puede revisar las pertenencias de alguien a quien siga, pues, hacer eso sin un permiso judicial, podría traerle problemas con la ley. “Un detective no puede cometer un delito para conseguir una prueba (…), siempre sus referentes para saber hasta dónde puede llegar, tienen que ser la Constitución, los Derechos Fundamentales y La Ley Penal”, dijo Iván Uribe abogado especializado en derecho penal de la Universidad del Externado, quien trabaja actualmente en la fiscalía. En el artículo 15 de la Constitución Política de Colombia, se habla de que todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar. “Tenemos derecho a la intimidad y eso incluye el celular, el computador y todas estas cosas”, afirmó Harold Santamaría ex Teniente Coronel, quién duró 23 años formando parte de la Policía Nacional de Colombia. En el momento en el que Delgado Ruíz miró los mensajes, sabía que algo más pasaba entre su novia y *Ernesto. “No quería simplemente decirle a Ana que me explicara lo sucedido, quería cogerla con ‘las manos en la masa’ ¿si es así el dicho verdad?” pregunta con grandes carcajadas. “Cuando Ana volvió al cuarto le dije que mi mejor amiga me había llamado llorando y que necesitaba hablar conmigo urgente, le pregunté si tenía algún problema con que fuera a su casa”. *Ana sabía que *María era una persona muy importante en la vida de Andrés, por lo que no encontró ningún problema. “Yo creo que ella nunca se imaginó que realmente el problema era mío y por culpa de ella”, dice Andrés Felipe, refiriéndose a *Ana. Delgado efectivamente salió de la casa de Ana, para encontrarse con la que hoy es su novia, con la que vive y tiene un hijo. Andrés le contó a *María todo lo que había pasado con *Ana. “No podía creer en ese momento lo que me contaba Andrés, desde afuera se veía una relación muy estable, se veían los dos muy enamorados. Le pregunté cuáles eran sus planes para saber si efectivamente lo estaba engañando o no. Pero para no alargar más la historia y, en resumen, Andrés tenía las peores ideas del mundo para descubrir a *Ana”, afirma *María mientras lo mira y se ríen juntos. “Fue en ese momento, en el que me dijo que la siguiéramos, me pareció una idea un poco de ‘película o telenovela mexicana’, pero, al no tener mejores ideas, acepté” , agregó Delgado Ruíz. Mientras Andrés Felipe se encuentra sentado en el sofá negro de su sala narrando lo ocurrido, toma un sorbo de café, baja el pocillo y sonríe al mismo tiempo que mira a su novia, haciendo entender por los gestos de picardía presentes en sus miradas, que la mejor parte de la historia está por venir. “Cuando llegamos al edificio en el que vivía *Ana, me dieron muchos nervios, le dije a Andrés que lo mejor era que nos devolviéramos a la casa, que sería horrible que ella se diera cuenta”. Delgado recuerda que cuando *María le dijo eso, lo único que pensó y le dijo fue “ya no hay vuelta atrás”. Ese mismo día, después de tres horas de estar sentados en el parque situado en frente al edificio, y una vez que Delgado había hablado con su novia acordando verse al día siguiente, llegó un carro a recoger a *Ana. Una vez la vieron, se subieron al carro de *María y comenzaron a seguir el vehículo en el que iban *Ana y la persona que la había recogido. El auto al que perseguían los condujo hasta el Bogotá Beer Company de la 116. “Los observamos durante un tiempo, se reían, hablaban y después de un rato se dieron un beso y él le puso su mano encima de la suya”, agregó Andrés Felipe. En ese momento Delgado tuvo toda la intención de salir corriendo a enfrentarla, se le había cumplido lo que el tanto había esperado ese día, los había ‘agarrado con las manos en la masa’, pero al final prefirió que no lo vieran, así que simplemente tomó una foto para tenerla como prueba. Los investigadores privados pueden tomar fotos en cualquier zona pública, por lo que en la actualidad es la forma más fácil de conseguir pruebas. “Tenemos derecho a la libre locomoción, o sea a movernos libremente y a estar donde queramos (…), en Colombia no es un delito tomarle fotos a nadie en la vía pública; por ende, si un investigador toma fotos en cualquier lugar donde no invada la privacidad de nadie y éstas sirven como prueba en caso de ser necesarias y de no haber violado ninguna ley” , dice el ex policía Santamaría Después de descubrir la infidelidad de su pareja, Delgado terminó su relación con *Ana. “Hoy agradezco que las cosas se hayan presentado de esa forma, porque no solo descubrí a lo que me quería dedicar, sino que ahora estoy con la persona que más feliz me hace, esa que me dio el mejor regalo de mi vida, mi hijo”, dice Delgado, mirando a novia y a su hijo que está sentado en el piso jugando con un carro de goma rojo, mientras en sus ojos cafés oscuros se evidencia un brillo que aparece cada vez que se refiere a su familia. “Mi primer trabajo y el que terminó de confirmarme que debía dedicarme a esto, fue uno que le hice a un señor que vive aquí”. Delgado vive en un conjunto de casas. La suya es la número 68, justo al lado de la de sus papás. El señor al que le hizo su primer servicio de espionaje, del que prefiere no decir su nombre, por ética profesional, fue ‘la cereza que le faltaba a su helado’, como él mismo lo afirma. “Un día estaba en la tienda y él llegó, yo estaba con unos amigos tomándome una cerveza y lo vi salir con cinco en la mano, una se la tomó y las otras cuatro no las dio”. A Delgado Ruiz esto le pareció extraño, pues según narra, lo había visto en el conjunto, pero nunca había hablado con él. “Luego de regalarnos la cerveza, comenzó a hablarnos, después de un rato, nos confesó que su mujer le estaba siendo infiel, pero que no tenía pruebas para pelearle. Me sentí identificado, porque, aunque *Ana no era mi esposa, hacía más o menos cuatro meses, me había pasado lo mismo”. Sin pensarlo mucho, Delgado le ofreció seguir a su esposa, con el trato de que, si conseguía pruebas, le pagaba una suma de dinero que acordarían en ese momento. El señor aceptó. El lunes siguiente, Delgado no fue a la universidad del Bosque, donde estudiaba ingeniería ambiental, por perseguir a la señora, pero esa tarde no consiguió nada. “Confieso que ese día, dudé de mi trabajo porque la primera vez que lo hice, fue emocionante de alguna manera. A pesar de las circunstancias, obtuve un