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  • Maria Teresa Ronderos

    Bogotá, Colombia | Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo y directora del CLIP Maria Teresa Ronderos Por Laura Angélica Lenis Llano, Alejandra Paulina Hernández Martínez, Maria Camila Poveda Trujillo y Juliana Martínez Cubillos. Bogotá, Colombia | Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo y directora del CLIP Lea también: Jesús Abad Colorado Compartir Fotografía por Juliana Martínez. Es periodista investigativa, con un largo recorrido en la cobertura del conflicto armado en Colombia, trayectoria que le permitió recibir en 2014 el Premio Simón Bolívar Periodista del Año. Ha sido emprendedora de nuevos proyectos digitales, entre ellos, VerdadAbierta.com, Votebien.com y LaNota.com. Sus reportajes en profundidad le han valido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Rey de España. Hoy dirige el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística. Nos contó: Sobre las razones para hacer investigación en América Latina... • Hay que investigar este continente porque se nos está acabando la libertad. Queremos dejar a los jóvenes, y los jóvenes le quiere dejar a sus hijos un continente más libre para vivir más feliz, menos desigual, menos dramático. • Tenemos que denunciar el abuso de poder, y denunciar cuando las cosas no están bien, cuando nos quieren silenciar. Si no, no habremos sido buenos testigos de nuestro tiempo. Portada de Guerras Recicladas, el libro con el que Ronderos demuestra cómo el paramilitarismo se tomó y dominó a Colombia. Sobre el beneficio de la lectura de grandes reportajes en la cotidianidad... • Debemos lograr que los ciudadanos “del común” se interesen y que empiecen a caer en cuenta que eso que se escribe allá, que aparentemente no tiene nada que ver con ellos, de pronto tiene un montón que ver con ellos, que esto no tiene nada que ver con derechas o izquierdas. • Los periodistas, los narradores, tenemos que hacer un esfuerzo para llegarle a la gente, para que la gente nos vea, nos oiga; para que el contenido que llegue fácil no sea solo basura y chatarra, como decía Martín Caparrós, sino que lo que le llegue sean cosas interesantes y buenos contenidos. • La libertad se nos esfuma cuando perdemos palabras y cada vez que dejamos que nos arrebaten la diversidad de palabras es cuando nos manipulan muy fácil, quienes se lucran de eso. Tenemos que tener una riqueza de palabras, mantenerla y seguir aprendiendo de los grandes. Cuenteros de Iberoamérica