resultado y comprobé lo que quería, en cambio esa vez no, sentí que había perdido el tiempo buscando pruebas que no iba a encontrar”. Animado por pensar en la plata que se ganaría si encontraba pruebas, decidió aprovechar el viernes, ya que no tenía clase. “Ese día encontré las pruebas que necesitaba, tomé unas fotos y pude irme sin que me descubrieran , sentí la misma adrenalina que la primera vez, me gustaba sentirla. Le entregué las fotografías y me pagó cien mil pesos por ellas”. Hoy en día, Delgado cobra ciento cincuenta mil pesos por día. Trabaja como independiente y tiene tres amigos, que cada vez que necesita, les pide ayuda para hacer algún trabajo. “Tengo una empresa de artes gráficas, soy el dueño y siendo mi propio jefe puedo manejar mi tiempo, cada vez que Andrés me necesita, me llama y, si puedo, lo ayudo y me da la mitad de lo que gane por ese caso”, dijo Gabriel Guevara, dueño de GRG comunicadores SAS. “He vivido todo el proceso de Andrés para convertirse en investigador, ha hecho cursos de fotografía, de lectura corporal en las personas, conoce a cerca de leyes y lee muchos artículos judiciales”, dice *María. Para realizar su trabajo, tiene algunas herramientas, todas las tiene puestas en un mueble de madera junto con una foto de su familia, en su estudio al lado de la mesa en la que tiene su computador y una libreta verde en la que apunta datos importantes de sus investigaciones. Las que más utiliza son, un esfero y unas gafas con cámara, dos cámaras fotográficas, una profesional, de esa tiene tres lentes diferentes, y la otra, una digital pequeña. “Mis clientes llegan por recomendación de otros, normalmente las señoras a las que les ayudo a conseguir pruebas de sus esposos infieles, me recomiendan a sus amigas” , dice Delgado. Los casos que más le llegan, son infidelidades. “Me ha pasado que parejas de esposos me contratan por separado, sin ellos saberlo, para que los siga. También he tenido oportunidades en las que no he encontrado pruebas y como cuatro veces se han dado cuenta que los sigo, una de ellas me tocó correr porque el señor con el que estaba la esposa de mi cliente, me comenzó a seguir”. En Colombia, las pruebas aportadas por un detective sirven como prueba para probar infidelidad, mientras estás no sean conseguidas habiendo incurrido a un delito. “Para el tema de infidelidad estamos hablando de un tema civil porque en Colombia ser infiel no es un delito, entones al no serlo, un fiscal no lo va a conocer, pero sí lo va a conocer un juez civil y esas pruebas van a tener relevancia, en la medida en que se lleven a juicio, sean adquiridas de forma legal y no sean controvertidas por la contraparte”, afirma el abogado Uribe. Existen en Colombia policías judiciales, que se encargan de investigar casos de criminalística y que tienen funciones de protección a la comunidad, por esta razón se les llama policías. Adicionalmente hay personas que se dedican a la investigación privada, estos pueden ser gente del común, que no necesitan ningún tipo de licencia y que pueden trabajar encontrando pruebas para lo que son contratados , mientras infrinjan la ley, por esta razón, es muy importante que las personas que se dediquen a realizar esta labor, conozcan muy bien la Constitución de Colombia, el Código de Policía Nacional y los Derechos Fundamentales que tenemos todos en Colombia. Andrés cobra su trabajo un poco más económico que algunas agencias en Colombia, pues trabaja de forma independiente. Las agencias, en su mayoría trabajan a partir de los doscientos mil pesos por día. Y aunque su trabajo consista en lograr conseguir resultados siendo invisible, su novia espera despertarse el resto de su vida y verlo al lado suyo.
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¿Cómo es vivir en China? María Lucía Castañeda Ballen, Comunicación Social y Periodismo Una familia colombiana cuenta sus anécdotas después de un año viviendo en el país asiático por cuestiones laborales. Ver también: El averno chino Compartir
- Carlos Fernando Galán, por el centro
Carlos Fernando Galán, por el centro Nicolás Sebastián Villamizar, Comunicación Social y Periodismo Fecha: El exsenador da su opinión sobre la crisis en Venezuela y la actualidad del periodismo. De la misma manera, expone su visión de Bogotá y de lo que quiere hacer con ella. Lea también: Unisabana Ágora - Danny Ramírez: 'Hacer posible lo imposible' Compartir Foto: Foto: Campaña de Carlos Fernando Galán Con las expectativas de millones de colombianos que conlleva su apellido, Carlos Fernando Galán es un hombre con potencial de liderazgo en Colombia. Ya ha sido concejal de Bogotá y, también, estuvo un periodo en el Senado de la República. Fue elegido para un segundo periodo en el Congreso, pero renunció a Cambio Radical, partido al que pertenecía y, en consecuencia, a su curul. A pesar de esta renuncia, en ningún momento ha dejado de estar presente en el panorama político nacional, tiene opiniones sobre la JEP, la crisis venezolana, el futuro de Bogotá y el renacer del Nuevo Liberalismo. Galán ha trabajado más de diez años en política en y asegura que la ciudad ha avanzado en varios aspectos, mientras que en otros se ha quedado retrasada. Para él la capital tiene un gran potencial y quiere trabajar para desarrollarlo. “Esta tiene que ser una ciudad que piense en el ciudadano. Que piense en cómo garantizamos los derechos de los ciudadanos y generamos un espacio donde estos puedan disfrutar la ciudad”, afirma Galán. Para el exsenador, en Bogotá debe haber acceso a la cultura, a la educación, debe ser una ciudad segura en la que se protejan de la misma manera sus bienes ambientales como los cerros orientales y la reserva Van der Hammen. Galán considera que la capital debe tener un sistema de transporte público de amplio cubrimiento, el cual sea una alternativa real para los usuarios de moto y vehículos. “Va a haber un sistema de amplio cubrimiento, seguro, rápido, que garantice ese derecho a la movilidad”. Él piensa que se debe avanzar con el metro como está, ya que la actual administración ha avanzado como nunca antes se había podido. “Ya está la empresa Metro creada. Ya el gobierno nacional garantizó los recursos. Se aprobaron las vigencias futuras del Distrito y de la Nación. Los estudios ya se encuentran en etapa de factibilidad. Ya hay seis firmas precalificadas para participar. Volver a discutir la primera línea del metro subterránea atrasaría varios años el proyecto” considera. Para Galán es clave encontrar maneras para complementar el metro y a otros proyectos. Según él, Bogotá necesita un sistema multimodal del cual hace parte el metro. La reducción de embarazos adolescentes es uno de los temas en los que Galán considera que la administración de Peñalosa tuvo un acierto. “Es un tema que puede sonar menor para algunos, pero realmente es muy profundo. Este logro le cambia la vida a mucha gente”, afirma. También resalta un avance en la construcción de infraestructura educativa pues ya han entregado cinco colegios nuevos y están en proyección otros 12. No toda su opinión sobre la actual administración es positiva, Galán cree que Peñalosa ha fallado en la forma en que se comunica pues no solo lo hace de manera errónea sino que también hay una falta de diálogo y “eso es un error porque las propuestas para que sean legítimas y para que se mejoren deben ser dialogadas y construidas con la gente”. Para mejorar la movilidad en la ciudad, él considera que se requiere cultura ciudadana, infraestructura, gestión del tráfico para que las intersecciones funcionen mejor así como la semaforización. También piensa que se debe promover el uso de modos alternativos de movilidad como la bicicleta, mucho más de lo que se ha venido haciendo en los últimos 20 años. De la misma manera, cree que se debe repensar en el POT (Plan de Ordenamiento Territorial) como funciona la ciudad. Galán busca una ciudad en la que las personas se tengan que desplazar menos, “hay que pensar en el largo plazo y decir ¿cómo logramos que en Bogotá los ciudadanos para acceder al trabajo, para acceder a la educación, a la cultura, a la recreación, al comercio y demás tengan que desplazarse menos?”. Plantea que una solución debe tener elementos de corto, mediano y largo plazo. También analiza que uno de los problemas que ha tenido Bogotá en el último tiempo es que se avanza en un tema y luego se frena y así sucesivamente. Es por esto que cree que se tiene que dar continuidad pero pensando en el las futuras generaciones. Según Galán, el problema de seguridad, que aquejan los usuarios de bicicletas, requiere una política más efectiva desde el ámbito policial, una mejor iluminación, un esfuerzo mucho mayor para desarticular las bandas que se dedican al hurto de bicicletas y mayor cultura ciudadana, pues un agravante es la existencia de un mercado activo de partes robadas. Puntualiza que es igualmente importante la creación de corredores más transitados ya que “entre mayor tráfico de bicicletas haya en esos corredores es menos probable que actúen las bandas criminales”. Sobre el tema ambiental, Galán manifiesta que hay que proteger los elementos fundamentales de la estructura que tiene Bogotá como los cerros, los ríos, los cuales toca recuperar, los humedales y hacer realidad el concepto de la reserva Van der Hammen. Igualmente, siente necesario que la capital posea un transporte que contamine mucho menos, no solamente por la parte pública sino también el transporte de carga e individual. Otro punto clave es arborizar más la ciudad, asegura Galán, pues tiene una muy buena arborización en algunas zonas, pero demasiada precaria en otras. La otra razón por la que lanzó la candidatura por firmas fue su renuncia al partido Cambio Radical el año pasado, la cual también le costó su puesto en el Senado. Esta diferencia con el partido viene de un tiempo atrás cuando algunos miembros de Cambio Radical apoyaron candidatos que tenían cuestionamientos, hace ya casi ocho años y nuevamente en el 2015. Galán consideraba que estas discusiones eran sanas pues es importante que no solo se cuestione a personas de otros partidos sino también internamente. Ya en el 2018, después de que el partido apoyara en los años anteriores los acuerdos de paz, el Sí en el plebiscito, en el momento cuando pasa la primera vuelta presidencial, el grueso de Cambio Radical se reunió y decidió acercarse al actual presidente, Iván Duque, para la segunda vuelta. Esto, él lo considero incoherente con lo que se venía haciendo en los últimos cuatro años y en consecuencia le parecía un error seguir en el partido, pues no representaba sus ideas. Con respecto a Venezuela, Galán considera que el papel de Colombia ante la crisis que vive el país vecino es el de ser líder diplomático para promover el cambio, lo cual no es fácil, lleva tiempo y requiere de esfuerzos adicionales a los ya realizados. “Al ser el país más afectado por la crisis venezolana, y que podría ser más afectado por un desenlace trágico, Colombia debe ser muy enérgico y proactivo en buscar una solución siempre en el marco institucional e internacional, y nunca abriendo la puerta a una intervención militar” , propone Galán. Cree que la manera en que el gobierno actual ha manejado la crisis venezolana y sus afectaciones en el país ha sido correcto, pero considera que algunas decisiones han parecido improvisadas como todo el tema de la ayuda humanitaria en la frontera. “Tenían, seguramente, una buena intención, pero la improvisación llevó a que no se cumpliera la meta que se tenía”. Plantea que es necesario combinar esa presión en el marco institucional con un plan claro y bien planteado. Afirma que la única solución es una transición a la democracia, según él, inexistente en Venezuela actualmente. Hay que buscar una salida no violenta del régimen de Maduro, que garantice que en ese país no haya un derramamiento de sangre. Hay que buscar eso con herramientas internacionales y diplomáticas. Señala que Colombia ya ha hecho y está haciendo mucho a favor de los inmigrantes que salen de Venezuela. Para él, es necesario que estas personas sean bien recibidas, así esto genere un reto para las instituciones y la economía nacional. Declara que Colombia debe ser solidario con la situación venezolana, de la misma manera como Venezuela fue considerada con la migración colombiana a su territorio en décadas anteriores cuando en nuestro país se vivía una crisis económica. Menciona que se debe apelar a instancias internacionales de apoyo debido a la rapidez y cantidad de la inmigración venezolana. “Si no enfrentamos entre todos esta crisis, nos va a afectar a todos”.