  • Un ingeniero y seis perros: 26 huellas y 1000 recuerdos

    En épocas donde cualquiera se autodenomina ambientalista, feminista o animalista, la cuestión es cómo definir eso Un ingeniero y seis perros: 26 huellas y 1000 recuerdos Paula Sophia Martin Peñuela En épocas donde cualquiera se autodenomina ambientalista, feminista o animalista, la cuestión es cómo definir eso Disponible en Pulzo Paula Sophia Martin Peñuela El abandono de mascotas en la capital ha incrementado desde que se inició la cuarentena; sin embargo, en el norte de Bogotá existe una red de animalistas que no para ante la pandemia. Jorge Iregui, miembro activo, reparte sus días entre su trabajo, sus 6 mascotas y su labor con los cachorros en estado de abandono. Por la zona limítrofe, al norte de Bogotá, se encuentra un hermoso parque en medio de un cuadrante residencial. Allí se congregan decenas de personas con sus mascotas 3 veces al día. La primera, bien temprano, acoge a los visitantes con una neblina espesa, donde a duras penas se logran distinguir las siluetas. A lo lejos, se dibuja la sombra de una persona corpulenta acompañada por tres guardianes. Parece ser alguien importante, pues las otras sombras pasan alzando su mano o moviendo su cabeza cuando se cruzan en su camino. La segunda parte del día acoge a manadas enteras de caninos que parecen disfrutar más que nadie la puesta de sol que se avecina. Allí, las sombras que se veían horas antes, comienzan a tener un rostro e incluso una voz. La tercera, a la luz de la luna, acoge a quienes andan con sus colosales chaquetas para combatir el frío capitalino, mientras sus mascotas tienen la última salida del día. Las luces del parque titilan al estilo de una película clásica de terror. Los visitantes comienzan a irse poco a poco y, mientras eso sucede, aquella extraña sombra aparece una vez más. Esta vez desde metros atrás se ve su apariencia. En medio de personas que aparentan prepararse para la nieve, este personaje parece ser un turista. Cada paso que da al frente da la impresión de estar coordinado con la intermitencia de la iluminación. Lleva unas botas pantaneras y una chaqueta de corte militar. De su cuello cuelgan varias correas y trae un sombrero peculiar. Como extensiones de sus manos están tres riendas que lo unen a sus tres guardianes. A 3 de sus 6 amores perrunos. Él es Jorge Iregui, oriundo de Bogotá, hijo de madre llanera y padre venezolano. El segundo de 5 hermanos, padre de familia e ingeniero de sistemas. El animalista capitalino que no distingue de especies o de razas cuando de amar a los animales se trata. Desde muy joven, la madre de Jorge le había inculcado un especial respeto por ellos, el cual se traducía en cuidado y devoción. Para ese entonces la familia Iregui residía en Venezuela, donde viajaban de aquí para allá gracias al trabajo del padre de Jorge. Mientras su padre trabajaba, este particular ingeniero desarrollaba un carisma singular. A donde iba era recordado, ya fuera por su buen humor o por su facilidad de entablar una conversación. Caminando por la fría noche capitalina él enciende un cigarro y comienza a relatar uno de los viajes que más parece haber marcado su vida. “¡En un viaje a la costa venezolana, casi formamos un zoológico!”, dice Jorge, mientras se le escapa una sonrisa por aquel gratificante recuerdo, “por la carretera uno ve mucho animal por ahí de contrabando y tirado.” Sin embargo, la primera mascota de este enamorado de la vida animal no fue algún exótico pájaro o un perro de raza pura. Fue un ratón. Ricky, como se llamaba aquel ratón, representó en la vida de Jorge el primer gran vínculo con