- Gastronomía Colombiana, una deuda nacional
Los cocineros en Colombia se han dado a la tarea de crear nuevas preparaciones con ingredientes autóctonos. Restaurantes como Mini-Mal y Salvo Patria en Bogotá usan desde ajíes frescos de la Amazonía, hasta variedades de maíz, frijoles, hortalizas y legumbres. Gastronomía Colombiana, una deuda nacional Cristian David Moreno Garzón Los cocineros en Colombia se han dado a la tarea de crear nuevas preparaciones con ingredientes autóctonos. Restaurantes como Mini-Mal y Salvo Patria en Bogotá usan desde ajíes frescos de la Amazonía, hasta variedades de maíz, frijoles, hortalizas y legumbres. Contenido completo Autor: Desde el tucupí y diferentes ajíes frescos de la Amazonía, pasando por pesca del día traída del Pacífico, hasta variedades de maíz, frijoles, hortalizas y legumbres; estos son los ingredientes que decidieron utilizar restaurantes como Mini-Mal y Salvo Patria en Bogotá. Ambos son impulsados con el deseo de fomentar el orgullo hacia los ingredientes colombianos, creando platillos de gran calidad con productos locales e intentando plasmar en un plato la diversidad del país. TripAdvisor es un directorio web, suministra reseñas de hoteles y restaurantes, allí los comensales califican los restaurantes a los que asisten y se organiza un ranking con los sitios más apetecidos por los usuarios. Todos aspiran llegar a la cima. Sin embargo, sorprende que en dicha lista solamente están presentes cuatro restaurantes con ingredientes autóctonos y de cocina típica en el top 15. Esto, sin duda, habla de la falta de identidad y amor de algunos colombianos por los productos locales. Aun cuando el país podría ser fácilmente comparado con el Jardín del Edén, un lugar donde todo fruto prospera y hay inmensa cantidad de alimentos, el público nacional ignora esto por completo y no sienten lo “criollo” como suyo. Alejandro, salve usted La Patria Alejandro Gutiérrez, dueño y chef de Salvo Patria, creció rodeado de plantas aromáticas e ingredientes típicos, siempre abrazado por el calor de los fogones y el hogar. Estudió siete semestres de Biología, pero abandonó la carrera, pues no era feliz. Decidió incursionar en el mundo gastronómico, hizo pasantías en un restaurante en el centro de Bogotá y se enamoró de la cocina. En 2013, se unió al proyecto de Salvo Patria (para ese entonces era un café) y quiso llevarlo a un nivel gourmet. En Bogotá nunca se ha querido hacer otro tipo de gastronomía, eso lo notó el chef Alejandro, quien afirmó: “la gastronomía internacional solo se origina en ciudades con un gran flujo de migrantes”. Debido a la violencia, droga, corrupción y otros oscuros fantasmas que han avergonzado a la sociedad colombiana, el gusto por la comida extranjera impactó el menú de los restaurantes de la capital, dejando atrás las raíces. “Los nórdicos trabajan con ingredientes nórdicos, los franceses con ingredientes franceses, los colombianos deberíamos estar haciendo lo mismo, es la lógica. Eso es lo que intentamos hacer en Salvo Patria”, dijo el chef Alejandro. Este restaurante ha emanado magia y tradición. En aquella esquina de Chapinero se buscaba que las personas tuvieran experiencias únicas y conocieran más acerca de los ingredientes de su país y la inmensa diversidad de los suelos colombianos: — Busco que la gente pueda comer bien. Es decir, comer con buenos ingredientes, hechos con cariño y bien preparados, en un ambiente relajado… sin tanta huevonada. — Expresa Alejandro Gutiérrez, un cocinero patriota. Minimalismo, sencillo pero contundente Eduardo Martínez, junto a su socio Manuel Romero, crearon la ONG Fundación Equilibrio. Mientras estaban desarrollando esa labor, ambos se percataron de la vital importancia que tenían los ingredientes locales para la cultura de Colombia; sin embargo, Bogotá se veía invadida por restaurantes con comidas de otros hemisferios, pero ninguno “abrazaba” a aquellos productos regionales. Gracias a esto nació Mini-Mal. Por medio de contactos que había hecho Eduardo y sus socios, gracias a la ONG, comenzaron a traer productos regionales para venderlos en la capital. Se percataron rápidamente de que vender estos ingredientes era una misión difícil, pues las personas no tenían conocimiento de cómo usarlos y en algunos casos, no sabían de su existencia. Ante esta situación, Eduardo Martínez, Manuel Romero, Ángela Martínez y Germán Martínez se aventuraron a abrir un restaurante en donde querían mostrar todos aquellos ingredientes poco conocidos para muchos. Su carta de presentación decía “cocina sorprendentemente colombiana” y sin duda lograron sorprender a sus clientes. Las frutas fueron el claro ejemplo de la biodiversidad de nuestros suelos. Mini-Mal lo notó y aprovechó la situación. Aquella casa en el barrio Chapinero se inundó con aromas frutales que se utilizaron en salsas y preparaciones: pesca del día con hogao de chontaduro y leche de coco, albóndigas de cordero en salsa de borojó, eran apenas unos ejemplos de aquella “ingeniería criolla” llevada a la cocina. Según comentó Antonuela Ariza, subjefe de cocina y jefe de eventos especiales en Mini-Mal, a los clientes les apasiona saber la historia que hay tras cada plato, desde la pesca directa de comunidades del Pacífico, hasta exóticas variedades de maíz cultivados en los Montes de María. También querían saber de aquellos ingredientes que fueron acariciados por las manos de compatriotas anónimos. Esto hizo que las personas se sintieran dueñas de su país. “No es que la biodiversidad esté por allá en la selva, la biodiversidad es mía y yo como colombiano tengo la labor de promoverla, protegerla y de disfrutarla”, dijo Antonuela. ¿El que no quiere a su patria no quiere a su madre? Ambos restaurantes luchan incansablemente por generar el orgullo que merecen nuestros ingredientes. Ante la gran variedad de materias primas que hay en el territorio colombiano se debe reconocer y aprovechar estos elementos para poder crear algo nuevo. Perú entiende esto a la perfección, por eso se posesionó como una de las mejores y más diversas gastronomías en el mundo. Mini-Mal y Salvo Patria buscan emular lo que hizo ese país para fomentar el orgullo y el uso creativo de nuestros alimentos nativos. Aunque en un principio a ambos restaurantes les resultaba difícil que los comensales probaran por primera vez la jaiba, el tucupí y otros ingredientes desconocidos, los chefs siguieron innovando y mostrándose optimistas. Al degustar y hacer uso de los ingredientes locales, las personas sintieron más amor por lo que se produce y cultiva en Colombia. “La gente cree que el salmón es una maravilla y es realmente una porquería (…) A mí no me hace sentido que uno esté trayendo un pescado de porquería desde Chile teniendo dos océanos para proveernos de nuestro propio pescado”, dijo el chef Alejandro Gutiérrez, con notable orgullo por los productos locales. Mini-Mal y Salvo Patria, al igual que muchos otros restaurantes que se percataron de la gran variedad de alimentos que alberga el suelo colombiano, crearon nuevos y creativos platillos llenos de ajíes, sabores frutales, aroma a café y un sentimiento patriótico que llega al corazón. Los restaurantes han sido unos de los más afectados por la pandemia. La cuarentena dejó una herida financiera que aún no se ha podido cerrar. Las cifras para este gremio son preocupantes, pues sus ingresos totales se han visto reducidos en un 44%, según cifras publicadas por el DANE en la Encuesta Mensual de Servicios del mes de agosto. A pesar de todo lo que ha pasado, restaurantes como Salvo Patria y Mini-Mal seguirán buscando inculcar el orgullo por lo nuestro. Merecerá la pena luchar por lo colombiano hasta que en el Pacífico dejen de retumbar cantos de boga, los currulaos y la marimba, hasta que en la costa Atlántica cesen los vallenatos y en la región andina deje de oler a café. Apreciar los ingredientes locales y, mínimamente, salvar la patria.
- Freestyle: el camino de los sueños
Freestyle: el camino de los sueños Juan Andrés Lozano Gutiérrez, Nicolás Troncoso Garzón y Laura Camila Mahecha Rojas Este reportaje sigue la ruta de quienes buscan, entre eventos formales e informarles, ganarse un nombre entre los freestylers de Bogotá. El vistazo involucra las peleas de gallos en parques y plazas y explora los aspectos emocionales, físicos y mentales que hay detrás de quienes lanzan impactantes rimas. Ver también: De segunda a primera mano: el renacer de la moda sostenible Compartir
- El apoyo a la investigación: clave del desarrollo
La inversión en investigación científica podría ser la clave para que Colombia pase de consumidor a productor de tecnología. El apoyo a la investigación: clave del desarrollo Maria de Los Angeles Delgado Vergara La inversión en investigación científica podría ser la clave para que Colombia pase de consumidor a productor de tecnología. Disponible en Pulzo Getty Según los expertos consultados, en la medida en que el gobierno y la empresa privada sean conscientes de la importancia de financiar proyectos investigativos en diferentes áreas de la ciencia y de la producción, mejorarán las posibilidades de desarrollo del país a mediano y largo plazo. Con el objetivo de generar desarrollo y crecimiento es preciso dar importancia a la investigación científica, y de esta manera, aprovechar el conocimiento de estudiantes, investigadores, trabajadores de sectores privados, para ser aplicados en diversos campos. El presupuesto de la nación para 2021 fue de 314 billones de pesos. “Al sector de la ciencia, tecnología e innovación se le realizó un recorte por más de 100 mil millones, en comparación de lo asignado en el 2020, teniendo un presupuesto total de 280 mil millones, en donde solo 256 mil millones podrán ser destinados a la inversión”, según cifras del Observatorio de la Universidad Colombiana. Esto significa que la inversión para el desarrollo de la investigación equivale apenas al 0,2% del PIB. Afortunadamente, el porcentaje de regalías para ciencia y tecnología subirá al 10%. “Efectivamente sí existen unos recursos de regalías para la investigación y no pueden ser desconocidos; pero la forma en que está estructurado el Sistema General de Regalías para gestionar y ejecutar los recursos, es difícil de encausar hacia la investigación científica”, -ha dicho María Piedad Villaveces Niño, directora ejecutiva de AvanCiencia.- “Nosotros nos hemos visto obligados a acudir a esos recursos, porque no existen más. En ese sentido agradecemos los recursos de regalías, pero pedimos que no se sigan usando los mismos esquemas que los de proyectos de inversión, porque eso desdibuja la investigación”. Esto abre una pequeña luz en el camino hacia el desarrollo, pero no es un impulso suficiente para transformar a Colombia en productor de tecnología, y llegar a tener productos manufacturados netamente en Colombia. Villaveces resalta que “la pandemia ha sido un acontecimiento que nos ha mostrado lo importante que es el conocimiento científico para un país. La ciencia bien aplicada y con unos estándares técnicos y éticos del más alto nivel, es una herramienta importante para que nosotros vivamos en sociedad, y para que la especie humana se siga proyectando”. Teniendo en cuenta la situación que vive actualmente Colombia, Villaveces destaca que en todas las áreas o sectores del país hace falta la investigación científica. “En biotecnología es algo importantísimo, robótica, todo el tema de transformación digital. Pero no es menos importante el desarrollo en matemática que no sea necesariamente aplicada, porque lo que se está investigando en estos momentos quizá no tenga impacto inmediato en la sociedad, pero puede llegar a tenerlo en unos años”. “Una sociedad debe invertir en que haya un grupo de personas que se