una especie distinta. De ahí en adelante fueron muchos los mamíferos que cautivaron su corazón y marcaron su vida. Y aunque su querido amigo, amante del queso, murió trágicamente envenenado a manos de su abuela, por equivocación según decían, él decidió convertir aquel rencor de niño en su motivación como adulto. Sin saberlo, aquel día, encontró su vocación. Es por eso que desde hace años junto a Victoria Sierra, su compañera de vida, Jorge ha emprendido el arduo camino de salvar a cuantos caninos sea posible. No de gratis actualmente viven junto a seis sagaces perros. Todos criollos y únicos. Toby, el primero de los seis, tiene un pelaje gris semejante al de un zorro. Junto a él siempre salen los dos mayores, dos canes con pelajes del mismo color que el de los leones. Uno con más canas que el otro, eso sí. Los otros tres fieles compañeros de la pareja son de un tamaño más pequeño, sin embargo, bastante distintos entre sí. Uno es diminuto, oscuro como la noche, y siempre anda corriendo en medio de los gigantes que visitan el parque. El otro es blanco como la nieve, esa de la cual las personas parecen ocultarse en las noches, y en medio de rizos suaves se esconden sus ojos. El último es el más veterano, camina despacio y suave, se acerca de vez en cuando a las personas poniendo a su disposición un blando pelaje para que se haga un trueque: una caricia a cambio de un poco de calor. En cuanto a Jorge, su comunidad lo considera un referente. Se merece todos los reconocimientos. Su labor la hace por amor a los perros, sin ánimo de lucro, sin ánimo de nada- reflexiona Nicolás Ortiz, un exfutbolista y vecino de la zona, quien ha sido testigo de la labor de este líder de su comunidad. Durante la cuarentena, por ejemplo, se lograron recaudar materiales para hacer comederos para los animales de la calle e incluso algunos lograron ser rescatados. El reloj estaba por dar las 10 de la noche, el panorama era desolador. A decir verdad, era desesperanzador. Las calles solitarias eran el escenario perfecto para un crimen al estilo de la serie ‘Criminal Minds’, y los altavoces de los helicópteros anunciando la política estatal sobre el autocuidado parecían salidos de ‘The Purge’. Sin embargo, en medio de aquel penoso panorama, se encontraban tres personas rompiendo el encuadre perfecto del terror hollywoodense. Estaban Jorge y Victoria, agachados con ternura junto una perrita, hablando con un hombre que montaba una bicicleta. “Parece que fue usada para tener muchas crías, está muy maltratada”, explicaban ellos mientras acariciaban con delicadeza al animal, “podemos llevarla mañana al hogar de paso que hay disponible”. En lo que es el cuidado y el tiempo que el perrito esté con uno, más o menos al mes podría estar requiriendo 100.000 pesos entre comida y cuidados médicos, mientras se estabiliza – eso calcula John García, un veterinario de profesión y dueño de un colegio canino ubicado a las afueras de Chía, Cundinamarca, sobre cada rescate hecho de manera autónoma. A pesar de ello, John comenta que este costo puede variar según cada caso, puede haber fracturas, enfermedades u otras dolencias que requerirían de muchos más esfuerzos. Por suerte, en medio de una época de escasez, los abundantes corazones que laten al unísono por los peludos siguen dando la batalla, salvando una vida a la vez. Jorge, aun con sus 6 guardianes y sus responsabilidades laborales y personales, encuentra siempre un espacio para ayudar a quienes no tienen voz. Ya sea instalando casas y comederos o hablando con sus vecinos para generar conciencia y empatía; él, siempre desde las sombras, continúa con su labor.

  • Unisabana Medios | Audios

    El periodismo como resistencia Valentina Ramírez Arias, Comunicación Social y Periodismo El periodista Gerald Bermúdez es un reportero colombiano que ha cubierto momentos críticos para el país e historias que han cambiado su vida e impactado la de otros. Ver también: Ser trotacalles para hacer periodismo Compartir

  • Carlos Fernando Chamorro

    Managua, Nicaragua | Periodista y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo Carlos Fernando Chamorro Por Laura Angélica Lenis Llano, Alejandra Paulina Hernández Martínez, Maria Camila Poveda Trujillo y Juliana Martínez Cubillos. Managua, Nicaragua | Periodista y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo Lea también: María Jesús Espinosa Compartir Fotografía por Francy Velasco. Es director de Confidencial, uno de los periódicos independientes más destacados de Nicaragua, que ejerce contrapoder y rendición de cuentas a la dictadura de Daniel Ortega. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la libertad de expresión en Iberoamérica, otorgado por Casa América Cataluña. En octubre de 2010 recibió el Premio María Moors Cabot que otorga la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. Nos contó: Sobre la fiabilidad de los medios, tras amenazas contra la libertad de expresión... • En la experiencia que he vivido en Nicaragua, donde los ataques provienen de un régimen que está cerrando todos los espacios políticos y cívicos del país, la única resistencia o la más efectiva es preservar la confianza de las audiencias y la credibilidad del medio trabajando muchísimo más en corroborar la información, en no tratar de ser los primeros en publicar las noticias, sino en investigar y en publicar información verificada. Sobre el límite de libertad de expresión... • La libertad de expresión no es un patrimonio de los periodistas. Es un patrimonio de los ciudadanos, un derecho constitucional en el que las personas tienen derecho a expresar sus opiniones sin censuras y es lo que debemos de defender de cualquier forma. • El debate público tiene que estar sustentado no solamente en información, sino en hechos verídicos, en argumentos. Siempre habrá opiniones con las que uno va a discrepar y tienen que refutarse. • El periodismo de opinión no debe existir límites que impongan la censura. Yo soy director de un periódico y público opiniones con las que no estoy de acuerdo siempre y cuando estas opiniones estén sustentadas, bien argumentadas de parte de quienes las presentan, si son válidas. • La razón de informar, de visibilizar casos como el del periodista José Rubén Zamora ante la falta de un debido proceso judicial es defender el derecho de hacer periodismo en Guatemala y sobre todo tratar de mitigar el impacto negativo que tiene este ataque, en la prensa guatemalteca y en la prensa centroamericana. Frente a este caso, el Estado ha querido infundir miedo, intimidación a los periodistas y también a las fuentes informativas y opinativas. De manera que para nosotros es un deber informar, investigar, visibilizar y denunciar este ataque contra José Rubén Zamora que sentimos como propios. Lo digo en nombre de los periodistas nicaragüenses y guatemaltecos. Fotografía por Juliana Martínez en entrevista con Unisabana Medios. Sobre generar narrativas contrarias a lo que espera la audiencia... • El caso de Nicaragua es una situación extrema porque hay una criminalización tanto de la libertad de prensa, es decir del derecho a informar, como también del derecho a opinar. Por ejemplo, hay personas que han sido llevadas a la cárcel y que han sido acusadas por presuntos delitos penales de conspiración contra la soberanía nacional o de propagación de noticia falsa simplemente porque han dado una opinión... y es una opinión calificada. • Lo que ocurre ahora es que casi nadie se atreve a brindar una opinión porque lo pueden criminalizar. De manera que, las fuentes solicitan el anonimato para poder hablar, para poder opinar y lo mismo ocurre también con el caso de los periodistas. • Nuestra primera obligación en estos tiempos es proteger la seguridad de nuestros periodistas y de las fuentes y eso implica otra vez verificar información. En el caso de las opiniones, tenemos que ser más rigurosos porque, cuando las personas te piden la protección del anonimato, usualmente dan opiniones o dan informaciones que no necesariamente son muy verídicas. La gente tiende a decir muchas cosas bastante exacerbadas y bastante subjetivas. Sobre la atención que deben darle los ciudadanos a los ataques al periodismo... • La libertad de prensa y la libertad de expresión son derechos constitucionales y la gente no se percata de la trascendencia y de la importancia que tienen estos valores hasta que se pierden o son arrebatados. No se dice de un día para otro si hay libertad de prensa o que no hay libertad de opinión, sino que se produce de manera gradual. • Las libertades que no se ejercen se pierden y creo que eso aplica tanto para los periodistas como para los ciudadanos. Por ejemplo, en Nicaragua no hay libertad de reunión, no hay libertad de movilización, no hay libertad electoral. En el último proceso electoral que hubo en 2021, todos los candidatos presidenciales de la oposición fueron encarcelados, los partidos políticos fueron incluso ilegalizados y más de 3.400 organizaciones no gubernamentales fueron canceladas por el régimen. • Lo único que queda es el periodismo que se hace en el exilio, porque, de lo contrario, podríamos estar presos. Lo que quiere decir que ese periodismo que se hace en el exilio, al final de cuentas, se convierte en la última reserva de las libertades en un país donde no queda ninguna otra libertad. Sobre las gratificaciones de hacer periodismo en Iberoamérica... • Es una vocación de servicio y estamos obligados a devolverle a la sociedad lo que muchas personas hacen por tener una vida cívica más activa, más participativa en la que se ejerzan los derechos. • El periodismo es como una carrera de relevos donde asumimos la estafeta que otros dejaron, de la gente que nos ha inspirado en este oficio: el compromiso por informar y sobre todo por no callar, por no aceptar que nos impongan el silencio y que nos impongan la censura. • No es muy gratificante desde el punto de vista de los sacrificios que muchas veces se tienen que hacer, en lo que se tiene que incurrir. Pero, a final de cuentas, estamos tratando de sembrar las bases de la verdad, de la información de la cual depende en el futuro la justicia. Cuenteros de Iberoamérica