dedique a esas reflexiones, tanto desde temas de filosofía, como desde temas como la física, la química e inclusive uniendo otras disciplinas. Esto no puede ser un ejercicio unidisciplinar, sino multidisciplinar”, reconoce Villaveces. Ciertamente, además de una necesaria inversión en el sector de la ciencia y de la investigación, la educación es un tema que no se puede dejar de lado. Chitra Reddy, escritora para Wisestep News, afirma que la investigación tiene importancia en los ámbitos educativos, humanos y estudiantiles. “La investigación es la mejor forma de entender y actuar en los variables acontecimientos que enfrentamos. A medida que nuestras demandas incrementan, la necesidad por la investigación también. Para un estudiante es importante la investigación porque crea un pensamiento crítico, clarifica el pensamiento a la hora de resolver problemas y en sí ayuda a entender el porqué de lo que pasa en nuestro entorno”. Pero, ¿realmente las universidades colombianas generan estudiantes con las habilidades y estructuras para el desarrollo de temas investigativos? Villaveces considera que sí. “Hay universidades colombianas que, indudablemente, han hecho esfuerzos muy grandes en temas de investigación científica”. Invertir en investigación, desde un ámbito educativo y privado, equivale a crecimiento. Es una forma de desarrollar diferentes sectores del país y tener una mejor calidad de estudiantes, los cuales contribuirán a alcanzar esta meta. Pero esto solo será posible si se ve un incentivo por parte del gobierno. No darle la importancia que necesita este tema traería consecuencias negativas para el futuro de Colombia, condenando a la sociedad a depender del desarrollo de nuevas tecnologías en otros países, afirman los expertos. “Colombia usa mucha tecnología, somos compradores de tecnología y si no hacemos inversiones grandes y a largo plazo en temas de conocimiento, seguiremos siendo consumidores de tecnología, y no productores. Ojalá que en algún momento Colombia llegue a consolidar equipos de científicos que apoyen desarrollos tecnológicos que nos ubiquen como líderes de esa tecnología a nivel global “made in Colombia”. Así lo explica María Piedad Villaveces. Por su parte, Yahira Rossini, jefe del grupo de investigación de Psiquiatría y salud mental de la Universidad de La Sabana, sostiene que, “es importante investigar y mostrar estudios y resultados en la población colombiana, y poder comparar con otras poblaciones o compartir redes de conocimiento en temas específicos”. Rossini considera que “la comunidad universitaria se nutre de la creación de nuevo conocimiento, el cual sólo puede desarrollarse con calidad, a la luz de la investigación”. Desde su perspectiva, la estudiante de comunicación de la Universidad de la Sabana, Laura Paola Arias, quien además hizo parte de un semillero de investigación sobre medios, asegura que “promover la investigación científica nos permite plasmar lo que es Colombia en diversos campos, por lo cual los beneficios deben estar bien enfocados”. De igual forma advierte que “sin los incentivos necesarios para la investigación en las instituciones educativas, la ciencia se estancaría y se perdería la posibilidad de producir nuevo conocimiento”.
- La música que brota entre los frailejones
La música que brota entre los frailejones Por Juliana Copete Gordillo, estudiante de Comunicación Social y Periodismo Fecha: “Vamos a la filarmónica” es el proyecto creado en 2012 por la filarmónica de Bogotá que ofrece clases de música a los niños en diferentes localidades del Distrito Capital. Lea también: La música me escogió a mí: Gregorio Marchán Compartir Foto: Niños asisten a clases de música en el páramo de Sumapaz, en Bogotá. Foto: Juliana Copete Gordillo La capital de Colombia está dividida en 20 localidades. El páramo de Sumapaz es la número 20. Este extenso territorio cuenta con tres corregimientos: Nazareth, Betania y San Juan. Desde 2016, en el corregimiento de San Juan, en la vereda La Unión, el colegio Gimnasio del Campo Juan de La Cruz Varela se convirtió en el escenario para que la Orquesta Filarmónica de Bogotá enlace a los sumapaceños con la música clásica. Ruby Rodríguez tiene 45 años. No mide más de 1,60 metros y aun así se ve imponente. Lleva seis años trabajando en el Páramo de Sumapaz como la artista formadora principal de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. De miércoles a sábado vive en Funza, un municipio de Cundinamarca, y de domingo a martes vive en el colegio Gimnasio del Campo Juan de La Cruz Varela, donde la Secretaría de Educación financió la construcción de una casa para todos los profesores de la institución. Cristian David Ortiz y Sergio Ramírez son los otros dos profesores que integran el proyecto de la Filarmónica en Sumapaz. Ambos tienen 30 años; nacieron y viven en Bogotá. Ortiz se encarga de enseñar la formación coral y Ramírez de la iniciación musical, que es el aprendizaje de los conceptos musicales básicos, fomentando la capacidad expresiva en los niños. En estas clases, los estudiantes de prescolar a noveno son quienes participan en horario escolar, y de quinto a noveno pueden pertenecer al grupo representativo que practica lunes y martes de 3 pm a 5 pm, luego de que termina la jornada académica. Para llegar al Juan de la Cruz, los domingos, Ruby sale en su carro desde Funza hasta el sur de Bogotá. En el portal Usme, la localidad donde finaliza lo que se conoce como “la Bogotá urbana”, la esperan Cristian y Sergio. La carretera que conduce hasta la vereda La Unión posee pocos fragmentos pavimentados; el frío se siente en los huesos y una densa niebla con grandes gotas de lluvia opacan el paisaje. Aproximadamente una hora y media después de haber salido de Usme ya se pueden visualizar los abundantes frailejones, las lagunas cristalinas y las imponentes montañas. Fueron casi seis horas de