  • Quien hace reír, hace olvidar y es bienhechor quien en el mundo distribuye olvido: Corozo

    El camino recorrido por el trovador de Granada, Antioquia, no ha sido fácil, pero la risa y dios lo mantienen con fuerza para llenar la radio de felicidad. Quien hace reír, hace olvidar y es bienhechor quien en el mundo distribuye olvido: Corozo Tatiana Paola Marta Beltrán El camino recorrido por el trovador de Granada, Antioquia, no ha sido fácil, pero la risa y dios lo mantienen con fuerza para llenar la radio de felicidad. Disponible en Pulzo Tatiana Paola Marta Beltrán A diferencia de lo que mucha gente espera ver en un humorista y trovador de un programa radial de Caracol Radio, ‘Corozo’ me recibe vestido de traje y camisa negra, con una mezcla de paciencia y afán por el ajetreo de ‘La Luciérnaga’ que comienza, puntual, a las de las 4:00 de la tarde. En Granada, a una hora de Medellín, nació Marco Aurelio Giraldo Jaramillo, verdadero nombre de ‘Corozo’. Aunque nadie lo llama así, lleva su apodo desde muy pequeño, cuando recién comenzaba en este mundo de la trova. “Cuando estaba en grado 11, me hicieron muchos apodos y ninguno me llamaba la atención, hasta que uno dijo Corozo y ese me gustó. Es sonoro y bonito”. Pero no solo fue gracias a sus compañeros, en sus fotos siempre se le ve peluqueado con la cabeza rapada, lo cual se asemeja al fruto de la palma de corozo. Entre risas y miradas cabizbajas, como tratando de recordar, Corozo me cuenta cómo fue su infancia y ese descubrimiento del talento y gusto por la trova. Su niñez no estuvo rodeada de tanta tecnología, si acaso había 4 o 5 televisores con los que él y sus amigos del pueblo se reunían a ver una novela que por aquella época estaba al aire: “Lola Calamidades”. Por ende, lo que más escuchaba en su infancia era radio. Para ese entonces, las cuñas radiales eran muy utilizadas para la promoción de productos y publicidad en la radio. Para él, esto fue un impulso en el mundo de la trova. ‘Corozo’ lograba aprenderse las cuñas y replicarlas. Pero esto no se quedaba ahí, en el colegio descubrió que tenía compañeros con talento para escribir trovas y fue justo en ese lugar donde decidió empezar este recorrido. “Fue un gusto innato, nadie me lo inculcó”, dice. Su vestimenta color negro logra engañar, pues no han pasado ni cinco minutos de la entrevista cuando ya demuestra sus dotes de humorista. “El hambre hace cosas impresionantes, aprendí a trovar”. Entre carcajadas de ambos, el humorista dice que, a pesar de que estudió Periodismo, se encuentra en el lugar donde se encuentra ahora, gracias a la trova. Como graduado de periodismo, ‘Corozo’ tiene una posición frente a esta carrera, algo desalentadora, para aquellos que la estamos estudiando. “Es fascinante y muy chévere, pero el campo de acción cada vez es muy reducido”. Para él, hacer periodismo serio en Colombia se está tornando más difícil, pues hoy en día, con las redes sociales, cualquiera puede grabar un video y convertirse en “periodista”. Según él, la profesión poco a poco está desapareciendo, los medios tradicionales están muy relegados a las redes sociales lo cual afecta la profesión y su esencia. “Es necesario que los estudiantes que están cursando periodismo en este momento, escuchen radio y consuman prensa”. Para él, son cosas que las redes sociales no pueden reemplazar. La familiaridad y confianza que ofrecen la radio, son aspectos que los otros medios no brindan. “Usted puede estar trapeando y a la vez puede estar escuchando radio”. Entre ejemplos cotidianos, dice que a los estudiantes de periodismo también les hace falta gusto y pasión por lo que van a hacer, pues si la carrera es periodismo uno debe buscar hacer lo mejor por esa carrera y trabajar en beneficio de esta. “Es como si a mí me gusta el Pibe Valderrama y me voy corriendo detrás de Mariana Pajón”. Mientras hacía sus prácticas como periodista en Teleantioquia, se presentó a un festival de trova en la ciudad de Bogotá donde salió triunfador y fue coronado como “El Rey de La Trova en Bogotá”. Debido a esto, en ese entonces, Yamid Amat, actual director del Noticiero CM&, le ofreció una propuesta para trabajar en el programa “Pregunta Yamid”. Allí, lo que se hacía era trovar con diferentes temas de interés que Yamid les iba proporcionando a lo largo del programa. Para ese momento, Hernán Peláez le propuso formar un grupo de trovadores para hacer parte de ‘La Luciérnaga’ de Caracol. Es de esa manera como nace el grupo “Revolcón” y su inicio en Caracol Radio. “Quien hace reír, hace olvidar y es un bienhechor quien en el mundo distribuye olvido”. Con esta frase de Víctor Hugo, el afamado escritor francés, ‘Corozo’ define sus sentimientos por la radio y su trabajo. Sabe que en el momento en que trova o hace reír a alguien con su trabajo, logra que la persona que lo está escuchando en ese momento, se olvide, aunque sea por unos segundos, de algún problema o situación y logre sacarle una sonrisa. El trovador no entiende cómo es posible que exista gente que le gusta ver sufrir a otras personas, cuando para él lo más importante es la risa. Por otro lado, las pasiones de este humorista trascienden a otros ambientes. Como buen colombiano, le apasiona el fútbol, pero afirma ser un jugador frustrado. Desde niño, tuvo pasión por los balones y por la diversión que este deporte genera. Con alegría y algo de nostalgia recuerda cómo en su juventud se iba a un pueblo cercano a Granada, exactamente Corconá, y aunque la excusa para el viaje era el fútbol, terminaba siendo una de las mejores experiencias para compartir con su grupo de amigos. Con algo de risa cuenta cómo su mamá lo regañaba por ensuciar la ropa a causa del deporte y, por ende, hubo una época en la que no pudo jugar mucho, pero, como buen antioqueño, no perdió el tiempo. Decidió practicar sus dotes de narrador por medio de los partidos que sus amigos disputaban. “Con un palo de escoba y un tarro de cola granulada jugaba a narrar quién llevaba la pelota”. No todo es humor Es hincha del Nacional y dice que esto no fue heredado, sino que en su pueblo, cuando Nacional quedó campeón de la copa libertadores de América frente al Olimpia de Paraguay, vio grande el equipo y con aquella ilusión que un niño pequeño podía sentir. Se sintió identificado con la camisa verde con rayas blancas que, aún, mueve pasiones en él. Pero no todo en su vida es humor, vivir con apnea del sueño no ha sido nada fácil. Sentir que falta el aire durante unos quince segundos, unas veinte o veinticinco veces en la noche, es algo que no le permite descansar ni conciliar el sueño. Corozo sufre esta enfermedad hace más o menos unos siete años y desde entonces ha sido un proceso que ha traído a su vida dolor, pero también aprendizajes. Luego de una laringoscopia y de varias intervenciones en su garganta, los resultados no fueron los esperados, pues continuó con una apnea de un señor de 97 años o de alguien que pesa 150 kilogramos, y, aunque no es ni uno ni lo otro, para él no es fácil hablar del tema. En su expresión y en su voz se siente la preocupación y la dificultad que ha sido vivir con esta enfermedad. Afirma que en las noches si duerme entre dos o tres horas es bastante y, por ende, el agotamiento, a diario, le pasa factura. Dice que a pesar de que la situación de no poder dormir no ha sido nada fácil, ni para él ni para su familia o compañeros de trabajo que lo rodean, tiene personas que lo apoyan y lo han entendido a lo largo de los años con esta condición. Corozo cree fielmente en que Dios es quien lo mantiene ahí, con las fuerzas de salir adelante y, aunque hay días en los que se siente muy agotado, es él quien lo levanta y le da la fortaleza para seguir. “Así le estén dando palo, ríase”, pues no niega que hay problemas, pero la actitud ante los mismos es lo que puede llevar a salir adelante en cualquier situación. Él sabe aplicar esta frase. Sabe que por más agotado que se sienta, transmitir alegría mediante los micrófonos de ‘La Luciérnaga’ es algo que seguirá moviendo su vida y su trabajo. “De un polvo venimos y en polvo vamos a terminar”. Para Corozo la vida es un ratico y hay que disfrutarla, sin importar los cuán grandes sean los problemas.