viaje en un vehículo campero (el ideal para este tipo de vías), tiempo corto en comparación a si se hubiera transportado en un automóvil pequeño, donde el viaje pudo haber tenido una duración de ocho horas. La Orquesta Filarmónica de Bogotá creó el proyecto de “Vamos a la filarmónica” en 2012, donde se buscaba dar educación musical gratuita a los niños entre 7 y 17 años de la capital colombiana. Actualmente, tiene presencia en 19 de las 20 localidades de Bogotá, donde según el último reporte presentado por la Filarmónica, en 2020, de los 32.344.060.000 (treinta y dos mil trescientos cuarenta y cuatro millones sesenta mil pesos) que hacen parte del presupuesto de inversión, se emplean 20.741.140.544 (veinte millones setecientos cuarenta y un mil quinientos cuarenta y cuatro pesos) para ejecutar el proyecto. Desde 2016, la profesora Ruby fue la encargada de llevarles a los sumapaceños la propuesta de “Vamos a la filarmónica”, quienes en un principio no se mostraban interesados en el proyecto, pues era una comunidad cansada de que nuevas ideas se presentaran, pero nunca se ejecutaran. Sin embargo, la Filarmónica marcó la diferencia, pues hasta ahora es el único programa que ha tenido un proceso comprometido con la institución, los estudiantes y padres de familia. La Filarmónica empezó con un vaso y un balón. Eran clases de música sin instrumentos, pues todavía no había sido enviada la dotación sinfónica. Se les enseñaba a los niños que era posible hacer música con todo lo que tuvieran al alcance, y a su vez, se inició un proceso para adecuar el manejo de sus voces. A mitad de 2018, por fin la dotación de instrumentos proporcionada por la filarmónica llegó al territorio. La Secretaría de Educación se encargó de trasladar 10 clarinetes, 7 flautas traversas, 4 flautas piccolo, 2 oboes, 3 cornos francés, 2 contrabajos, 8 trompetas, 2 violines y 2 pianos organetas para un total de 40 instrumentos. Cuando llegaron los integrantes de la Secretaría de Educación se encontraron con que la entrada principal del colegio Juan de La Cruz no tiene puertas. Dicha situación generó conflicto entre ellos, pues comentaban que no era un lugar seguro para tener los instrumentos. Sin embargo, solo fue cuestión de compartir un par de horas con la comunidad, para entender que en realidad no había peligro de que fueran robados. –Lo más bonito del Páramo es que aquí todavía se cree en la palabra y en la honestidad- dice Sandra Díaz, encargada de manejar la cafetería escolar. Entre 3 profesores deben enseñar a los 138 estudiantes que asisten a las clases de música, y en el horario extracurricular, a los 37 niños que están en el grupo representativo, agregando que, a raíz de la pandemia del covid-19, esta labor se ha dificultado. Por protocolos de bioseguridad, los instrumentos no se pueden compartir, así que solo 40 niños tienen acceso a uno de ellos. Por este motivo, los profesores se han enfocado en la formación coral y en utilizar objetos cotidianos para hacer música. A pesar de la alegría que ha traído la música a la vida de los estudiantes, solo unos cuantos tienen el privilegio de integrar el grupo representativo. —”Los niños terminan clase a las 3 pm, a esa hora salen las rutas hacia las veredas, entonces como luego no hay transporte para que vuelvan a sus casas y los desplazamientos son tan largos, únicamente podemos contar para esos grupos representativos con quienes viven acá en la zona urbana”—dice Ruby Rodríguez. En el campo, las actividades diarias empiezan desde temprano. Keyner Samid Molina tiene 11 años y todos los días se levanta a las 4 de la mañana. —Lo primero que hago es ordeñar las vacas, luego voy a recoger los huevos y alimento a los animales. Vivo a hora y media del colegio, y para llegar al paradero donde me espera la ruta escolar, tengo que caminar 40 minutos. Interpreto la trompeta y me gustaría estar en el grupo representativo de la Filarmónica, pero vivo muy lejos y llego cansado a la casa. Los padres de familia han empezado a dejar menos tareas domésticas a sus hijos para que tengan más tiempo para la música, puesto que se ha evidenciado una considerable mejoría académica en los estudiantes que pasan mayor tiempo en la Filarmónica. Juan José Peralta, músico de la Universidad Nacional de Colombia, afirma: “Los niños que tienen educación musical, adquieren muchos beneficios para su vida, como lo es la escucha atenta, mejor desarrollo en la memoria, mayor facilidad para la resolución de problemas, mejora en la motricidad fina, aumento en la creatividad. A la vez, son personas que desarrollan mayor autoconfianza por lo que también mejora su interacción social, y adquieren un mayor sentido de la responsabilidad”. El grupo selección de Sumapaz ha participado en dos encuentros distritales de Orquestas Sinfónicas; en 2018 estuvieron en Buga en un encuentro nacional de Orquestas infantiles y juveniles y en el 2019 se presentaron en la clausura del Foro Distrital. En las competencias ya los reconocen; los demás saben que llegaron los del Sumapaz por las mejillas rojas y su perfecta presentación personal. —La Filarmónica ha hecho una labor muy importante en el Sumapaz, pero creo que es importante hablar tanto de la filarmónica como de nuestra música campesina. Siempre he tenido presente que para ser un ser integral debo conocer mi música campesina, pero también entender que hay otras propuestas como la música clásica. Sería maravilloso poder hacer un ensamble entre la filarmónica y la música campesina, pero para ello se debe tener la mente abierta y dejar unos supuestos de superioridad que se tienen entre los géneros musicales—dice Aníbal Montañez, director de la Alcaldía Local de Sumapaz. Aníbal es una de las personas más respetadas en el páramo. Lleva 25 años allí y fue rector del Juan de la Cruz Varela del año 2006 al 2010. En su dirección se destacó por fomentar la música