  • El avatar no puede costear Prada

    El avatar no puede costear Prada María de los Ángeles Delgado Vergara, estudiante de Comunicación Social y Periodismo Fecha: La moda digital tuvo la oportunidad de democratizar la industria, pero la influencia del lujo y la exclusividad cambiaron su rumbo y ahora sobran los avatares usando ropa de diseñador. Lea también: El metaverso, una realidad Compartir Foto: The Gucci Garden Experience , la experiencia de jardín de Gucci, fue un evento en donde los usuarios de la famosa plataforma infantil Roblox podían pasar su tiempo en un espacio creado por la marca de lujo. Los usuarios podían comprar accesorios Gucci para sus avatares, como la versión beige del bolso Gucci, que tiene estampados de la marca en “textil”, el cual fue vendido por 4.756 Robux (la moneda del juego) que al cambio en dólares fue de $5.50, lo cual es barato para la marca. Lo inaudito pasó cuando los usuarios empezaron a revender estas piezas digitales dentro de la plataforma. Un bolso Gucci llegó a costar 350.000 Robux, $4.115 dólares. Al final de la experiencia, la cual duró dos semanas en mayo del año pasado, un bolso Gucci en Roblox estaba valorado en $134.257 dólares. En junio de este año la compañía Meta, desde su postura como conglomerado de tecnología y redes sociales, anunció la creación de una tienda digital en donde los usuarios podrían adquirir ropa de diseñador para sus avatares. Los precios de las prendas irían de los $2.99 dólares a los $8.99, un precio menor al real , considerando que un bolso Prada en cuero tiene un valor de $10,700 dólares. Con esta fantasía, la democratización de las prendas se veía como un objetivo de la moda digital, en donde, sin importar el nivel socioeconómico del usuario, se podrían obtener creaciones que antes podían ser inalcanzables para algunos, por los altos precios. Pero seamos sinceros, esto no es lo que ha reflejado los NFTs (tokens no fungibles) de la industria, es decir, esos activos digitales que son únicos e irrepetibles. La empresa de Zuckerberg vendió la moda como una oportunidad de “progreso inclusivo ” cuando lo único que ha demostrado es una influencia en el usuario por medio de la premisa “vestirse para impresionar”. Por tomar un ejemplo, Josh Ong, consultor de comunicaciones radicado en la ciudad de Nueva York, el año pasado realizó una compra de $500 dólares por un NFT de unos tenis plateados, que de acuerdo con sus declaraciones no será la última compra que haga por este medio, ya que querrá más productos para su avatar. Así pues, se puede decir que los valores desmaterializados han sacado a la luz la manera en que las personas involucran el estilo personal en el mundo virtual. Los NFTs de moda se han vuelto clave en cómo las personas forman su identidad virtual. Pero, ¿qué tan lejos estamos dispuestos a llegar por un estilo virtual? De acuerdo con una encuesta realizada por Vogue Business a 3.000 personas, en los mercados de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, México, Corea, Arabia Saudita, Egipto y Emiratos Árabes, en donde la mayoría pertenecían a las generaciones Z y X, el 82% ya ha comprado algún tipo de prenda virtual NFT . Esto quiere decir que se ha tomado como excusa el dominio de un estilo propio y una perspectiva inclusiva para fomentar la compra de artículos intangibles . Sin embargo, parece que se ha desarrollado una obsesión con la autenticidad y la exclusividad , algo que los tokens no fungibles “garantizan” bajo la cortina de humo de poderse expresar de una manera que no se haría en el mundo real. Es así como se logra vender artículos como el NFT del “Baby Birkin”, un bolso de la marca Hermès, por $23.500 dólares, que ni siquiera era auténtico. Pero, ¿por qué dejamos que el lujo y la idea de estatus nos persiga en el mundo virtual como el Baby Birkin que, aun siendo falso, por el simple hecho de ser de la marca francesa llegó a ese precio? Al parecer, esas connotaciones que amarran a las marcas como Prada y Balenciaga son perseguidas en el mundo virtual y no dejarán que esa exclusividad sea alterada a causa de un producto intangible. En consecuencia, los diseños que en la vida real forman la identidad social han encontrado con los NFT la posibilidad de crear más productos “ exclusivos ”, los cuales, ya sea en el mundo real o virtual, siempre significarán estatus. Las tiendas de lujo en el metaverso se idearon con la intención de que diseñadores y marcas abrieran un nuevo y muy lucrativo mercado, en donde la accesibilidad fuera la tendencia de moda. Pero, en cambio, se creó un mundo virtual donde el reducido y selecto grupo de siempre sigue alardeando del tamaño de sus billeteras con prendas y accesorios que adquieren a su antojo para sus avatares, que apenas son puntos de colores generados por códigos cibernéticos.

  • Huellas sin pasos

    Huellas sin pasos Mateo Romero y Zuadi Pinto, Comunicación Social y Periodismo Crónica de Nelson Cardona, el primer latinoamericano en subir el Everest con una sola pierna. Ver también: Páramo sobre ruedas Compartir

  • Relatos que construyen | unisabanamedios

    La región desde lo no-hegemónico Relatos que construyen: Para las minorías, el proceso de reivindicación y lucha frente a los grupos dominantes en una sociedad es una constante. El enfrentamiento diario contra un sistema estructuralmente discriminatorio ha dificultado que sus historias sean de común conocimiento, marcando así el destino para su incesante batalla por la creación de ambientes seguros y diversos. La garantía frente a la protección efectiva de los derechos humanos, sin discriminación, de los individuos que hacen parte de los colectivos diversos debería ser brindada por el Estado. Sin embargo, y según la ONU, gran parte de las violaciones a los derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales hallan su fuente por la violencia estructural, desencadenando discriminaciones por la ascendencia, origen nacional o étnico, sexo, identidad sexual e incluso el color de piel. Quizás, al haberse establecido un flujo de poder que intenta definir unas formas muy puntuales de ser y pensar, en las sociedades latinoamericanas se naturaliza la exclusión y persecución hacia las minorías. Frente al actual escenario y el reciente Festival Gabo, que en su undécima edición logró reunir a más de 114 personajes del mundo de la comunicación y a más de 9000 asistentes bajo el lema #TodosEnLasHistorias, nos preguntamos sobre la resonancia de los relatos que decidieron, como reivindicación o como determinación de libertad, no insertarse a la hegemonía cultural. En la región más desigual del mundo, América Latina , y su tierra expandida por la lengua, Iberoamérica, las deudas históricas se están saldando mediante verdaderos diálogos. Quienes han sido señalados como “diferentes” demuestran que es posible el bienestar cuando se acepta la diversidad y cuando se pone un espejo frente a las personas para que entiendan sus propios estigmas, sus propios prejuicios, sus propios errores y virtudes. Anchor 1 Lee más Lee más Lee más Lee más La radio, la televisión, los periódicos y las plataformas digitales son espacios en los cuales los distintos discursos y hechos son interiorizados mediante su consumo. Desde ellos se pueden desprender tendencias negativas frente a las minorías de un país. Dicho acontecimiento contiene una narrativa colmada de representaciones estereotipadas e incluso la promulgación de una identidad irreal y manipulada del grupo marginado por parte de profesionales que no están inmersos en las vivencias de estos individuos. Desde la labor periodística, comprender el papel de creador de marcos interpretativos y de modelos de conciencia es necesario para dar inicio a la verdadera inclusión. “Por medio de las representaciones presentadas en los medios, en los libros de educación y en las construcciones de los Intelectuales se creó un orden espacial racial jerárquico que localizó a los afrodescendientes y a los indígenas en las zonas marginales y apartadas de la nación”, establece el Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo . Un ejemplo es cómo se ha narrado a las personas afro en el contexto colombiano, siendo esta población el 9.34%, 4’671.160 de personas, de su demografía. La cifra se encuentra en descenso por el autorreconocimiento de las comunidades al percibirse como negro, afrocolombiano, raizal o palenquero. Esto significó una baja del 30.8% entre 2005 a 2018, según cifras del Departamento Nacional de Estadística . No resulta aleatorio si se tiene en consideración lo explicado por el Observatorio Contra la Discriminación en su primer informe sobre la discriminación en medios de comunicación: “la imagen del afrocolombiano se muestra asociado a la miseria, al crimen, la prostitución, el deporte y la música”. Con lo anterior, es necesario comprender y conocer el contexto de esta agenda sensible. Por su parte, el profesor e historiador Javier Ortiz Cassiani comentó, en entrevista para Unisabana Medios, que es fundamental conocer las diferencias y hablar de ellas. “No podemos hacernos los desentendidos cuando hay una población que desciende de unos hombres y mujeres que fueron traídos a un territorio en condición de esclavitud, entre otras cosas, por el color de la piel. Esto hace que quienes desciendan de estas personas, independientemente de que ya no sean esclavizados, van a sufrir el estigma de que sus ancestros fueron esclavizados y el tratamiento sobre ellos va a ser desigual”. Del mismo modo sucede con las otras minorías en Iberoamérica, incluida una muy notoria en la última década: la población migrante. -La representación desde los medios- Lee más Lee más Lee más Lee más -Cómo realizar una narrativa diversa, consciente y efectiva- Desde la OEA — en su Declaración Conjunta Sobre Libertad De Expresión Y "Noticias Falsas" ("Fake News"), Desinformación Y Propaganda de 2017 — se declara la consideración hacia los Estados frente a las medidas para “fomentar la igualdad, la no discriminación, la comprensión intercultural y otros valores democráticos, incluso con el objeto de abordar los efectos negativos de la desinformación y la propaganda”. Incluso en la pandemia, crisis que afectó a toda la población, en América Latina los grupos más perjudicados fueron la población LGBTIQ+, los pueblos indígenas, las comunidades afro y las mujeres, encontrando causa en los siglos de discriminación y desigualdad preexistentes, declaró Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Esto demuestra que la creación de nuevas narrativas es vital para cualquier profesional en la comunicación que se preocupe por la equidad y la justicia. Pasos para lograrlo son: No adueñarse de las vivencias de las colectividades. Permitir que los individuos narren sus miradas frente al mundo sin añadir opiniones del medio da cabida a la narración real de la identidad. Eliminar los estereotipos presentes en el imaginario colectivo, dado que estos terminan generando socializaciones incorrectas y generalizaciones discriminantes. Dimensionar que las colectividades existen pese a que no se encuentren en una crisis. No obligar al individuo que es miembro de una minoría a solo manifestar pensamientos relacionados con ese aspecto de su vida. Dejar de lado, desde la academia y la industria periodística, la búsqueda incesante de lo exótico, pues termina recalcando la anormalidad, dentro de una normalidad hegemónica, del sujeto. Lee más Lee más Lee más El compromiso persiste para lograr una Iberoamérica de discurso diverso desde el trabajo de todas las esferas que comprenden a la sociedad. De esta forma, y abogando por un futuro en el cual las colectividades sean visibilizadas, lograr contar un cuento en la que todos estemos en las historias. Conoce más voces To play, press and hold the enter key. To stop, release the enter key. Lee más

  • Los datos, el futuro del periodismo

    Los datos, el futuro del periodismo Bianca Pallaro, periodista de La Nación Data, cuenta cómo detrás de los datos existe siempre una historia y el reto está en saber cómo descubrirla y contarla a los lectores. Ver también: La reinvención del New York Times Compartir

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