campesina por medio de festivales y actividades escolares, a la vez que inició un proyecto de emisora escolar en el que se le diera importancia a todos los géneros musicales, emisora que durante mi visita en el Juan de la Cruz no estaba en funcionamiento. Ahora en su labor como director local, es el encargado de transmitir las peticiones de la comunidad educativa ante la Secretaría de Educación. Junto con la profesora Ruby llevan desde el 2019 gestionando la posibilidad de que se implementen rutas en un horario de 5 pm para que más niños puedan hacer parte del grupo representativo de la Filarmónica. Las dificultades para desplazarse en un territorio tan grande como el Páramo de Sumapaz, es una problemática que desalienta a los niños en su búsqueda de vivir nuevas experiencias y tener oportunidades diferentes para su desarrollo, incluso para un proyecto que ya lleva 6 años en la región y le ha dado buenos resultados al colegio y a la comunidad. Esto también incrementa la preocupación de los habitantes, pues concluyen que si no se brinda el suficiente apoyo a un proceso que es dirigido desde una entidad tan importante como lo es la Filarmónica de Bogotá, menos se tendrá en cuenta la música campesina. Así lo evidencia Efrein Torres, guardia de seguridad, agricultor e integrante de un grupo de música campesina. — “Ninguna entidad apoya la música campesina. Se está perdiendo la cultura del campesino y a menos de que alguna empresa o entidad se interese en crear un proyecto que la promueva, se va a acabar”. Como sucede en la naturaleza, que la llegada de nuevas especies no acabe con las endémicas; que la música siga despertando sueños en los niños de las comunidades rurales, y sirva para construir comunidad sin destruir lo ancestral. *Este trabajo periodístico fue publicado inicialmente el 11/06/22 en Infobae Colombia como parte de una alianza informativa.
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Sumergidos en desechos Natalia Sáenz Kure, Comunicación Social y Periodismo Fecha: El problema aquí no es que el Alcalde no sepa cómo manejar las basuras, sino en que los ciudadanos no sabemos valorar el espacio en el que vivimos. Lea también: Los héroes del desperdicio Compartir Foto: Foto: Natalia Sáenz Kure Para nadie es un secreto que las calles de Colombia están inundadas de suciedad y desechos. Según la Organización Mundial de la Salud, Bogotá es la más contaminada del país. Pero cómo no va a serlo si es la que peor maneja sus basuras. Solo en la capital se generan 6.300 toneladas de desechos al día y solo el 15% se recicla. El problema aquí no es que el Alcalde no sepa cómo manejar las basuras y mantener la ciudad organizada y limpia. El problema está en que los ciudadanos no sabemos valorar el espacio en el que vivimos. Nos quejamos que las calles están llenas de basura, de que huelen mal, de que estén contaminadas. Pero, en vez de quejarnos deberíamos empezar por educarnos y aprender a cuidar y valorar nuestro hogar, el lugar donde creamos vínculos sociales, compartimos y nos formamos como personas. En Bogotá hay iniciativas que buscan mitigar esta problemática, como el Día del Espacio Público, que se celebra junto con el cumpleaños de Bogotá, cada año, en el mes de agosto. A simple vista, una jornada de limpieza parece ser una iniciativa adecuada para invitar a los ciudadanos a interesarse y regalarle a su ciudad una “transformación” positiva y “embellecerla”. Pero como todo, aquello que fácil llega, fácil se va. Dedicarle unas cuantas horas a barrer, recoger basuras, limpiar paredes y fachadas no va a hacer que Bogotá se transforme verdaderamente en una ciudad más limpia y agradable de transitar. Esto solo demuestra la falta de compromiso e interés que tenemos con nuestro hogar. Antes, era muy mal visto dejar la basura tirada en la calle, pero ahora el amor y el respeto por nuestra ciudad han ido en declive y se ha vuelto algo normal ver nuestras calles “adornadas” con basura. Es por esto que para acabar con esta problemática hay que empezar por fomentar la cultura ciudadana, especialmente en las escuelas y hogares de los que tienen en sus manos el futuro del país. Como dijo alguna vez Antanas Mockus: “No hay mejor manera de formar cultura ciudadana que con el ejemplo”. No podemos dejar que la basura nos llegue hasta el cuello para tomar la decisión de recogerla. Si empezamos a generar consciencia y sentido de pertenencia por el espacio en que vivimos, no existiría la necesidad de destinar un día especial para hacer una jornada de limpieza . Una pequeña acción puede generar grandes cambios. Un claro ejemplo para tener un espacio libre de basura puede empezar por formar seres humanos conscientes y responsables por el buen estado del lugar nos lo dan los habitantes de Japón, el país que se ha convertido en un símbolo de civismo para el resto del mundo en cuanto al nivel de consciencia ciudadana y el cuidado del espacio público. Para la cultura japonesa aprender a recoger y reciclar la basura es fundamental. Desde temprano, se les enseña a los niños a cuidar y mantener aseado cada espacio público que utilicen, como una señal de respeto y gratitud. No hay necesidad de impartir multas ni castigos para evitar que la gente bote basura a las calles, al contrario, hay que generar sentido de pertenencia para que cuidar nuestro hogar, y que sea un gusto y no una obligación vivir en armonía con el entorno. Sin cultura ciudadana, construir una ciudad más culta, respetuosa y evolucionada se convertirá en una tarea difícil de lograr. Si no cambiamos nuestra mentalidad desinteresada y egoísta no vamos a conseguir un cambio. Así como lo mencionó Diego Molano, Concejal del Centro Democrático, “si una ciudad quiere ser sostenible en su democracia, si quiere ser sostenible en sus instituciones requiere conciencia ciudadana”.
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